El ministro de Economía acaba de decir que la inflación anual es de solo el 24%. ¡Caradura! Consultoras privadas y mediciones provinciales coinciden en que ya supera el 40%. Si los aumentos de salarios y jubilaciones fueron en cuotas y la
gran mayoría no llegó al 30 por ciento, está claro que hay un severo ajuste que hay que derrotar.
En ese marco, el gobierno tuvo que aflojar. Anunció que no descontará, aunque por única vez, el impuesto a las Ganancias del medio aguinaldo al 80% de los trabajadores que sufren ese robo.
Es una medida insuficiente. A un trabajador soltero con un sueldo en mano de $16.000, en lugar de descontarle 24 mil pesos en el año, con el anuncio le retendrán 22.000. O sea, sigue el robo al salario cuando está claro que "no es ganancia". Pero el gobierno retrocedió de su política originaria de "no dar nada". Y lo hizo ante la bronca obrera, para descomprimir la enorme insatisfacción de las bases sindicales y la amenaza de un nuevo paro general anunciado para estos días por la CGT Moyano y gremios afines.
No es como dijo Capitanich, que la presidenta lo dio "sin presiones", o como el burócrata de la CGT oficial y de la UOM, Antonio Caló, que con "diálogo" se consiguen cosas. La única forma que se arrancan conquistas es con lucha y movilización. Así se han logrado sumas extras en bancarios, petroleros, estatales de varias provincias y municipios.
Cuando había que aprovechar este retroceso del gobierno para arrancar un aumento de emergencia para todos los trabajadores, Moyano, Fernández (UTA) y Maturano (Fraternidad) levantaron el paro "por teléfono". ¿A quién le consultaron? A nadie.
Si se hubiese delineado un plan de lucha nacional, discutido y votado en asambleas, hoy se podría lograr mucho más. Fue correcto la denuncia del dirigente ferroviario Rubén "Pollo" Sobrero de que se debía llevar a cabo la medida nacional,
como parte de un plan de lucha para lograr el bono salarial y jubilatorio antes de fin de año.
Moyano, además, se vino negado en todo este tiempo a dar continuidad al exitoso paro general del 28 de agosto. Llamamos a los trabajadores a reclamar una urgente recomposición salarial vía un bono navideño desde cada lugar de trabajo. Por la reapertura de las paritarias y para que se termine con el impuesto a las Ganancias para todos los trabajadores bajo convenio. Exigiendo a la CGT Moyano que abandone la complicidad con el gobierno y las patronales y llame a preparar un plan de lucha nacional debatido y discutido en asamblea. Para unir los reclamos actuales y seguir la pelea que continuará, seguramente, con más fuerza en 2015.