Apr 25, 2024 Last Updated 7:37 PM, Apr 24, 2024

Izquierda Socialista

Indignante. Solo así se puede definir la escena que se vio la semana pasada en la Cámara de Senadores. Casi a escondidas, por unanimidad, los senadores subieron su dieta a 7,2 millones de pesos. Un aumento astronómico desde su sueldo actual (1,9 millones). Como si todo esto fuera poco, también votaron cobrar un aguinaldo, algo que hasta ahora no sucedía.

Lo aprobaron todos, oficialistas de La Libertad Avanza, peronistas, radicales y miembros de partidos provinciales. Miguel Angel Pichetto, aunque ahora está en la Cámara de Diputados, defendió el aumento de sus colegas senadores. Lousteau lo votó de forma vergonzante, levantando apenas la mano desde su banca, como para que no se notara.

El trámite de aprobación fue casi clandestino: se aprobó un proyecto sin título, con sólo un número de expediente, sin explicación ni mucho menos debate, “sobre tablas”, o sea que ni siquiera figuraba en el orden del día de la sesión. Se hizo todo lo posible para que no quedara rastro de nada, se votó a mano alzada, cuando bastaba que un sólo senador hubiera pedido votación nominal para que debiera procederse a registrar la posición individual de cada miembro del cuerpo.

Una vez que el periodismo dio a conocer el tema, Milei salió hipócritamente a hacerse el indignado. Dijo que lo habían aprobado todos menos los legisladores de La Libertad Avanza, lo que es una vil mentira. Bruno Olivera Lucero, miembro del bloque libertario, no solo lo votó a favor (igual que los demás integrantes) sino que acompaña con su firma el proyecto.

Estallado el escándalo, ahora aparecen senadores de La Libertad Avanza  y el PRO que presentan proyectos para retrotraer el aumento. Saben que no va a prosperar; más aún, ellos cobrarán el incremento votado, con la excusa de que es legalmente impracticable retrotraerlo, según el reglamento de la Cámara de Senadores.

Pero no se trata sólo de los senadores. El gobierno de Milei actúa igual desde el Poder Ejecutivo. La semana pasada siguió aumentando los sueldos a sus propios funcionarios.

Le acaba de otorgar el rango de ministros a tres de sus secretarios más cercanos. Lo hizo por medio de un DNU (337/24) el mismo día que estalló el escándalo en el Senado. Los favorecidos no son cualquiera: se trata de su hermana Karina (secretaria general de la presidencia), el secretario legal y técnico Javier Herrera Bravo, y el de prensa, Eduardo Serenelli. Días antes, le había otorgado el mismo privilegio al vocero presidencial Manuel Adorni (quien ya arrastraba el nombramiento de su hermano). En los cuatro casos implica que pasan a cobrar 3,5 millones de pesos por mes.

También se otorgó un aumento el directorio de YPF, del que forma parte el jefe de gabinete Nicolás Posse, que los llevará a 70 millones de pesos (sí, leíste bien, cobrarán 70 millones de pesos por mes, multiplicando por cinco los ya altísimos salarios previos).

Karina Millei, además, recibió un aumento de partida presupuestaria para su secretaría de 40 millones de pesos, que podrá usar a discreción.

Todo esto demuestra la mentira del “no hay plata”, ya que para esto parece sí haber. Y a la vez, la hipocresía de seguir hablando de “la casta”. Seamos claros: la famosa “casta” no existe como tal. Fue un artilugio electoral de Milei, que ahora lo sigue utilizando. “Casta” es para Milei lo que le convenga, así como los políticos que lo apoyan inmediatamente dejan de serlo, tal los casos de Macri o Patricia Bullrich. La realidad es que hay algo que une a todos: peronistas, radicales, libertarios, macristas, son todos políticos patronales, al servicio de los negocios capitalistas y el FMI, dispuestos a la vez a llevarse sueldos millonarios por esta tarea.

Solo la izquierda sostuvo desde siempre otra postura, planteando que todo legislador o funcionario político debe cobrar lo mismo que un director o directora de escuela. Así, hace ya más de veinte años, en 2001, nuestra legisladora de Izquierda Socialista Liliana Olivero, fue quien presentó el primer proyecto en este sentido en la legislatura de Córdoba. Desde entonces, todo legislador del Frente de Izquierda ha vuelto a presentarlo, cobrando ese dinero y donando el resto para sostener las luchas obreras y populares.

El escándalo de los aumentos de salarios a Senadores y funcionarios puso sobre el tapete la mentira del slogan “No hay plata”. Sólo es así para el pueblo trabajador, al que se le pulverizan salarios, jubilaciones, a la vez que se ajusta la salud, educación o todo el gasto social. Por eso, hoy más que nunca, después de la multitudinaria e histórica marcha educativa, hay que seguir peleando contra el ajuste de Milei y el FMI. El próximo paso es el 1°de Mayo, Día Internacional de las y los Trabajadores, donde hay que movilizar masivamente al acto de la CGT. Llamamos a la unidad en la lucha, participando con una columna independiente exigiendo asambleas y plenarios de delegados para garantizar la masividad del paro del 9 de mayo. Y la puesta en marcha de un auténtico plan de lucha para derrotar el plan  motosierra.

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Escribe Pili Barbas, secretaria de la FUA y dirigenta nacional de la Juventud de Izquierda Socialista (JIS)

Una movilización histórica. Más de un millón en las calles se manifestaron en todo el país en defensa de la Universidad Pública y Gratuita. Un derecho que ni estudiantes ni las y los trabajadores estamos resignados a perder. “La educación no se vende, se defiende” fue un grito colectivo que orgullosamente se cantó en las movilizaciones de las principales ciudades del país.

En la Ciudad de Buenos Aires, epicentro de la Marcha Federal, desde muy temprano se colmaron las calles de las inmediaciones de la Plaza Congreso y también de la Plaza de Mayo con las banderas de los Centros de Estudiantes, y coloridos carteles hechos a mano que habían sido preparados con anticipación. Es que nadie quería perderse la convocatoria y ser parte de esta historia. Se calcula que en la marcha de CABA hubo más de 800.000 personas y a nivel nacional más  de un millón. Reflejando que esta protesta es masiva y nacional y que el camino para conseguir el presupuesto pasa por profundizar la lucha.

La defensa de la Educación Pública y Gratuita fue tomada por el conjunto de la sociedad y familias enteras se organizaron para participar de la marcha convocada desde la mesa de Coordinación Gremial Nacional, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). La respuesta al brutal ataque de Milei que pone en peligro las universidades fue masiva y demostró la fuerza que tenemos para defender y pelear por nuestras conquistas. Con esta fortaleza que nos dio la movilización, ahora debemos seguir con un plan de lucha unitario elaborado con toda la comunidad educativa hasta conquistar el presupuesto que necesitamos para que las universidades puedan seguir funcionando.

Como lo venimos alertando desde la Juventud de Izquierda Socialista (JIS) el ultraderechista de Milei le declaró la guerra a la Educación Pública y Gratuita, congelando el presupuesto y llevando una campaña de desprestigio en la que señala a las universidades públicas como “centros de adoctrinamiento ideológico” demostrando hasta dónde llega su odio a lo público, a lo estatal y a las familias trabajadoras, que si no fuera por la gratuidad, no podríamos estudiar. Es inadmisible que siga avanzando el achicamiento de las universidades por la falta de presupuesto. Plata hay, pero el gobierno de Milei elige no destinarla a educación y sí al pago de la deuda y al FMI. Tampoco puede ser una salida el avance de la privatización con multinacionales o acuerdos externos que entreguen nuestra educación al servicio de intereses ajenos. Ya pasado el #23A y habiendo ganado las calles debemos continuar la lucha en defensa de la Universidad Pública y Gratuita y debatir democráticamente en instancias colectivas, como la seguimos. Te invitamos a dar esta pelea con nosotres, participá de las charlas, plenarios y reuniones que desde la JIS estamos organizando para pensar colectivamente cómo seguimos impulsando la pelea porque a la educación pública y gratuita la defendemos entre todes. Sumate.  


Escribe Mercedes de Mendieta, docente UBA y diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad

Nuestro país es reconocido en el mundo por su sistema universitario público, gratuito, de libre acceso y destacado por su calidad educativa. Científicos, médicos, profesores, ingenieros, artistas y tantas otras y otros profesionales se forman en las Universidades Nacionales de todo el país. Un sistema que es el resultado de luchas y resistencias de estudiantes y docentes que durante más de un siglo han peleado en defensa de la educación pública y contra los intentos privatistas de los gobiernos. Hoy estamos ante una parada histórica, que definirá el rumbo del derecho a la educación universitaria frente al gobierno de Milei.    

Si algo distingue a la Argentina es su sistema universitario público compuesto por 57 universidades nacionales gratuitas con más de 2 millones de estudiantes (81% de todo el estudiantado del nivel superior),150.000 docentes y miles de no-docentes. La educación pública es parte de la identidad y la cultura nacional y la producción científica. Algo distintivo, algo de lo que tener “orgullo”.
Las universidades nacionales no son “concesiones” de algún gobierno, sino resultado de un proceso histórico de luchas y resistencias. Hace más de un siglo, estudiantes y docentes defienden la educación pública y luchan por más inclusión. Desde la reforma universitaria de 1918 que permitió la autonomía universitaria, el cogobierno y la libertad de cátedra, el movimiento estudiantil ha conquistado la gratuidad y la democratización, recibiendo a la primera generación de profesionales de las familias trabajadoras. Además, las universidades han sido cuna del pensamiento crítico y de la lucha contra las dictaduras, como lo demuestran hechos como la Noche de los Bastones Largos (1966), el Cordobazo (1969) y la resistencia a la dictadura genocida de Videla.

Después de la caída de la dictadura genocida, estudiantes, docentes y no-docentes han peleado contra los ajustes presupuestarios y los intentos privatistas por parte de todos los gobiernos. Entre las luchas más destacadas encontramos las tomas de facultades y movilizaciones multitudinarias contra la Ley de Educación Superior (LES) menemista impulsada por el Banco Mundial en 1995. Si bien no se logró frenar su aprobación por culpa de la traición de la Franja Morada  (UCR) y del entonces Frepaso, gracias a la lucha a lo largo de los años se ha evitado que los aspectos aún más privatizadores de la ley en regla general no se apliquen, como la habilitación del cobro aranceles para cursar. Antes del estallido social del 2001, el movimiento estudiantil se hizo sentir ante el recorte presupuestario del 5% a las universidades que intentó López Murphy durante el gobierno radical de De La Rúa, que tuvo que renunciar a su cargo como ministro a los quince días.  

Durante los gobiernos peronista-kirchneristas, radicales y de PRO se han mantenido luchas contra el ahogo presupuestario, por condiciones edilicias y por el salario de las y los docentes. En la educación pública se aprende luchando. Resistiendo al ajuste de todos los gobiernos. Los avances privatizadores y la mercantilización, sin embargo, lograron, de a poco, abrirse camino a través de otras vías, como el arancelamiento de los posgrados y la firma de convenios con multinacionales a los que el movimiento estudiantil y docente se vienen oponiendo.

Por una educación gratuita, pública, autónoma, de libre ingreso, laica y de calidad

El sistema universitario se refleja en la producción de la filosofía, del arte, del pensamiento crítico y la pluralidad de voces. Una parte muy importante de la ciencia que se realiza en nuestro país depende de ellas. El importante desarrollo científico del país se refleja en el apoyo a través de más de 1.000 cartas de adhesiones de investigadores extranjeros en defensa a la ciencia, a la universidad argentina y al Conicet, que llegaron desde más de cincuenta naciones entre los que se encontraban las firmas de sesenta y ocho Premios Nobel. Las universidades han contribuido, por ejemplo, a la emergencia sanitaria del Dengue y la pandemia del Covid-19.

Su calidad educativa es indiscutible. De las Universidades Nacionales han salido cinco Premios Nobel. Mientras resistimos al ataque histórico de Milei, días atrás la UBA fue ubicada en el puesto 95 en el ranking QS de 1.500 universidades de todo el mundo. Entre las carreras de las universidades nacionales, se destacan Antropología e Historia de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la carrera de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Sur, las tres dentro del top 150 mundial.

Las Universidades Nacionales junto a la cultura y la ciencia fueron elegidas como algunos de los blancos centrales por el gobierno de Milei. Tenemos la tarea histórica de frenar este atropello y pelear por más presupuesto para que la clase trabajadora y la juventud pueda acceder a una educación pública, científica, laica y de calidad al servicio de las necesidades populares. Para eso hay que luchar y movilizarse.



Escribe Mercedes de Mendieta, docente UBA y diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad

El jueves pasado miles de médicos y médicas, enfermeras, residentes, docentes, no-docentes, estudiantes junto a la comunidad educativa realizaron un abrazo simbólico, ante el peligro que hoy sufre esta institución emblemática del sistema de salud pública. El Hospital de clínicas es parte de la red de seis instituciones de la salud que dependen del presupuesto de la UBA y que se encuentran afectadas por el ataque histórico de Milei.

Este hospital público recibe la consulta de 365.000 personas y realiza 9.000 intervenciones quirúrgicas al año. Como consecuencia del congelamiento presupuestario, las autoridades decidieron bajar su funcionamiento al 40% de su capacidad y reducir las cirugías, afectando la atención de miles de personas. La realidad es crítica: con el presupuesto congelado y una inflación interanual del 276%, no hay plata para insumos, ni medicamentos, no hay para pagar la luz en un hospital vertical de dieciocho pisos, mientras se pagan salarios por debajo de la línea de pobreza.    

Con el presupuesto actual sólo podrá operar hasta finales de mayo, lo que podría dejar a miles de pacientes sin acceso al derecho a la salud, siendo que el 50% de sus pacientes son personas sin ninguna cobertura de salud y el 30% son jubiladas y jubilados con PAMI. Corren peligro cientos de puestos de trabajo y la formación de más de 1.500 estudiantes de la Facultad de Medicina que realizan prácticas y residencias para treinta y seis especialidades junto a la investigación médica y científica que allí se realiza.

Si hablamos de salud pública es imposible no referirnos al Hospital de Clínicas. Se trata del mejor hospital público nacional y uno de los más destacados de Latinoamérica, de acuerdo al ranking de Hospitank, gracias a su capacidad de diagnóstico e infraestructura quirúrgica. La historia del Hospital de Clínicas es, de algún modo, la de la medicina argentina. Se inauguró en 1.881 como hospital escuela de la Facultad de Medicina de la UBA. En él estudiaron tres premios Nobel (Bernardo Houssay, Luis Leloir y César Milstein), y pasaron los más destacados médicos, y se realizaron grandes aportes a la medicina como la primera aplicación de insulina en pacientes diabéticos, las primeras operaciones a corazón abierto, la instalación del primer aparato de rayos de la Argentina, entre otros.

La lucha por el presupuesto universitario es hoy también la defensa del funcionamiento del hospital de Clínicas, de cientos de puestos de trabajo, de la formación de nuestros futuros profesionales de la salud, es el mantenimiento de la investigación médica y  el derecho al acceso a la salud de miles de pacientes. La salud pública, no se vende, se defiende.
                                                                                      
 
 


Escribe Ezequiel Genovesi, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista (JIS) La Plata

El viernes 19, se realizó el XL Congreso de la FULP, convocado por la conducción peronista integrada por La Mella, el MILES y La Cámpora. Este congreso no tuvo ninguna convocatoria previa, avisando dos días antes la fecha el horario, lugar y el contenido de las comisiones. Más allá de una publicación por redes, no se hizo ninguna convocatoria pública al conjunto del movimiento estudiantil, que hasta en su mayoría desconoce de la existencia de la Federación y de su utilidad.

Las particularidades de este antidemocrático congreso fueron la eliminación de las comisiones y en su reemplazo la existencia de un conversatorio dirigido por un panel integrado por representantes sindicales, algunos ligados a la burocracia de la CGT. Además, el contenido de estos "paneles" nada tuvieron que ver con las discusiones que enfrentamos el movimiento estudiantil ante la amenaza de cierre de universidades por parte del ultraderechista de Milei. La FULP no tuvo la mínima intención política de masificar el espacio, de discutir nuestras problemáticas, darle una salida de lucha ni tampoco de darle lugar a las votaciones, típicas de los congresos federativos. De hecho, accionaron de forma agresiva, invisibilizando y ridiculizando las propuestas que llevamos desde la izquierda y las listas independientes con maniobras burocráticas.

El peronismo de la FULP en esta coyuntura de peligro de cierre no estuvo a la altura de organizar al movimiento estudiantil para que luche en fin derrotar el plan de cierre de universidades de Milei. Pensamos que éste es un camino muy equivocado de la conducción de la FULP, completamente opuesto al plan de lucha al que impulsó la marcha federal educativa del 23 que pensamos que tenemos que profundizar.

Desde Izquierda Universitaria y la Juventud de Izquierda Socialista llevamos, junto al resto de la izquierda, la pelea por la democratización y la convocatoria de los espacios de organización, donde organizamos a los miles que fuimos el 23. Eso es lo que tenemos que seguir impulsando para continuar con el plan de lucha hasta derrotar el plan de ajuste, saqueo y de represión de Milei. En este sentido, celebramos la continuidad de nuestro frente político junto al Agite, PTS y PO, con quienes venimos articulando en la lucha en las calles y en las asambleas por facultades. Lamentamos que el Ya Basta haya desistido nuevamente de sumarse al frente por una cuestión de ubicaciones, cuando son compañerxs que vienen confluyendo en las mismas peleas que el resto de la izquierda.

La marcha del 23 fue histórica y masiva. Llamamos desde nuestra juventud a exigir a las conducciones que convoquen a  asambleas en todas las facultades y a organizarlas en donde no existan y a poner en pie una asamblea interfacultades en la semana del 6 de mayo. Les exigimos a la conducción peronista de la FULP y a la Franja Morada que abandonen el burocratismo y convoquen a estas instancias, al mismo tiempo que llamamos a profundizar esta lucha junto a nuestrxs docentes y no docentes en defensa de nuestras universidades. Necesitamos un movimiento amplio y unitario para triunfar en esta pelea.

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