Dec 06, 2024 Last Updated 1:18 PM, Dec 6, 2024

La muerte de Fernando Báez Sosa causó una gran conmoción e indignación en la sociedad. Desde Izquierda Socialista nos solidarizamos con la familia de Fernando y sus amigos, a la vez que exigimos justicia para sus asesinos.

¿Cómo puede ser que un grupo de chicos menores de 21 años maten a golpes a otro por manchar una camisa? El rugby y todos sus mandatos se han puesto en tela de juicio, y es positivo: el machismo y el uso de la violencia como forma de legitimar una supuesta posición de dominación. Pero no es el deporte en sí lo que generó este asesinato, creemos que hay razones más profundas para analizar este aberrante hecho.
Han circulado ejemplos en los medios y las redes sociales, antecedentes de hechos similares, muchos realizados por jugadores de rugby. En la mayoría hay un denominador común: la impunidad. Los agresores, en su gran mayoría, pertenecen a familias “tradicionales” de las distintas regiones donde se localizan los clubes. Este dato no es menor porque, como siempre denunciamos, la justicia no es imparcial, tiene lazos con el poder y es influenciable. Muchas veces estas familias son parte orgánica del poder judicial.
Sin embargo, no es el rugby el único deporte que tiene integrantes violentos y golpeadores que rebasan los límites de lo impensado. Las miles de mujeres asesinadas por femicidas son el ejemplo más concreto de que la aniquilación del “otrx” es una moneda corriente en nuestra sociedad patriarcal.

Son el sistema capitalista y sus gobiernos patronales -hoy el peronismo, antes el macrismo y el radicalismo-, quienes degradan cada vez más a la sociedad, los responsables de este hecho y de que lamentablemente se vayan a seguir dando, y son los cómplices de la justicia que otorga impunidad a dedo, pero pisa con pié de plomo cuando los crímenes los comete alguien pobre. Todos los veranos hay casos como el de Fernando, pero ¿qué hacen los gobiernos para frenar esto? Absolutamente nada. Siempre los de arriba quedan impunes.
Lo mismo sucede cuando los patovicas, la seguridad privada de los boliches, asesinan jóvenes o les pegan tanto que los dejan hospitalizados. También, como en el caso de Fernando, no se meten cuando ven peleas porque “ya no están dentro del establecimiento”. No quieren evitar las peleas; solo buscan que la noche transcurra normalmente y que no afecte las ganancias del patrón. Lo mismo la policía, que circulaba la zona, pero no hizo nada.

Los empresarios no se preocupan por la seguridad de la juventud que sale a bailar, solo les importa su lucro. Por eso ni la muerte de Fernando en la puerta de Le Brique impidió que sus dueños abrieran el boliche al día siguiente del asesinato. Indignante.
Las excepciones se dan cuando el pueblo se moviliza y exige justicia, como en este caso. Todo el país se conmocionó con semejante salvajada y es importante, fundamental, que el hecho no quede impune. Fernando era un joven de clase trabajadora, hijo de un encargado de edificio, que había hecho changas para poder irse de vacaciones. Pero fue asesinado por un grupo de cobardes que se consideran impunes, que saben que no son los primeros en hacer lo que hicieron, pero que actúan porque reconocen que la justicia siempre falla a su favor.
Desde Izquierda Socialista seremos parte de las movilizaciones reclamando que el asesinato de Fernando no quede impune.

¡Exigimos castigo para los asesinos de Fernando!

Gastón Godoy, Juventud de Izquierda Socialista

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