Sep 01, 2024 Last Updated 12:01 AM, Sep 1, 2024

el petitorio "Campaña basta de represión, Libertad a los presos por protestar. Petitorio de firmas"

 

Escribe Prensa UIT-CI

Caracas, 19 de agosto de 2024. El pasado 29 de julio, tras el anuncio de los resultados electorales que otorgaban la victoria al presidente Nicolás Maduro, se desató una ola de protestas en los barrios y sectores populares de Caracas y de muchas otras ciudades del país. Convencidos de que se había producido un fraude electoral, dados los diversos hechos que rodearon el anuncio y, más aún, la intempestiva proclamación oficial del “ganador” a las pocas horas, sin finalizar la totalización, sin auditorías ni soportes de ningún tipo, miles salieron a las calles a expresar su rechazo.

La contundente protesta popular fue sofocada mediante una respuesta brutalmente represiva. Desde la tarde del lunes 29 en adelante, el Gobierno fue imponiendo su orden, contingentes de fuerzas de seguridad del Estado (policiales y componentes de las FFAA, como la Guardia Nacional) en conjunto con grupos parapoliciales armados, reprimieron violentamente las manifestaciones. La ocupación de las entradas de los barrios e innumerables allanamientos de casas, han completado la ofensiva.

Hubo 25 personas fallecidas entre el lunes 29 y martes 30, según organismos de Derechos Humanos y la propia Fiscalía, hay unos 2.200 presos de acuerdo con lo informado por el presidente Maduro, 1.406 de acuerdo a organizaciones no gubernamentales. El 95% de los encarcelados serían de zonas populares, al igual que casi todas las víctimas mortales. Esta represión se descarga con evidente particularidad sobre las clases populares. Hay 117 adolescentes, 185 mujeres, 17 personas con discapacidad y 14 indígenas. Las y los presos enfrentan posibles condenas que oscilan entre los 25 a 30 años de prisión, en el caso de “terrorismo”, y de 10 a 20 años de prisión, en los casos de “instigación al odio”.

Quienes suscribimos este comunicado nos proponemos llevar adelante una campaña nacional e internacional en defensa irrestricta de los derechos democráticos, por la libertad de las y los criminalizados por protestar, expresar su descontento en redes, o simplemente vivir en una zona popular.

Lo hacemos con total independencia política de las fracciones capitalistas que hoy se disputan el poder en el país: el gobierno de Maduro y la oposición de derecha. Enfrentamos al régimen político de Maduro, que avanza en una clara profundización de su carácter autoritario y represivo, al tiempo que nos oponemos a la oposición patronal que encabeza María Corina Machado, cuyos objetivos políticos e intereses también son contrarios a los del pueblo trabajador. No secundamos a ninguno de estos polos reaccionarios.

Al tiempo que hacemos esta campaña contra la represión estatal, rechazamos que ser militante de las estructuras barriales del partido de gobierno sea motivo automático de estigmatización e, incluso, el asesinato, como parece haber sido los casos de dos mujeres en Bolívar y en Aragua.

La clase trabajadora y los sectores populares llevan la peor parte de las represalias

A la represión directa se le suman centenares de despidos de trabajadores y trabajadoras en diferentes empresas e instituciones de la administración pública, en algunos casos tras la revisión ilegal de sus teléfonos celulares y redes sociales.

Las personas provenientes de los barrios son la inmensa mayoría de los presos, no solo por haber sido los protagonistas de las protestas del 29J y 30J, sino porque es allí donde se han cebado las redadas en las que agarran a cualquiera: solo por el hecho de vivir en estas zonas populares, muchos trabajadores y jóvenes han sido apresados, inventándoles cargos, con el objetivo de agrandar los números de detenidos o para la simple y llana extorsión policial.

En las masivas detenciones registradas hemos podido constatar la violación de las más básicas garantías de los derechos a la libertad personal, a la defensa y el debido proceso, dentro de las que destacamos allanamientos a viviendas y arrestos sin orden judicial; periodos de incomunicación de las personas detenidas durante varios días; restricciones para nombrar a sus defensores de confianza; así como falta de comunicación de las personas detenidas con los defensores públicos que les designa el propio Gobierno para preparar su legítimo derecho a la defensa. Las audiencias de presentación se han llevado a cabo de manera telemática, a través de procedimientos sumarios y colectivos, sin una individualización clara de las imputaciones. En la inmensa mayoría de los casos se han decretado medidas de detención preventiva, en evidente contravención con el derecho a ser juzgados en libertad establecido constitucionalmente. Estas personas, además, están siendo trasladadas a centros penitenciarios alejados de los lugares de residencia de sus familiares, lo que supone aumentar tanto su proceso de aislamiento, como las dificultades para que sus redes de apoyo puedan atender y complementar sus necesidades alimentarias y/o de medicinas durante el tiempo en el que permanezcan bajo reclusión. En los casos de los adolescentes detenidos, se ha constatado que han permanecido en los mismos lugares de reclusión de las personas mayores de edad, violando su derecho a recibir un tratamiento diferenciado establecido legalmente.

En estas circunstancias, los presos populares llevan la peor parte. Son los menos visibilizados, los anónimos y los que menos tienen recursos y posibilidades de colocar en la escena pública sus casos. La precariedad económica hace inviable sobrellevar los costos en un sistema carcelario profundamente corrompido donde hay que pagar por todo. Dado el carácter clasista de la “justicia” y las estigmatizaciones contra el pueblo pobre, en especial su juventud, los jueces, fiscales y custodios descargan con mayor saña sus desmanes contra estos. Esta invisibilización también corre por parte de los partidos patronales de la derecha que se han limitado a denunciar la detención de sus dirigentes políticos y de sus partidarios. Poco han dicho sobre la ofensiva represiva desplegada en los barrios, mostrando su total desinterés por los pobres que salieron a protestar.

Hacemos un llamado a las organizaciones de derechos humanos, a las organizaciones sindicales, comunitarias y políticas que defiendan los derechos democráticos, tanto del país como a nivel internacional, a prestar especial atención a esta situación y sumar esfuerzos por la causa de la libertad de las y los presos por protestar y/o vivir en una zona popular. ¡Protestar no es un delito, ser pobre tampoco!

¡Basta de represión!

¡Libertad para los presos por protestar!

¡La protesta popular es un derecho, reprimir es un delito!

FIRMAN

Comité de Familiares y Amigos por la Libertad de lxs Trabajadorxs Presxs | PPT-APR | Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) | Partido Socialismo y Libertad (PSL) | Lucha de Clases | Marea Socialista

En esta edición se aborda en profundidad los diez meses de genocidio en Gaza y ataques en Cisjordania ocupada, donde el sionismo está lejos de lograr los objetivos militares con los que inició su invasión. No sólo no pudo destruir a Hamas y tener el control total del territorio, sino que en todo el mundo se vieron grandes expresiones de repudio, enormes manifestaciones, incluso de judíos bajo el lema “no en nuestro nombre”, tomas de universidades, fallos judiciales y ruptura de relaciones.

También se analiza la lucha del pueblo trabajador venezolano contra el fraude de Maduro, y la pregunta que muchos se hacen ¿Es Maduro socialista y antiimperialista?

Así mismo, la revista desarrolla en profundidad la situación política en Estados Unidos, las elecciones europeas, la coyuntura argentina, el armamentismo mundial. Además de una nota homenaje a 100 años del nacimiento Nahuel Moreno y mucho más.

Pedila!

 

Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional

14/08/2024. Luego de realizarse los Juegos Olímpicos en París, las delegaciones del mundo regresan a sus países. Pero, esto no es nada fácil para la delegación olímpica de Palestina, quienes regresan a un país ocupado, acechado y destrozado por el sistemático exterminio de Israel que ya lleva cerca de 40.000 personas asesinadas.

El 13 de agosto, el Presidente del Comité Olímpico Palestino, Jibril Rajub, fue detenido por las fuerzas de ocupación cuando buscaba llegar a su hogar en Cisjordania. Antes de ser liberado, le retuvieron su pasaporte y fue citado para comparecer ante los servicios de inteligencia israelíes en una clara acción persecutoria. “Esto es algo que se espera de una potencia ocupante que extermina a nuestro pueblo y busca desplazarlo, sin diferenciar entre una mujer, un niño o un anciano”, manifestó Rajub luego de afirmar que no comparecerá a la citación.

Jibril Rajub, dirigente de Fatah que durante su juventud pasó 17 años en prisión, viene denunciando sistemáticamente las violaciones a los derechos humanos de Israel ante las autoridades deportivas mundiales en busca de su expulsión de las competencias deportivas internacionales. En los últimos Juegos Olímpicos, Israel rechazó la Tregua adoptada por la ONU, viola la Carta Olímpica y desde el 7 de octubre lleva asesinado 400 atletas y destruido la totalidad de las instalaciones deportivas de la Franja de Gaza, como la propia sede olímpica palestina. El estadio Yarmouk fue trasformado por Israel en centro de detención e interrogatorio y las instalaciones de la federación de fútbol gazatí fueron destruidas.

Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) repudiamos la detención de Jibril Rajub, acompañamos su decisión de no comparecer ante la citación sionista y denunciamos las violaciones de los derechos humanos por parte de Israel. Llamamos a las delegaciones deportivas de cada país, a los clubes de futbol y a sus hinchadas a repudiar estas acciones persecutorias y a rodear de solidaridad al heroico pueblo palestino para llevar adelante una campaña mundial que expulse a Israel de las competencias deportivas internacionales como una expresión más de las rupturas de relaciones con el Estado genocida de Israel.

¡Basta de genocidio sionista en Gaza! ¡Fuera Israel de Palestina! ¡Viva la heroica resistencia palestina! ¡Del Río al Mar Palestina vencerá!

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
14 de agosto de 2024


Escribe José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad

Las primeras señales se conocieron el pasado viernes 2 de agosto, aunque el estallido sucedió el lunes 5. Se produjo una fuerte y feroz caída (un “crack”) de las bolsas de valores mundiales. Acciones, bonos de los estados, criptomonedas, precios de las denominadas commodities (como la soja) cotizaron a la baja. Varios interrogantes se abrieron: ¿por qué sucedió? ¿Estamos en la puerta de una nueva crisis aguda global, como la de 2008? Y, por sobre todo, ¿qué consecuencias tienen estas crisis para los pueblos trabajadores del mundo y para nuestro país en particular.

El lunes 5 de agosto se produjo un desplome histórico de la Bolsa de Tokio (el índice Nikkei), que cayó un 12,4%, el peor descenso desde 1987. Esto rápidamente rebotó hacia todas las bolsas del mundo: se hundió Wall Street, las europeas y también las latinoamericanas. En pocas horas, las cotizaciones en picada hicieron que se evaporaran dos billones de dólares de valores de capitalización bursátil. Que hasta ese momento figuraban en el capital de las grandes empresas o en los patrimonios de los multimillonarios del planeta. Surge un interrogante: ¿Existían previamente en realidad o era una pura sobrevaluación especulativa?

Es que el capitalismo imperialista mundial hace más de medio siglo que no funciona bien, ni siquiera en su propia lógica. Estamos inmersos en una crisis crónica, ya que el capital productivo genera menores ganancias que el especulativo (sea financiero, bursátil, etcétera). Por eso constantemente se generan burbujas especulativas, negocios parasitarios para unos pocos pulpos especuladores, que, más temprano que tarde, terminan explotando, dejando un tendal de perdedores. Claro que también sucede que estos “perdedores”, si son bancos o grandes empresas transnacionales terminan siendo rescatados (por la Reserva Federal en el caso yanqui o por los bancos centrales de Europa o Japón). A quien se quiere hacer pagar los platos rotos, siempre, es al pueblo trabajador por medio de feroces planes de ajuste.

El detonante japonés

El Banco de Japón el 31 de julio pasado subió la tasa de interés del 0% al 0,25% anual. La decisión de aumentar las tasas de interés fue consecuencia del aumento de la inflación, que pasó de ser negativa (-1%) en 2020 a superar el 4% anual. Parece un número menor, pero no lo es si observamos que hacía años que dicha tasa estaba congelada. La suba de la tasa de interés, liquidó un negocio especulativo que venían realizando los grandes capitalistas japoneses: endeudarse (recordemos que a tasa cero), para con ese dinero comprar en la bolsa yanqui acciones o bonos y embolsarse las ganancias de las altas cotizaciones norteamericanas. Ahora, con créditos más caros, ya no convenía seguir con esa bicicleta y los especuladores japoneses salieron rápidamente a desprenderse de esas acciones y bonos, provocando una caída en las cotizaciones. Claro que esas inversiones especulativas no estaban sólo en Wall Street, sino diseminadas por todas las bolsas del mundo, que así se hundieron el día lunes, incluyendo el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio.

 “La tormenta perfecta”: la coincidencia con las dudas sobre la economía yanqui 

El capítulo “japonés” de esta historia coincidió con otro que estaba sucediendo al interior de los propios Estados Unidos. Se trata de una historia que viene desde 2008, ya que la recuperación de la economía yanqui fue lenta a posteriori de esa crisis. Millones que habían perdido sus empleos, cuando lograron reincorporarse al mundo del trabajo lo hicieron en puestos de peor calidad, más precarios, de medio tiempo (obligando a tener uno, dos y hasta tres trabajos) y con menores salarios. Eso generó en su momento el voto castigo a Obama en la elección de fines de 2016.

Durante los primeros años de Trump, la economía siguió igual. Luego llegó la pandemia y generó una recesión record. Si bien hubo una recuperación  en 2021, decenas de miles que habían perdido sus empleos nuevamente solo consiguieron reinsertarse en peores condiciones y con salarios más bajos. 

 A ello se agregó la aparición de una inflación inédita desde la década del ´70, que pegó fuertemente sobre los salarios, deprimiéndolos más aún. Una parte importante de la derrota de Trump en las elecciones de fines de 2021, se explica por el repudio a esta situación económica y social.

 El gobierno yanqui buscó bajar la inflación subiendo la tasa de interés de la Reserva Federal hasta 5,25%, y de esa manera, encareciendo el crédito. Esta política comenzó en los últimos años de Trump y se mantuvo durante todo el gobierno de Biden. Pegó sobre millones de familias trabajadoras, endeudadas de por vida pagando hipotecas u otros créditos, destinando a ello más de un tercio de sus salarios. Para peor, la inflación no descendió lo esperado, y continuó achicando los ingresos. 

 Mientras sucedía todo esto, se vivía una realidad totalmente distinta en los mercados bursátiles, financieros y especulativos yanquis, ya que subían las acciones y los bonos y el establishment financiero amasa fortunas. ¿Cuál era la realidad, la de los salarios deprimidos y las familias endeudadas o la de los millones amasados en Wall Street? 

Una mirada más fina, nos permitía ver que lo del incremento de las cotizaciones bursátiles era un espejismo. En realidad lo único que crecía eran las cotizaciones de las llamadas “siete magníficas”: Nvidia, Tesla, Meta (Facebook), Alphabet (Google), Amazon, Microsoft y Apple, grandes corporaciones de las nuevas tecnologías. En el resto, las tasas de ganancia no se recuperaban y hay miles de empresas llamadas “zombies” (superendeudadas y que sólo sobreviven porque siguen obteniendo nuevos créditos).

 Pero la realidad es que aún las propias “siete magníficas” también están sobrevaluadas, con cotizaciones muy por encima de los resultados de sus balances. Las señales marcaban serias posibilidades de que se estuviera incubando una nueva burbuja especulativa que, como las anteriores, terminara estallando.

La suma de las noticias de la suba de tasas en Japón coincidió la semana pasada con la publicación de nuevos datos de empleo en los Estados Unidos (aumentó del desempleo de dos décimas, situándose en el 4,3%) y ambas cosas unidas a que se conocieron algunos balances de las “siete magníficas” con resultados peores a los esperados, provocó la caída de la Bolsa. En los días siguientes, hasta ahora, las acciones, bonos e índices, sin seguir en un desplome tan fuerte, no se han recuperado.

 La inteligencia artificial: ¿una nueva burbuja?

Veremos en las próximas semanas si estamos a las puertas de una nueva crisis aguda como la de 2008 (que terminó provocando quiebras en masas y una depresión planetaria generalizada) o esto es sólo un aviso. Pero la realidad es que cada vez se hace más claro que la economía yanqui no se ha recuperado nunca plenamente desde aquella crisis, y viene sobreviviendo por medio de la generación de burbujas especulativas. 

Lo que ahora aparece es que todo el nuevo sector de la Inteligencia Artificial, que se lo vende como el eje de la nueva y mayor productividad del capitalismo del futuro, en la realidad del capitalismo imperialista de hoy lo que está haciendo es generar e inflar esta nueva burbuja que amenaza con estallar y provocar una crisis de proporciones.

Recordemos que las siete magníficas son la mayor expresión de lo que se conoce como “la economía del Silicon Valley”, que creció en las últimas décadas  Pero ese sector supuestamente pujante de la economía yanqui no está exento de problemas. Sus cotizaciones registraron un descenso de 15% en estos días. 

Varios factores intervienen en este colapso. Cada vez se sospecha más que la Inteligencia Artificial, y complementariamente la industria de fabricación de chips, han generado expectativas exageradas sobre sus futuras ganancias. En el último mes, Amazon, Apple, Meta y Nvidia publicaron resultados en sus balances que decepcionaron a los especuladores con esas acciones. Se empezó a desarmar la euforia de los inversores por los negocios en torno a la Inteligencia Artificial. Esto tiene un efecto inmediato en cadena para los fabricantes de microchips.

En síntesis, se desnuda la burbuja especulativa: las esperanzas puestas en la inteligencia artificial no se compadecen con la realidad. Las grandes tecnológicas no logran convencer a los especuladores de Wall Street de que la Inteligencia Artificial es el nuevo motor productivo de la economía global: “Las promesas de avances significativos en inteligencia artificial por parte de Amazon, Microsoft y Alphabet no han satisfecho a los inversores, que expresan su decepción con caídas en las acciones de estas empresas tecnológicas” (Washington Post, 3/8). 

La conclusión es que, tal como viene sucediendo desde hace medio siglo, seguimos en medio de una crisis crónica de la economía imperialista. Las tasas de ganancia no se recuperan en los sectores productivos y las superganancias provienen centralmente de la especulación. En otras palabras, la inteligencia artificial está lejos de ser el pasaporte a una etapa de crecimiento del capitalismo.

Por eso lo que seguiremos viendo serán nuevos episodios de crisis como la que se abrieron esta semana. Lo que sigue, antes los billones de dólares perdidos, es que se tratará una vez más que sean los pueblos del mundo quienes lo paguen, por nuevos y más duros planes de ajuste. El camino, como siempre, será enfrentarlos con la lucha obrera y popular. Una vez más, el capitalismo demuestra que no ofrece ninguna salida, lo que nos obliga a luchar por gobiernos de las y los trabajadores y la izquierda, abriendo el camino hacia un mundo socialista. 

 

Escribe Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista, sección argentina de la UIT-CI.
5/8/2024

La crisis electoral de Venezuela vuelve a abrir múltiples interrogantes en miles y miles de luchadoras y luchadores. ¿Qué pasa en Venezuela? ¿Maduro es un gobierno de izquierda y antiimperialista que defiende el petróleo ante los yanquis? Maduro está enfrentando a las multinacionales petroleras? ¿Habría entonces que defender a Maduro y no denunciar el fraude? Nuestra corriente trotskista socialista tiene otra visión.

Como socialistas revolucionarios queremos aclarar una vez más ante la vanguardia mundial antiimperialista y socialista el verdadero carácter del gobierno de Nicolas Maduro y de lo que significó el chavismo. Es totalmente falso que en Venezuela haya un gobierno de izquierda ni que el chavismo haya impulsado la construcción de un “Socialismo del Siglo XXI”, como lo proclamó Hugo Chávez el 1° de mayo del 2005. Los hechos muestran claramente que el chavismo nunca hizo una ruptura con el capitalismo ni dejó de pactar con las multinacionales del petróleo.

La izquierda mundial, el peronismo y hasta sectores que se dicen trotskistas, han distorsionado la realidad. Para justificar su claudicación a los gobiernos patronales de conciliación de clases, sea Maduro, Lula, Petro o Boric.

Veamos que dice, por ejemplo, Valerio Arcary, dirigente de la corriente Resistencia y del PSOL de Brasil, apoyadores del gobierno de Lula. Arcary se reivindica a sí mismo como trotskista. Según él: “El análisis del resultado de las elecciones no puede reducirse a una consideración ingenua. (…) Lo que está en juego es un realineamiento de Venezuela con EE.UU., como una semicolonia, la privatización de PDVSA y la entrega de las mayores reservas de petróleo a las grandes corporaciones petroleras. (…) El gobierno de Maduro ha asumido un proyecto de regulación estatal nacionalista del capitalismo con reformas sociales.” (“La batalla por Venezuela”, 1° de agosto. Revista Jacobin).

O sea, para Arcary, es secundario si hubo fraude o no (no tener “una consideración ingenua”) y si por eso la policía asesina a 20 personas y se encarcela masivamente. Sino que el centro de la “batalla” es por el control del petróleo. Si cayera Maduro, según Arcady, se entregarían “las mayores reservas de petróleo a las grandes corporaciones petroleras” (multinacionales). Este tipo de mensaje es que el difunden gran parte del reformismo mundial y el castrismo.

Es lógico que se genere mucha confusión y dudas en millones. Y más cuando la oposición de Corina Machado es de derecha liberal y proyanqui. Pero todo esto es una gran mentira.

Chevron y las multinacionales petroleras hace años que están en Venezuela de la mano del chavismo

Primera aclaración, para evitar otras confusiones. Desde ya que la derecha proyanki que encabeza María Corina Machado quiere más entrega del petróleo. Pero fundamentalmente quieren ser ellos los intermediarios del negocio petróleo desplazando al chavismo y sus mafias corruptas. Cambiar una mafia por otra. Nada más.

Porque es una mentira mas grande que una casa que si se fuera el gobierno de Maduro entrarían “las grandes corporaciones petroleras”. ¡No! Ya están hace rato las multinacionales del petróleo en Venezuela. Desde el 2007, Chávez pactó, por ley, asociar a las multinacionales como empresas mixtas en PDVSA.

Entre las primeras empresas firmantes de los acuerdos estuvieron, entre otras, Chevron de Estados Unidos, Repsol española, la británica Shell, la francesa Total, China National Petroleum y Petrobras de Brasil. Exxon Mobil fue la única que no aceptó reconvertirse y se retiró. Luego se irían sumando Mitsubishi, de Japón, y las rusas Lukoil, Gazpom, Rosneff,

Los únicos que se opusieron a esta política fue la corriente socialista y clasista encabezada por Orlando Chirino y José Bodas, dirigentes obreros del Partido Socialismo y Libertad (PSL) y de la Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma (C-Cura), desde el mismo seno de los trabajadores petroleros. Desde el primer momento la consigna fue “Basta de empresas mixtas. PDVSA 100% estatal bajo cogestión de los trabajadores”.

La entrega del petróleo venezolano a las multinacionales pegó un nuevo salto en el 2010 cuando el propio Chávez firmó la entrega de varios bloques de la Faja del Orinoco, que es considerada la zona de mayor reserva de petróleo del mundo.

En los primeros meses de 2010, el entonces ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, anunció que el consorcio conformado por la petrolera estadounidense Chevron, Mitsubishi Corporation y la empresa Inpex Corporation, estas dos últimas de Japón, y Suelopetrol de Venezuela, serían socios de PDVSA en el proyecto Carabobo 3, formado por los bloques 2 Sur, 3 Norte y 5. El proyecto Carabobo 1 fue entregado al consorcio integrado por Repsol, ONGC Videsh Limited, la Indian Oil Corporation de India y Petronas de Malasia. Este campo está conformado por las áreas 1 Centro y 1 Norte. Los bloques entregados a las transnacionales producian entre 400 y 480 mil barriles de petróleo diarios.

Entonces Hugo Chávez hizo un llamado a las empresas capitalistas no sólo a explotar el petróleo, sino a sumarse al "desarrollo del país", y se felicitó por la "confianza" demostrada por los empresarios en la economía capitalista venezolana (datos y citas ver libro ¿Por qué fracasó el chavismo? De Simón Rodríguez Porras y Miguel Sorans, páginas 135 y 136).

También ese pacto se hizo con otras multinacionales (Nestlé, Coca Cola, DHL, Movistar, Citibank entre otras) y grandes empresarios venezolanos, mientras fomentaba el surgimiento de empresas que hacían negocios con el Estado, muchas ligadas a las Fuerzas Armadas, generando un nuevo sector burgués que se conoce como la “boliburguesía”. Se considera que hay unas 15 empresas manejadas por los militares. Lo cual explica que aún sigan siendo la columna vertebral del régimen. Todo en el marco de una política antiobrera de bajos salarios y de ataques a las organizaciones obreras y de izquierda independiente.

Nada más alejada de la realidad la otra mentira de Arcady de que el “gobierno de Maduro ha asumido un proyecto de regulación estatal nacionalista del capitalismo con reformas sociales”. Ya bajo Chávez empezaron las penurias para el pueblo trabajador a caballo de las ganancias que se llevaban las multinacionales y la corrupción y explotación de la nueva burguesía y la vieja patronal como el grupo Cisneros o el grupo Polar. Fue esa política la que llevó a la debacle económica y social del Venezuela.

Las multinacionales nunca se fueron de Venezuela

Pese a las sanciones que hubo sobre el negocio petrolero, en estos últimos años, por parte de EE.UU. las multinacionales nunca se fueron. Solo hubo retiros parciales. En ese marco, lo más importante es que ya en noviembre del 2022 se ratificó la licencia de Chevron, que empezó a enviar 200.000 barriles de petróleo por día a EE.UU.

Un año después, en noviembre de 2023, el diario El País, del estado español, informaba de nuevas inversiones petroleras, luego de que EE.UU. anunciara el levantamiento de muchas de las sanciones económicas que pesaban sobre Venezuela: “Además de Repsol y Eni (Italia), que llevan tiempo trabajando con Venezuela en proyectos gasíferos, la francesa Maurel and Prom ha anunciado que retoma sus operaciones en el Lago de Maracaibo. China Petroleum e Indian Oil ya adelantan trabajo con Miraflores. (…) Mitsubishi quiere reasumir el proyecto petroquímico de Metanol de Oriente, Metor. Caracas ha confirmado los proyectos conjuntos petroleros y gasíferos con la colombiana Ecopetrol. Se habla también de Petrobras y la india Reliance” (El País, 27/11/2023).

A su vez, en junio de 2024, mostrando que el supuesto bloqueo no existe, la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), dominada por Maduro, autorizó una prórroga de 15 años a la empresa mixta petrolera de Venezuela Petroindependencia, donde Chevron tiene un 34% de participación, podrá operar hasta 2050, (Datos de Periódico Energía, 18/07/2024).
Ante la nueva crisis política creada por el fraude, Maduro anunció que si seguía la presión de EE.UU. “entregaría las licencias de las petroleras norteamericanas a los países del BIRC”. Esto muestra dos cosas: una la confirmación de que existe un pacto con las petroleras yanquis y segundo, que no amenaza con estatizar esas concesiones, sino entregarlas las multinacionales petroleras de Brasil, India, Rusia o China, que ya están hace años en Venezuela.

Más claro, echarle agua. El gobierno de Maduro no tiene nada de socialista y menos de antiimperialista. Se trata de una dictadura capitalista con un discurso seudo antiimperialista para seguir con la entrega del petróleo y la explotación del pueblo trabajador. Desde el PSL y la UIT-CI seguimos nuestra lucha por terminar con la dictadura de Maduro, su fraude y su represión, rechazando que la oposición de derecha proyanqui sea una alternativa. Luchamos por lograr un gobierno de las y los trabajadores que inicie el camino del verdadero socialismo con democracia para el pueblo trabajador.

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