Escribe Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista, sección argentina de la UIT-CI.
5/8/2024
La crisis electoral de Venezuela vuelve a abrir múltiples interrogantes en miles y miles de luchadoras y luchadores. ¿Qué pasa en Venezuela? ¿Maduro es un gobierno de izquierda y antiimperialista que defiende el petróleo ante los yanquis? Maduro está enfrentando a las multinacionales petroleras? ¿Habría entonces que defender a Maduro y no denunciar el fraude? Nuestra corriente trotskista socialista tiene otra visión.
Como socialistas revolucionarios queremos aclarar una vez más ante la vanguardia mundial antiimperialista y socialista el verdadero carácter del gobierno de Nicolas Maduro y de lo que significó el chavismo. Es totalmente falso que en Venezuela haya un gobierno de izquierda ni que el chavismo haya impulsado la construcción de un “Socialismo del Siglo XXI”, como lo proclamó Hugo Chávez el 1° de mayo del 2005. Los hechos muestran claramente que el chavismo nunca hizo una ruptura con el capitalismo ni dejó de pactar con las multinacionales del petróleo.
La izquierda mundial, el peronismo y hasta sectores que se dicen trotskistas, han distorsionado la realidad. Para justificar su claudicación a los gobiernos patronales de conciliación de clases, sea Maduro, Lula, Petro o Boric.
Veamos que dice, por ejemplo, Valerio Arcary, dirigente de la corriente Resistencia y del PSOL de Brasil, apoyadores del gobierno de Lula. Arcary se reivindica a sí mismo como trotskista. Según él: “El análisis del resultado de las elecciones no puede reducirse a una consideración ingenua. (…) Lo que está en juego es un realineamiento de Venezuela con EE.UU., como una semicolonia, la privatización de PDVSA y la entrega de las mayores reservas de petróleo a las grandes corporaciones petroleras. (…) El gobierno de Maduro ha asumido un proyecto de regulación estatal nacionalista del capitalismo con reformas sociales.” (“La batalla por Venezuela”, 1° de agosto. Revista Jacobin).
O sea, para Arcary, es secundario si hubo fraude o no (no tener “una consideración ingenua”) y si por eso la policía asesina a 20 personas y se encarcela masivamente. Sino que el centro de la “batalla” es por el control del petróleo. Si cayera Maduro, según Arcady, se entregarían “las mayores reservas de petróleo a las grandes corporaciones petroleras” (multinacionales). Este tipo de mensaje es que el difunden gran parte del reformismo mundial y el castrismo.
Es lógico que se genere mucha confusión y dudas en millones. Y más cuando la oposición de Corina Machado es de derecha liberal y proyanqui. Pero todo esto es una gran mentira.
Chevron y las multinacionales petroleras hace años que están en Venezuela de la mano del chavismo
Primera aclaración, para evitar otras confusiones. Desde ya que la derecha proyanki que encabeza María Corina Machado quiere más entrega del petróleo. Pero fundamentalmente quieren ser ellos los intermediarios del negocio petróleo desplazando al chavismo y sus mafias corruptas. Cambiar una mafia por otra. Nada más.
Porque es una mentira mas grande que una casa que si se fuera el gobierno de Maduro entrarían “las grandes corporaciones petroleras”. ¡No! Ya están hace rato las multinacionales del petróleo en Venezuela. Desde el 2007, Chávez pactó, por ley, asociar a las multinacionales como empresas mixtas en PDVSA.
Entre las primeras empresas firmantes de los acuerdos estuvieron, entre otras, Chevron de Estados Unidos, Repsol española, la británica Shell, la francesa Total, China National Petroleum y Petrobras de Brasil. Exxon Mobil fue la única que no aceptó reconvertirse y se retiró. Luego se irían sumando Mitsubishi, de Japón, y las rusas Lukoil, Gazpom, Rosneff,
Los únicos que se opusieron a esta política fue la corriente socialista y clasista encabezada por Orlando Chirino y José Bodas, dirigentes obreros del Partido Socialismo y Libertad (PSL) y de la Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma (C-Cura), desde el mismo seno de los trabajadores petroleros. Desde el primer momento la consigna fue “Basta de empresas mixtas. PDVSA 100% estatal bajo cogestión de los trabajadores”.
La entrega del petróleo venezolano a las multinacionales pegó un nuevo salto en el 2010 cuando el propio Chávez firmó la entrega de varios bloques de la Faja del Orinoco, que es considerada la zona de mayor reserva de petróleo del mundo.
En los primeros meses de 2010, el entonces ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, anunció que el consorcio conformado por la petrolera estadounidense Chevron, Mitsubishi Corporation y la empresa Inpex Corporation, estas dos últimas de Japón, y Suelopetrol de Venezuela, serían socios de PDVSA en el proyecto Carabobo 3, formado por los bloques 2 Sur, 3 Norte y 5. El proyecto Carabobo 1 fue entregado al consorcio integrado por Repsol, ONGC Videsh Limited, la Indian Oil Corporation de India y Petronas de Malasia. Este campo está conformado por las áreas 1 Centro y 1 Norte. Los bloques entregados a las transnacionales producian entre 400 y 480 mil barriles de petróleo diarios.
Entonces Hugo Chávez hizo un llamado a las empresas capitalistas no sólo a explotar el petróleo, sino a sumarse al "desarrollo del país", y se felicitó por la "confianza" demostrada por los empresarios en la economía capitalista venezolana (datos y citas ver libro ¿Por qué fracasó el chavismo? De Simón Rodríguez Porras y Miguel Sorans, páginas 135 y 136).
También ese pacto se hizo con otras multinacionales (Nestlé, Coca Cola, DHL, Movistar, Citibank entre otras) y grandes empresarios venezolanos, mientras fomentaba el surgimiento de empresas que hacían negocios con el Estado, muchas ligadas a las Fuerzas Armadas, generando un nuevo sector burgués que se conoce como la “boliburguesía”. Se considera que hay unas 15 empresas manejadas por los militares. Lo cual explica que aún sigan siendo la columna vertebral del régimen. Todo en el marco de una política antiobrera de bajos salarios y de ataques a las organizaciones obreras y de izquierda independiente.
Nada más alejada de la realidad la otra mentira de Arcady de que el “gobierno de Maduro ha asumido un proyecto de regulación estatal nacionalista del capitalismo con reformas sociales”. Ya bajo Chávez empezaron las penurias para el pueblo trabajador a caballo de las ganancias que se llevaban las multinacionales y la corrupción y explotación de la nueva burguesía y la vieja patronal como el grupo Cisneros o el grupo Polar. Fue esa política la que llevó a la debacle económica y social del Venezuela.
Las multinacionales nunca se fueron de Venezuela
Pese a las sanciones que hubo sobre el negocio petrolero, en estos últimos años, por parte de EE.UU. las multinacionales nunca se fueron. Solo hubo retiros parciales. En ese marco, lo más importante es que ya en noviembre del 2022 se ratificó la licencia de Chevron, que empezó a enviar 200.000 barriles de petróleo por día a EE.UU.
Un año después, en noviembre de 2023, el diario El País, del estado español, informaba de nuevas inversiones petroleras, luego de que EE.UU. anunciara el levantamiento de muchas de las sanciones económicas que pesaban sobre Venezuela: “Además de Repsol y Eni (Italia), que llevan tiempo trabajando con Venezuela en proyectos gasíferos, la francesa Maurel and Prom ha anunciado que retoma sus operaciones en el Lago de Maracaibo. China Petroleum e Indian Oil ya adelantan trabajo con Miraflores. (…) Mitsubishi quiere reasumir el proyecto petroquímico de Metanol de Oriente, Metor. Caracas ha confirmado los proyectos conjuntos petroleros y gasíferos con la colombiana Ecopetrol. Se habla también de Petrobras y la india Reliance” (El País, 27/11/2023).
A su vez, en junio de 2024, mostrando que el supuesto bloqueo no existe, la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), dominada por Maduro, autorizó una prórroga de 15 años a la empresa mixta petrolera de Venezuela Petroindependencia, donde Chevron tiene un 34% de participación, podrá operar hasta 2050, (Datos de Periódico Energía, 18/07/2024).
Ante la nueva crisis política creada por el fraude, Maduro anunció que si seguía la presión de EE.UU. “entregaría las licencias de las petroleras norteamericanas a los países del BIRC”. Esto muestra dos cosas: una la confirmación de que existe un pacto con las petroleras yanquis y segundo, que no amenaza con estatizar esas concesiones, sino entregarlas las multinacionales petroleras de Brasil, India, Rusia o China, que ya están hace años en Venezuela.
Más claro, echarle agua. El gobierno de Maduro no tiene nada de socialista y menos de antiimperialista. Se trata de una dictadura capitalista con un discurso seudo antiimperialista para seguir con la entrega del petróleo y la explotación del pueblo trabajador. Desde el PSL y la UIT-CI seguimos nuestra lucha por terminar con la dictadura de Maduro, su fraude y su represión, rechazando que la oposición de derecha proyanqui sea una alternativa. Luchamos por lograr un gobierno de las y los trabajadores que inicie el camino del verdadero socialismo con democracia para el pueblo trabajador.