Sep 03, 2024 Last Updated 11:24 PM, Sep 2, 2024

Gil Garcia, del MAS de Portugal

Compañeros de la UIT-CI, desde el Movimiento de Alternativa Socialista (MAS) de Portugal nos congratulamos por el congreso exitoso al que hemos sido invitados a participar. Nos alegró mucho el ambiente fraternal y de buen nivel de discusión política. Los dos temas centrales de la reunión, la situación mundial y la cuestión del ambiente, colocan a la Internacional UIT-CI en los grandes debates de la situación mundial en este período muy convulsivo. Nos pareció una discusión muy interesante, con cuadros de numerosos países, que en el inicio, cuando establecimos contacto para conocer mejor esta Internacional, no teníamos la percepción de la cantidad de grupos, partidos y compañeros de diversas partes y continentes que estarían presentes. Fue una sorpresa agradable con muy buenas contribuciones. También nos pareció muy interesante la elaboración reciente sobre el papel de China y la relación con los Estados Unidos. Es muy interesante y tenemos acuerdo con la ilusión que genera la dinámica de la polarización social que avanza en el planeta. Por eso vamos a continuar charlando, es muy importante que haya una perspectiva de unificación y de aproximaciones de distintos agrupamientos y corrientes y, en ese sentido, es que participamos de este congreso de la UIT-CI y seguiremos charlando con vistas a buscar una confluencia común para reconstruir una Internacional revolucionaria. Seguiremos adelante compañeros, gracias.

A continuación presentamos una versión reducida del informe de Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista y de la UIT-CI, al VII Congreso Mundial.

En 2020 se han producido grandes cambios, en especial la pandemia del coronavirus y la nueva crisis aguda de la economía capitalista. El otro cambio importante es que se retoman las movilizaciones y las protestas contra los gobiernos y los regímenes políticos luego de una coyuntura de impasse, aunque aún no están en el mismo nivel que en 2019.

Estamos viviendo la crisis económica más grave de la historia del capitalismo. Muchos dicen que es por la pandemia, pero el Covid-19 solo le metió más leña al fuego a lo que venía de antes. En ese sentido, ratificó lo que señalamos en el documento de diciembre de 2019. Decíamos que el imperialismo no había logrado superar la crisis económica capitalista abierta en 2007/08 y que podía producirse una nueva crisis aguda durante 2020. Esto sucedió, pero por una vía no prevista, por una pandemia.

Los datos de la crisis y su agudeza los da el mismo FMI, que pronosticó que la contracción del PBI mundial será de menos 4,4 por ciento. Se lo considera el mayor desplome de la historia. Antes del coronavirus había en el planeta 1.400 millones de personas con trabajo precario y más de 172 millones sin trabajo. Ahora el FMI anunció que se sumarán 400 millones de nuevos desocupados. El hambre crece en el mundo. Según la ONU, en un informe de julio de 2020, 3.000 millones de personas no pueden costearse una dieta sana, sobre 8.000 millones de habitantes del planeta. Hay 690 millones de hambrientos en el mundo. En el otro extremo, las quinientas personas más ricas son más ricas. Jeff Bezos, por ejemplo, el dueño de Amazon, sumó a su fortuna personal más de 73.000 millones de dólares entre mayo y septiembre.

Las perspectivas para 2021 apuntan a que se profundice este desastre y, por lo tanto, también los sufrimientos del movimiento de masas.
Pero lo destacable y favorable para nosotros es que la clase trabajadora y los pueblos no aceptan pasivamente la gravedad del ataque que están recibiendo por parte del imperialismo.
 
En 2020, luego de un impasse, se retomaron las movilizaciones

En 2020, indudablemente, hubo un impasse luego de la oleada revolucionaria de 2019. Hubo un repliegue ante el Covid-19, comprensible ante el temor al contagio. Pero desde mayo se fue produciendo un cambio, aunque no en el mismo nivel de lo que fue en 2019. Volvieron las movilizaciones populares en Líbano. Hubo huelgas obreras en Europa, como la de Nissan de Barcelona contra el cierre, y la de Renault, contra los despidos, en Francia. Lo más destacado ha sido la rebelión antirracista en los Estados Unidos en junio, que llegó a expresarse con 20 millones de personas en las calles, superando incluso a las movilizaciones contra la guerra de Vietnam de los ’60. Esto provocó que miles también se movilizaran en Europa, en el pico de la pandemia, con manifestaciones de masas en París, Londres, Barcelona y el resto del continente. Esto debilitó a Trump, fue la previa de su derrota electoral.

Después surgió, y todavía persiste, la rebelión popular de Bielorrusia contra el dictador Lukashenko. En octubre hubo una huelga parcial de los sindicatos metalúrgicos en Italia contra los cierres de empresas. En Tailandia lleva meses una movilización democrática de masas contra la monarquía, la “revolución de los patos amarillos”, porque la juventud sale con patos gigantes de plástico como símbolos contra la represión policial. Recientemente se produjo una huelga en India de más de 250 millones de trabajadores y campesinos, que se considera inédita. En Chile se ha empezado a retomar la rebelión después de haber expresado un voto a favor de la reforma constitucional y por una asamblea constituyente en un referéndum. En Guatemala, sorpresivamente, miles salieron a las calles, quemaron el parlamento, y el gobierno tuvo que retroceder con un presupuesto dictado por el FMI. En Perú miles salieron a las calles con la consigna “Ni Vizcarra ni Merino, que se vayan todos, por una asamblea constituyente”. Durante días no hubo gobierno y en seis días hubo tres presidentes. Ahora una huelga de trabajadores agrícolas logra el cambio de una ley muy importante.

Entonces, la perspectiva es que este ascenso continúe en 2021, enfrentando los ataques a los niveles de vida. Tenemos que estar abiertos a que se produzcan nuevas Guatemala, nuevos Perú o nuevas huelgas como la de India.
 
2020 también fue un año de derrotas y retrocesos de los gobiernos de ultraderecha

En 2016, con el triunfo de Trump, Salvini en Italia y luego Bolsonaro en Brasil, se abrió una discusión en toda la izquierda mundial en donde la mayor parte, o gran parte de ella, decía que venían regímenes fascistas. Que lo que iba a predominar era el avance de la ultraderecha internacional. Nosotros, en el anterior congreso de 2017 y en los distintos documentos, no dejamos de reconocer el avance de la ultraderecha y los peligros que eso encerraba para el movimiento de masas. Pero dijimos que no se iba a regímenes fascistas y que lo menos probable eran triunfos contrarrevolucionarios. Porque veíamos un marco de lucha y resistencia del movimiento obrero y popular que probablemente contrarrestara esa tendencia. Y esto es lo que ha ocurrido. Cuatro años después vemos que están retrocediendo, lo que no es igual a que la ultraderecha haya desaparecido.

Las variantes de ultraderecha no logran consolidarse. La derrota electoral de Trump lo demuestra. A esto se suma la de Añez en Bolivia. En las elecciones municipales de Brasil los candidatos de Bolsonaro perdieron. En Grecia, el partido neonazi Amanecer Dorado, que venía creciendo y que llegó a tener un número importante de diputados, fue declarado organización criminal en medio de movilizaciones que pedían su castigo.

La derrota de Trump es la expresión electoral de la rebelión antirracista y de la crisis social y del Covid-19. El triunfo de Biden y los demócratas significa un cambio de mando en el imperialismo yanqui, pero se produce en medio de lo que definimos como una crisis global del imperialismo, política, social, económica y militar. Por otro lado, Biden no es nada nuevo, ha vuelto el Partido Demócrata. Vuelve la política de la zanahoria y el garrote; va a primar, respecto de Trump, más la negociación con las grandes potencias y con las direcciones reformistas sin abandonar el garrote.

La pelea por construir partidos revolucionarios

La continuidad de las rebeliones y las protestas obreras y populares provoca una tendencia permanente a la crisis y el debilitamiento de los regímenes y los gobiernos capitalistas.
Este proceso también se produce en los gobiernos y direcciones de la centroizquierda mundial. Un ejemplo claro ha sido el fracaso de Syriza en Grecia, y ahora el desprestigio de Podemos siendo parte del gobierno y del régimen burgués monárquico del Estado español. La crisis del chavismo y de Maduro ante las masas, que expresaron su rechazo con los pies. No fue a votar el 70% del padrón en las fraudulentas elecciones de Venezuela. El PT sigue mostrando su decadencia con los magros resultados que obtuvo en las recientes elecciones municipales de Brasil.

Pero es indudable que la cuestión de la dirección sigue siendo el eslabón más débil que tienen la clase trabajadora y los explotados. La pelea por superar la crisis de dirección revolucionaria sigue siendo nuestra gran tarea estratégica.
Lo que crece en las luchas es una inmensa vanguardia amplia, obrera, juvenil, popular y de mujeres. Miles protestan en las calles en Chile, en Líbano, los trabajadores y trabajadoras de salud en todo el mundo, o la juventud radicalizada y el movimiento antirracista de los Estados Unidos. Se dan nuevos fenómenos políticos y organizativos. En Chile, por ejemplo, surgieron nuevos organismos en el pico de la movilización, como las asambleas barriales.
Se forman oposiciones antiburocráticas en los sindicatos en los diferentes países, o sindicatos combativos e independientes. Allí está la materia prima, en esa vanguardia luchadora, para dar la pelea por lograr nuevas direcciones combativas y para construir partidos revolucionarios que impulsen la movilización por gobiernos de las y los trabajadores y el socialismo. Esa es la orientación central de la UIT-CI.
Esto se planteó desde la fundación de la Cuarta Internacional, en el Programa de transición y sigue siendo la razón de ser de los socialistas revolucionarios. La UIT-CI lo asume considerándose una parte, no la única organización que puede reconstruir la Cuarta Internacional.

El VII Congreso Mundial de la UIT-CI votó un conjunto de resoluciones de apoyo a las luchas de los pueblos en todo el mundo. Al mismo tiempo, se resolvió la realización de una serie de campañas internacionales. Destacamos a continuación algunas de las más importantes votaciones al respecto.

Sobre los diez años de la revolución del Norte de África y Medio Oriente se resolvió organizar un acto virtual internacional de la UIT-CI el 16 enero de 2021 con la participación de dirigentes de la región.

 • En relación con la defensa de los sistemas públicos de jubilaciones y pensiones, considerando que una parte de la ofensiva imperialista contra la clase trabajadora mundial es el recorte y privatización de los sistemas públicos de jubilaciones por parte de los gobiernos burgueses, el congreso resolvió llamar a todos los revolucionarios y revolucionarias a luchar por pensiones 100% públicas y de reparto, dignas, con un salario adecuado al costo de vida y a luchar por la nacionalización de los fondos privatizados bajo control de jubilados y pensionados.

Sobre la tragedia de los migrantes venezolanos que mueren en las costas de Trinidad-Tobago como consecuencia de las terribles condiciones de vida del pueblo trabajador impuestas por el gobierno de Maduro y la derecha patronal y proimperialista que ha avalado las sanciones criminales de Trump contra el pueblo venezolano se resolvió repudiar el paquete de ajuste del gobierno de Maduro, rechazar las sanciones impuestas por el imperialismo norteamericano que agravan la crisis humanitaria y social en Venezuela, así como la política migratoria reaccionaria del gobierno de Trinidad-Tobago.

•  Contra el racismo. Considerando que la lucha contra el racismo es parte integrante de la lucha en contra del capitalismo, por la unidad de la clase trabajadora a nivel mundial y por el socialismo, se resolvió continuar participando activamente en las luchas antirracistas en el mundo, aportando una perspectiva socialista y postulando una alternativa política de independencia de clase.  A tal efecto, la UIT-CI realizará un foro público sobre la lucha antirracista internacional.

El VII Congreso Mundial de la UIT-CI también resolvió continuar expresando la solidaridad con la lucha del pueblo saharaui. Para ello, se participará en las movilizaciones en apoyo a la lucha del pueblo saharaui, denunciando tanto a la dictadura marroquí como el rol del imperialismo y la ONU. Al mismo tiempo se decidió repudiar el reconocimiento de Trump a la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental.  

Sobre la lucha del pueblo haitiano, el congreso aprobó apoyar la lucha del pueblo haitiano contra el régimen dictatorial de Jovenel Moïse. ¡Fuera Jovenel Moïse! ¡Fuera el Core Group y el imperialismo de Haití, que el pueblo haitiano tome las riendas de su propio destino! ¡Solidaridad internacionalista con la lucha del pueblo haitiano!

Con toda la actualidad de los acontecimientos más importantes que afectan a las trabajadoras, trabajadores y pueblos del mundo. También se realizó una edición especial en homenaje a Federico Engels a 200 años de su nacimiento. Acercándolas a nuestros lectores, durante este año, en forma virtual y editadas en papel. Traducidas al inglés, portugués y varios idiomas. Pueden solicitarlas al compañero que le acerca El Socialista.

Escribe Federico Novo Foti

Hay una crisis política en Perú donde ya cayeron dos presidentes y continúan las movilizaciones. El Partido de Trabajadores-Uníos, organización peruana hermana de Izquierda Socialista, sostiene una política de independencia de clase y promueve una salida obrera y socialista. En nuestro país, el PTS y el PO vienen realizando críticas valiéndose de citas parciales y soslayando la política de Uníos y su referente, Enrique Fernández Chacón.

El 9 de noviembre, el Congreso peruano votó por la vacancia (expulsión por juicio político) del presidente Martín Vizcarra, que había asumido en 2018 tras la vacancia del anterior mandatario. Esto puso en evidencia la creciente descomposición de la dirigencia peruana y su régimen político, asentado en la Constitución de 1993 del dictador Alberto Fujimori. Los presidentes de los últimos treinta años han sido acusados por corrupción, la cual ha servido para aceitar los acuerdos entre dirigentes y empresarios para sostener un sistema capitalista de ajuste, superexplotación y saqueo. Este año la crisis económica agudizó la pelea por el botín, que terminó con el gobierno de Vizcarra, acusado también de corrupción. El 10 de noviembre asumió la presidencia Manuel Merino. Pero la irrupción del movimiento popular, con fuerte presencia juvenil, liquidó el intento de los partidos patronales de cerrar la crisis política. Las movilizaciones, lejos de defender a Vizcarra, expresaron el hartazgo con todos los partidos tradicionales, contra la informalidad laboral, la falta de acceso a la salud, contra la violencia de género, entre otros reclamos. Las masivas movilizaciones y los cuestionamientos a la represión de Merino, tras los asesinatos de Inti Sotelo y Jack Bryan Pintado, precipitaron su caída. Tras casi dos días sin gobierno, el 17 de noviembre, el Parlamento eligió un nuevo presidente, el liberal Francisco Sagasti, con la intención de salvar al maltrecho régimen político y frenar las movilizaciones. Pero las marchas y los reclamos continúan. 

Las posiciones de Uníos y Fernández Chacón

Uníos, organización hermana de Izquierda Socialista en la UIT-CI, y su referente, el histórico dirigente trotskista y diputado Enrique Fernández Chacón, vienen postulando una política independiente y una salida obrera y socialista. Por sostener esta posición Fernández Chacón viene sufriendo ataques de los partidos patronales. Es acusado de “golpista” y de “corrupto”, afirman que tuvo una causa por “delitos contra la seguridad”, cuando esta proviene de la lucha contra la dictadura de Francisco Morales Bermúdez en 1975. Sorpresivamente, desde la Argentina, el PTS y el PO se han sumado al coro de críticas.

Juan Gallardo, del PTS, acusa a Uníos y Fernández Chacón de no levantar “una política independiente”. [1] Cuestiona el voto de Fernández Chacón ante la vacancia de Vizcarra, afirmando que lo hizo “sin emitir una sola opinión al respecto” en el recinto. Sin embargo, el 2 de noviembre, Fernández Chacón presentó una moción en soledad por la vacancia “desde una perspectiva obrera e independiente”. Allí expuso que existe “una lucha entre corruptos”, llamó a terminar con el modelo capitalista señalando que “solo la lucha en las calles traerá un nuevo modelo al servicio de las mayorías populares” y planteó como salida de fondo la lucha por un “gobierno de los trabajadores”. Gallardo reconoce la existencia de dicha moción, pero insólitamente la descarta porque en las redes sociales fue compartida “por tan solo treinta personas”. Con citas parciales intenta también desconocer las posiciones públicas de Uníos y Fernández Chacón llevadas no solo al Congreso sino a las movilizaciones por medio de volantes, pancartas y banderas con consignas como ¡todos a las calles hasta derrotar al gobierno de Merino y sus cómplices! Ni Vizcarra, ni Merino. Ni el Congreso, ni la Constitución fujimorista y “¡por una asamblea constituyente! ¡Por un gobierno de trabajadores! Asimismo, la crítica de Gallardo contrasta con la política impulsada por la CST, organización peruana ligada al PTS, que ante el proceso de vacancia planteó que “Vizcarra tiene que irse”, solo criticando la vacancia por insuficiente. [2]

A su vez, desde el inicio de la crisis, la CST viene sosteniendo como única salida de fondo la elección a una asamblea constituyente. Un planteo limitado a los marcos del régimen burgués, cuando la crisis política que llegó al vacío de poder durante dos días exige difundir la urgente necesidad de luchar por un gobierno de trabajadores.

Gallardo redobla la apuesta y acusa a Uníos de adaptarse al “proyecto de colaboración de clases del Frente Amplio”. Pero Uníos tuvo siempre una posición independiente dentro del FA y la mantuvo tras el anuncio de ruptura de Uníos con el FA, el 2 de noviembre. Durante la crisis política el FA se dividió ante la vacancia de Vizcarra (no apoyaron la moción de Fernández Chacón) y terminó de sostén del nuevo gobierno de Sagasti. Hoy defienden su presupuesto 2021 de ajuste y endeudamiento. En abierta oposición, Uníos y Fernández Chacón llamaron a la movilización y a no confiar en los dirigentes patronales. Gallardo reconoce que Fernández Chacón se negó a votar por Sagasti, pero nuevamente lo soslaya intentando forzosamente ubicarlo junto al FA. Tergiversan la posición sostenida por Fernández Chacón sobrevalorando una votación circunstancial a favor de la diputada Rocío Silva Santibañez, del FA, minimizando lo esencial, que votó contra la designación de Sagasti como nuevo presidente y lo hizo “en contra del reparto de poder” que tejieron los partidos del régimen, incluido el FA. Además, ignora que Uníos viene difundiendo en las luchas, junto a las salidas de fondo, la consigna “ninguna confianza en el gobierno de Sagasti” y plantea “¡abajo el presupuesto de Vizcarra-Sagasti!”. Los hechos demuestran que no existe ninguna adaptación de Uníos al FA.

Rafael Santos, del PO, afirma que un “golpe destituyó a Vizcarra” y desde ahí critica el planteo de vacancia realizado por Fernández Chacón. [3] Pero Vizcarra fue destituido por el mismo mecanismo del régimen político peruano que lo había colocado a él en la presidencia. No hubo ningún golpe de Estado. El PO cede ante el bando patronal del vizcarrismo, que salió a agitar la idea de “golpe” aspirando a sostenerse en el gobierno. Una aspiración que enterraron las masivas movilizaciones populares. Finalmente, sin siquiera chequearlo, Santos afirma que Fernández Chacón “habría votado” por la vicepresidencia de Mirtha Vázquez (Frente Amplio), apoyando a Sagasti. Muy por el contrario, Fernández Chacón votó en contra de la mesa directiva del Congreso, donde fue elegida Mirtha Vázquez, y se negó a votar por Sagasti.

Contra el nuevo gobierno de Sagasti y su plan de ajuste, unidad de los que luchan

Uníos y Fernández Chacón vienen sosteniendo una política principista, llamando a movilizar por todos los reclamos obreros y populares, exigiendo una asamblea constituyente libre y soberana que termine con el régimen fujimorista, y por una salida de fondo por un gobierno de trabajadores. El PTS y el PO intentan desconocerlo. De esta manera solo aportan a la confusión que buscan generar los partidos del régimen para capear la crisis, debilitando así la pelea por una salida obrera y socialista.

Contra todo sectarismo o divisionismo, Uníos plantea: “¡Ninguna confianza al gobierno de transición! […] El pueblo movilizado exige grandes cambios y solo con la movilización permanente y una organización que responda a los intereses de los trabajadores y trabajadoras podremos lograrlo. ¡Organicemos la resistencia en los lugares de trabajo exigiendo el paro general y un plan de lucha a la CGTP y las centrales sindicales! ¡Asambleas en los barrios como aprendimos de la juventud que tiró la Ley Pulpín! ¡Asambleas en escuelas y universidades! Todo para poner en pie la coordinación nacional y unidad de las luchas para enfrentar el nuevo gobierno hasta conquistar la asamblea constituyente libre y soberana y que gobiernen los trabajadores y los pueblos junto con las organizaciones en lucha. Hacemos un llamado a todos los luchadores y luchadoras, organizaciones políticas y sociales, barriales y vecinales a construir juntos este instrumento de cambio que nuestro pueblo exige con urgencia”.[4]

 

[1] Juan Andrés Gallardo. “Las reales posiciones de Uníos y Fernández Chacón durante la crisis peruana”, LID (24/11/2020).

[2] José Rojas. “¿Es la vacancia presidencial una salida de fondo a la crisis política y a la corrupción presidencial?”, LID Perú (21/10/2020).

[3] Rafael Santos. “Perú: Uníos rompió con el Frente Amplio”, Prensa Obrera (25/11/2020).

[4] Editorial. “Una crisis que estalla, un triunfo del pueblo y las tareas pendientes”, Uníos N° 27 (24/11/2020).

 

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

La suscripción del periódico impreso nos permite también seguir editándolo, ya que nos financiamos con nuestros propios aportes y del de los suscriptos.

 

Suscribite a la versión Impresa

Más Leídos