Jul 01, 2024 Last Updated 11:24 PM, Jun 29, 2024

Izquierda Socialista


Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora electa (CABA) por Izquierda Socialista/FIT Unidad  

El Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, que tiene a su cargo la asesoría jurídica de la Presidencia de la Nación, firmó junto a Eduardo Menen y Cristina Guzmán una nota de opinión titulada “2024: año de la defensa de la vida, la libertad y la propiedad” (Infobae, 25/01/24) que exige la derogación de la Ley 27.610 de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) sancionada hace apenas tres años en diciembre del 2020.

En dicha nota, quienes fueran congresales constituyentes en la reforma de la Constitución Nacional de 1994 sostuvieron que “en la República Argentina se matan a alrededor de 100.000 niños por año como consecuencia de la práctica del aborto autorizado (y hasta fomentado) por la ley 27.610, eufemísticamente denominada de interrupción voluntaria del embarazo, cuando lo que en realidad se interrumpe es la vida de un ser humano durante el embarazo de la madre”. No es casualidad que aparezcan las formulaciones “niños” y “madre” como sinónimos de embriones y de personas gestantes, respectivamente.

Esta cuestión ya la habíamos advertido en la #LeyÓmnibus cuando Milei propuso modificar la Ley de los Mil Días. En sintonía con los planteos de Barra y compañía, allí se reemplaza el concepto de “personas gestantes” por “madres embarazadas”, eliminando a las disidencias y modifica el inicio de los Mil días que en la ley original comenzaba en la semana doce de embarazo y propone que se inicie desde “la concepción del niño”. Esta modificación, retrotrae un debate ya superado por la ciencia y por la lucha de la #MareaVerde cuando conquistamos el derecho al aborto.

El embate del ultraderechista Milei y de todos los dinosaurios representantes de la reacción patriarcal contra nuestros derechos debemos frenarlo con la movilización feminista. Así como en 2018 logramos la despenalización social del aborto y dos años después la ley, en las calles debemos estar para frenar esta nueva avanzada misógina y antiderechos. Por eso, con Isadora participamos de la asamblea feminista convocada por #NiUnaMenos hacia el paro del 24E y planteamos la necesidad de seguir organizándonos en el camino de construir una gran jornada de lucha unitaria hacia el 8 de marzo, día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, que demuestre la fuerza indiscutible que tenemos las mujeres y disidencias para defender nuestros derechos.

Como lo presagió la feminista francesa, Simone De Beauvoir, quien en 1949 escribía “No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”. Así aprendimos a estar en estado de alerta las feministas independientes y combativas, en movimiento y coordinando todas nuestras acciones para que no nos arrebaten ninguna de nuestras conquistas. Sobre nuestros cuerpos y nuestros derechos: ¡No pasarán!

Escribe Federico Novo Foti

A fines de febrero de 1974, la policía y patotas de la burocracia sindical realizaron un golpe contra el gobernador cordobés Obregón Cano. El “Navarrazo” fue parte de la política represiva del gobierno de Perón para cerrar la etapa de ascenso de las luchas iniciado con el “Cordobazo” de 1969.

El miércoles 27 de febrero de 1974, la ciudad de Córdoba amaneció bajo un clima enrarecido. Los transportes públicos no funcionaban porque la cámara empresarial mantenía un lock out contra el otorgamiento de aumento salarial. Patotas armadas de la Juventud Sindical Peronista y de las “62 Organizaciones” (ortodoxa) recorrían la ciudad. Grupos fascistas del “Comando Rucci” ocuparon las radios más importantes. Todo esto sucedía mientras la policía permanecía acuartelada. Cerca de la medianoche, el Jefe de Policía recientemente destituido, el coronel Antonio Navarro, junto a una delegación policial, se presentó en la gobernación. Allí destituyó y detuvo al gobernador peronista, Ricardo Obregón Cano, a su vice Atilio López, líder de la CGT local y la UTA, y a ochenta funcionarios, bajo el pretexto de que en la casa de gobierno se estaban distribuyendo armas.

La policía y la patota sindical pasaron a ejercer el poder real en la provincia. Durante los días siguientes la represión recrudeció. Patrullas policiales y bandas fascistas allanaron centenares de sindicatos opositores. El local del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), antecesor de Izquierda Socialista, fue allanado siendo detenido el dirigente sindical combativo José “Petiso” Páez y veintiocho compañeros, que luego fueron liberados.[i]   

La acción golpista contó con el apoyo del gobierno nacional de Juan Domingo Perón, quien declaró a La Voz del Interior: “lo que hay en Córdoba, ustedes saben, es un foco de infección”.[ii] Se consumó así el “Navarrazo”, el golpe de estado contra el gobierno cordobés. Pero su objetivo final era poner de rodillas a la clase trabajadora que venía protagonizando un ascenso de las luchas desde 1969.

Perón buscaba cerrar la etapa abierta por el Cordobazo

El 29 de mayo de 1969 sucedió la insurrección del movimiento obrero cordobés, conocida como el “Cordobazo”, que marcó el inicio de un nuevo ascenso de la lucha de clases en el país y los inicios de una fuerte corriente clasista y antiburocrática en el movimiento obrero, cuya máxima expresión fueron los sindicatos combativos de la FIAT, el Sitrac y el Sitram. El Cordobazo y los alzamientos en otras ciudades expusieron de manera explosiva la crítica situación de la clase trabajadora y los sectores populares e hirieron de muerte a la dictadura de Juan Carlos Onganía, quien se vio obligado a renunciar.

Incapaces de controlar la situación, los militares buscaron una salida y, en acuerdo con la burguesía y sus dos principales partidos (la UCR de Balbín y el PJ de Perón en el exilio) y auspiciados por el imperialismo, lanzaron el “Gran Acuerdo Nacional” para encauzar por la vía electoral el ascenso de las luchas. El 11 de marzo de 1973 se realizaron las elecciones nacionales poniendo fin a la dictadura militar y a casi dieciocho años de proscripción del peronismo. La fórmula Héctor Cámpora – Vicente Solano Lima del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) triunfó con 5,9 millones de votos. La Juventud Peronista y Montoneros, el ala “combativa” del peronismo, llamó a votar al Frejuli con la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder” en nombre de la construcción de la “Patria Socialista”. El PST, que era parte importante del nuevo activismo que intervenía en las luchas, fue la única corriente de izquierda que dio la pelea electoral con una política de independencia de clase, con la fórmula Juan Carlos Coral – Nora Ciapponi, planteando que Cámpora no venía a realizar el sueño de la liberación nacional y el socialismo, sino a frenar las luchas y mantener el sometimiento del país al imperialismo.[iii]

El 8 de junio, el “Pacto Social” firmado por el gobierno y la CGT, conducida por el burócrata de la UOM José Ignacio Rucci, confirmó la orientación. El acuerdo imponía el congelamiento de los salarios, mientras dejaba correr los aumentos de precios. Como resultado, las luchas continuaron y comenzó a surgir un nuevo activismo que amenazaba con desbordar a los burócratas sindicales. En Córdoba renació el clasismo con el triunfo de una nueva conducción democrática y combativa en la FIAT. En el sindicato de la sanidad surgió la Coordinadora Interhospitalaria para reclamar elecciones y democratizar el gremio.

El 20 de junio, Perón regresó de su exilio con la firme intención de instalarse en el país y tomar personalmente las riendas del gobierno. El 13 de julio, a sólo cuarenta y nueve días de su asunción, el “Tío” Cámpora, incapaz de detener las luchas, fue obligado por Perón a renunciar. El 23 de septiembre se realizaron nuevas elecciones en las que se impuso por amplia mayoría la fórmula Juan Perón – María Stella Martínez de Perón (Isabelita). El PST propuso a las principales figuras del nuevo sindicalismo, como Agustín Tosco o René Salamanca, integrar su fórmula utilizando la legalidad del PST. Lamentablemente, una parte de ellos acabó votando a Perón y otra mantuvo una actitud sectaria y abstencionista llamando al voto en blanco. Los candidatos Juan Carlos Coral – José Páez del PST obtuvieron casi 200.000 votos.

El 12 de octubre de 1973 Perón asumió su tercer mandato presidencial, que duró apenas nueve meses, hasta su muerte el 1° de julio de 1974. Lejos de las expectativas creadas en la base peronista y honestos luchadores, con su retorno al poder, Perón tenía el objetivo declarado de derrotar el ascenso de las luchas, bajo el pretexto de depurar al movimiento peronista de “infiltrados trotskistas” para imponer el conocido “de casa al trabajo y del trabajo a casa”.[iv] Para ello reforzó las medidas represivas. Obligó a renunciar al gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain, ligado a la JP. Desde el ministerio de Bienestar Social, conducido por el siniestro José López Rega, impulsó acciones de bandas fascistas como la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Envió al Congreso la reforma del Código Penal para encarcelar a activistas y nombró a dos conocidos represores al frente de la Policía Federal, Alberto Villar y Luis Margaride. La continuidad de los atentados y acciones de las organizaciones guerrilleras, ajenas a las necesidades de la clase trabajadora, entre ellas el asesinato de José Rucci por los Montoneros o el ataque al Regimiento de Caballería de Azul por el PRT-ERP, sirvieron de excusa al gobierno para avanzar en esas medidas.

Lecciones del Navarrazo

El golpe de estado en Córdoba se inscribió en la profundización de la política represiva del gobierno de Perón. El PST llamó a la más amplia unidad de acción antifascista y a defender las libertades democráticas. Pero las direcciones peronistas “combativas” mayoritarias, las organizaciones guerrilleras y los máximos referentes del nuevo sindicalismo no respondieron a su llamado.[v] El Navarrazo fue seguido por la intervención de la CGT local y el desplazamiento de los nuevos dirigentes sindicales, las “destituciones” de los gobernadores de Salta, Mendoza y Santa Cruz y la aplicación de la Ley de Prescindibilidad para barrer comisiones internas combativas, como la de Banco Nación. Tras la muerte de Perón, las luchas continuaron bajo Isabelita, así como el ajuste que desencadenó la primera huelga general contra un gobierno peronista, el “Rodrigazo” de 1975, la represión y nuevos ataques fascistas. El PST, que intervino en las principales luchas obreras planteando la necesidad de unirlas y coordinarlas, y sufrió el asesinato de dieciséis militantes a manos de bandas fascistas en ese período. Finalmente, en 1976, la burguesía y el imperialismo se decidieron por la salida del golpe y el terrorismo de estado.

Si el Navarrazo y las demás medidas represivas que terminaron llevando al golpe no fueron por entonces derrotadas por la movilización unitaria y masiva sostenida del movimiento obrero y popular fue porque la mayoría de los trabajadores aún obedecían a la conducción o tenían expectativas en el peronismo, un movimiento patronal jugado a imponer el “orden” burgués y a seguir los planes del imperialismo, y a la dirigencia sindical burocrática y traidora, aliada incondicional de esos patrones. Con los años, tras la caída de la dictadura, el rol del peronismo volvió a quedar en evidencia, bajo los gobiernos de Carlos Menem, Nestor y Cristina Kirchner o Alberto Fernández. La continuidad de las penurias de la clase trabajadora y el presente avance de la extrema derecha en el gobierno con Milei son la prueba más dolorosa del costo que tiene seguir a dirigentes patronales. Por eso una de las lecciones más importantes de todo este proceso es la necesidad de construir una nueva dirección sindical y política independiente de los patrones y los burócratas, tomando la experiencia del glorioso PST, que sea consecuente en la lucha en defensa de los intereses de la clase trabajadora y el pueblo y pelee por una salida de fondo a los males del capitalismo: el gobierno de las y los trabajadores y el socialismo.


[i]       Ver Avanzada Socialista Nº 94 del 6 al 13 de marzo de 1974.

[ii]      Ídem.

[iii]     Ricardo de Titto. “Historia del PST”. Tomo II. Ediciones CEHuS, Buenos Aires, 2018.

[iv]     Ídem.

[v]      Ídem.


Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

Con el apoyo del imperialismo yanqui, el británico y de la Unión Europea, Israel continúa su agresión genocida con bombardeos y masacres en Gaza, pero la heroica resistencia  palestina ha impedido, hasta ahora, que el sionismo domine Gaza. Por otra parte, el repudio popular mundial logró un fallo de la Corte Internacional de Justicia que llama a “prevenir el genocidio”.

La decisión se produce a petición de Sudáfrica, que reclamó al tribunal que tome medidas para detener la “conducta genocida” de Israel. “El Tribunal observa que aunque las cifras no pueden verificarse de forma independiente, la información más reciente indica que 25.700 palestinos han muerto, se han registrado más de 63.000 heridos, más de 360.000 viviendas han quedado destruidas o parcialmente dañadas y aproximadamente 1,7 millones de personas han sido desplazadas internamente”, una tragedia humanitaria descomunal.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) también recoge informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la que indicó que, al 21 de diciembre de 2023, “un porcentaje sin precedentes del 93% de la población de Gaza se enfrenta a niveles de crisis de hambre, con alimentos insuficientes y altos niveles de malnutrición”.

Esta resolución, así como la denuncia que presentó Sudáfrica y el apoyo de muchos países, es una de las consecuencias de la inmensa movilización popular internacional denunciando el genocidio sionista en Europa, Estados Unidos, países árabes, asiáticos y africanos, entre ellos Sudáfrica.

Desde la UIT-CI apoyamos esa denuncia de Sudáfrica, advirtiendo que la CIJ no daría una solución, pero que servía para impulsar la movilización mundial contra el genocidio. Y efectivamente esta resolución de la CIJ no da ninguna solución. Insólitamente pide que Israel “prevenga el genocidio”, cuando ellos mismos señalan en el texto la inmensa masacre genocida que está produciendo el gobierno de Netanyahu. Pero a pesar de eso, el pronunciamiento de la CIJ sirve como denuncia para que los crímenes de Israel queden en evidencia.

El apoyo de Yemen a la resistencia palestina

El pequeño país de Yemen, controlado por la etnia de los hutíes, un pueblo árabe, declaró su solidaridad con la resistencia palestina y bloqueó la entrada del Mar Rojo, atacando a varios barcos para que no pasen. Dijeron que lo harán hasta que cese el genocidio en Gaza. Como respuesta, recibió una lluvia de bombas de Estados Unidos y el Reino Unido, pero Yemen continuó con el bloqueo obligando a centenares de barcos mercantes dar toda la vuelta al África para llegar a Europa. Lamentablemente, es el único gobierno árabe que adoptó esa actitud, pero en un lugar clave para el comercio mundial.

Estados Unidos vuelve con el cuento de los “dos Estados”

Ante la prolongación de la crisis, el estancamiento de Israel en Gaza, el bloqueo del mar Rojo por Yemen y el repudio de sus propias poblaciones al genocidio, Estados Unidos y la Unión Europea no dejan de apoyar con armas a Israel, pero vuelven a hablar de los “dos Estados”, una trampa que ya se realizó en 1982, con un acuerdo firmado por Israel y la dirección palestina de Arafat, que jamás se cumplió. El supuesto Estado palestino debería ser de Gaza y Cisjordania. Pero Cisjordania está despedazada e invadida por 500.000 colonos sionistas y Gaza está invadida. Esta posición política de Estados Unidos sólo busca que se haga un alto el fuego y que sus propios pueblos no sigan repudiando al imperialismo, cómplice del sionismo. Pero Netanyahu ya rechazó esto, lo que demuestra la inviabilidad de la propuesta.

Como lo plantearon históricamente los palestinos, desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), defendemos que la única solución es una Palestina única, laica, democrática y no racista en todo su territorio histórico.

Aunque la resolución de la CIJ no resuelve el conflicto generado por el Estado sionista, es otro argumento para denunciar los crímenes de Israel y profundizar la movilización mundial por el inmediato cese del fuego y la retirada de Israel de Gaza. Junto con eso, exigimos el cese inmediato de envío de armas por parte de los gobiernos imperialistas y el fin de los bombardeos a Yemen. La presión internacional, junto con la resistencia palestina, son fundamentales para frenar el genocidio. En ese sentido, la ruptura de relaciones con el gobierno de Netanyahu es un paso importante para aislar al sionismo.

Escribe Laura Marrone

En momentos en que los pueblos del mundo repudian con movilizaciones multitudinarias el genocidio del pueblo palestino y hasta la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha reclamado el cese de estas acciones por parte de Israel, el presidente Milei viajó a ese país este 5 de febrero. Su mensaje es un bochornoso gesto de apoyo al sionismo israelí que, con el gobierno de Netanyahu, avanza en la limpieza étnica del territorio palestino, no solo en Gaza sino también en Cisjordania.

Milei escala en su compromiso servil al sionismo que viene desplegando desde su campaña electoral cuando definió su alineamiento geopolítico con Israel y Estados Unidos, al tiempo que lanzaba diatribas contra los gobiernos que se oponen a ese eje de dominación.

La primera señal la hizo en noviembre de 2023 cuando viajó a Nueva York para, en un supuesto acto religioso, comprometer su gobierno al israelí, en momentos en que la ofensiva criminal de Netanyahu ya se había lanzado contra Gaza. Al asumir como presidente amenazó con declarar a Hamas, el actual gobierno de Gaza, como terrorista. En el reciente acto de la DAIA, en ocasión del aniversario de la liberación del Gueto de Varsovia, usufructuó de la memoria de esa valiente gesta del pueblo judío contra el holocausto para justificar los crímenes del sionismo actuales.

Esta complicidad se despliega en momentos en que el gobierno pretende que la ley ómnibus autorice al Ejecutivo el ingreso de tropas extranjeras y quiere derogar la Ley de Tierras permitiendo su compra indiscriminada a extranjeros, aun en la frontera. Milei, además de faltar a la humanidad con el pueblo palestino, compromete a nuestro país en alianzas con potencias que están en ofensivas bélicas cuyas dinámicas son hoy preocupación de los pueblos del mundo.

El Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, entidades árabes, sindicatos y partidos de izquierda llaman a repudiar la presencia de Milei en Israel y exigen al gobierno argentino que llame al alto el fuego y condene el genocidio, recuperando la memoria de la lucha de Sudáfrica contra el apartheid, por eso el lunes 5 nos movilizamos a la Cancillería. Desde Izquierda Socialista seremos parte y exigiremos además la ruptura de relaciones con el Estado sionista de Israel.

 

Desde el 24 de enero, los 40.000 ferroviarios del Sindicato Alemán de Maquinistas de Trenes (que incluye a conductores, empleados administrativos y de talleres) cumplen la cuarta huelga en los últimos tres meses. Después de paros de 24 horas, de dos días y otro de tres, el último fue de seis días. Son trabajadores de Deutsche Bahn (DB), compañía estatal ferroviaria de Alemania. La demanda más importante es de aumento salarial que compense la inflación.

El gobierno de coalición del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la Alianza 90/Los Verdes y el Partido Democrático Liberal (FDP), se declararon en contra las exigencias del sindicato.


Carta enviada por las y los ferroviarios del Sarmiento en apoyo a la huelga

Artículos de Iván Ponce

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