Jul 28, 2024 Last Updated 12:02 PM, Jul 28, 2024

Izquierda Socialista

Declaración del FIT Unidad: el gobierno paga deuda ilegítima, los bonistas festejan
Rechazamos el acuerdo entre el gobierno de Alberto Fernández y los usureros de la deuda

Argentina acaba de acordar con los bonistas. Los “mercados”, es decir los usureros internacionales, los especuladores y bancos, festejan al igual que los voceros de la derecha de Juntos x el Cambio.  El gobierno está reconociendo una deuda que pagará con más ajuste sobre el pueblo trabajador con el apoyo de los gobiernos capitalistas del mundo, el Papa, el FMI, Macri y hasta la CGT traidora y la CTA. El FIT Unidad rechaza esta nueva convalidación del saqueo.

Después de varios meses de renegociación, el gobierno peronista de Alberto Fernández y el Frente de Todos se aprestan a un acuerdo para pagar una deuda usurera, ilegítima y fraudulenta. Luego de la “década kirchnerista” de pago sistemático a los usureros, el gobierno de Mauricio Macri recrudeció el endeudamiento del país con el apoyo de amplios sectores del peronismo, y ahora Alberto Fernández reconoce la deuda, incluyendo la contraída desde la dictadura militar y los siguientes gobiernos. Y paga. En la campaña presidencial pasada Fernández la denunciaba, pero como presidente se dedicó a legitimar una estafa millonaria. Es decir, la “derecha neoliberal” acrecienta el endeudamiento y el gobierno “nacional y popular” paga.  Los que ganan son los banqueros y especuladores de la mano del FMI, y pierden las y los trabajadores y el conjunto de los sectores populares.

El peronismo del Frente de Todos hizo votar una ley de emergencia en diciembre pasado donde disponía de 4.500 millones de dólares para pagar deuda externa. Los recursos han sido destinados para los usureros en todos estos meses de plena pandemia, en lugar de destinarse a los hospitales públicos y a los trabajadores y profesionales de la salud. O para otorgar $30.000 a todos aquellos que lo necesiten en medio de la cuarentena ante el aumento de la pobreza, la miseria y los despidos y suspensiones. Nada de esto hizo el gobierno autoproclamado “de los más vulnerables”.  

Luego de reconocer deuda ilegítima y de haberle mejorado a los bonistas cuatro veces la oferta, el gobierno decía hasta ayer que no volvería a hacerlo. Pero de nuevo cedió y mejoró más la oferta, rápidamente aceptada por los fondos de inversión. Esta nueva entrega viene a sumarse a otras dos. También dijo que iba a imponer un impuesto a la riqueza pero nada presentó en el Congreso, evadiendo el proyecto presentado por el Frente de Izquierda-Unidad. Y en otro hecho vergonzoso dijo que iban a expropiar Vicentín, de lo cual retrocedió y hasta anuló el decreto que disponía la intervención de la empresa. No solo eso, sino que hizo votar una ley para darle una moratoria impositiva también a los grandes empresarios.

Renegociar esa deuda ilegítima y fraudulenta, hacer una oferta favorable a los usureros y luego cambiarla varias veces para mejorarla en más de 15.000 millones de dólares, es repudiable bajo todo punto de vista, más aún en medio de la pandemia, la mayor crisis económica y social, el crecimiento de los despidos y suspensiones y de la pobreza de millones. Rechazamos que el gobierno afirme que este acuerdo va en beneficio del pueblo trabajador El gobierno impondrá nuevos ajustes como el que ya produjo con la rebaja de las jubilaciones o de los salarios, mientras que las patronales están imponiendo rebajas salariales y mayor flexibilización laboral con la total complicidad y aval de la burocracia sindical. Ya en los 12 años de gobiernos de los Kirchner fueron “´pagadores seriales”, como lo reconoció la propia Cristina Fernández.

Terminada esta parte de la renegociación de la deuda se aprestan a empezar las discusiones con el FMI para reconocer una deuda también ilegítima, que fue estructurada para favorecer la fuga de capitales, pese a lo cual van a querer hacérsela pagar al conjunto del pueblo trabajador. Por eso, muy lejos de la "autonomía" del país que proclamó Alberto Fernández cuando anunció este acuerdo, de lo que se trata es mayor sometimiento, dependencia y atraso para la Argentina. Las mayorías obreras y populares no tienen nada que festejar.

Recordemos que el gobierno está renegociando esta parte de la deuda que hasta el propio Fernández dijo que esa plata había ido a financiar la fuga de capitales. Y hasta se votó una ley que contó con el aval de Juntos por el Cambio, es decir los diputados del PRO y la UCR, de los gobernadores peronistas, con la sola excepción del Frente de Izquierda. Desde el FIT Unidad hemos votado en contra de la nueva ley que dispone renegociar otra parte de esa deuda. En las luchas y en el Congreso, el Frente de Izquierda es la única fuerza política que ha presentado un proyecto para desconocer esos pagos, dejar de pagar, romper los lazos políticos y económicos que nos atan al FMI y al imperialismo y destinar esos fondos a combatir la pandemia en esta etapa y colocar el conjunto de los recursos nacionales al servicio de un plan de reorganización social, política y económica de la mano de los trabajadores, lo que podrá ser logrado solamente con la movilización y lucha independiente de los trabajadores y el pueblo.

También es el Frente de Izquierda el único que ha presentado un proyecto de ley para imponer un impuesto progresivo a las grandes fortunas y grupos económicos pare recaudar 20.000 millones de dólares para volcar en beneficio del pueblo trabajador. Y también es el FIT Unidad quien presentó el único proyecto para expropiar los activos de Vicentín sin indemnización para nacionalizar esa empresa y ponerla a funcionar y a producir bajo control y gestión de sus propios trabajadores. Planteamos esto como parte de un programa de fondo y de lucha para que la crisis la paguen los capitalistas, que incluye la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo gestión de las y los trabajadores; la nacionalización de las empresas de servicios privatizadas y de todo el complejo hidrocarburífero bajo gestión de trabajadores y usuarios; el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados; entre otras medidas de fondo. Un programa que sostiene que no hay salida sin terminar con este régimen político y social y dar paso  con la lucha y la movilización a un gobierno de los trabajadores. Con este programa y coherencia, la izquierda ha sido y es la única fuerza política que se opone a toda entrega y que invita hoy, más que nunca, a las y los trabajadores, a los jóvenes y a las mujeres que luchan por sus reivindicaciones a que impulsemos juntos acciones de rechazo a este rumbo, que continuará según el propio Fernández, junto a los grandes grupos económicos y la burocracia de la CGT en su “plan de pospandemia” que es más ajuste y reformas a pedido del FMI.

El FIT Unidad, de esta manera, está cumpliendo además con una de las resoluciones de la exitosa Conferencia Latinoamericana y de EEUU que se realizó entre el jueves 30 de julio y el sábado 1 de agosto donde se aprobó una resolución llamando al “no pago de las deudas externas de los países de América Latina y el Caribe y de todos los pueblos oprimidos”.

Buenos Aires, 5 de agosto de 2020.

Frente de Izquierda - Unidad (PTS, PO, Izquierda Socialista, MST)

Escribe Silvia Santos, dirigente de la UIT

Uno de los hechos históricos mundiales de la lucha de clases que más conmovió a nuestro país fue la Guerra Civil Española. La gran colonia de inmigrantes instalados en la Argentina se dividió entre republicanos y franquistas. Fueron casi tres años acompañando los acontecimientos del otro lado del océano con publicaciones, grandes debates y hasta enfrentamientos físicos. La tradicional Avenida de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, fue uno de los principales bastiones de aquellos acontecimientos.

En España, en febrero de 1936, ganó las elecciones el Frente Popular, formado por socialdemócratas, sectores del anarquismo y comunistas, más la "sombra de la burguesía", como decía Trotsky, con la activa participación de la URSS de Stalin. Ese resultado tuvo como respuesta un levantamiento militar fascista encabezado por Francisco Franco contra la República, el 18 de julio de 1936, desde Melilla, protectorado español en Marruecos. Sin embargo, el movimiento de masas, que venía en un gran ascenso, se levantó el 19 de julio, teniendo como vanguardia a Barcelona y Cataluña. Fue el inicio de un proceso en el que se puso en juego un enfrentamiento decisivo entre revolución y contrarrevolución.

1934. Los mineros asturianos y los obreros de Barcelona escriben una de las páginas más bellas del proceso revolucionario español.

En las elecciones del 14 de abril de 1931 cayó la monarquía, vencida por diversos sectores burgueses republicanos. El rey Alfonso XIII abdicó y se estableció un nuevo régimen. España era un país atrasado, con un gran peso político de la iglesia católica y los terratenientes, vinculados con la nobleza que, a su vez, estaba ligada a la burguesía financiera, industrial y comercial. Millones de campesinos vivían en la pobreza, explotados por la iglesia y los terratenientes, que eran los dueños de las tierras.

En octubre de 1934, como respuesta a la entrada de la extrema derecha en el gobierno de la República, se levantan los mineros de Asturias y proclaman una república obrera en la cuenca minera asturiana. Forman comités obreros, milicias y toman cuenta de la vida de la región, ocupan tierras, casas y edificios públicos. En solidaridad, en Cataluña se declara la huelga general y se proclama la Republica Catalana. Poco después, este heroico proceso es derrotado con un baño de sangre, sobre todo en Asturias, comandado por Francisco Franco. Pero el ascenso del movimiento de masas continuó y el Frente Popular, cuando venció en febrero del '36, tuvo que enfrentar el levantamiento de los fascistas contra la República.

La revolución derrota el primer intento gopista.

Entre julio de 1936 y mayo de 1937, la revolución, con eje en Cataluña, derrotó la intentona golpista. Se formaron organismos de poder obrero, los “comités de milicias antifascistas”, que tomaron el control de la ciudad en Barcelona y el resto de la región. La vanguardia de este proceso fue la clase obrera. Tenían fuerza los anarquistas, organizados en la CNT, los socialdemócratas, el POUM y, en menor medida, el PC. Con desigualdades, el proceso se nacionalizó. En Valencia, Málaga, Lérida, Cantabria, Gijón y Jaén surgieron diversos comités en defensa de la República. En Madrid, donde tenía mayor influencia el Partido Comunista, los comités obreros no eran tan fuertes.

Por el peso de los anarquistas, desgraciadamente, no se avanzó en imponer un gobierno de la clase trabajadora, lo que permitió la consolidación del gobierno del Frente Popular. Consciente de que en España se jugaba la suerte de la revolución europea y mundial, León Trotsky escribió: “Los anarquistas se justificaron afirmando que no tomaron el poder, no porque no pudiesen, sino porque no quisieron, porque están en contra de toda dictadura…”. “Renunciar a la conquista del poder es dejárselo voluntariamente a los que lo tienen, los explotadores”. De esta forma, se le dio tiempo a la burguesía republicana, que bajo la dirección de Companys, recuperó la iniciativa, y en mayo del '37  derrotó al poder obrero. A partir de entonces se entró de lleno en la guerra civil.

El frente popular y la política del estalinismo.

A medida que la burguesía republicana conseguía desmontar el proceso revolucionario, más peso adquiría el estalinismo en la guerra civil. El argumento, tanto del estalinismo como de los socialistas, era que como la revolución española no tenía más que resolver tareas democráticas (reforma agraria, Estado laico, los problemas de las nacionalidades, etc.), correspondía hacer frente con la burguesía. Todo para resguardar la sacrosanta propiedad privada.

León Trotsky, al respecto, afirmó: “Los teóricos del Frente Popular no van más allá de la primera regla de la aritmética: la suma. La suma de comunistas, socialistas, anarquistas y liberales sería mayor que cada uno de sus términos. Sin embargo, cuando los aliados políticos tiran en direcciones opuestas la resultante es cero”. El estalinismo luchó con toda su fuerza en España para evitar una victoria proletaria, que significaría el fin de su propia dominación. Mientras Hitler y Mussolini apoyaban a Franco con su aviación y enviando tropas, Stalin estrangulaba la revolución justificando que se trataba de resguardar primero la República, en coalición con sectores burgueses.

Por esta nefasta política, con más de un millón de muertos, la República fue derrotada en abril de 1939 después de la heroica batalla del río Ebro. Esta es la lección más importante de la Guerra Civil Española: los gobiernos que intentan conciliar diferentes intereses de clase siempre finalizan favoreciendo a la clase de privilegiados y explotadores. Esta es una de las razones por las que el trotskismo morenista continúa luchando por la independencia de clase y por gobiernos obreros, populares, campesinos, con la juventud y las mujeres que adoptan un camino revolucionario.

La catastrófica política frentepopulista continúa reflejándose hoy en el Estado Español. En 1977, en plena decadencia del franquismo, los principales partidos políticos “republicanos”, como el PSOE, el PC y otras fuerzas menores, y sus colaterales sindicales, Comisiones Obreras y la UGT, firmaron junto al franquismo el Pacto de la Moncloa que, si bien contenía algunos avances democráticos impostergables, mantenía en esencia el régimen franquista. Hasta hoy esos “partidos republicanos” no han tenido el coraje político de defender la bandera por la que perdieron la vida cientos de miles de luchadores, el fin de la monarquía.

 


 

Las Brigadas Internacionales

Impulsadas por el PC, pero también por fuera de él, millares de jóvenes se enrolaron para ir a pelear a España en las Brigadas Internacionales. Entre ellos, centenares de argentinos.

De los extranjeros, el más conocido fue George Orwell, autor del libro Rebelión en la granja, reconocido también por el magnífico testimonio de Homenaje a Cataluña.

Al llegar a Cataluña escribió: “Por primera vez en mi vida me encontraba en una ciudad donde la clase trabajadora llevaba las riendas. Casi todos los edificios estaban en manos de los trabajadores y cubiertos con banderas rojas, o rojas y negras, la bandera de los anarquistas; casi todos los templos habían sido destruidos… En los cafés había carteles proclamando que eran servicios socializados, hasta los lustrabotas habían sido colectivizados y sus cajas estaban pintadas de rojo y negro”. Orwell formó parte de las milicias del POUM, partido identificado popularmente con el trotskismo. Desgraciadamente, el POUM también entró al gobierno del Frente Popular, y Andrés Nin, su dirigente, que en 1937 fue asesinado por el estalinismo, asumió el Ministerio de Justicia en Cataluña, hecho que desencadenó una dura discusión con Trotsky que terminó en una ruptura.

 


 

Los bares de la Avenida de Mayo en Buenos Aires.

Pocos jóvenes saben que en la Argentina, en la Avenida de Mayo y Salta, también se peleó la Guerra Civil. En esa esquina eran comunes los enfrentamientos entre los republicanos, que se instalaron en el bar Iberia, llamado “búnker” republicano, y los franquistas, asentados en el bar Español. Inclusive, las disputas siguieron después de concluida la guerra civil y el triunfo del fascismo.

Los incidentes se producían casi a diario. En marzo del '38 un camión se detuvo en la avenida, entre ambos bares. Uno de los grupos solidarios con la República comenzó a agitar consignas antifascistas. Los franquistas respondieron lanzando desde el bar Español vasos, platos, mesas y sillas. La batalla finalizó cuando llegó la policía.

Entre los republicanos había españoles y argentinos que tomaron partido contra el franquismo. Al mismo tiempo, la Guerra Civil Española despertó magníficos ejemplos de solidaridad internacional con la creación de comités que juntaron alimentos y ropa. Se organizó un acto en solidaridad con la República en el Luna Park, donde estuvo presente Libertad Lamarque. Pero lo más destacable fue la participación de los voluntarios, dispuestos a dar su vida en la lucha contra el fascismo.

Las organizaciones, partidos, dirigentes y militantes participantes de la Conferencia virtual Latinoamericana y de los EEUU suscribimos las siguientes definiciones políticas y nos comprometemos a impulsar las resoluciones y campañas abajo planteadas:

1.- Levantamos como principal bandera la independencia política de los trabajadores respecto de los capitalistas, sus Estados, gobiernos y sus partidos. Rechazamos la colaboración de clases y los frentes y organizaciones políticas de colaboración de clases, que no son más que la vía por la cual se avanza en la subordinación política de la clase obrera a los intereses de los capitalistas y de sus Estados. Definimos como nuestro objetivo estratégico la lucha por gobierno de trabajadores, por la Unidad Socialista de América Latina y por el socialismo internacional. Como señala la convocatoria inicial a esta conferencia “El equilibrio y la conciliación de intereses entre el capital y los trabajadores, que pregona el nacionalismo burgués y la centroizquierda, no es más que una utopía reaccionaria, que apunta a entrampar a los trabajadores como furgón de cola de la burguesía. En oposición a eso, planteamos la lucha por una salida anticapitalista y una transformación integral del continente bajo la dirección de la clase obrera”. Para estos objetivos, impulsamos la más amplia organización obrera y popular, con el objetivo estratégico de pelear por la perspectiva de la revolución social. Rechazamos la competencia y la rivalidad que los capitalistas y los Estados fomentan entre los trabajadores de distintas naciones. Bregamos por la unidad y solidaridad internacional de la clase obrera y decimos: ¡Proletarios y proletarias de todos los países: únanse!

2. Apoyamos, desenvolvemos e impulsamos en todos los terrenos y en cada país, incluido los Estados Unidos, la lucha anti-imperialista. El imperialismo norteamericano es, en América Latina y en el mundo, la expresión de la super explotación y el principal Estado opresor de los pueblos, papel que también cumplen distintos Estados imperialistas en la Unión Europea y Japón. La política y opresión imperialista ejercida por el Estado y el gobierno yanqui y el capital financiero internacional sobre los países latinoamericanos no sólo se expresa en el terreno económico, sino también en las conspiraciones del imperialismo con los gobiernos títeres del subcontinente, y en las tentativas de intervención y amenazas militares. Rechazamos y condenamos la ofensiva y las amenazas del imperialismo yanqui contra Venezuela y contra Cuba (¡donde todavía mantiene un bloqueo criminal), apoyadas por la derecha venezolana y los “gusanos”, a la vez que manifestamos nuestra independencia y oposición desde la izquierda a los regímenes de ambos países contra los cuales luchamos y no le damos ningún apoyo político. Denunciamos el muro fronterizo que está construyendo Trump en la frontera con México y las deportaciones masivas. Repudiamos y llamamos a luchar contra el gobierno golpista boliviano que ha suspendido nuevamente las elecciones para perpetuarse en el poder, así como el intento de proscripción del MAS, sin dar apoyo político a esta fuerza política que ha venido intentando la conciliación con los golpistas y cuando gobernó lo hizo traicionando la Agenda de Octubre. Llamamos a luchar por el no pago de las deudas de los países de América Latina y el Caribe y las de los pueblos oprimidos de todo el mundo. Impulsamos la movilización por “Fuera Bolsonaro-Mourao”, llamando a terminar con el conjunto del régimen de dominación.
Denunciamos la sumisión de los gobiernos latinoamericanos, incluidos los ‘nacionales y populares’, a los preceptos del imperialismo, y decimos: ¡Fuera el FMI! ¡No al pago de las deudas externas! ¡Fuera el imperialismo de América Latina! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas! Estamos por la expulsión de todas las multinacionales y corporaciones imperialistas y extractivas que saquean nuestros bienes comunes y contaminan y destruyen la vida y nuestro territorio. ¡Por las nacionalizaciones, sin indemnización, de los sistemas bancarios y de los recursos naturales y estratégicos de cada país, bajo control de los trabajadores!

3. Apoyamos incondicionalmente la gigantesca y extraordinaria rebelión que protagoniza el pueblo norteamericano y denunciamos la criminal militarización de Trump. Propugnamos por el desarrollo, la extensión y la profundización de la rebelión norteamericana. Denunciamos la pretensión del Partido Demócrata de canalizar electoralmente el enorme descontento popular con el gobierno de Trump como una tentativa de aplacar la rebelión, poner fin a la acción directa de las masas y desviar cualquier intento de organización política independiente de los explotados, atento a que es otra variante capitalista-imperialista y guerrerista de alternancia en el poder, una salida que será contra los intereses de los que hoy siguen luchando en las calles de los Estados Unidos.
Poner fin a la opresión racial, a la violencia y represión policial, dar una respuesta integral a la crisis sanitaria y evitar que la crisis capitalista siga siendo descargada sobre las masas norteamericanas, plantea poner en marcha una salida independiente de las y los trabajadores en Estados Unidos, en alianza con todos los sectores oprimidos, como las personas de color (afroamericanos, latinos), las mujeres y la juventud.

4- Asimismo, destacamos la revitalización de la enorme rebelión en Chile, denunciamos los sucesivos pactos de colaboración de la llamada ‘oposición’ patronal y centroizquierdista con el gobierno y más que nunca decimos ¡Fuera Piñera! Para Chile sigue teniendo plena actualidad lo que señalábamos al respecto en el documento de convocatoria inicial: “Denunciamos la reforma constitucional que se está cocinando y la convención constituyente amañada emanada de ese pacto. Llamamos a reforzar la lucha para que se vaya Piñera mediante el impulso de las movilizaciones masivas en las calles y de una huelga general política y por los reclamos sociales, por una Asamblea Constituyente libre y soberana que discuta un programa para reorganizar el país sobre otras bases sociales, en la perspectiva de lograr un gobierno de los trabajadores y el pueblo explotado que garantice los cambios de fondo que reclama el pueblo en las calles.
En Chile se hace necesario el impulso a toda forma de coordinación y auto organización democrática de los sectores de la clase trabajadora, el movimiento estudiantil y de mujeres en lucha (tendencia que se puede ver en las asambleas populares y territoriales o en los comités de emergencia y resguardo) apuntando a que la clase obrera, por su capacidad de paralizar el funcionamiento de la economía y el estado capitalista, asuma el liderazgo”.
Exigimos la libertad a los presos de la rebelión y la libertad a los presos políticos mapuches que luchan por la recuperación de su territorio histórico y contra la represión estatal. Nos sumamos a la campaña por el fin a las AFP, por un sistema de jubilaciones de reparto solidario, administrado por trabajadores y jubilados.

5- Apoyamos e impulsamos todas las luchas de los trabajadores y los pueblos contra los planes de austeridad y los gobiernos del capital. Denunciamos los planes de ajuste y la ofensiva del capital a escala internacional contra las conquistas de los trabajadores. Los gobiernos, como representantes del capital, se valen de la crisis pandémica para avanzar en más ajuste, despidos y rebaja salariales, en más flexibilización laboral, en la destrucción de los regímenes previsionales y en la explotación de la juventud precarizada. Denunciamos asimismo la complicidad de las burocracias sindicales en todos los países, que ofician como un chaleco de contención de la fuerza combativa de los trabajadores y habilitan, de esa manera, el avance de las reformas anti-obreras y sostienen a los gobiernos de turno. En este sentido reafirmamos que “la batalla por recuperar las organizaciones de masas, en primer lugar los sindicatos, expulsando a las burocracias entreguistas reviste un carácter estratégico. Esto plantea alentar en el propio curso de las irrupciones populares todo tipo de organismos (comités de huelga y todos los que, en forma embrionaria, hemos visto surgir en Francia, Chile, Bolivia) que permitan coordinar la lucha y llevarla al triunfo. El escenario convulsivo de Latinoamérica le otorga especial vigencia al fortalecimiento de espacios democráticos del sindicalismo combativo, al llamado a congresos o coordinadoras de delegados de base de los sindicatos, de las y los ocupados (incluyendo a toda la gama de precarizados/as) y desocupados, y de las masas que luchan, lo que va unido a la batalla por una nueva dirección clasista en el movimiento obrero. Esto apunta a que la clase obrera emerja como un factor independiente en la crisis y se desarrolle como alternativa de poder, al frente de una alianza de todos los explotados y oprimidos”.
Levantamos la lucha por derrotar las reformas laborales y previsionales en curso. Planteamos poner fin a la desocupación levantando el planteo del reparto de las horas de trabajo sin reducir los salarios, el seguro universal a los desocupados, el aumento de los salarios y jubilaciones hasta llevarlos al costo de las canastas familiares. Planteamos la ocupación de toda fábrica o empresa que cierre o despida, su estatización y el control obrero. Fuera las burocracias sindicales, por nuevas direcciones en los sindicatos, clasistas y combativas. Apoyamos e impulsamos la lucha internacional y coordinada que desenvuelven los trabajadores precarizados de las APP.
La construcción de partidos revolucionarios a nivel nacional e internacional es una necesidad de primer orden para llevar adelante este programa.

6. El enorme movimiento de lucha de las mujeres ha sido y es un importantísimo protagonista de las luchas en la región, con enorme peso en Chile, en Argentina y en diversos países y procesos. Apoyamos e impulsamos la lucha del movimiento de mujeres, que con sus extraordinarias y masivas movilizaciones reclama el derecho al aborto legal, el fin de los femicidios, los abusos y contra la violencia machista. Denunciamos la responsabilidad de los gobiernos, del Estado y el régimen social de explotación en la opresión de la mujer. El impulso de estas reivindicaciones ha puesto de manifiesto la profunda injerencia de las Iglesias en los asuntos estatales y la subordinación de los gobiernos capitalistas a los distintos lobbies clericales. Luchamos por las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras. Peleamos por erradicar la cultura machista y patriarcal en el seno de la clase trabajadora e impulsamos una lucha mancomunada de nuestra clase, superando cualquier tipo de divisiones por género o sexualidad, por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, por anticonceptivos y por educación sexual integral, por la separación de las Iglesias de los Estados, por el fin de la violencia machista y de los crímenes de odio, por el conjunto de las reivindicaciones del movimiento LGTBI, y más de conjunto, por poner fin al capitalismo, que es el edificio social sobre el cual se montan y reproducen las diversas opresiones.

7. Condenamos la criminal represión contra los pueblos y trabajadores en lucha en América Latina y en Estados Unidos; la criminalización de la protesta, los abusos policiales y casos de “gatillo fácil” (asesinatos policiales) y nos pronunciamos por el pleno derecho a la movilización y la lucha. Repudiamos la persecución y las deportaciones del gobierno de AMLO en México contra los migrantes centroamericanos y caribeños. Denunciamos que los aparatos de seguridad no son más que un mecanismo de coacción y represión de los gobiernos y los Estados contra los pueblos que se rebelan en defensa de sus condiciones de vida. Planteamos: abajo las medidas de excepción que fortalecen las medidas represivas y el fortalecimiento de las policías y demás fuerzas de seguridad, basta de persecución a los migrantes en los Estados Unidos; abajo los asesinatos de dirigentes sociales en Colombia; abajo la criminal represión en Chile y en Bolivia, Justicia por Marielle Franco y castigo a los responsables de su asesinato, libertad a los centenares de presos políticos; abajo la persecución a los luchadores y dirigentes sindicales en Venezuela, por la libertad inmediata de los luchadores obreros encarcelados. Aparición con vida de Facundo Castro, libertad a Sebastián Romero y desprocesamiento de Cesar Arakaki en Argentina.

Resolvemos:
● Realizar el 27 de agosto concentraciones y actos en las embajadas de EEUU de todos los países, para apoyar la rebelión del pueblo norteamericano, rechazar la injerencia imperialista en América Latina y llamar al no pago de las deudas externas de los países de América Latina y el Caribe y de todos los pueblos oprimidos.
● Apoyar la lucha de los trabajadores y el pueblo chilenos por “Fuera Piñera” y la puesta en pie con su lucha de una asamblea constituyente verdaderamente libre y soberana. Exigimos la libertad de todos los presos de la rebelión.
● Apoyar en impulsar las luchas del conjunto de trabajadoras y trabajadores contra despidos, rebajas salariales y otros ataques a sus condiciones de vida que están implementando gobiernos y patronales
● Participar e impulsar las próximas movilizaciones de los trabajadores de reparto de APP en los distintos países
● Impulsar las movilizaciones del 28 de septiembre por el día de América Latina y el Caribe por el aborto legal, levantando también la consigna “separación de las Iglesias del Estado”.
● Reafirmar nuestra adhesión a los 10 puntos programáticos contenidos en el documento “Un nuevo escenario en Latinoamérica y la necesidad de una salida socialista y revolucionaria” de convocatoria inicial a la Conferencia Latinoamericana presencial, sumando los puntos referidos a la pandemia y al levantamiento en Estados Unidos desarrollados en los documentos posteriores que dieron base al llamado a esta Conferencia Virtual de Latinoamérica y Estados Unidos.

En la conferencia participaron más de cincuenta organizaciones representando a casi todos los países de latinoamérica y a Estados Unidos. Se debatió sobre la "Crisis mundial y rebelión en el imperio", "El movimiento obrero latinoamericano ante la crisis capitalista y la pandemia", "La situación latinoamericana" y en el Plenario de cierre de la conferencia se debatió sobre la formas de construir y lograr mayor unidad de la Izquierda en todo el continente.

A continuación las intervenciones de la Unidad Internacional de trabajadoras y trabajadores - Cuarta Internacional.

 

 Apertura

 Intervención

 Cierre

 

 El movimiento obrero latinoamericano ante la crisis capitalista y la pandemia

Apertura

 Intervención

Cierre

 

La situación latinoamericana

Apertura

 Intervención

 Cierre

 

Apertura 

Chile

Estados Unidos

Mujeres

Venezuela

Brasil

Bolivia

Perú

Ambiente

Argentina

México

Centroamérica / Panamá

Cierre

 

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