Escribe Mónica Schlotthauer, diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad
Este 24 de marzo vamos a ganar las calles nuevamente en todo el país. A 48 años del golpe genocida repudiaremos a este gobierno ultraderechista, negacionista, ajustador y entreguista de Milei y el FMI. Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad marcharán junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ).
Este 24 es muy especial. Porque vamos a enfrentar a un gobierno que niega el genocidio, pone en duda los 30.000 y está jugado a redoblar el ajuste, el saqueo y la entrega a las multinacionales y al FMI, los mismos que estuvieron detrás del golpe del ´76 con Videla y Martínez de Hoz. Un gobierno que reivindica a la dictadura, donde la vicepresidenta Villarruel condecora a militares que asesinaron y torturaron. A muchos los mandamos en cana con nuestra lucha, pero el 77% de los condenados se encuentra en su domicilio o tiene acceso a salidas ilegales. Se trata de milicos que cometieron crímenes de lesa humanidad y se apropiaron de bebés en cautiverio. Encima ningún gobierno denominado “democrático” se dignó a abrir los archivos secretos de la represión, que arrancó con la Triple A bajo el peronismo de los años 70 y siguió con la dictadura sangrienta. ¡Este 24 diremos son 30.000! ¡Cárcel común y efectiva a todos los genocidas y a sus cómplices civiles! ¡Apertura de los archivos de 1974 a 1983!
Estamos ante un gobierno profundamente antiobrero y antipopular, reaccionario, represivo, misógino, antiderechos, que se ensaña contra el pueblo trabajador, las y los jubilados, le corta la comida a los comedores populares y gobierna para la “libertad” de los grandes capitalistas. Este 24 de marzo será un nuevo capítulo en el enfrentamiento obrero, popular y juvenil contra su plan. El 20 de diciembre con el sindicalismo combativo y la izquierda pusimos en jaque al protocolo represivo de Bullrich. Luego se dieron los masivos cacerolazos. El 24 de enero le arrancamos el paro general a la CGT. El 8M el movimiento de mujeres y disidencias volvió a dar un ejemplo inundando las calles por sus derechos. Y ahora llenaremos la Plaza de Mayo y todas las plazas del país. Tiramos abajo la Ley Ómnibus y se rechazó el DNU en el Senado. ¡Se puede frenar a este gobierno! Por eso este 24 vamos a exigir que la CGT y las CTA convoquen a un nuevo paro general y a un plan de lucha nacional para derrotar el plan motosierra de Milei e imponer nuestras demandas.
Este gobierno se une a los derechistas más repugnantes del mundo, Milei es amigo de Donald Trump, lo trajo a Bolsonaro a su asunción y viajó a Israel a abrazarse con el genocida Netanyhau, quien está aplicando una política de exterminio contra el pueblo palestino. Pero somos centenares de miles en el mundo que en las principales capitales nos movilizamos repudiando este nuevo capítulo criminal del Estado sionista de Israel. Este 24 llevaremos las banderas palestinas condenando el genocidio israelí y en apoyo a la resistencia palestina.
El 24 nos uniremos quienes venimos movilizándonos para esta fecha desde hace años, con el ejemplo de las Madres y Abuelas, y las nuevas generaciones que se incorporan a esta gesta. Esa juventud que bajo este capitalismo se ha quedado sin futuro, la que defiende la educación pública, se moviliza en defensa del ambiente contra el extractivismo capitalista, y las mujeres, que somos un ejemplo conquistando y defendiendo nuestros derechos. Por eso este 24, con la memoria de los 30.000, desde Izquierda Socialista también vamos a honrar a las y los caídos de nuestro partido antecesor, el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), que luchó en esas épocas difíciles por un gobierno de las y de los trabajadores y el socialismo en Argentina y en el mundo. Comprometiéndonos a seguir por ese camino.
Gritaremos entonces junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia: Son 30 mil, fue y es genocidio, basta de impunidad. No al pago de la deuda, fuera el FMI. Abajo el plan reaccionario, de ajuste, entrega y represión de Milei y los gobernadores. Juicio y castigo a todos los genocidas. Restitución de la identidad de todxs lxs niñxs apropiadxs. Abajo el protocolo de Bullrich y el DNU. No a la criminalización de la protesta social. Paro y plan de lucha de las centrales sindicales.
Lamentablemente este 24 habrá dos actos (ver nota "¿Por qué no hay un acto común el 24?"). Atento a ello el EMVyJ concentrará a las 14 horas en Avenida de Mayo y 9 de Julio, entrará a Plaza de Mayo a las 15 y leerá su documento a las 16.
¡Preparemos un gran 24M en todo el país!
Escribe Nicolás Núñez
La asunción de un gobierno ultraderechista como el de Milei, Villaruel y Bullrich abrió un legítimo debate dentro del movimiento de derechos humanos en torno a la convocatoria de este nuevo 24 de marzo. A través del Frente de Abogadxs por los Derechos Humanos y el Socialismo (Fadhus), que impulsan compañeras y compañeros de Izquierda Socialista, intervenimos en los debates planteando que ampliar los marcos del accionar unitario era importante, pero que no podía hacerse ni a cualquier costo ni en base a maniobras e imposiciones, con el lema “unidad en la diversidad, todas las voces presentes”.
Recapitulemos brevemente. En 1996 se creó el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ) como canal de organización de las marchas de cada 24 de marzo, de la lucha anti-represiva en general y centralmente contra la impunidad de ayer y hoy. Recién en 2007, y a partir de la incorporación de algunos organismos de Derechos Humanos de diversas maneras al espacio peronista kirchnerista, se empezaron a hacer dos marchas, con dos actos y dos documentos diferenciados.
Con ese recorrido, la búsqueda de intentar ir hacia una acción en común este año empezó mal. Desde el espacio vinculado al peronismo realizaron una operación de prensa en medios afines diciendo que ya había acuerdo para un acto en común sin que hubiese existido siquiera una reunión para discutirlo. El accionar del EMVyJ fue el opuesto, completamente transparente. Se realizaron reuniones plenarias y desde distintas posiciones se llegó a una en común: proponer públicamente a todos los organismos de Derechos Humanos dar un paso hacia la unidad, convocando en común a la marcha, y realizando un acto coordinado en el que en distintos horarios se lean los documentos de cada uno, de forma de no realizar ninguna censura ni invisibilizar temas que vienen siendo llevados a la Plaza de Mayo cada 24 de marzo.
Esto fue rechazado por el espacio vinculado al peronismo, cuya contrapuesta, en concreto era que el EMVyJ disuelva su convocatoria para ir detrás de lo que ellos pretendían de consignas. Una posición ultimatista que impidió que este año se pueda realizar una coordinación en la que nuevamente todos los organismos de derechos humanos compartan el escenario, lo que hubiera sido una imagen fuerte de repudio al gobierno de Milei y Villaruel.
Sabemos que son decenas y cientos de miles quienes participan cada año en ambas convocatorias. Y que de hecho, la Plaza de Mayo el 24 va a estar todo el día desbordada repudiando a los milicos y al gobierno negacionista de Milei. Los debates sobre cómo ampliar la unidad de acción seguramente continuarán, pero en esta ocasión nuevamente resulta clave sumarse a la convocatoria del EMVyJ para seguir apostando a desarrollar un fuerte movimiento de derechos humanos, en las calles e independiente de todos los gobiernos.
Escribe Adolfo Santos, fue miembro del PST y hoy es dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
En el marco de la movilización para reafirmar nuestro compromiso contra la impunidad de ayer y de hoy, este 24 de marzo también marchamos para recordar y rendir homenaje a la memoria de las más de cien compañeras y compañeros asesinados y desaparecidos de nuestra corriente. Eran jóvenes, estudiantes, delegados, dirigentas y dirigentes políticos, incansables constructores del glorioso Partido Socialista de los Trabajadores (PST), antecesor de Izquierda Socialista.
Con una política al servicio de la clase trabajadora y el socialismo, el PST fue un baluarte en la lucha contra el “pacto social” con los empresarios, para ajustar a los trabajadores, que implementaban los gobiernos peronistas desde 1973. Desde esa trinchera combatimos a la burocracia sindical, que era un agente del gobierno entre las y los trabajadores, de Cámpora primero y Perón después. Por eso, no es casual que los primeros ataques a nuestro partido hayan comenzado antes del golpe de 1976.
En la madrugada del 7 de mayo de 1974, sufrimos el primer asesinato, cuando nuestro compañero Inocencio “Indio” Fernández salía de su casa en Maschwitz para ir a su trabajo en la fundición Cormasa, donde era subdelegado y se enfrentaba a la burocracia de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Fue asesinado con un tiro de Itaka que le destrozó el pecho y su cuerpo semicalcinado, envuelto en un colchón incendiado, apareció en Campana.
Unos días después, el 29 de mayo, un grupo armado integrado por miembros de la Triple A y de la burocracia sindical de la UOM, atacó a balazos el local del PST de la localidad de Pacheco. En un hecho que tuvo repercusión nacional y quedaría recordado como “La Masacre de Pacheco”, fueron asesinados tres compañeros de reconocida actividad política sindical. Era la reacción fascista contra la combativa vanguardia de la zona norte, en donde el PST tenía influencia en una amplia franja del movimiento obrero.
Así sucedieron los primeros intentos de las bandas fascistas, integradas por sicarios de la burocracia sindical y sectores del gobierno peronista, para detener el fuerte ascenso obrero y popular iniciado con el Cordobazo que le impedía aplicar los planes patronales al gobierno peronista. En 1974, comenzaron a actuar con inusitada violencia contra la Juventud Peronista, los Montoneros y la izquierda entre quienes el PST cumplía un papel destacado en el enfrentamiento al gobierno y a la burocracia sindical. A fines de ese año, otros tres compañeros serían asesinados en un mismo día, entre ellos Cesar Robles, dirigente nacional de nuestro partido.
En septiembre de 1975 ocho militantes del PST de La Plata fueron secuestrados, torturados y fusilados. La nueva masacre por parte de las bandas fascistas, buscaba amedrentar al activismo que venía protagonizando una serie de importantes luchas. Petroquímica Sudamericana, Propulsora Siderúrgica, Astillero Río Santiago, reparticiones estatales y trabajadores y estudiantes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), eran un ejemplo de organización y lucha. En esos enfrentamientos, la militancia del PST tuvo una importante participación, de forma directa o impulsando la solidaridad obrera, estudiantil y popular con la perspectiva de luchar por una Argentina y un mundo socialista.
En marzo de 1976 llegaron los largos años de dictadura militar donde el PST continuó resistiendo junto a la clase trabajadora en la más estricta clandestinidad. Cambiaron las condiciones de militancia, fuimos proscriptos y perseguidos, pero continuamos en las luchas sindicales, editamos nuestro periódico y participamos de las restringidas posibilidades de reorganizar el movimiento obrero y los organismos de derechos humanos. Fue una actividad difícil que nos costó más de un centenar de vidas de valiosas y valiosos compañeros. Los recordamos con orgullo y decimos que fueron grandes, no por sus méritos personales, que sin duda los tenían, sino porque ofrecieron sus vidas al servicio de un proyecto inmenso, la lucha por la construcción de una Argentina y un mundo socialista.
Escribe Daniel Vera, docente, miembro de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina
El 15 de marzo se realizó en Buenos Aires el 1° Encuentro Regional de Redes de Sobrevivientes y Organizaciones Aliadas de Latinoamérica, EN NUESTRAS PALABRAS.
Organizado por la asociación civil Aralma (que trabaja en la visibilización y erradicación de la violencia que padecen bebes, niños, niñas, adolescentes), nos reunimos representantes de organizaciones de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Perú y Venezuela. Muchas de esas organizaciones eran de Abusos Eclesiásticos, como la que yo representaba. Escuchar en primera persona el accionar de la Iglesia Católica, confirma algo que ya sabíamos: es una institución intrínsecamente misógina y pedófila, y sigue muy vigente el “espíritu” de la Inquisición. Al estar siempre aliada al poder, hace que esa asimetría del abuso tenga rasgos clasistas.
La lucha contra la imprescriptibilidad del delito de todo tipo de abuso a niñas, niños y adolescentes es una urgencia. Coincidimos que, como lucha política que es, debemos exigir a los estados su urgente accionar. También coincidimos en que los derechos conquistados se lograron luchando en las calles, y que esta lucha también es internacional, sobre todo para enfrentar una organización que lleva el nombre de “católica” (que significa universal). La “calle virtual” nos da la posibilidad de visibilizar nuestro reclamo y la solidaridad con las víctimas de otros lugares, ya que el amedrentamiento y la coacción son moneda corriente en el accionar de la iglesia. Hay muches compañeres que temen por sus vidas.
Fue una jornada muy intensa y emocionante, ya que quienes somos sobrevivientes sabemos que nuestro cuerpo es el lugar del delito, como dice Eneas Espinoza de la Red Chilena. Todes quienes participamos somos militantes de distintas causas, y que nos encontraron en ese momento luchando contra el abuso, como parte de la lucha de clases.
¡Separación ya de las Iglesias de los Estados!
El próximo 24 de marzo es clave. A 48 años del inicio de la última dictadura cívico militar, estamos ante un gobierno ultraderechista con una política negacionista respecto de los crímenes de los milicos y en buena medida apologista de su accionar. El presidente Javier Milei no ha escatimado intervenciones públicas para poner en duda el número de las y los 30.000 desaparecidos, mientras su vice continúa su campaña en pos de la liberación de los genocidas detenidos y, desde su asunción, su principal actividad ha sido visitar cuarteles en los que se rinde homenaje a criminales condenados.
El plan económico del gobierno en estos primeros meses, en suma, ratifica un rumbo que nos recuerda a Martínez de Hoz y a Cavallo, la destrucción de los ingresos de la clase trabajadora y sectores obreros populares por la vía de la licuación del salario, y el apoyo férreo del Fondo Monetario Internacional, como decía Rodolfo Walsh una “miseria planificada”.
Un plan de estas características necesita ser aplicado con medidas represivas como busca el “protocolo anti-protestas” de la ministra Patricia Bullrich. Algo que va de la mano del intento vía “Ley Ómnibus” de modificar el código penal, prohibir las asambleas dentro de los lugares de trabajo y terminar con el derecho a la protesta de docentes, trabajadores de la salud y estatales.
En este contexto se alienta a los genocidas a reclamar al gobierno que cumpla su promesa de amnistía o, como hizo el represor Alberto Pardellas, a comparecer en los juicios diciendo que la apropiación de niños se hizo bajo “un sentido humanitario”. Recordemos que se trata de un crimen en concurso hasta el día de la fecha en que la verdadera identidad de cientos sigue siendo privada. Además, se rindió homenaje a Horacio Losito, un represor condenado a prisión perpetua quien integró la compañía de comandos de Aldo Rico y de Eduardo Marcelo Villarruel, el padre de la vicepresidenta.
Este 24 nos proponemos marchar con el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, contra la impunidad de ayer y de hoy, contra el ajuste y la represión del Milei, el FMI y los gobernadores, para defender todas las conquistas de derechos democráticos en nuestro país. La lucha por estos derechos, el salario, las jubilaciones, la salud y educación públicas puede derrotar el plan del gobierno, como cayó la Ley Ómnibus.
Reivindicaremos en las calles a las y los 30.000 detenidos desaparecidos y a nuestros compañeros y compañeras de nuestro antecesor, el glorioso Partido Socialista de los Trabajadores (PST), que cayeron combatiendo a la Triple A y a la dictadura.
Son 30.000, fue genocidio, castigo y cárcel común para todos los genocidas.