Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista
Cristóbal López, uno de los emblemas de la corrupción menemista, recibió el regalo de no tener que pagar impuesto a los Ingresos Brutos en la Ciudad por la operatoria del Casino flotante y de las máquinas tragamonedas que explota en el Hipódromo de Palermo. Esto incluye que la Ciudad de Buenos Aires, incluso, dejará de exigirle a López una deuda vencida estimada en 2.500 millones de pesos.
Escribe: José Castillo
Mientras teníamos el orgullo de que el Frente de Izquierda asumiera una banca en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, sentíamos a la vez indignación por los negociados que se tejían en los últimos días con “la vieja composición de la Cámara”. Casi en una carrera contra reloj, en tres sesiones “exprés”, el macrismo gobernante conseguía votar leyes contra los vecinos gracias al “reparto de cargos” que hacía con legisladores salientes de todos los bloques de la oposición.
Pasadas las elecciones, la oposición partronal de los Massa, Macri, Binner y
Alfonsín negoció una agenda de ajuste a cambio de cargos.
Escribe: Juan Rivera
Durante los meses previos, en medio del debate preelectoral, la oposición patronal se sacó los ojos contra el kirchnerismo. Intentaba demarcarse de la ya segura debacle K, mostrándose como algo distinto. Massa, el ex Ucedé que integró cuanto gobierno peronista hubo en las últimas dos décadas, incluido el kirchnerismo, se esforzaba por aparecer como algo “nuevo”, lo mismo Binner o Alfonsín.
Escribe: Atilio Salusso
El país vivió una oleada de “huelgas” policiales y algunos autoacuartelamientos. El gobierno kirchnerista catalogó a estos hechos de un supuesto “complot” antidemocrático para intentar encubrir que los reclamos policiales son parte de la crisis social del país.
Los policías reclaman aumento de salario. En algunos casos han logrado subas muy significativas, duplicando o triplicando sus básicos de pobreza. Personal de bajo rango que ganaba 5000 pesos de bolsillo, pasará a cobrar 8.000 de básico. De esa manera se abrió para todos los trabajadores estatales y provinciales la misma necesidad: que haya un inmediato aumento de salario “como le dieron a la policía”.
El conflicto policial abrió paso a los saqueos y su triunfo provocó reclamos similares en todo el país. La patronal cordobesa entró en pánico y ya pide reglamentar las huelgas de los servicios “esenciales”. De la Sota quedó en crisis, echó al jefe de policía y cambió el gabinete. Los trabajadores estatales y docentes aprovecharon para reclamar el mismo aumento y sólo la traición de sus respectivas conducciones está evitando que lo logren.