Escribe Adolfo Santos, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
Además de ajustador serial, el gobierno ultraderechista de Milei, por momentos, se convierte en un sainete de enredos groseros. Uno de esos momentos lo protagonizó la vice presidenta Victoria Villarruel al referirse a los condenables cantos racistas proferidos por jugadores de la selección argentina, entre ellos Enzo Fernández, contra los jugadores franceses.
Sorpresivamente, la vice de uno de los gobiernos más entreguistas de la historia argentina declaró en su cuenta X (ex Twiter): "Argentina es un país soberano y libre. Nunca tuvimos colonias ni ciudadanos de segunda. Nunca le impusimos a nadie nuestra forma de vida. Pero tampoco vamos a tolerar que lo hagan con nosotros. Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir".
Miente Villarruel. La Argentina no es soberana ni libre. Es un país dependiente, atado a una deuda externa usurera y fraudulenta, cuyo principal acreedor, el FMI, somete la vida de las masas populares a duros sacrificios. El gobierno Milei/Villarruel tolera con creces que nos impongan una pobreza extrema con planes de ajustes contra trabajadores, jubiladas y jubilados y que se someta al hambre a importantes sectores de la población desocupada al negarle alimentos.
El gobierno de Villarruel, es el que acaba de aprobar la Ley Bases y el RIGI, al servicio de las grandes transnacionales para que vengan a llevarse nuestras riquezas a cambio de monedas. Es el que al derogar la Ley de Tierras despeja el camino para la apropiación del agua dulce por parte de capitales extranjeros y que se arrodilla ante el imperialismo elogiando a Trump y a Thatcher como sus grandes referentes. Lejos de ser soberano, es el gobierno que reivindica los años del menemismo y sus “relaciones carnales” con los Estados Unidos.
Por eso desde el propio gobierno salieron corriendo a desmentir a la vice. La propia Karina Milei convocó de urgencia al embajador francés a la Casa Rosada para disculparse por el “desafortunado comentario” de Villarruel. Enzo Fernández ya había pedido disculpas por sus dichos racistas y se muestra arrepentido, pero en el seno del gobierno, sus principales figuras, utilizan el hecho para seguir jugando a patriotas o colonialistas. Es otro acto patético de un gobierno en crisis, que genera cortinas de humo para disimular la catástrofe a la que está sometiendo el país.