Desde Izquierda Socialista alertamos que no era así y que, pasadas las elecciones, todos iban a acordar cómo implementar el ajuste que el kirchnerismo ya tenía agendado. La realidad, lamentablemente, nos da la razón.
A la hora de ajustar, se unen
Días antes de las elecciones ya tuvimos una pequeña muestra. Todos ellos (los diputados de Massa, Mauricio Macri, Raúl Alfonsín quien acordó con Binner) apoyaron la reapertura del canje de la deuda, arrodillándose ante los fondos buitre. Más tarde, el acuerdo con Repsol los encontraría de vuelta a todos del mismo lado. El pago millonario a los que saquearon durante años nuestro petróleo destruyendo el abastecimiento energético fue saludado por todos: desde Mauricio Macri -que chicaneó con que “Cristina parecía del PRO”, por su perfil cada vez más desbocadamente entreguistapasando por el “socialista” Binner quien dijo “Es fuertemente favorable que haya un principio de acuerdo con un país como España”. Hasta el empresario José de Mendigueren, antes kirchnerista y hoy massista, tildó de positivo el acuerdo.
Pero el capítulo más escandaloso de este contubernio se vio reflejado en la aprobación del Presupuesto 2014 para la provincia de Buenos Aires. Tal como ocurrió en la Capital, después de varios tires y aflojes todos terminaron aprobando un presupuesto que no es más que la consagración de la profundización del ajuste: cero pesos para los aumentos salariales de los trabajadores estatales, partidas raquíticas para las áreas de salud y educación y, en cambio, fondos millonarios para un programa de “mano dura”. Para aprobarlo, el gobierno de Scioli contó con el respaldo de la UCR, el FAP, el Frente Renovador de Massa y del bloque de De Narváez. ¡Todos! A cambio, se agenciaron algún cargo: el Frente Renovador logró ubicar a Dámaso Larraburu en el directorio del BAPRO, la UCR renovó el cargo del ex senador Diego Rodrigo en ese mismo directorio y consiguió la designación de Hernán Gómez como fiscal de Estado, el FAP (GEN/PS) un cargo en el organismo de control de agua (Ocaba) y uno en el de electricidad (Oceba) y, por último, De Narváez colocó a Gustavo Ferrari, su mano derecha, en la Asesoría General de Gobierno. Poniendo a uno de los suyos a integrar directamente la gestión de Scioli.
La salida viene por izquierda
El presupuesto provincial es un adelanto de lo que se viene. El gobierno y la oposición patronal ya han demostrado, con su apoyo, que no tienen ninguna voluntad de dar respuesta al atraso salarial de los trabajadores y que pretenden profundizar los recortes sobre áreas como salud y educación. Y la pulseada que los trabajadores van a librar contra el ajuste los va a ubicar, una vez más, del mismo lado.
A aquellos trabajadores y jóvenes que creyeron ver en cualquiera de estas variantes políticas una alternativa para hacer frente al gobierno o ponerle un freno a sus medidas entreguistas y de ajuste, los llamamos a reflexionar, sacar conclusiones y a sumarse a fortalecer una alternativa política propia de los trabajadores, que defienda sus intereses y los del conjunto de los sectores populares.
Los desafíos que tenemos por delante son enormes y al agrupamiento de políticos patronales que, con roces, van a jugar para hacer pasar el ajuste, debemos oponerle la unidad de los trabajadores y la izquierda. Fortalecer a Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda es avanzar en ese camino.