Salud en Tucumán
Con asambleas en los hospitales, el Centro de Salud y de Niños, a los que se sumará el Rivadavia, los enfermeros y personal de salud y limpieza buscan organizarse para exigir los insumos de trabajo y bioseguridad faltantes.
En una pelea desigual contra el gobierno que miente sobre la provisión de estos insumos y la existencia de personal suficiente y camas, los trabajadores de la salud discuten la forma de enfrentar al gobierno para trabajar con seguridad. El primer triunfo parcial de las asambleas se logró con la reasignación de funciones a las enfermeras en riesgo. El próximo paso será la licencia sanitaria.
ATSA, ATE Salud y SITAS boicotean las asambleas. El SITE (Sindicato Tucumano de Enfermer@s) y su secretario general, nuestro compañero Cristian Luna, están junto a los compañeros de la salud mostrando que la lucha es el camino.
Hospital Ramos Mejía
Los trabajadores de la salud de ese hospital se reunieron en asamblea para plantear sus demandas al gobierno, ya que no está respondiendo a sus necesidades. Exigen que se los provea de elementos de protección, independientemente de la función que desempeñan, ya que todos, de una u otra forma, están en contacto con pacientes que pueden ser asintomáticos, pero portadores del coronavirus. Destacaron que el primer derecho es proteger sus vidas y que por lo tanto no era posible atender a los enfermos sin una debida protección, que debe ser renovada diariamente. En la asamblea quedó clara la necesidad de mantener unidos a los trabajadores de la salud alrededor de estas demandas para cuidar sus vidas ya que, destacaron, al gobierno parece no importarle.
Hospital Córdoba
El personal de la salud del Hospital Córdoba viene desarrollando asambleas autoconvocadas en el marco de la pandemia. Se exige una recomposición salarial de emergencia y elementos de bioseguridad, material imprescindible para protegerse. En ese marco, denuncian la falta de insumos necesarios. Lo que pasa en el Córdoba es un reflejo del conjunto de los hospitales de la provincia. Pihen, secretario general de los empleados públicos, aprovechó la cuarentena para cerrar un acuerdo salarial de miseria, incrementando la bronca del sector. En una primera instancia resolvieron elevar una nota al Ministerio de Salud provincial. En el caso de que no sean atendidas las exigencias, el camino será profundizar las medidas de fuerza.
Ingenio Ledesma
El sindicato de obreros y empleados del Ingenio Ledesma denuncia que la patronal no cumple con los protocolos establecidos por el gobierno nacional que liberan a los trabajadores mayores de 60 años. Con la excusa de que cumplen tareas esenciales, obliga a trabajar a compañeros que están en sectores vulnerables. También denuncia que no se cumplen las normas de protección en el traslado de los obreros, que viajan en condiciones inapropiadas porque no se respetan las medidas preventivas. Apoyamos las demandas de los compañeros del Ingenio Ledesma y repudiamos el papel histórico nefasto de esa patronal encabezada por la familia Blaquier, cuya complicidad con la dictadura militar llevó a la cárcel, a la tortura y a la muerte a muchos trabajadores.
Bimbo se queda en casa
En una asamblea general realizada en la planta Bimbo San Fernando, los trabajadores decidieron por unanimidad suspender las tareas y quedarse en sus casas, como es recomendable para proteger su vida y la de sus familiares. “Es absurdo venir a trabajar para fabricar facturas y medialunas congeladas que, ahora sabemos, son para exportacion”, dijeron los operarios indignados por la evidente codicia de la patronal, que además planea despedir personal en estos días. La asamblea, que criticó la actitud pasiva de la burocracia sindical del gremio de pasteleros, decidió la paralización de las actividades mientras dure la cuarentena y la defensa de los puestos de trabajo exigiendo que no haya un solo despido.
Arcor
Los trabajadores de expedición de Arcor Arroyito bloquearon los portones para impedir que ingresen los camiones que vienen a cargar mercadería. La planta produce golosinas, productos que no son esenciales para la población y funciona como centro de distribución de toda la empresa. Si a esto se suma que la producción que se está realizando es para exportar, queda claro que estamos ante otra patronal que en plena pandemia, lejos producir productos esenciales e imprescindibles, expone a los trabajadores para continuar con sus ganancias.
Felfort
La empresa sigue trabajando normalmente, amparada en el decreto presidencial que permite a las “alimenticias” a seguir con su producción. La Delicia, de Felipe Fort está produciendo golosinas y huevos de pascua obligando a los trabajadores a exponerse sin ninguna protección. La burocracia de la alimentación, nuevamente ausente con aviso, ante el reclamo que hacen los trabajadores de restringirse a guardias mínimas y evitar exponerse día a día, mientras la patronal sigue aumentando sus ganancias.
Neuquén: despidos en hospital
En plena pandemia desalojan a los auxiliares de higiene despedidos del hospital Plottier. Fue por orden de la subsecretaría de Salud de la provincia y el director de dicho hospital, Francisco Facci, quien solicitó a la policía provincial el desalojo del tráiler que los trabajadores ocupaban a la espera de su reincorporación luego de un largo conflicto. Llamarán a un paro en diversas áreas.
Salta: 800 despidos en minera
La empresa Livent Minera del Altiplano despidió a 800 trabajadores. Fue la gota que rebalsó el vaso, dicen sus trabajadores, entre tantos atropellos de la patronal. La multinacional, Livent, extrae litio en dos minas ubicadas en la zona limítrofe con Catamarca. Además de echar a trabajadores, la empresa tiene una deuda millonaria con la provincia por regalías. Una patronal que solo le interesa incrementar su lucro.
Hace tiempo que la situación en los barrios más empobrecidos de todo el país es angustiante. Esta situación no mejoró sustancialmente con la llegada del gobierno de Alberto Fernández. La desocupación , la precarización laboral y la inflación ya venían haciendo estragos. Todo esto se profundizó con la aparición de la pandemia del coronavirus.
Escribe Graciela Calderón, secretaria adjunta de Suteba La Matanza
La situación en los barrios llegó a un punto alarmante, particularmente en el Gran Buenos Aires, donde viven más de doce millones de personas, de las cuales 2.100.000 tienen déficit sanitario y 2.600.000 habitan en viviendas precarias próximas a basurales (datos del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina, diciembre de 2019).
Para cuidarnos de la pandemia debemos lavarnos las manos con agua y jabón, pero hay 2.800.000 habitantes del conurbano que no tienen conexión de red de agua corriente y casi seis millones no tienen cloacas.
Vivimos hacinados. En cuatro de cada diez hogares pobres del conurbano viven tres personas o más por habitación, lo que facilita la transmisión del virus en el grupo familiar.
Los hospitales y las salitas de emergencia están colapsadas desde hace años.
La situación económica
La crisis económica del coronavirus afecta particularmente a millones de trabajadores informales que viven en los barrios, muchos de ellos nunca cobraron planes sociales ni reciben asistencia social de parte del gobierno nacional o los municipios. Son trabajadores de oficios, peones de taxi, albañiles, vendedores ambulantes, que viven al día sin un ingreso fijo. Trabajadores que no llegan a pagar el alquiler, los servicios y en muchos casos ni siquiera la comida para su familia. Ante la desesperación muchas de estas personas salen a la calle a tratar de buscar algún tipo de ingreso y son reprimidas por la policía.
En el Gran Buenos Aires unas tres millones de personas reciben comida diariamente en comedores (datos Clarín, 28/3/2020), muchos de los cuales están cerrados por la pandemia. Además, el gobierno resolvió que los comedores escolares sigan abiertos, pero la cantidad de viandas que llegan a las escuelas es mucho menor que la cantidad de alumnos. El gobierno nacional anunció un plan de asistencia alimentaria, que por el momento solo se puso en práctica en Quilmes, y comenzaría a implementarse en La Matanza esta semana. Pero, su alcance será de solamente 24 mil personas en un distrito donde viven dos millones, la mayoría sumidos en la pobreza. Es una medida totalmente insuficiente.
Las medidas del gobierno son insuficientes ¡Exigimos medidas de fondo!
Ante la crisis social que se vive en los sectores más pobres el gobierno anunció una serie de medidas sociales: un bono de 3.000 pesos para los jubilados que cobran la mínima, un refuerzo de 3.100 pesos para la asignación universal por hijo y el seguro de desempleo y 10.000 pesos para monotributistas y trabajadores informales. Son medidas totalmente insuficientes. Una familia no puede subsistir con 10.000 pesos. Esa cifra debería triplicarse y cobrarse de forma permanente. Además, el gobierno debe garantizar los elementos de higiene (lavandina, alcohol en gel, jabón para toda la población) y brindar asistencia alimentaria para todo el que la necesite. Esto favorecería que en los sectores más pobres puedan realizar la cuarentena como corresponde. La plata hay que sacársela a los que ganaron millonadas de la mano de todos los gobiernos a costa del hambre del pueblo. ¡Impuesto progresivo a las grandes fortunas y no al pago de la deuda externa!
Escribe Nicolás Núñez, legislador porteño de Izquierda Socialista/FIT Unidad
No nos cabe ninguna duda de la importancia de cumplir con la cuarentena ante la pandemia del coronavirus. Para garantizarla, el gobierno desplegó enormes operativos con las diversas fuerzas de seguridad. Mientras que en los barrios de clase media y alta en general, se limitaron a verificar los permisos para transitar, en barrios y asentamientos populares se vienen registrando preocupantes situaciones de abuso de las distintas fuerzas de seguridad.
Hasta el domingo 29 de marzo 524.557 personas fueron interceptadas por las fuerzas de seguridad y notificadas del curso de una causa legal, y 13.006 fueron detenidas sin que se produzca aún su liberación. En el marco de esos operativos se viralizaron videos de efectivos forzando a personas demoradas a hacer flexiones o repetir frases como en los tiempos del servicio militar y de trabajadores de empresas de delivery siendo detenidos por la policía en la ciudad de Buenos Aires y en Rosario. Desde ya que estos ejercicios de violencia y abusos se desarrollan en los barrios humildes y contra trabajadores. En contraposición, un directivo de la fraudulenta empresa Vicentin fue demorado en reiteradas ocasiones violando la cuarentena sin que nadie le ponga un dedo encima. Las fuerzas represivas actúan siempre con claras indicativas de clase.
Estos hechos pusieron en alerta a organismos de derechos humanos y al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ) que emitió un comunicado denunciando los abusos policiales. El gobierno afirma que los efectivos filmados fueron sancionados, pero nada de eso se conoce oficialmente, y los hechos siguen sucediendo diariamente. Esto aumenta la preocupación ante la extensión de la cuarentena, y ni qué hablar si el gobierno no dispone medidas concretas para paliar la grave crisis económica y social que está creciendo en zonas como el conurbano bonaerense.
La declaración del EMVJ, que suscribimos desde Izquierda Socialista, finaliza señalando: “Las fuerzas de ‘seguridad’ que siguen impunes de todos los crímenes cometidos hasta la fecha, la policía del gatillo fácil, la gendarmería del gendarme carancho y de la desaparición en democracia no son quienes van a concientizar sobre la necesidad de la solidaridad y el cuidado mutuo”. El pueblo trabajador va a saber mantener la guardia alta frente a la pandemia y también frente a los abusos de las fuerzas de seguridad.
En la última movilización protagonizada por mujeres del 9M, en Buenos Aires, en conmemoración del #DíaInternacionalDeLaMujerTrabajadora, denunciábamos que en los primeros días del mes tuvimos más femicidios que en días pasados. Lamentablemente, esa relación numérica hacia fines de marzo y #EnCuarentena no se modificó. El sábado 28 se conocieron los cuatro nombres de mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres ese mismo día: Cristina, su hija Ada, Haydeé y Claudia.
Escribe Mercedes Trimarchi, diputada bonaerense por Izquierda Socialista/FIT Unidad
En tiempos de aislamiento social y encierro la violencia de género crece. Esto fue reconocido hasta por un informe de la ONU del 19 de marzo pasado, que recomendaba a los gobiernos que tomen medidas especiales. Sin embargo, nada se está haciendo y los femicidios serían un "efecto colateral del confinamiento", según el presidente de Uruguay, Lacalle Pou.
En la Argentina, Alberto Fernández no ha dicho nada frente a esta situación desesperante para las víctimas de violencia de género, que están siendo obligadas a convivir veinticuatro horas junto al agresor. Sí, a través de publicidades se está promocionando la línea 144 (destinada a recibir las denuncias de violencia de género) y ahora se implementó el pedido del "barbijo rojo" en las farmacias como una especie de "contraseña" entre quien solicita ayuda y quien atiende la farmacia.
Ahora bien, decretada la cuarentena obligatoria los llamados a la línea 144 aumentaron un 30%, sin embargo, quienes atienden esos llamados vienen denunciando que no dan abasto. Trabajan en condiciones completamente precarizadas, sin presupuesto, sin condiciones de seguridad e higiene y, por ser monotributistas, ni siquiera están cobrando las horas extras. Por otro lado, la idea de recurrir a una farmacia y usar la "contraseña" no está dando resultado en países como en el Estado español, que implementó "Mascarilla-19" sin ningún resultado, porque a las víctimas de violencia los agresores no las dejan salir de sus casas.
Desde Isadora e Izquierda Socialista exigimos que se declare ya la emergencia en violencia de género porque los femicidios y trans-travesticidios no cesan. No se le puede hacer frente a esta escalada de violencia con un presupuesto de 11 pesos por mujer por año que viene de la era Macri. Necesitamos refugios para que alberguen transitoriamente a todas las víctimas de violencia y a sus hijes. Exigimos la atención psicológica y el asesoramiento legal gratuito, con perspectiva de género, para todas ellas. A su vez, se debe implementar una ayuda económica que cubra la canasta familiar. Se deben prohibir los despidos y suspensiones y que las patronales otorguen las licencias pagas. Estas medidas mínimas y urgentes deben tener una partida extrapresupuestaria que debe salir del no pago de la deuda externa y de impuestos especiales a las grandes empresas, como el Grupo Techint, las telefónicas y las mineras que siguen siendo beneficiadas con subsidios y quita de impuestos.
Escribe Guillermo Sánchez Porta
El presidente participó en la reunión del G-20. Allí vertió algunos conceptos que generan simpatía en diferentes sectores e instala la esperanza en que, luego de la pandemia del coronavirus, el mundo capitalista cambiará para mejor. ¿Es posible un capitalismo “humanizado”?
Delante de los jefes de Estado de las principales potencias imperialistas, Fernández dijo que “no hay lugar para demagogias ni improvisaciones”. “Debemos desafiar este presente con el mismo coraje que tuvo este G-20 cuando asumió el daño causado por los paraísos fiscales”. También propuso la creación de “un fondo mundial de emergencia humanitaria que sirva para enfrentar, mejor equipados de insumos, el contexto que vivimos”.
¿Qué hay de realidad en estos dichos?
Sin dudas la pandemia pone a los ojos de todo el mundo la tremenda decadencia global del sistema capitalista. No solo la miseria y la marginalidad de centenares de millones de personas, la falta de controles sanitarios que generan este tipo de epidemias (comenzando por el pueblo chino bajo la feroz dictadura capitalista del Partido Comunista), sino también la destrucción de la salud pública. No es una característica sólo del Tercer Mundo, sino que está presente en países imperialistas como Italia (que era reconocido por su “estado de bienestar”), España o los Estados Unidos. Las camas, los respiradores, las unidades de terapia intensiva, médicos, enfermeros, técnicos, insumos e infraestructura hospitalaria son escasos, producto de los recortes presupuestarios millonarios. ¡Los médicos deben decidir quiénes reciben atención y quiénes no!
Las medidas de “protección” que impulsan los gobiernos para evitar contagios, como estar a más de dos metros de otra persona, lavar la comida, la ropa, usar alcohol en gel, lavandina, lavarse las manos, etcétera, son directamente imposibles para millones. Según la ONU, más de 2.000 millones de personas no tienen acceso al agua potable ni a saneamientos básicos, 350 millones viven en la calle y más de 3.000 millones viven hacinados. Esta es la realidad del capitalismo.
¿El FMI, el Banco Mundial y el capitalismo se volverán “sensibles”?
El discurso de Fernández genera confusión cuando dice que celebra que “el FMI y el Banco Mundial reconozcan lo insostenible de las deudas que soportamos los países más postergados” y “el deseo de que la humanidad superará esta pandemia. Pero lo que además logrará es acabar con el vicio de la exclusión social, la depredación ambiental y la codicia de la especulación”.
Lamentablemente, los dichos de Alberto no son más que una expresión de deseos. Es falso que exista un “capitalismo salvaje, neoliberal” y otro capitalismo “humanizado” que podría resurgir luego de esta pandemia. Hace décadas que el capitalismo de todos los colores solo genera “exclusión social, depredación ambiental y codicia”. Y así seguirá. La realidad argentina desmiente a Fernández: en plena pandemia los empresarios responden con especulación, faltantes, aumentos y despidos. Techint, en medio del llamado presidencial a la “solidaridad social” y ante la amenaza de que “se terminó la Argentina de los vivos”, intentó despedir a 1.450 trabajadores.
En 2020 el gobierno ha puesto más plata para subsidiar y reducir impuestos a las multinacionales petroleras y mineras y en pagar la fraudulenta deuda externa que en los salarios de los trabajadores, los jubilados, los desposeídos, o en los presupuestos para salud, vivienda o educación. ¿Después de la pandemia los capitalistas dejarán de priorizar sus ganancias para cuidar a la humanidad, el bienestar y el planeta? Eso es un cuento de hadas.
Que el “fondo de emergencia humanitaria” comience por casa
En la crisis de 2008 el “coraje del G-20”, a través del Banco Mundial, el FMI y la Unión Europea, hicieron poner a todos los países el 2% del PBI mundial (varios billones de dólares) para ayudar “humanitariamente” a multinacionales y banqueros. Ese será el destino de cualquier “fondo de emergencia” que el imperialismo conforme. Y tratarán de que seamos los trabajadores y el pueblo quienes paguemos, una vez más, la cuenta de la crisis capitalista con mayores ajustes, despidos, salarios de hambre y superexplotación laboral.
El gobierno de Fernández debería dar el ejemplo luego de sus palabras en el G-20 y podría comenzar a hacer ya un “fondo de emergencia humanitaria” en la Argentina para encarar la crisis de la pandemia. Que les embargue a Roca, Bagó, Pérez Companc, Coto y demás multimillonarios un 20% de sus riquezas, para así conseguir miles de millones de dólares necesarios para salud, insumos y todas las necesidades de la emergencia. Que no se pague más un peso de la fraudulenta deuda externa a banqueros y bonistas.
Pero los únicos que “tendríamos el coraje” para tomar todas las medidas necesarias para atacar la pandemia, cuidar la salud del pueblo, terminar con la depredación ambiental y que la crisis la paguen los ricos y las multinacionales somos los propios trabajadores. No lo hará ningún gobierno de capitalistas, se llamen “neoliberales” o “populares”. Para planificar la economía en función de las necesidades de las mayorías, cuidando la naturaleza, es necesario que gobernemos los trabajadores. Dando inicio así a la construcción del socialismo, el único sistema que puede dar respuesta a la crisis de la humanidad y del planeta.