Escriben Gastón Godoy, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista y miembro de la Comisión Directiva de la Federación Universitaria Argentina y Francisco Ayala, Secretaría de Cultura del Centro de Estudiantes del ISFD 11 de Lanús
Probablemente nos hayas escuchado alguna vez planteando ésto. Somos conscientes de que a veces puede parecer una pregunta chocante o invasiva, pero la expresamos desde la más férrea convicción de que es la única manera de afrontar con- secuentemente las peleas que dimos y las que vendrán. Nuestro objetivo es formar un partido de la clase trabajadora para agluti- nar de la forma más acabada y extensa la mayor cantidad de personas que tienen el ímpetu de cambiarlo todo, y proponerse el objetivo de construir una sociedad socialista.
No desconocemos las cargas negativas con las que cargan los partidos políticos, también los de izquierda producto sobre todo de lo que fue el estalinismo. Desde Izquierda Socialista compartimos muchas de esas críticas y las hemos expuesto públicamente infinidad de veces, contra el estalinismo y contra los partidos patronales de Argentina y el mundo. Por eso podemos afirmar sin titubear que la corriente que fundó Nahuel Moreno, y que nuestro partido continúa, tiene otros métodos y prácticas.
Sostenemos, como decía Lenin, que el centralismo democrático (total libertad en la discusión, unidad en la acción) es la forma de construir una organización revolucionaria. Así lo hacemos, y te invitamos a que lo compruebes haciendo tu propia experiencia. No tenemos nada que ver con el verticalismo que impuso Stalin en el Partido Comunista de la Unión Soviética y que se extendió al resto de PC del mundo. Estamos en las antípodas de ese régimen, por eso somos trotskistas. Y por eso, al mismo tiempo, también disentimos con quienes están en contra de cualquier tipo de estructura organizativa, y promue- ven no tener un programa claro. Ya hemos visto, en la primer década del siglo XXI que proliferaron las expresiones anti- partido horizontalistas, que solo sirvieron para desorganizar, y que la mayoría terminó luego en nuestro país adaptada a un partido por demás vertical: el peronismo.
También criticamos y enfrentamos a los partidos que se dicen de izquierda, pero que en nombre del “socialismo” gobiernan para la burguesía; como es el ya citado Nicolás Maduro en Venezuela, pero también los casos del PT en Brasil o Correa en Ecuador. Sectores que despertaron una expectativa en la juventud, pero que ya mostraron su fracaso: se fueron repudiados por millones, la pobreza y la desocupación aumentó, sus principales dirigentes se enriquecieron a niveles escalofriantes y gozan de una vida que no es la realidad del pueblo trabajador, sino la de burgueses ricos.
Desde ya que quienes ingresan al partido no tienen porqué compartir absolutamente todo lo que el partido opina, analiza o entiende de la realidad. Justamente se trata de ir discutiendo y debatiendo sobre las diferencias, pero poniendo el énfasis en los acuerdos. La burguesía y los patrones celebran la división de la clase trabajadora y su desmovilización, y apues- tan a una juventud despolitizada e individualista. Nuestro objetivo es el opuesto: queremos que la juventud sea parte de la unión y organización de nuestra clase, movilizándonos en las calles frente a estos espacios políticos que son los que nos han traído a la situación de miseria actual.
El siguiente párrafo que ilustra lo mencionado anteriormente es de Nahuel Moreno, corresponde al artículo “Cuatro consejos de Lenin”, que se publicó en 1986 en la revista de la Juventud Socialista, Contraprensa: “Nosotros nos enorgullecemos de que, siguiendo a Lenin, en nuestro partido alentamos a los militantes a ser rebeldes en todo sentido, incluso hacia la dirección. No se puede sostener una actitud revolucionaria, de intransigente rebeldía hacia la burguesía y sus sirvientes, y al mismo tiempo mantener una actitud sumisa, de sometimiento, de ‘culto a la personalidad’, hacia los dirigentes del partido. A nuestros militantes nosotros los alentamos a ser rebeldes en relación con sus dirigentes, a que los critiquen, los controlen y les exijan que demuestren todos los días su capacidad, que no acepten ninguna autoridad impuesta, sino sólo aquélla que surge de la capacidad demostrada por los cuadros”.
¿Quiénes están presentes en las luchas?
Nuestra propuesta se da sobre la base de hechos concretos. Porque buscamos estar en todas las luchas, todo el tiempo conocemos compañerxs que de forma muy honesta y valiente pelean a nuestro lado. Desde cuestiones parciales en una escuela o facultad, contra alguna injusticia de alguna autoridad; en un laburo para que la patronal pague lo que corresponde o no nos obligue a realizar tareas que no nos competen; hasta en un barrio donde se cortó la luz o pedimos por alguna condición mínima. Pero lamentablemente también vemos que muchas veces esas personas se desaniman luego de algunas peleas, porque le pusieron mucha energía y el resultado no se obtuvo, o porque conquistamos eso puntual que reclamábamos y luego todo queda ahí. Nuestro objetivo es que esa chispa que tenemos adentro no se apague, y que arda cada vez más. Nuestra organización propone una pelea cotidiana, permanente, en todos los lugares donde estamos insertos: porque ninguna pelea se termina si el capitalismo sigue en pié.
También sabemos que hay compañerxs que nos ven honestos en nuestra militancia, pero que creen que no está planteado derrotar al capitalismo. A ellxs, les queremos compartir una enseñanza de León Trotsky quien decía que las revoluciones parecen imposibles, hasta que se transforman en inevitables, y esto es particularmente cierto en momentos como el que estamos viviendo: la mayor crisis de la historia del capitalismo. Vamos camino a una mayor polarización social, vamos a ver fenómenos políticos nuevos a escala global, y en un marco donde el capitalismo solo nos depara aumentos siderales de la pobreza y completa destrucción ambiental, tenemos que desterrar el escepticismo, y estar abiertxs a la posibilidad de poder triunfar, y así tener un futuro. Te planteamos claramente que cuando la lucha de clases se agudice, cuando en las calles seamos millones gritando contra un sistema agotado, vamos a tener nuestra oportunidad de mostrar un camino distinto, una salida revolucionaria contra el capitalismo. En ese momento, tú rol puede ser fundamental.
La importancia del partido radica en que toda la experiencia de las luchas y peleas políticas que dimos se conserva, discute y analiza en el partido, entre compañerxs con mucha experiencia y quienes somos más jóvenes. Nuestra corriente nació en la década del 40’, y todos estos años nos han enseñado mucho, han sido de un gran valor. Con aciertos y errores, avances y retrocesos. Pero siempre pegados a la clase trabajadora. El partido está al servicio de que los conflictos puedan decantar en triunfos. Todo nuestro accionar está al servicio de esa perspectiva.
Cada cual tiene sus tiempos y ritmos, nuestra intención no es imponer nada a nadie, sino ir transitando en unidad el camino revolucionario. Todos los aportes y perspectivas son válidas de ser discutidas. La burguesía tiene sus partidos políticos, sus medios de comunicación, la (in)justicia corrupta y patriarcal, la iglesia machista anti derechos, la burocracia que hoy domina los sindicatos y entrega todas las luchas, y muchas otras armas para cada vez explotarnos más y dividirnos, así como también tiene sus fuerzas represivas para respondernos cuando logramos organizarnos. Si queremos triunfar, a todo eso, tenemos que contraponerle un partido revolucionario, de nuestra clase y potente.
"Las revoluciones -decía Lenin- no se hacen, se organizan", te invitamos a organizarnos por un futuro distinto, sin miseria, explotación ni opresión.