Escriben Diversidad Izquierda Socialista
El 15 de julio de 2020 se cumplen 10 años de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, como resultado de años de lucha de la diversidad, que año a año fue creciendo y peleando contra la discriminación y los crímenes de odio. El proyecto de ley del Matrimonio Igualitario es una adaptación del trabajo realizado por Carlos Jáuregui, un importante activista que impulsó las luchas de la comunidad diversa durante las décadas del 80’ y 90’, dando el puntapié para que el movimiento crezca y se organice por sus derechos.
Dentro de la comunidad de la diversidad hay un fuerte debate sobre esta cuestión: muchas organizaciones fueron, en esos años, cooptadas por el kirchnerismo y su doble discurso; desde allí surgió que esas conquistas no habían sido fruto de nuestra organización y lucha, sino “gracias a Cristina”. Es mentira, el peronismo kirchnerista votó tan dividido como los demás bloques patronales en la aprobación de ambas leyes. Sólo la izquierda apoyó plenamente, en las calles y en su programa, todas y cada una de las reivindicaciones de la diversidad, a pesar de no tener bancas en el Congreso. Esta conquista fue gracias a la lucha en la calles, contra los movimientos reaccionarios orquestados por la Iglesia y Bergoglio (actual Papa Francisco); lucha que más tarde conquistaría la ley de identidad de género.
Ley de Identidad de Género, una lucha que sigue
En 2012 se aprobó la Ley 26.743 de Identidad de Género. La ley fue un hecho histórico que abrió la puerta a otras conquistas como el cupo laboral travesti-trans en varias provincias, y la figura legal de travesticidio y transfemicidio en los crímenes de odio. Entre otras cosas, la misma permite el correcto registro de nombres e identidad de género en el DNI pero también en otros registros sin la necesidad de esa modificación. Sin embargo, prácticamente ninguna institución nos permite inscribirnos con nuestro nombre si no hicimos la rectificación en el DNI, y no podemos ver reflejada nuestra identidad por fuera del binarismo “M/F” dentro de los documentos.
Quienes logramos acceder al sistema educativo sufrimos las consecuencias de esto.Hay estudiantes que son desregularizades por no coincidir los registros internos de la facultad con su identidad, y la rectificación de estos datos nos es negada, sobre todo cuando no está hecha previamente en el DNI. Esto es un reflejo más del marco social expulsivo que sufrimos constantemente: muches no cuentan con la posibilidad de terminar los estudios, habiendo sido echades de sus casas en la adolescencia, viven en condiciones precarias, no tienen acceso al sistema de salud, y no consiguen laburo; la expectativa de vida de la comunidad travesti-trans es de 33 años, y más del 80% de elles está en situación de prostitución (sin la posibilidad de elegir una salida laboral), y los travesticidios, transfemicidios y crímenes de odio van en aumento.
En este marco, el año pasado redactamos un proyecto que fue presentado en el Consejo Superior de la UBA, para que se efectúen los trámites de rectificación de la identidad de género de acuerdo a lo expresado en la ley en todas las facultades; pero sabemos que con eso no alcanza, y por eso llamamos a todes a organizarnos en todos los espacios educativos y de trabajo para dar la pelea contra la violencia heterocispatriarcal que nos oprime cotidianamente, y exigir que de una vez por todas las instituciones cumplan con la Ley de Identidad de Género.
Continúa la pelea
A pesar de las conquistas, la lucha por nuestras reivindicaciones sigue. El ajuste sistemático que se viene desarrollando hace años en el sistema de salud afecta directamente a la comunidad diversa. Si bien cargamos con el estigma de ser portadores de HIV, mientras son las personas heterosexuales quienes encabezan los ranking de ser seropositivos, somos nosotres les que nos vemos en la pelea diaria de poder tener una vida más digna. Tanto quienes somos visibles y quienes no de nuestro estado serológico, sufrimos los ajustes. En el gobierno de Macri, la degradación del Ministerio de Salud representó el ajuste en los tratamientos retrovirales y reactivos para test en todo el sistema público, dejándonos a la merced de los negocios de las prepagas y sistema privado de salud, poniendo en riesgo la calidad de vida de miles de personas.
Con el cambio de gobierno y el retorno del Ministerio de Salud, esto no ha cambiado. La crisis sanitaria se sigue profundizando con Alberto Fernandez. Los faltantes en los hospitales siguen y se profundiza más en las zonas más alejadas del interior del país. Mientras, el gobierno destina miles de millones de pesos al pago de la deuda externa y se niega a implementar un impuesto a las grandes fortunas. Necesitamos urgente presupuesto para el sistema de salud y para los tratamientos retrovirales para mejorar nuestra calidad de vida.
La diversidad y las dos pandemias
Con la cuarentena la limitación de la circulación de personas produjo el cese de una gran cantidad de actividades y empleos en el sector informal, que representa alrededor de un 40% de les trabajadoris, dejando sin sustento a miles. Esta situación afecta particularmente a la comunidad diversa, ya que la mayoría vivimos de changas, trabajos informales, oficios mal remunerados o un 80% de compañeras travestis y trans se encuentran en situación de prostitución. Sumado a la discriminación laboral que sufrimos por nuestras orientaciones sexuales e identidades de género, somos les primeres en ser echades como variable de ajuste ante la crisis. Esto provoca que nos veamos afectades en nuestra calidad de vida, miles quedaron en la calle por no poder pagar alquileres, o tuvieron que volver a la casa de sus familias donde son violentades constantemente. Incluso muches fueron desalojades violentamente por los arrendatarios y la policía.
Para hacerle frente al hambre, se comenzaron a hacer colectas y repartir bolsones de alimentos por parte de algunas organizaciones diversas. La escala de violencia a aumentado desde el inicio de la pandemia, alcanzando 21 travesticidios y transfemicidios, hasta abril. Esto no se aguanta más, tanto les trabajadoris, los sectores populares, las mujeres y la comunidad diversa, merecemos pasar una cuarentena bajo techo, sin represión ni violencia, y con acceso a la salud.
El pago del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) dejó a fuera a una gran cantidad de compañeres diverses, de la misma forma que las ayudas alimentarias y programas de trabajo ejecutados por el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades, son manejados por el sistema punteril característico del peronismo, dejando a fuera a muches que necesitan de un sustento económico real.
Hoy más que nunca debemos poner en pie el movimiento de la diversidad sexogenérica, elaborar un plan de lucha amplio que empalme con la lucha de les trabajadoris para exigir una cuarentena sin hambre, con dinero para salud y trabajo y no para salvar a las ganancias capitalistas.
Necesitamos de manera urgente que se deje de pagar la deuda externa y se cree el impuesto a las grandes fortunas, para que toda esa plata vaya para trabajo, salarios, salud y a combatir la pandemia. Garantizar el acceso a la salud a todes, para tratamientos hormonales, reactivos y retrovirales para combatir el HIV, la inclusión laboral travestitrans y la legalización del aborto para personas gestantes.