Jul 23, 2024 Last Updated 6:44 PM, Jul 23, 2024

Izquierda Socialista

Escribe Miguel Sorans, dirigente Izquierda Socialista/ FIT Unidad y de la UIT-CI

La invasión y los bombardeos rusos sobre la población civil están ya provocando una terrible devastación y una crisis humanitaria sobre Ucrania. Hay más de dos millones de refugiados. A casi dos semanas de la criminal invasión de Putin y Rusia, el pueblo ucraniano continúa resistiendo. Lo que parecía iba a ser un paseo para Rusia, una guerra relámpago, se ha empantanado por la heroica resistencia.
 
Las imágenes que recorren el mundo muestran la devastación y muerte que está provocando la invasión genocida del reaccionario Putin. Los edificios en ruinas de Járkov, de las ciudades periféricas de Kiev o del puerto de Mariúpol, en el Mar de Azov, recuerdan los bombardeos masivos de Rusia en las ciudades de Alepo (Siria, 2015) y Grozny (Chechenia, 1999). Ya hay amenaza de bombardeos sobre el puerto de Odessa, en el Mar Negro. Los refugiados pueden llegar a cinco millones. Más vidas civiles peligran porque Rusia ni siquiera respeta el cese de fuego para los corredores humanitarios.

Pero por ahora Putin, pese a la superioridad de fuerzas militares de Rusia, no ha logrado imponerse. La resistencia militar-popular ucraniana ha sorprendido a Putin y al mundo.

Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI repudiamos tajantemente la invasión rusa, y estamos incondicionalmente del lado del pueblo ucraniano y su resistencia para derrotar al invasor, sin dar ningún respaldo político al gobierno de Zelensky y diciendo claramente no a la OTAN.

Solo confiamos en los centenares de miles de trabajadores y trabajadoras, de jóvenes y mujeres, que combaten en Kiev, Járkov y en toda Ucrania.

Nuestra solidaridad no tiene nada que ver con la cínica oposición a la invasión de los Estados Unidos, de los Biden, Macron y Boris Johnson. Ellos han avalado históricamente invasiones en Afganistán, en Irak, en los Balcanes, en Siria o en Medio Oriente. Con su postura política actual solo buscan sacar partido para su proyecto de dominación de Ucrania. Por eso rechazamos toda injerencia imperialista en Ucrania, sea rusa, yanki, europea o de la OTAN.

No es una guerra interimperialista
 
Es muy importante definir qué tipo de guerra es esta. Depende de esta definición la posición de la izquierda revolucionaria. Por ahora en Ucrania no hay una guerra interimperialista, no hay dos países imperialistas enfrentados.
Ni los Estados Unidos, ni la UE, ni la OTAN, han enviado tropas, no han disparado ni un tiro en Ucrania. El choque militar es entre Rusia, una potencia imperialista, y Ucrania, un país semicolonial. Un país oprimido, pobre, como lo son Brasil, Argentina, Chile o Perú.

Las diferencias entre Rusia y Ucrania son abismales. Rusia tiene 900 mil militares, y Ucrania tiene solo 196 mil. El presupuesto militar anual de Rusia es de 61.000 millones de dólares, el de Ucrania de 11.800 millones de dólares. Rusia tiene 5.655 ojivas nucleares, Ucrania tiene cero.

Por eso, siguiendo la tradición de los socialistas internacionalistas, no somos neutrales en esta guerra, estamos del lado de la nación oprimida e invadida que es Ucrania. Por eso discrepamos con los sectores que se reivindican antiimperialistas o de izquierda que se niegan a pronunciarse contra la invasión rusa. O, peor, que apoyan a Putin y justifican la invasión, como el caso del profesor argentino Atilio Borón, sectores del peronismo K o de los simpatizantes del falso socialismo como el de Venezuela, Nicaragua, Cuba o China.

Apoyan a Putin como si fuese una víctima, un luchador antiimperialista. Su argumento central para defenderlo es que Putin se vio “obligado” a defenderse por el asedio de la OTAN, porque están cercando a Rusia con la presencia de la OTAN en Europa del Este.

Por supuesto que luego de la caída del muro de Berlín en 1989 y la posterior disolución de la URSS y la restauración del capitalismo en Polonia, Hungría, Moldavia o Rumania, el imperialismo yanqui y europeo avanzó en la semi colonización de esos países en favor de sus multinacionales y el FMI. Y también se avanzó en la presencia de la OTAN.

Pero lo que no es cierto es que el imperialismo yanqui o europeo “quiera cercar” a Putin porque es un gobierno antiimperialista o progresista, que defiende al pueblo trabajador de Rusia. Esto es falso, Putin encabeza un régimen capitalista-imperialista respaldado por la represión y por una mafia de oligarcas del petróleo y el gas.

Otro argumento de los defensores de Putin es que combate a “un gobierno neonazi” y apoyado en bandas de nacionalistas fascistas. Esto también es falso. Zelensky es de origen judío y ganó las elecciones con el 70% de los votos. Es un liberal burgués, tipo Mauricio Macri. Bandas de fascistas ucranianas hay, por supuesto, pero no es la base del gobierno. Y muchas apoyan a Putin. El verdadero nacionalista neofascista es Putin y su régimen criminal.
 
Las verdaderas razones de la invasión

Estas hay que buscarlas en que Rusia es parte de la actual crisis económica del capitalismo mundial. Por eso Rusia vive un gran retroceso económico.

Con la restauración del capitalismo en Rusia y en la zona de influencia en lo que era la URSS, Putin y los oligarcas vienen aplicando brutales ajustes al pueblo trabajador ruso y persiguiendo salvajemente a la oposición.

Putin ha llegado hasta envenenar a opositores y encarcelar a miles. Por eso Putin y su gobierno autoritario vienen sufriendo un gran desgaste político. En las elecciones de septiembre de 2021 sufrió un gran retroceso, al punto que el viejo Partido Comunista logró casi el 20% de los votos. Y lo más crítico es que tuvo que salir a reprimir, enviando tropas a las rebeliones populares de Bielorrusia contra el dictador Lukachenko y la rebelión popular de Kazajistán, que fue de masas contra un ajuste tarifario, como pasa en cualquier país de Latinoamérica.

En realidad, Putin invade para tratar de unir al pueblo ruso bajo un falso slogan de “defensa de la patria” ante la “nazificación de Ucrania”.

Hay quienes dicen que Putin quiere restablecer la Unión Soviética. No. Quiere volver al imperio zarista, un sueño imposible.

Quiere liquidar a Ucrania como país. Por eso en el discurso donde anunció la invasión criticó insólitamente a Lenin, porque en la revolución rusa de 1917 reconoció la autodeterminación de Ucrania como nación. Putin, a su vez, reivindicó a Stalin y su dictadura que volvió a oprimir al pueblo ucraniano, contra el legado de Lenin.

Putin en ese discurso fue claro, dijo que Ucrania fue siempre de Rusia y que “no tiene sentido que sea un país”. Nosotros preguntamos a Atilio Borón, al peronismo k o a la izquierda que justifica a Putin: ¿qué tiene esto de progresista o antiimperialista? Absolutamente nada.
 
No somos neutrales en esta guerra

Por eso también discrepamos con los sectores de la izquierda revolucionaria que lamentablemente adoptan una postura neutral en esta guerra. Incluso algunas de estas corrientes trotskistas la justifican criticando a Putin, como el Partido Obrero. Tienen consignas como “guerra a la guerra”, “ni Putin ni la OTAN”, pero no levantan el apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano para derrotar militarmente al invasor. O sea, no están en el campo militar del país oprimido que es Ucrania.

Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI tenemos una posición clara y tajante. Nos sumamos y apoyamos a los que enfrentan a las tropas rusas. No somos neutrales. Apoyamos el armamento popular para tratar de impedir que se tome Kiev, Járkov o toda Ucrania.

En este marco, como corriente de izquierda trotskista, tenemos una política independiente del gobierno de Zelensky. Estamos en el mismo campo militar pero estratégicamente luchamos por la verdadera autodeterminación del pueblo ucraniano, que solo se logrará cuando triunfe un gobierno de las y los trabajadores y haya una Ucrania Socialista.

Ahora la pelea concreta pasa por derrotar la invasión de Putin y Rusia. Es una pelea de difícil pronóstico, indudablemente la superioridad militar del invasor Rusia es incuestionable.

Pero mientras se mantenga la resistencia popular, la lucha va a seguir abierta y nosotros, como luchadores antiimperialistas y socialistas, seguiremos estando en el campo militar de Ucrania.

Dos son los puntos de apoyo que permiten seguir esa pelea y no darla por terminada de ninguna manera. El primero, la heroica resistencia del pueblo de Ucrania, y segundo el crecimiento de las movilizaciones y las protestas masivas en Europa y en todo el mundo.

El punto clave son las movilizaciones en Rusia. En San Petersburgo fue una de las manifestaciones más multitudinarias, también se repitió en Moscú, al punto tal que Putin tuvo que salir a reprimir con miles de detenidos.

Por eso convocamos a acrecentar la movilización unitaria contra la invasión y en apoyo al pueblo ucraniano, reclamando que el gobierno de Alberto y Cristina Fernández rompa relaciones diplomáticas con Rusia y repudiando toda injerencia imperialista en Ucrania, sea del imperialismo ruso, de Estados Unidos, del imperialismo europeo y de la OTAN.

A las organizaciones sindicales y del movimiento obrero y popular
A las organizaciones de izquierda

La invasión de Ucrania por Rusia debe ser denunciada desde todas las organizaciones que se reclamen de la izquierda y del movimiento obrero y popular. No hay excusa alguna que pueda justificar la masacre y destrucción que está perpetrando Putin con esta guerra. Apoyamos las movilizaciones en todo el mundo por Fuera las tropas invasoras de Putin. Apoyamos la resistencia ucraniana para que derrote la invasión. Defendemos su derecho a defenderse y el derecho a la autodeterminación del pueblo ucraniano.

Ese repudio a la agresión rusa, lo hacemos desde una posición de rechazo a toda injerencia del imperialismo norteamericano y europeo en Ucrania. Desde una posición independiente de sus gobiernos, denunciando su fuerza militar: la OTAN. Nosotros, que estuvimos, por ejemplo, en la lucha por derrotar la invasión de Irak por los Estados Unidos y defendimos el derecho del pueblo iraquí a repeler la agresión, hoy levantamos la voz contra otra invasión igual de infame. Entonces lo hicimos sin avalar la política de Sadam Husein. Al igual que entonces, nuestro apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano no tiene que ver con dar apoyo político ni despertar confianza en el gobierno capitalista de Zelensky.

Desde esa posición independiente proponemos impulsar un movimiento amplio de unidad de acción por estos puntos, abiertos a sumar otros (ruptura de relaciones diplomáticas con Rusia, libertad a los presos por repudiar la guerra en Rusia), para coordinar un plan de acciones a nivel internacional. Por ello proponemos que nos pongamos en contacto y firmemos una declaración común y un plan de acciones coordinadas.

Secretariado Internacional (SI) de la UIT-CI
(Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional)
5 de marzo de 2022
uit-ci.org // twiter.com.uit

Escribe Mercedes Petit, dirigenta de Izquierda Socialista/FIT Unidad y de la UIT-CI

Entre los integrantes del FIT Unidad existen discrepancias y un debate en curso. Esperamos que pronto podamos actuar en común con un acuerdo básico contra la invasión de Putin y contra la OTAN.
 
La Fracción Trotskista - Cuarta Internacional (FT-CI), a la que pertenece el PTS, publicó el 1º de marzo una declaración (ver La Izquierda Diario). Parte de una consigna inicial correcta (“¡Fuera las tropas rusas de Ucrania!”) y las correctas afirmaciones de que las soluciones de fondo para Ucrania, Rusia y todos los pueblos del mundo vendrán de la mano de los gobiernos obrero revolucionarios y el socialismo mundial. Pero la FT-CI cae en una posición equivocada hacia el conflicto militar planteado por la invasión rusa (ver artículo páginas centrales), que es actualmente entre Ucrania y sus invasores.
 
La FT y el PTS no se suman al campo militar del pueblo ucraniano

 Según el PTS y la FT-CI el enfrentamiento militar sería entre las tropas rusas por un lado, y por el otro el imperialismo, la OTAN y el gobierno reaccionario de Zelensky. Y proponen “enfrentar la ocupación rusa y la dominación imperialista”. En la charla virtual que hicieron el sábado 26 de febrero, los dirigentes del PTS en sus exposiciones fueron bastante claros, al decir directamente que no existe una guerra entre Ucrania y el ocupante ruso, y que el papel del gobierno de Zelensky sería actuar de instrumento del militarismo de la OTAN y de Estados Unidos y la UE en su objetivo de semicolonizar a Rusia y la propia Ucrania.

Al definir mal los campos militares en lucha, quedan atrapados en una contradicción insoluble. Su primera consigna (correcta) es: “Fuera las tropas rusas de Ucrania”, pero rechazan que exista en la realidad el campo militar de lucha por esa causa justa, que se está peleando con las armas en la mano para lograrlo y que hay que apoyar para que expulsen a las tropas de Putin, para que triunfen. En ese campo solo hay ucranianos y ucranianas, con el gobierno burgués y reaccionario de Zelensky, el ejército burgués y el pueblo ucraniano. La FT-CI lo reconoce cuando dice que no hay tropas de los países de la OTAN “en un enfrentamiento militar directo con las fuerzas rusas”. Pero niega que los ucranianos y ucranianas, del ejército, milicianos y civiles protagonizan una lucha nacional y militar, para lograr sacar a las tropas rusas de su país. Y los revolucionarios tenemos la obligación, desde una total independencia política, de apoyar sin condiciones ese campo militar. En Ucrania, ¿la FT-CI diría a los soldados y milicianos y milicianas “disparen contra los rusos y también contra el gobierno reaccionario de Zelensky y la OTAN”? La UIT-CI propone que les digamos: “luchemos juntos para echar a los rusos, sin confiar en Zelensky ni la OTAN”.

La errada definición de los campos en conflicto lleva a la FT-CI a otro enfoque muy equivocado. Desde el punto uno, así como repudian la ocupación rusa, denuncian como “militarismo imperialista” el hecho concreto de que países de la OTAN están “enviando armamento y apoyo logístico al gobierno ucraniano”. Denuncian que “Suecia anunció la transferencia de armamento antitanque a Ucrania”, que “la UE decidió conjuntamente dar el paso sin precedentes de financiar la compra y entrega de armas a Ucrania por valor de 500 millones de dólares”. No lo dicen directamente, pero de acá se desprende que ante estos hechos que denuncian como “militarismo imperialista”, la FT-CI levantaría la consigna “¡que no se envíen armas a Ucrania!” Este disparate es un resultado de su equivocada definición de la guerra en curso. Allí, a los soldados y milicianos que están luchando por echar a los rusos, ¿les dirían: “rechacen las armas y el apoyo logístico que les envían los países de la OTAN, porque su verdadera intención es la militarización de Europa y semicolonizar a Rusia y también a ustedes”?

Este enfoque es directamente derrotista y, de aplicarse, favorecería de forma simple e inmediata a la invasión de Putin. No es casual que la declaración de la FT-CI remita a la lucha en Siria contra Al Assad del 2011/16. Entonces también tuvieron una posición nefasta: dijeron, como ellos mismos recuerdan ahora, que en Siria había “una guerra reaccionaria sin campos progresivos” y rechazaron el apoyo militar a la movilización masiva y la lucha militar que enfrentó a Al Assad. Se sumaron así a la complicidad de la mayoría de la izquierda mundial al dictador Al Assad y al masacrador Putin, que aplastó a sangre y fuego la movilización.

Para el PO el gran enemigo es la OTAN

Por su parte el Partido Obrero tampoco apoya la resistencia militar ucraniana. Viene centrando sus consignas en “Guerra a la guerra”. “Fuera la OTAN y el FMI”, y un llamado a la caída de “la burocracia restauracionista de Putin”.
La política del PO cae en la capitulación a Putin. “No se puede poner un signo igual entre Putin (por más reaccionario y condenable) y el capitalismo mundial que es el gran director de orquesta, el instigador principal de este conflicto y todos los conflictos a escala general. […] Estados Unidos es el principal responsable de la guerra. Condenar a Putin solamente es tener una política pro imperialista por desconocer al principal actor que es el imperialismo.” (Pablo Heller en https://youtu.be/sYKiJVihFPY)

Hay que condenar al imperialismo y la OTAN, como si lo hace la UIT-CI, mientras que decimos que la tarea urgente y central es derrotar a Putin y su invasión. Y por eso es una obligación para los revolucionarios el apoyo incondicional a la resistencia, al campo militar de los y las ucranianas para echar a las tropas de Putin de su país.

Llamamos al PTS y al PO a que unifiquemos una política de apoyo a la lucha por echar a las tropas de Putin de Ucrania, y también de denuncia de la OTAN. En la reunión del Plenario Sindical Combativo del sábado 5 de marzo ya se dio un paso, con una declaración que, aunque no contiene nuestro llamado al apoyo a la resistencia militar ucraniana, plantea correctamente “Fuera las tropas de Putin de Ucrania” y “Abajo la OTAN imperialista”. (Ver Importante Plenario Nacional del Sindicalismo Combativo)

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

Ucrania tiene 41 millones de habitantes, 603 mil km2 de superficie.

Es un país que perteneció a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y con lazos culturales y étnicos con los rusos y bielorrusos. Era una de las naciones, con una identidad e idioma propios, dominadas por el gigantesco imperio zarista hasta la revolución rusa de 1917. La revolución rusa encabezada por Lenin y Trosky, con el partido bolchevique y el gobierno de los soviets (asambleas de obreros y campesinos), fue la que estableció la autodeterminación (con derecho a independizarse) para todos los países que constituían el imperio. En 1922 se constituyó la URSS y reconoció a Ucrania como una de sus repúblicas (junto a Rusia, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia, Georgia, República del Caucaso, varias repúblicas asiáticas y otras)

El retroceso profundo que significó para la URSS la dictadura stalinista desde mediados de la década del ´20 tuvo graves consecuencias económicas y sociales para Ucrania que volvió a ser sometida, esta vez a la dictadura burocrática.
Con la restauración del capitalismo, en 1990 se desintegró la URSS y Ucrania retomó su independencia y sufrió un durísimo retroceso económico para  la mayoría de la  población.

En Ucrania, el idioma oficial es el ucraniano, aunque el ruso se habla ampliamente en el este y el sur del país. Aproximadamente un 30% de la población habla ruso como su idioma nativo.

Hoy es un país empobrecido desde la restauración capitalista. Hubo una flexibilización laboral con pérdida de derechos y penetración de multinacionales. Tiene una producción agrícola muy importante. Es el primer productor mundial de aceite de girasol, tercer productor de trigo (Rusia y Estados Unidos son los primeros), tercer productor de papas, y quinto de maíz. También tiene desarrollo industrial, es un importante productor de acero. Dominado por una oligarquía burguesa, el producto bruto por habitante del 2021 fue de 4.958 dólares anuales (la mitad del de Argentina y menos de la mitad que el de Rusia).

Reproducimos este artículo de Vladimir Lenin que fue publicado en el número 82 de Pravda el 28 de Junio de 1917. Antes del triunfo de la revolución socialista de octubre de 1917. Allí Lenin ya apoya la autodeterminación de la nación de Ucrania. Cuestión que luego del triunfo de la revolución se estableció. Eso es lo que Putin criticó y calificó de “grave” error de Lenin. “Me pregunto otra vez-dijo Putin- para qué se concedieron esos regalos generosos que los nacionalistas no se imaginaban. También tenían el derecho de salir de estado sin ninguna condición”. Este es el escrito de Lenin:

El fracaso de la política del nuevo gobierno provisional, de coalición, se destaca cada vez más claramente. El “Acta universal” relativa a la organización de Ucrania, publicada por la Rada Central de Ucrania y aprobada el 11 de junio de 1917 por el Congreso del ejército de toda Ucrania, es una revelación directa de esa política y una prueba documental de su fracaso.

«Sin separarse de Rusia, sin desprenderse del Estado ruso –se dice en dicha Acta- el pueblo ucranio debe tener derecho a disponer de su propia vida en su propia tierra…Todas las leyes por las cuales se determine el orden en Ucrania sólo podrán ser promulgadas por esta Asamblea Ucrania. En cambio las leyes que determinen el orden de todo el Estado ruso, deberán ser promulgadas por el Parlamento de toda Rusia».

Son palabras perfectamente claras. En ellas se declara con toda precisión que el pueblo ucranio no quiere separarse de Rusia en el momento actual. Exige la autonomía, sin negar la necesidad de la autoridad suprema de un “Parlamento de toda Rusia”. Ningún demócrata, y mucho menos un socialista, se atreverá a negar la plena legitimidad de las exigencias ucranias. Ningún demócrata podrá tampoco negar el derecho de Ucrania a separarse libremente de Rusia. Sólo el reconocimiento absoluto de este derecho nos permite abogar por la libre unión entre los ucranios y los gran rusos, por la asociación voluntaria de los dos pueblos en un solo Estado. Sólo el reconocimiento absoluto de este derecho puede romper en la práctica, completa e irrevocablemente, con el maldito pasado zarista, en el que se hizo todo para causar el distanciamiento mutuo de dos pueblos tan afines por su idioma, su territorio, su carácter y su historia. El maldito zarismo convirtió a los gran rusos en verdugos del pueblo ucranio y fomentó en éste el odio contra quienes hasta llegaron a prohibir a los niños ucranios hablar y estudiar en su lengua materna.

Los demócratas revolucionarios de Rusia, si quieren ser verdaderamente revolucionarios y verdaderamente demócratas, deben romper con ese pasado, deben reconquistar para sí mismos, para los obreros y campesinos de Rusia, la confianza fraternal de los obreros y campesinos ucranios. Y esto no puede conseguirse sin el pleno reconocimiento de los derechos de Ucrania, inclusive el derecho a la libre separación.

Nosotros no somos partidarios de los Estados pequeños. Estamos por la más estrecha unión de los obreros del mundo contra los capitalistas “propios” y de todos los demás países. Pero precisamente para que tal unión sea voluntaria, el obrero ruso, que no confía ni por un minuto en la burguesía rusa o en la burguesía ucrania, defiende hoy el derecho de los ucranios a la separación, sin imponerles su amistad, sino esforzándose por conquistar su amistad al tratarlos como sus iguales, sus aliados y hermanos en la lucha por el socialismo.

Riech, el periódico de los enfurecidos contrarrevolucionarios burgueses que están casi locos de rabia, ataca salvajemente a los ucranios por su “arbitraria” resolución. Dice que “el proceder de los ucranios es un atentado directo contra la ley, que exige la aplicación inmediata de rigurosos y legítimos castigos”. Huelga todo comentario a este ataque de los salvajes contrarrevolucionarios burgueses. ¡Abajo la burguesía contrarrevolucionaria! ¡Viva la libre unión de los campesinos y obreros libres de la libre Ucrania con los obreros y campesinos de la Rusia revolucionaria!

1 https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/akal/lenin-oc-tomo-26.pdf

 

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