Dec 16, 2025 Last Updated 3:33 AM, Dec 16, 2025

Izquierda Socialista

Escribe Federico Novo Foti

El 25 de enero de 1987 falleció, a los 62 años de edad, Nahuel Moreno. Fue uno de los más destacados dirigentes del movimiento trotskista. Hoy, cuando el capitalismo hunde a millones en la miseria y destruye el planeta, los aportes de Moreno permiten recuperar el camino revolucionario para luchar por una salida de fondo, conquistar gobiernos de trabajadores y el socialismo mundial.

El trotskismo nació en la década de 1920, enfrentando al aparato burocrático conducido por José Stalin, que fue copando la conducción del estado soviético, los partidos comunistas y la Tercera Internacional, tras la muerte de Vladimir Lenin en 1924. Era una etapa marcada por el retroceso y graves derrotas sufridas por las masas populares del mundo, cuando luchas heroicas fueron aplastadas a sangre y fuego por la contrarrevolución nazi-fascista, encabezada por siniestros personajes como Benito Mussolini, Chiang Kai-shek o Aldolf Hitler.

Aquellas derrotas fueron en gran medida resultado de la traición de las viejas conducciones socialdemócratas (los partidos socialistas) y la burocracia estalinista. El abandono de la lucha por conquistar gobiernos de trabajadores y el socialismo mundial por parte de la socialdemocracia y el estalinismo, quienes en nombre del “socialismo” alentaron la conciliación con la burguesía, asestó un duro golpe a la tarea de construir una dirección revolucionaria, tal como venía sucediendo con los cuatro primeros años de la Tercera Internacional y el partido bolchevique, que desde el año 1918 pasó a llamarse Partido Comunista. Ante tamaña traición, León Trotsky, máximo dirigente de la revolución rusa junto a Lenin, bajo las difíciles condiciones impuestas por la persecución estalinista, se dio a la tarea de defender los principios del marxismo-leninismo. Antes de caer asesinado en 1940 por un agente estalinista, Trotsky escribió el programa para la revolución socialista (el Programa de Transición de 1938) y sentar las bases de una nueva organización, que al calor de un futuro ascenso de las luchas obreras habría de barrer a las direcciones traidoras para encabezar la revolución: la Cuarta Internacional.[i]

Desde 1943, con la derrota nazi en la batalla de Stalingrado en la Segunda Guerra Mundial, comenzó una nueva etapa de ascenso: se logró la gran victoria de la rendición del ejército de Hitler, cayeron casi todas las dictaduras nazi-fascistas, se independizaron colonias en Asia y África y se construyeron estados obreros expropiando a la burguesía en un tercio del planeta. El programa de Trotsky se confirmaba. Pero el ascenso no fortaleció al trotskismo, sino a la socialdemocracia, el estalinismo y otras direcciones nacionalistas burguesas o pequeñoburguesas, llevando a aquellos primeros triunfos a nuevas frustraciones y derrotas para las masas.

Sin Trotsky ni la mayor parte de los dirigentes que lo acompañaron, que cayeron asesinados por el estalinismo o combatiendo al nazismo, al salir de la guerra un puñado de dirigentes jóvenes e inexpertos se propuso reconstruir la Cuarta Internacional. Entre ellos, Moreno fue quien mejor pasó la prueba, continuando la lucha de Trotsky. Ante las claudicaciones de los oportunistas a las direcciones mayoritarias de las masas y la negación de los procesos revolucionarios por los sectarios, Moreno alentó la inserción del trotskismo en la clase obrera, la intervención en los procesos de lucha y revoluciones sin claudicar a sus conducciones, y peleó incansablemente por reconstruir la Cuarta Internacional y sus partidos nacionales en la perspectiva de conquistar gobiernos de trabajadores y el socialismo mundial.[ii] 

El trotskismo obrero e internacionalista

En 1942, el joven Hugo Miguel Bressano Capacete (luego apodado Nahuel Moreno) fue ganado para el trotskismo por un trabajador marítimo en el Teatro del Pueblo, un espacio de reunión de la intelectualidad de izquierda de la ciudad de Buenos Aires. Por aquellos años los núcleos dispersos del trotskismo local solían realizar largas reuniones de debate en los cafés porteños y militar poco.[iii] Pero aquel joven se propuso sacar al trotskismo de las tertulias de café y empalmar con el movimiento obrero. En 1944, Moreno fundó el Grupo Obrero Marxista (GOM), junto a un grupo de jóvenes. Su documento precursor, “El Partido”, basado en las enseñanzas de Lenin, planteó la importancia de iniciar la tarea de construir un partido revolucionario, comenzando por empalmar con “el movimiento obrero, acercándonos y penetrando en las organizaciones donde éste se encuentre, para intervenir en todos los conflictos de clase”.[iv]

El grupo tuvo su bautismo de fuego en enero de 1945 cuando estalló la huelga del frigorífico Anglo-Ciabasa en Avellaneda. El dirigente trotskista del sindicato de la madera, Mateo Fossa, les aconsejó que se pusieran al servicio de la huelga, sin pretender “bajar línea”. El respeto que se ganaron aquellos jóvenes por su compromiso con la huelga les permitió instalarse en Villa Pobladora en Avellaneda y comenzar a dirigir varios sindicatos en la zona. El grupo se fue forjando bajo el auge del peronismo, polemizando con sus planteos de conciliación de clases. Desde entonces el “morenismo” pelea por construir partidos revolucionarios en el seno del movimiento obrero y sus luchas.[v]

En 1948 Moreno viajó a París como delegado al segundo congreso de la Cuarta Internacional, que se estaba reorganizando. En 1951, en el tercer congreso, los dirigentes Michel Pablo y Ernest Mandel comenzaron a imponer una línea de capitulación al estalinismo (Mao en China, Tito en Yugoslavia, entre otros) y a los nacionalismos burgueses de Latinoamérica, Asia y África (el peronismo, Paz Estenssoro, Ben Bella y otros). Moreno alertó que esta orientación oportunista llevaba a renunciar a la tarea de construir partidos revolucionarios y a ir abandonando paulatinamente la lucha por el socialismo en esos países y el mundo. El triunfo de la revolución cubana en 1959 reavivó el debate. Moreno defendió a la primera revolución que adoptó medidas socialistas en Latinoamérica, contra los sectarios. Pero enfrentó a la corriente mandelista que capitulaba a la dirección de Fidel Castro y al Partido Comunista. La realidad le dio la razón a Moreno. La burocracia cubana cedió al estalinismo y, décadas después, restauró el capitalismo en nombre de una falsa “actualización del socialismo”.

Pese a las fuertes polémicas, crisis y rupturas, Moreno nunca abandonó la lucha en defensa de la independencia política de la clase obrera ni el desafío internacionalista de unir a los revolucionarios para reconstruir la Cuarta Internacional, el partido mundial de la revolución socialista. En sus palabras, “la más grande tarea que se haya planteado nunca el ser humano”.[vi] 

La lucha por el socialismo continúa

Grandes cambios se dieron en el mundo desde 1989, apenas dos años después del fallecimiento de Moreno, cuando se produjo la caída del Muro de Berlín y se derrumbó la dictadura burocrática de la ex Unión Soviética, debilitando a los partidos comunistas en todo el mundo. Las masas fueron protagonistas de aquellas movilizaciones revolucionarias, pero la ausencia de alternativas revolucionarias no impidió la restauración capitalista. El imperialismo y los propios burócratas derrotados lo aprovecharon para instalar la falsa idea del “fracaso del socialismo”, sembrando escepticismo.

En esta nueva etapa, sobre las ruinas del estalinismo han vuelto a emerger variantes de centroizquierda o de falso “socialismo”, que insisten en imponer falsas soluciones como el “socialismo del mercado” de la dictadura capitalista china. Una y otra vez, los gobiernos de colaboración de clases, que mantienen el capitalismo, han llevado a las masas a nuevas frustraciones. Aún continúan también las dificultades del trotskismo. Pero Moreno nos enseña que debemos asumir que nuestra lucha es difícil, pero es el camino correcto. Que no debemos caer en el escepticismo, cayendo en el sectarismo del “no se puede” o el propagandismo, ni en el facilismo oportunista de buscar atajos que llevan a nuevas decepciones.

Hoy más que nunca se confirma que el sistema capitalista imperialista ha fracasado, trayendo mayor miseria, explotación y devastación ambiental. El movimiento obrero y las masas del mundo continúan luchando y protagonizando heroicas rebeliones y revoluciones en busca una salida para los males diarios producidos por el capitalismo. En cada lucha, desde Izquierda Socialista y la UIT-CI, siguiendo las enseñanzas de Moreno, planteamos la necesidad de unir a los revolucionarios para construir los partidos socialistas revolucionarios en cada país y en el mundo con la convicción de que sólo la clase obrera y las masas en el poder podrán abrir una nueva época de progreso sostenido para la humanidad, conquistando un mundo socialista.

 

[i]       León Trotsky. Programa de Transición. (1938) Ediciones El Socialista, Buenos Aires, 2014. Disponible en www.nahuelmoreno.org
[ii]      Ver documental de Mariano Manso (director). (2017) Nahuel Moreno: una vida, infinitas luchas. [video online] Disponible en www.nahuelmoreno.org
[iii]     Carmen Carrasco y Hernán Félix Cuello. Esbozo Biográfico. CEHuS, Buenos Aires, 2016. Disponible en www.nahuelmoreno.org
[iv]    Nahuel Moreno. “El Partido” (1943) en Problemas de Organización. CEHuS, Buenos Aires, 2017. Disponible en www.nahuelmoreno.org
[v]     Ver Mercedes Petit. Recordando a Mateo Fossa en “El Socialista” N.º 34, 14/06/2006. Disponible en www.izquierdasocialista.org 
[vi]    Nahuel Moreno. El Partido y la Revolución. Ediciones El Socialista, Buenos Aires, 2013. Disponible en www.nahuelmoreno.org

Millones de trabajadoras y trabajadores pararon el país. Centenares de miles nos movilizamos en las principales ciudades de todas las provincias. La jornada cumplió un gran objetivo: fue una contundente muestra del rechazo obrero y popular al plan de ajuste y represión de Milei y el FMI. Fortaleció a la clase trabajadora y a todas y todos los que venimos enfrentando el Protocolo, el DNU y la Ley Ómnibus de Milei. Centenares de miles nos movilizamos en Plaza Congreso y con actos multitudinarios en otras ciudades como Córdoba, Rosario, Neuquén o Bariloche, por citar sólo algunas. La jornada reflejó la bronca acumulada. Que fue la que obligó a la CGT a convocar al paro general, después del acto de Tribunales a fines de diciembre. El hecho de que se le haya arrancado este paro a la burocracia sindical y que fuera contundente, demuestra que hay condiciones para seguirla, con las distintas luchas y movilizaciones que se den, impulsando asambleas y exigiéndole a la CGT que le dé continuidad con un plan de lucha para derrotar el plan motosierra.

En el acto central, una auténtica marea humana copó Plaza Congreso, la avenida de Mayo hasta la 9 de Julio y las calles aledañas. Hubo importantes columnas de gremios de la CGT y las CTA. Pero también se destacó la presencia de miles y miles de autoconvocados, organizados o no, del ámbito de la cultura, del deporte, de los movimientos de derechos humanos, defensa del ambiente, del movimiento de mujeres y disidencias, asambleas vecinales de CABA y del conurbano. A pesar de que nos encontramos en vacaciones, docentes, investigadores, científicos y estudiantes también dijeron presente. Y gran parte de la plaza estuvo ocupada por la columna independiente que reunió al Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) junto con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, Unidos por la Cultura, movimientos sociales combativos, la coordinadora ambiental Basta de Falsas Soluciones y los partidos que integramos el Frente de Izquierda, que fuimos a exigir a la CGT la continuidad del paro, con un plan de lucha nacional. Fue importante la columna del Plenario del Sindicalismo Combativo, con los ferroviarios del Sarmiento, Ademys, el Sutna y otros gremios y agrupaciones sindicales opositoras a la burocracia sindical. En el caso de los ferroviarios de la Unión Ferroviaria de Haedo y la Bordó, con el “Pollo” Sobrero a la cabeza, conformaron una impresionante columna de varias cuadras, compuesta por las y los trabajadores del Sarmiento junto con asambleas barriales de la zona Oeste del conurbano que, a partir de un “trenazo” que partió de Moreno, marchó desde la estación Once hacia el acto de Congreso.

El paro tuvo, además, una importante solidaridad internacional de centrales obreras, partidos de izquierda y comunidades en el exterior, que incluso se movilizaron a las puertas de embajadas y consulados argentinos en decenas de ciudades.

El paro y movilización fue una respuesta contundente ante el súper ajuste que está llevando adelante el gobierno ultraderechista de Milei, que está pulverizando salarios, jubilaciones, planes sociales y todo tipo de ingreso popular, permitiendo vía la devaluación y una inflación galopante que miles de millones de dólares pasen de los bolsillos populares a los de los ricos, las grandes empresas, los banqueros y el FMI.

También fue un repudio al DNU y la ley ómnibus, que intentan liquidar de un plumazo más de un siglo de conquistas y derechos sociales, democráticos y de la clase trabajadora. Y que profundiza el saqueo más absoluto a nuestras riquezas y la privatización de todas las empresas públicas del país.

Del mismo modo, las multitudinarias manifestaciones respondieron también al protocolo ultra represivo de Patricia Bullrich: muy rápidamente, en la misma mañana apenas se vio la masividad de las primeras columnas, quedó en la nada el “caminar por la vereda” y las provocaciones montadas por la ministra de Seguridad. La jornada de hoy fue también, sin duda, una victoria contra el protocolo represivo del gobierno.

¿Cómo la seguimos?

El gobierno de Milei, pese al golpe recibido con el paro y la movilización, va a intentar continuar adelante y prepara la sesión en el Congreso para la semana próxima con el objetivo de aprobar la ley ómnibus, el DNU y el Protocolo represivo. Cuenta para ello con el apoyo del PRO, del bloque comandado por Pichetto de Hacemos Coalición Federal y de la UCR (más allá de las “disidencias parciales” que algunos dicen tener con el proyecto oficial) y con el apoyo de gobernadores, entre ellos los peronistas Llaryora de Córdoba o Jaldo de Tucumán que darán los votos de sus diputados.

Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad somos parte de la oposición más absoluta a la ley ómnibus y al DNU, tanto en el Congreso como en las calles, tal como lo demostramos en el paro y movilización. Decimos, como lo expresó el Plenario del Sindicalismo Combativo, que esta enorme demostración de fuerzas no puede quedar en un hecho aislado, como lamentablemente nos tiene acostumbrados la burocracia de la CGT y las CTA. Al plan motosierra solo podemos pararlo en las calles. Por eso hay que darle continuidad al paro y movilización del 24 con un nuevo paro nacional y un plan de lucha. Y convocar a movilizar el día que se trate la ley en el Congreso para exigir su rechazo.

Pero esto recién empieza, por eso, fortalecidos por esta jornada de lucha, llamamos a impulsar asambleas en los lugares de trabajo, pronunciamientos de cuerpos de delegados y profundizar todas las formas de la protesta social que se vienen dando: asambleas de vecinos, de artistas e intelectuales, del movimiento ambiental, de las mujeres y disidencias, con cacerolazos en los barrios y todas las auto convocatorias que surgen cotidianamente.

El objetivo es derrotar todo el plan de Milei y el FMI. Para esto necesitamos la más amplia unidad de acción. Pero, al mismo tiempo, debemos señalar la responsabilidad del peronismo, que fue quien gobernando nos llevó a este desastre, con sus propios planes de ajuste, entrega y sometimiento al FMI, llevando a que el repudio popular a su gobierno terminara, lamentablemente, en el gobierno del ultraderechista de Milei.

Por eso, decimos, desde Izquierda Socialista/FIT Unidad, que hay otra salida. Que la crisis, debe ser pagada por quienes la provocaron, los ricos, los grandes empresarios y los banqueros. Oponiendo al programa de super ajuste de la ultraderecha de Milei un plan alternativo, obrero y popular, arrancando por un aumento inmediato y de emergencia de salarios y jubilaciones ante la infernal inflación. Planteando dejar de pagar la usuraria deuda externa y romper con el FMI. Defendiendo nuestras riquezas, nuestras empresas públicas, ¡que no se vendan!, así como el Banco Nación no se vende, los trenes no se venden. Al contrario, reestatizando las empresas privatizadas de servicios públicos; como en el gas, la electricidad o el sistema ferroviario (carga y pasajeros); recuperando 100% a YPF y sacándole a las multinacionales la explotación y el saqueo de todos nuestros recursos naturales. También hay que ponerles fuertes impuestos a los grandes empresarios y multinacionales, para así, con todos esos recursos, volcarlos a resolver las más urgentes necesidades populares, de salarios y jubilaciones dignas, trabajo genuino, salud, educación y vivienda para todas y todos. Este programa y la salida que postulamos a la falsa “libertad” del capitalismo explotador que embellece Milei, sólo podrá ser llevado adelante por un gobierno de las y los trabajadores y la izquierda, en el camino a una Argentina socialista.

Declaración de Izquierda Socialista/FIT Unidad
25 de enero 2023

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Desde países de todo el mundo trabajadoras y trabajadores se solidarizan con el paro y movilización del 24/1 contra el gobierno ultradecrechista de Milei.

¡Unidad de las y los trabajadores!

 

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Convocan piquete en embajada argentina en apoyo a paro nacional contra Milei

Por Laclase.info

Caracas, 23 de enero de 2024. Este miércoles 24, coincidiendo con el paro nacional y la movilización convocada por la CGT de Argentina, contra el paquete de ajuste anunciado por el gobierno ultraderechista de Javier Milei, las organizaciones que integran el Encuentro Nacional en Defensa de los Derechos del Pueblo, junto a otras organizaciones de izquierda, se concentrarán frente a la sede de la embajada argentina en Caracas.

Nota completa en:
https://laclase.info/content/38381/

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"En el marco del brutal ajuste que está llevando adelante el gobierno y la empresa, haciendo recaer toda la crisis en las espaldas de los trabajadores, es que alertamos sobre el grave abandono y acciones de reestructuración que se está llevando adelante en la línea Sarmiento, como así también en otras trazas ferroviarias. Los lineamientos llevados adelante por los nuevos funcionarios del gobierno nacional, junto a las viejas jefaturas del gobierno anterior están haciendo colapsar la operatividad ferroviaria, implementando acciones que reducen drásticamente la prestación de servicio y el mantenimiento general de las trazas ferroviarias..."

Cuerpo de Delegados; Comisión de Reclamos; Comisión Ejecutiva
Unión Ferroviaria-Ferrocarril Sarmiento

 

Escribe Nicolás Núñez, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad

Es innegable que el primer discurso de Javier Milei como presidente de la Argentina ante el Foro Económico de Davos fue un impacto. Milei no dijo “creo que occidente está en peligro”, como quien introduce una opinión para abrir un debate. Sino que, en cambio, postulándose de mesías salvador afirmó: “está en peligro porque aquellos, que supuestamente deben defender los valores de occidente, se encuentran cooptados por una visión del mundo que – inexorablemente – conduce al socialismo”. Para estupefacción de su auditorio, el “primer presidente libertario de la historia” (así se autodefine) fue a decirle a algunos de los gobiernos patronales más poderosos del planeta que estaban “por errores en su marco teórico o por ambición de poder” capitulando al socialismo internacional. Cosa de la que nadie, absolutamente nadie, estaba al tanto. 

Abordaremos su discurso desde la base de comenzar por sintetizar que, más allá de dislates varios, su esencia es un llamado a los principales burgueses del mundo a unirse para aplastar las luchas de la clase trabajadora y los movimientos de luchas democráticas. Detrás de la definición de rechazar a los movimientos de mujeres y socioambiental, y con ello a los consensos científicos sobre el calentamiento global de paso, y de tratar de hacer pasar por “socialismo” todo tipo de acción estatal, está la convocatoria a generalizar a nivel mundial lo que pretende hacer (y que apostamos a que no lo logrará) en nuestro país: un plan a todo o nada y represión mediante en defensa de las superganancias capitalistas. 

¿Qué es el Foro Davos?

Hace cincuenta años que los empresarios más poderosos del planeta se dan cita junto a sus gobiernos patronales cómplices, para construir un “Foro Económico Mundial” que sirva de tanque ideológico para justificar todos los planes de ajuste y ataques a la clase trabajadora a nivel mundial. Allí por estas horas estuvieron los Rockefeller, Bill Gates, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez, del Estado Español, y representantes de todas las potencias mundiales. 

¿Cuál es el origen de la amenaza que señala Milei? Resulta que en las últimas décadas, el crecimiento de las luchas obreras y populares, y en particular de movimientos como el ambiental, de mujeres y pueblos originarios y las nacionalidades oprimidas, han logrado tanto conquistas como instalar demandas, y los dueños del mundo, incluso desde las cabezas de Estado de algunas de las potencias imperialistas, han tenido que tener un doble discurso frente a ellas como parte de su política para sostener la dominación y la explotación. Entonces, por ejemplo, las Naciones Unidas aprobaron una “Agenda 2030 para el desarrollo sostenible” con algunos objetivos a los que se comprometen los gobiernos patronales en abstracto en el combate a la desigualdad, la pobreza y el cambio climático que hacen que derechistas extremos como Milei se alteren, dado que podrían representar algún tipo de intervención por sobre la búsqueda de ganancias de las grandes empresas. 

El autoproclamado “salvador” Javier, entonces, viajó a Davos para exigirle al Foro que no se desvíe por una agenda que, supuestamente preocupándose por algunos derechos de las mujeres y el cambio climático, le abriría las puertas al socialismo. Pero también fue más allá: “no se dejen amedrentar”, le dijo a los empresarios más poderosos del mundo de los cuales dijo que nuestro país iba a ser un aliado. “Que las grandes multinacionales del mundo hagan y deshagan lo que quieran”, eso que ya vimos cómo se expresa en el DNU y la Ley Ómnibus en nuestro país, esa es la máxima libertad por la que pelea el “libertarianismo” de Milei. 

¿Pero están amedrentados los participantes de Davos? Pareciera que no, y que de hecho ni la pandemia los conmovió. Un estudio de la ONG, Oxfam, dedicada a la investigación sobre desigualdad en el mundo, que fue publicado al comienzo del Foro señaló que la riqueza de los cinco hombres más ricos del mundo se duplicó desde 2020 a la fecha, mientras al mismo tiempo se achicaba la del 60% más pobre del mundo (5 mil millones de personas). De hecho, las 148 empresas más grandes del mundo tuvieron beneficios récord en los doce meses previos a junio de 2023, que representaron un 52% más que lo que habían ganando entre 2018 y esa fecha. A su vez, en el mundo supuestamente amenazado por los “estados” y el “socialismo, el valor de mercado de las diez empresas más grandes del planeta supera la suma del Producto Bruto Interno de todos los países de África y América Latina combinados. Como veremos, la amenaza, no del “mundo occidental”, sino del conjunto de la humanidad y el planeta entero, no es el socialismo que hoy no existe, sino el capitalismo que nos está atacando.

¿El mundo nunca estuvo mejor?

Hay que decir que la capacidad de inventar cifras del presidente es sorprendente. Comencemos porque Milei dijo sin sonrojarse tener certeza de cuál era el PBI per cápita (la totalidad del valor agregado generado en la economía dividido por su cantidad de habitantes, generalmente medido en torno al año de actividad) del mundo en el año cero, y que dicho monto habría estado relativamente estable hasta el 1800. Dado que no tenemos forma de saber cómo hizo para compatibilizar el sistema de contaduría del Imperio Romano con el de los pueblos originarios y tribus de América y África, y la dinastía china de hace dos milenios, optamos por pensar simplemente que utiliza el método clásico de revolear números para mentir simulando estar diciendo algo inteligente. 

Si de lo que se trata es de plantear que en el siglo XIX con el auge del capitalismo la humanidad desarrolló sus fuerzas productivas (la vinculación entre lo que produce la humanidad y la naturaleza a través de la técnica) como nunca antes lo había hecho en su historia, eso es algo que hasta está escrito en el “Manifiesto Comunista” por Marx y Engels sin tener que andar ni inventando estadísticas, ni embelleciendo un sistema de explotación. El tema es que el capitalismo demostró que se podía producir más riqueza y que al mismo tiempo crezca la miseria. 

Luego Milei volvió con la reiterada mentira de que Argentina entró al siglo XX siendo el país más rico del mundo, cosa que no resiste análisis alguno, y que en todo caso, la relativa opulencia de la oligarquía terrateniente no debería ocultar que inmensas porciones de la población trabajadora rondaban la desnutrición, tal como lo demostró el informe de Bialet Massé sobre “El estado de las clases obreras en el interior de la república” de 1904. Milei relata una farsa para decir que como Argentina habría tomado desde todo el siglo XX el camino del “colectivismo”, nos habríamos alejado de la riqueza que sí se expandió (para él) en la mayor parte del mundo. 

Porque resulta que según el presidente argentino: “el mundo de hoy es más libre, más rico, más pacifico y más próspero que en cualquier otro momento de nuestra historia”. Vamos por partes.

Ya dijimos que esto de andar comparando épocas históricas con niveles completamente distintos tanto de desarrollo de las fuerzas productivas como de las demandas sociales, resulta un ejercicio un tanto anacrónico. Pero, al margen de eso, en las horas previas a este discurso donde Milei habla de “paz”, el Estado genocida de Israel estaba bombardeando el barrio del Hospital Nasser, lás ultimas salas de urgencia operativas abordando las centenas de víctimas gazatíes diarias de los bombardeos y disparos del ejército de ocupación. Mientras no tan lejos de Davos, Suiza, Ucrania continúa resistiendo la invasión de Putín. Y tanta confianza en este espíritu pacifista del capitalismo no debe haber, porque los propios gobiernos imperialistas centrales están aumentando año a año sus presupuestos en armamento. 

Por otro lado, la dichosa “riqueza” ya vimos cómo está distribuída. Retomemos un dato más del informe de Oxfam: de 2019 a la fecha, 4.800 mil millones de personas se han empobrecido, mientras que los poseedores de un patrimonio de más de mil millones de dólares, han aumentado un 34% su riqueza, triplicando el nivel de la inflación mundial. ¿Te imaginás que tu salario triplique la inflación? Bueno, no. Bajo este sistema, eso solo le pasa a los tipos que Milei quiere “proteger del socialismo”. 

Si se trata de hablar de “libertad”, hoy buena parte de la población mundial vive bajo regímenes que ni siquiera se condicen con las consideraciones de la libertades democráticos burguesas que Milei dice defender: tenemos monarquías petroleras; dictaduras capitalistas vestidas de rojo como la China; regímenes semi-dictatoriales con persecusión total a la oposición por doquier; o, por todo el mundo tenemos gobiernos patronales títeres o muy débiles, manejados por las potencias imperialistas y las multinacionales, sin soberanía y por ende sin verdadera libertad política. Y digamos al pasar, que el libertario quiere prohibir las protestas y clausurar el congreso en su país.

“Prosperidad”, dice Milei aventurando que si al capitalismo se lo dejara “libre”, “bienaventurado” sería el futuro. De nuevo, la realidad: el 1% más rico del mundo posee el 43% de los activos financieros globales, y es responsable de emisiones de gases de efecto invernadero equivalente a las que generan los dos tercios más pobres de la humanidad. Esas emisiones de gases de efecto invernadero (hay un consenso científico abrumador al respecto) están amenazando la habitabilidad del planeta entero fruto del calentamiento global. Ya se cuentan por cientas de millones las personas que han tenido que abandonar su lugar de vida debido a los efectos del aumento de la temperatura, y eso irá en aumento. No hay prosperidad alguna en un planeta muerto.

De la amenaza a la esperanza del Socialismo

Retomando lo recién señalado: la concentración de la riqueza, el aumento de la desigualdad, del hambre, de que sean cada vez más quienes no llegan a fin de mes, el crecimiento de los conflictos bélicos, y la destrucción de los ecosistemas y la habitabilidad del planeta, todo eso va de la mano del sistema mundial capitalista de explotación hoy vigente que Milei quiere proteger a cómo dé lugar. Por eso, hay una pizca de verdad en su preocupación. Porque, efectivamente, para combatir al cambio climático hay que combatir al capitalismo, para erradicar con toda forma de opresión hay que combatir al capitalismo, y para terminar con la explotación y desigualdad social hay que combatir al capitalismo. Pero eso no lo va a hacer ninguna “Agenda 2030”, ni mucho menos el “Foro de Davos”. Sino que a esa tarea peleamos desde el socialismo revolucionario, al calor de las luchas obreras y populares de millones, que en nuestro país y el mundo rechazan los planes de ajuste y las políticas de los gobiernos capitalistas. 

En este marco, resulta clave la pelea política por explicar la manipulación que realiza Milei tratando de ensuciar al socialismo por los problemas que tenemos, cuando el socialismo es un sistema que aún nunca existió. Ha habido revoluciones, y países donde se le logró temporalmente arrancar los medios de producción a la clase capitalista, pero el socialismo sólo puede existir a escala mundial después de acabar con el poder de las multinacionales y la burguesía en su conjunto. Desde la Revolución Rusa hasta acá, llevamos más de un siglo en el que las y los trabajadores dieron peleas monumentales contra el poder político de la burguesía, pero hasta el momento sin lograr triunfar. Es el capitalismo el que tiene que hacerse cargo de las aberraciones del presente. 

Milei recopila todas las mentiras que se han escrito sobre las experiencias revolucionarias del siglo pasado y trata de mancharlas todas detrás de los crímenes del stalinismo, o más recientemente con las experiencias de Hugo Chávez y Nicolás Maduro Venezuela o de Daniel Ortega en Nicaragua. Cuando en realidad ha sido desde la propia izquierda revolucionaria, y la corriente trotskista en particular (que también fue perseguida y el propio Trotsky asesinado por el stalinismo) que se dio y se sigue dando una tremenda batalla política contra esos aparatos burocráticos y pro-capitalistas. Pero, además de eso, Milei oculta que fue únicamente gracias a haber atentado contra el capitalismo, y expropiado a la burguesía, que países extremadamente pobres, con escaso desarrollo tecnológico y productivo, famélicos y de población con un alto nivel de analfabetismo, pudieron sacarse de encima al imperialismo y garantizar un mejor nivel de vida a su población. 

Pensemos en Rusia (luego del logro de ganar la guerra civil e incluso tras la muerte de Lenin y la expulsión de Trotsky), China o Cuba por ejemplo. En todos esos países, quedó planteada, y sin resolver, la tarea de terminar con la casta burocrática stalinista, maoísta, castrista, y los regímenes de partido único que oprimieron a las y los trabajadores y vehiculizaron que termine regresando el capitalismo y se pierdan los avances obtenidos.

Por todo esto, y en definitiva, es que hoy seguimos desde Izquierda Socialista/FIT Unidad, peleando en todo el mundo por gobiernos de las y los trabajadores que vayan avanzando hacia el socialismo con plena democracia para el pueblo trabajador, planificando democráticamente la economía, tomando en su control los principales medios de producción, rompiendo con los organismos de endeudamiento permanente que nos saquean, y terminando con el poder de todas las multinacionales que se codean en Davos, para poder tener las herramientas necesarias para garantizar que toda la riqueza que se genere esté al servicio del desarrollo de la humanidad, para que realmente haya paz entre los pueblos, y para que exista un futuro de verdadera libertad que valga la pena ser vivido.

Esa pelea empieza en nuestro país hoy por impulsar con todo la movilización contra el Plan Motosierra, el DNU, la Ley Ómnibus y el Protocolo de prohibición de la protesta. Le arrancamos un paro a la CGT y ahora tenemos que pelear por la continuidad del plan de lucha hasta que caigan todas las reformas reaccionarias. Impulsando la máxima unidad entre las y los que luchan desde sus lugares de trabajo, la cultura, el movimiento de mujeres y disidencias, el movimiento ambiental, de derechos humanos, de la educación y la ciencia, podemos frenar a este gobierno. Y de esa manera, además, demostrar que, al revés de lo que señala Milei, Argentina no va a ser ningún país aliado de los empresarios de Davos, sino por el contrario, un país solidario con las luchas que en todo el mundo los enfrentan.   

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