Escribe Graciela Calderón Secretaria adjunta del Suteba La Matanza
La ida de Finocchiaro como ministro de Educación de Vidal a la Nación no pudo ser más ejemplar. ¡Se fue con el rabo entre las patas! Desde su llegada a la provincia desde la Ciudad de Buenos Aires, persiguió y reprimió los derechos laborales y sindicales docentes. Fue paladín al intentar implementar el Operativo Aprender, prohibir derechos gremiales y atacar a docentes culpándonos de la crisis educativa. Impulsó el “voluntariado”, para que padres actúen de carneros ante los paros docentes y la declaración de “servicio esencial” para prohibir el derecho de huelga. Últimamente salió a los medios junto con Vidal anunciando el descuento de los paros y que, con el decreto 1.131, se suspendería el receso invernal para “recuperar contenidos”. Una mentira que buscaba disciplinarnos y amedrentarnos para que no hiciéramos más paros y agachemos la cabeza ante la crisis educativa y los ataques al salario y los derechos laborales.