Esta semana la huelga de maestros peruanos, con suspensión de clases en la mayoría de los colegios del país, con inmensas movilizaciones callejeras y gran solidaridad popular, cumple dos meses. Exigen aumento salarial, pago de beneficios sociales y derogar la Ley de la Reforma Magisterial 29.944 que desconoce la estabilidad laboral, sometiendo a los docentes a exámenes periódicos dirigidos por la burocracia estatal, por los que pueden hasta destituirlos.
Un dirigente del sindicato en Cuzco dijo: “No es posible que la canasta básica familiar esté bordeando los 4.000 soles y un maestro gane 1.200 soles”.
El presidente Pedro Pablo Kutzinsky (PPK), que había prometido en la campaña electoral “mejorar la educación” y los salarios docentes, mantiene sueldos de hambre y está apoyando a la enseñanza privada. Durante semanas se negó a recibir a los huelguistas, amenazándolos con despidos y ordenó la represión violenta en varias ocasiones.