Se lanzó la campaña electoral, y para los políticos patronales, "todo vale". Sus palabras son elocuentes. Como reza el dicho, el pez por la boca muere.
Cristina en la ONU criticó a los fondos buitre ¡Pero acaba de reabrirles el canje para pagarles! "Lo único que no podemos permitir es que no nos dejen pagar", dijo refiriéndose a la deuda externa (Clarín, 23/9). Un gobierno autodefinido como "pagador serial" de una deuda de la dictadura, en vez de priorizar la deuda social con su pueblo, ¿se puede autotitular "nacional y popular"? ¡Una estafa!
Insaurralde tildó a Massa de ser el candidato de las "corporaciones". ¿Pero acaso no es este gobierno quien pactó con la yanqui Chevron, se rinde ante el FMI presentándole un nuevo índice de precios, va a pagar fallos a multinacionales en juicios fraudulentos "ganados" en el Ciadi (tribunales internacionales) y los bancos son los grandes ganadores de este "modelo" con un 35% de ganancias anuales?
Si el gobierno quiere recomponer parte de su electorado, su doble discurso no solo no le alcanza, sino que se le vuelve en contra. Como decir que en las villas se vive bien porque tienen DirecTV. Sigue perdiendo entre los trabajadores porque el trabajo en negro crece (casi al 40%) y los salarios promedios de más de la mitad de los laburantes está en menos de 3.800 pesos, cuando la canasta familiar supera los 8 mil. Y también pierde entre el "progresismo K", con la propuesta de mano dura (baja de la edad de imputabilidad, un represor al mando del ejército o la designación de un jefe de escuadrones de la muerte en Seguridad, como Granados), entre otras medidas que parecen calcadas de Macri y la famosa "derecha" que el kirchnerismo dice combatir.
Otro tanto ocurre con la oposición patronal. Sergio Massa, quien se muestra como "nuevo y renovador", mientras hace promesas populistas contra la inflación, el impuesto al salario o la inseguridad, su verdadero rostro lo muestra cuando se reúne con lo "viejo" del PJ, como el "Lole" Reutemann. Y a través de él, con la Mesa de Enlace, estando presente el propio titular de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere, con quien se solidarizó por ser "víctima" de las supuestas políticas K contra el campo. El propio Massa señaló que "no se puede creer que la suba de precios es un problema de los empresarios", salvando de esa forma a los monopolios formadores de precios. O cuando Felipe Solá, su actual diputado, dijo que votaba a favor de reabrir el canje a los fondos buitre "por la continuidad jurídica del Estado y porque no somos cipayos", acompañando al kirchnerismo en "esta gesta" junto con Macri y la UCR. Es decir, si Argentina decretó que la prioridad número uno es pagar a los usureros internacionales, es por la unidad pro-imperialista entre el peronismo K, el peronismo disidente de Massa, la centroderecha de Macri y los radicales de la UCR.
Por su parte, Binner criticó a Massa por reunirse con Reutemann diciendo que "está mirando al pasado". Se olvida que también "su pasado" lo condena, al hacerle campaña a De la Rúa en 2001. La bocona Carrió también lo deschavó (a Binner y a ella misma), diciendo ante Mirta Legrand que en Rosario "no se puede vivir" por el accionar de los carteles de la droga, ciudad donde gobierna la UCR (junto a Binner), la misma con la cual ella y Pino Solanas hicieron un acuerdo electoral (UNEN) en la Ciudad de Buenos Aires. O De la Sota, que mientras saludaba al radical Colombi por el triunfo en Corrientes, jefes policiales de su provincia ganaban los titulares por ser socios de los narcos. Complicidad que todos los políticos patronales tienen con ese flagelo, sean oficialistas u opositores. El narcotráfico llegó para quedarse, y sin protección policial, judicial y política no podría seguir ganando terreno. Todos saben dónde viven sus capos, pero no hacen nada. ¡Con decir que hay solo cuatro radares en el norte del país y entra un avión cargado de drogas cada tres días, basta!
Ante todo esto y despejado el palabrerío electoral, lo que queda es que se está preparando un mayor ajuste contra el pueblo trabajador para después de las elecciones. En el país y las provincias. Aumentos de tarifas, reducción del "gasto" público, nuevos techos salariales, despidos y suspensiones, mientras seguirán agravándose los problemas sociales. Es allí donde recobra importancia el Frente de Izquierda. Llamando a darles la espalda tanto a los candidatos del oficialismo como a los de la oposición patronal. Votando a candidatos luchadores y propuestas de fondo, para estar más fuertes para enfrentar lo que se viene, reclamando que la crisis la paguen los grandes empresarios, no los trabajadores.
El Frente de Izquierda propone: 1-Aumento de salarios y jubilaciones igual a la canasta familiar y el 82% móvil. 2-Eliminación total del impuesto al salario (Ganancias) y del IVA de la canasta familiar. 3-Contra el trabajo en negro, tercerizado y precarizado. Pase a planta con el mejor convenio. Prohibición de despidos y suspensiones. 4-Que todo legislador, funcionario estatal o juez gane lo mismo que un obrero especializado o maestro. 5-No al pago de la deuda externa. Que esos fondos se destinen a salario, trabajo, salud, educación y viviendas populares. Fuera el FMI del Indec. 6-Abajo el pacto con Chevron. YPF 100% estatal. Nacionalización del petróleo y el gas bajo control y gestión de sus trabajadores. 7-Reestatización del sistema ferroviario y subtes bajo control y gestión de trabajadores y usuarios. Nacionalización de la banca y el comercio exterior. 8-Desmantelamiento de las redes de trata. Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. 9-Fuera la burocracia sindical. Apoyo al sindicalismo combativo y antiburocrático. Basta de perseguir a los luchadores populares. 10-Por una alternativa política de los trabajadores y la izquierda.
Cada voto que logre el FIT será para poner sus bancas al servicio de las luchas, enfrentar el ajuste que se viene y a los políticos patronales. En octubre, votá al Frente de Izquierda en todo el país.