May 18, 2024 Last Updated 3:09 PM, May 18, 2024

Escribe José Castillo

El discurso contra la Justicia de la vicepresidenta Cristina Fernández era, en realidad, su alegato ante la denominada “causa del dólar futuro”, en donde se encuentra imputada junto con otros ex funcionarios económicos de su gobierno. 

Comencemos explicando de qué se trata. En los últimos meses del gobierno de Cristina, en 2015, el Banco Central trató de evitar una devaluación del peso (que entonces cotizaba a 9 pesos por dólar, mientras el blue estaba a 15) ofreciendo vender dólares en el futuro (a 30, 60 o 90 días) al valor oficial de ese momento. El que los compraba pagaba el precio oficial, 9 pesos, y si luego había una devaluación y el dólar oficial se iba a 12 o 15 hacía un negocio redondo. Eso fue lo que terminó pasando. 

La acusación es que el gobierno de Cristina ofreció “dólar futuro” en cantidades millonarias cuando se sabía que se venía una devaluación en los próximos meses, lo que generó una enorme pérdida al Estado, que tuvo que hacerse cargo de esos pagos. Hasta acá, todo esto es cierto. Y los funcionarios kirchneristas son responsables. 

Pero lo interesante del caso es mirar quiénes fueron los grandes ganadores de la maniobra del dólar futuro. ¿Quiénes compraron a 9 pesos y luego, cuando el dólar valía 15, hicieron la gran diferencia? Los economistas y especuladores del establishment financiero, muchos de los cuales ya eran, a la hora de cobrar, funcionarios del nuevo gobierno de Macri. 

Conclusión: el peronismo kirchnerista habilitó una gran maniobra, y es responsable de ello. Luego el macrismo procedió a ejecutar la anunciada devaluación, permitiendo a sus amigos (y a ellos mismos, ya que había funcionarios de Macri involucrados) hacer una superganancia. Moraleja: unos y otros, peronistas kirchneristas y macristas, generaron, protagonizaron y, lo peor, cobraron un enorme desfalco al Estado. Millones de dólares que debían ir a trabajo, educación, salud y vivienda fueron a engrosar los bolsillos de los de siempre. Acá no hay uno más corrupto que el otro. ¡Los dos bandos son corruptos! ¡Que los responsables vayan presos y devuelvan lo robado!

Escribe José Castillo

Esta afirmación de Cristina en su discurso es una confesión en sí misma. De que, entonces, era mentira que se estaba “recomponiendo” el haber de los jubilados. No se hizo ni se hará, porque “no se puede” si se paga la deuda. Blanco sobre negro, la plata que debería ir para mejorar los haberes de los que trabajaron toda una vida y ahora reciben pensiones de pobreza no está porque se usa para engrosar los bolsillos de los pulpos acreedores. 

Solo una pequeña corrección a la afirmación de Cristina: es la deuda generada en la dictadura y agrandada por todos los gobiernos posteriores, incluyendo el de ella misma. Los Kirchner asumieron debiendo 190.000 millones de dólares, pagaron 200.000 en efectivo y se fueron debiendo 240.000. Desde ahí, por supuesto, Macri pegó el salto y le agregó 150.000 millones. Pero la responsabilidad es de ambos. Y la actual le corresponde al que decide pagar una deuda que reconoce como fraudulenta y para eso posterga a nuestros jubilados.

Escribe Guido Poletti

El pasado sábado 27 de febrero hubo una de esas típicas marchas, o banderazos, donde preponderan consignas reaccionarias de diverso tipo. Esta en particular trató de montarse sobre la justa indignación ante el escándalo del “vacunatorio vip”. 

Pero lo “novedoso” es que un grupo de denominados Jóvenes Republicanos, vinculados al partido de Patricia Bullrich dentro de Juntos por el Cambio, colocó bolsas negras que simulaban cadáveres con diversos nombres (hasta había uno que decía “Estela Carlotto”) en medio de la Plaza de Mayo. 

El hecho en sí mismo es horroroso, demostrando el más absoluto desprecio ante la propia historia argentina de las últimas décadas, donde las bolsas de cadáveres remiten directamente a las desapariciones durante la dictadura genocida. 

Lo peor fue que muchos políticos de la oposición patronal de Cambiemos, aun después de conocido este hecho, le restaron importancia y siguieron saludando la marcha. Así lo hicieron el propio Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Fernando Iglesias, entre otros. 

Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad repudiamos totalmente la exposición de las bolsas negras como una auténtica apología del genocidio y el bochornoso apoyo de los dirigentes de Juntos por el Cambio.

Escribe Claudio Funes

El 4 de marzo, el presidente Alberto Fernández, junto con el gobernador Gerardo Zamora, inauguró en la ciudad de La Banda, Santiago del Estero, el estadio más caro del país en la provincia con mayor pobreza infantil.

El presidente manifestó que  la construcción del estadio “genera igualdad. ¿Quién ha dicho que en el interior del país no hay derecho a tener un estadio de esa naturaleza? ¿Por qué eso podemos disfrutarlo los porteños y no un santiagueño?”

Se trata de un estadio que costó más de 1.500 millones de pesos, de nivel europeo, enclavado en una provincia con 49% de pobres.

En Santiago el 40% de la población no tiene agua potable, 80% no posee cloacas, el 50% de los santiagueños trabajan en negro. Es la provincia con los salarios públicos más bajos. En semejante contexto, el estadio es una obra que debemos repudiar.

Gerardo Zamora, radical kirchnerista, gobernó la provincia entre 2005 y 2013, fue senador por Santiago desde 2013 hasta 2017. Jamás se ocupó de resolver las necesidades básicas del pueblo trabajador y de los  sectores populares, pero sí construyó el autódromo internacional de Río Hondo. Ahora, con el nuevo estadio, no otorgará ningún derecho al pueblo santiagueño, que continuará sin cloacas, sin agua potable y con salarios de miseria.

Escribe Reynaldo Saccone

Cuando parece que las vacunas hubieran puesto el final de la pandemia al alcance de la mano, un nuevo obstáculo aparece, porque tanto la elaboración de la vacuna, como su fraccionamiento y distribución, lo hacen las multinacionales farmacéuticas que ponen el lucro empresario por delante de las necesidades de la población mundial.

Estas compañías que monopolizan las vacunas con las patentes también imponen en la producción la irracionalidad capitalista. En nuestro país estamos asistiendo a un ejemplo. La producción de la vacuna Oxford se hace en la planta de Garín, perteneciente al multimillonario peronista kirchnerista Hugo Sigman. “El 20 de enero exportó a México el equivalente a seis millones de vacunas. El 2 de febrero exportó otros seis millones de dosis. Ahora mismo produce a un ritmo de 18 millones de dosis cada mes y en abril alcanzará los 25 millones de dosis mensuales. Ese material permanece paralizado en los laboratorios mexicanos de Liomont y en la Argentina a la espera de que se resuelva el desabastecimiento de viales (envases)”. (El País, 25/2/2021).

La vacuna se hace en virtud de un negocio tripartito del mencionado Sigman, el multimillonario mexicano Carlos Slim y AstraZeneca, la multinacional que detenta la patente. Se fabrica en la Argentina, es exportada a México para ser fraccionada y empacada por el laboratorio Liomont y desde allí distribuida a toda América latina. El plan se vino abajo porque Liomont no puede cumplir su parte del acuerdo.

La solución capitalista a este problema continúa por el sendero de la irracionalidad. Como la vacuna de AstraZeneca no está autorizada aún en Estados Unidos (la luz verde se prevé para abril), la factoría estadounidense de la multinacional, sin problemas de desabastecimiento, se encargará de realizar por unas semanas la tarea de Liomont. “Ya hemos enviado el equivalente de 6.400.000 dosis desde Argentina a Estados Unidos y la semana próxima saldrán otras 6.400.000”, dijo Sigman (El País, 25/2/2021).

Tremenda irracionalidad de la producción capitalista: produjimos en nuestro suelo por lo menos 18 millones de dosis de vacuna y solo hemos vacunado a un millón y medio con una dosis. Por eso exigimos al gobierno que corte este camino de absurda irracionalidad obligando a la empresa AbsXience de Sigman, a ceder la fórmula de la vacuna, suspenda los envíos al exterior y disponga que el fraccionamiento y envasado se realice en instalaciones argentinas, en caso contrario se intervenga o estatice.

En nuestro país hay una importante industria farmacéutica con capacidad instalada, tecnología y recursos humanos que el gobierno debe volcar a la fabricación de vacunas y resolver en poco tiempo la inmunización de la población para acabar con la pandemia. Hay, también, una industria del vidrio centenaria, pero que cae en picada desde 2017. El sector de envases trabaja entre el 60% y el 80% de su capacidad. Es necesario reactivarla y ponerla a producir los frascos necesarios. Lo mismo con la fabricación de otros insumos. Astra-Slim-Sigman saben que su negocio ya está garantizado y que el Estado pagará, no les interesa apurar el pasado. El gobierno del Frente de Todos, entonces, debe intervenir para que esa producción a granel, acompasada a la ganancia empresarial, se transforme cuanto antes en millones de vacunas para el país y América Latina.

Centralizar y nacionalizar el sistema de salud y la industria farmacéutica permitirá lograr medicamentos gratuitos y una atención de excelencia, gratuita e igual para todos y todas.

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