Apr 26, 2024 Last Updated 10:43 PM, Apr 25, 2024

Escribe Juan Carlos Giordano
Diputado nacional electo Izquierda Socialista (FIT-Unidad)

El presidente ultraderechista de Milei volvió a expresar su total apoyo y alineamiento con el Estado sionista de Israel y de Estados Unidos. Un “respaldo enfático al Estado de Israel en defensa de su soberanía”, dice un comunicado oficial. ¿Pero de qué “soberanía” habla si el sionismo israelí está aplicando una política de exterminio contra el pueblo palestino? Ya hay casi 35.000 asesinados; Israel acaba de bombardear un convoy humanitario de una ONG que llevaba comida; mató a tres hijos y cuatro nietos del líder de Hamas y fue Israel quien bombardeó el consulado iraní en Damasco, la capital de Siria.

Las políticas “de terror” de las que habla Milei, vienen precisamente de Israel, Estado que apoya su gobierno comprometiendo al pueblo argentino. Por eso ya dijimos “no en nuestro nombre”, cuando nos movilizamos contra el viaje que hizo para abrazarse con el asesino Netanyahu, mientras crecían las movilizaciones en el mundo contra el genocidio israelí. Viaje donde Milei planteó el traslado de la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, lo que implica reconocer a esa ciudad como “capital eterna de Israel”, una nueva provocación contra el pueblo palestino.
La alianza “estratégica” con Estados Unidos e Israel que pregona Milei ya lo vivimos cuando el gobierno menemista de los años 90 -que Milei considera “el mejor de la historia”-, envió tropas argentinas al Golfo Pérsico para apoyar en 1991 la invasión yanqui a Irak, con consecuencias desastrosas para nuestro país.

Esta política de alineamiento-sometimiento “en defensa de los valores occidentales”, como le llama Milei, se vio también con la visita a la Argentina de la generala yanqui Laura Richardson, en pos de ganar espacio para bases militares imperialistas en el Atlántico Sur y más saqueo del litio y otros recursos naturales, mientras el gobierno gestiona ser socio global de la OTAN. Patricia Bullrich, por su parte, anunció que la CIA norteamericana pasó a ser socia del gobierno argentino, con la excusa de enfrentar mancomunadamente a organizaciones criminales en nuestra región, que supuestamente, dice, “financiarían al terrorismo de Hezbollá”. Y mientras Milei suspendió su viaje a Dinamarca para retornar al país y constituir un “comité de crisis” ante la agudización de la crisis en Medio Oriente, el ministro Petri lo reemplazará para comprar 24 aviones F16 por 650 millones de dólares, cuando aplica un brutal ajuste diciendo “no hay plata” para el pueblo trabajador.

Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI repudiamos una vez más la postura del gobierno de Milei de alineamiento con el estado genocida de Israel y de Estados Unidos. Exigimos la ruptura de relaciones económicas, comerciales, culturales, militares y políticas con Israel. Decimos basta de ayuda financiera y militar de Estados Unidos al sionismo. Y redoblamos nuestro apoyo al heroico pueblo palestino y a su resistencia. ¡Viva Palestina Libre!

Milei explícito. El programa de La Libertad Avanza al desnudo. Eso es lo que vimos y escuchamos en estos días, mientras el pueblo trabajador sigue sintiendo en sus bolsillos el ajuste que pulveriza salarios y jubilaciones y decenas de miles empiezan a vivir el drama de los despidos.

Primero fue el diputado libertario Bertie Benegas Lynch, en un reportaje del domingo pasado con Romina Manguel en FM Milenium. Sus afirmaciones fueron terroríficas: “Yo no creo en la obligatoriedad de la educación. Es una responsabilidad de los padres. Vos a tu hijo le querés dar lo mejor. Y muchas veces puede pasar en la estancia, y sobre todo en Argentina, que no te podés dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller junto al padre trabajando”. ¡Un ataque en toda la línea a la educación pública y un aval al trabajo infantil! Una afirmación repugnante. Sarmiento, los liberales de la generación del ´80, los que hicieron la ley 1.420, se revuelven en su tumba. En el mundo, desde mediados del siglo XIX, abundan leyes que prohíben el trabajo de niñas y niños, diciendo que su lugar es la escuela. Esa es la famosa “libertad” de los libertarios: la de ser explotado de sol y a sombra. El mundo ideal de Bertie Benegas Lynch es el de los que trabajaban dieciocho horas diarias, del trabajo lúgubre de los niños en las fábricas, de la inexistencia de descanso semanal, sin vacaciones, ni ningún derecho.

Pero esto fue sólo el aperitivo. El lunes 8 de abril el presidente Milei mantuvo una extensa entrevista con el periodista Alejandro Fantino en el canal de YouTube Neura. Arrancó diciendo, orgulloso, que lo que estaba haciendo es “el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad”.

Fantino le preguntó a Milei sobre las afirmaciones de Benegas Lynch. El presidente respondió que el diputado libertario hizo una “declaración desafortunada”, pero rápidamente aclaró que se refería a haber asistido a la entrevista con Romina Manguel, para comenzar ahí a desacreditarla e insultarla, en un clásico del presidente de La Libertad Avanza contra cualquier expresión de la libertad de prensa que lo contradiga. De hecho, en la propia entrevista, Milei atacó también a los periodistas Joaquín Morales Solá (diciendo “hay imbéciles que hablan de populismo de derecha”), Jorge Fernández Díaz (que había realizado una crítica al economista libertario adorado por Milei, Murray Rothbard) y a Jorge Fontevecchia de Perfil, diciéndole “ojalá que se funda”.

Volviendo al tema educativo, Ernesto Tenenbaum sacó a relucir que, ya en plena campaña electoral, el ultraderechista Javier Milei se pronunció explícitamente contra la educación obligatoria, con argumentos similares a los que la semana pasada usaba Bertie Benegas Lynch. De hecho, el 23 de abril del año pasado, el diario La Nación titulaba: “Milei se expresó en contra de la educación obligatoria”.

El gobierno de La Libertad Avanza deja librado “a la lógica del mercado”, léase a los grandes capitalistas, a los especuladores financieros y a los buitres de la deuda externa, absolutamente todo. Lo vemos en forma terrorífica con la epidemia del dengue, con un ministro de Salud cuyo máximo consejo es “no usar pantalón corto”, que no sólo no compra vacunas, sino que incluso se desentiende ante el desabastecimiento de repelentes diciendo que es algo que “debe resolver la oferta y la demanda”.

El ministro de Economía Caputo, por su parte, finge horrorizarse por los aumentos desaforados de las prepagas, pero fue el mismísimo gobierno quien liberó todo y dejó a los monopolios del sector, con Belocopitt (dueño de Swiss Medical Group) a la cabeza, que llevaran adelante esos abusos.

El gobierno ultraderechista de Milei deja todo “librado” al mercado, en la libertad de morirse de hambre, o contagiado de dengue, o sin poder acceder a un medicamento por no poder pagarlo. Pero la libertad se acaba, y ahí sí aparece “la intervención del estado” cuando se trata de impedir que suban los salarios. Así actúa la secretaría de Trabajo, negándose a homologar los convenios del gremio de Camioneros o de la UTA. La otra “aparición del Estado” es cuando se recurre a Patricia Bullrich y su protocolo represivo. Es que el ajuste “más grande del mundo”, solo puede pasar a palos.

En síntesis, nos encontramos ante un gobierno que lleva adelante un auténtico plan de guerra contra el pueblo trabajador, y que dice, explícitamente, que su objetivo es quitar todos sus derechos, los actuales y los históricos, hasta el máximo extremo inimaginable, liquidando la salud y la educación públicas.

Por eso, hoy es más urgente que nunca pelear para derrotar este plan. En todas y cada de las luchas cotidianas, como haremos el viernes 12 marchando contra los despidos y el ajuste en el sector público y con la coordinación de los sectores en conflicto convocando a un Encuentro en Plaza de Mayo (ver páginas centrales). Del mismo modo, que es fundamental un nuevo paro general y un plan de lucha de las centrales sindicales, la CGT y las CTA. Este es el camino, la pelea es ahora para derrotar el plan motosierra y licuadora del gobierno de Milei y el FMI.

Escribe Adolfo Santos

Estamos en medio de una importante batalla. De un lado el gobierno ultraderechista de Milei y su plan motosierra apoyado por los grandes grupos económicos y el FMI, del otro, las y los trabajadores, jubiladas y jubilados y sectores populares, organizando luchas, paros y movilizaciones en defensa del salario, de derechos y contra los despidos y los recortes presupuestarios. Reclamamos a la CGT y a las CTA un nuevo paro general y un plan de lucha nacional para derrotar el brutal ajuste.

El gobierno no desacelera y continúa aplicando su plan motosierra al servicio del FMI. Licua salarios y jubilaciones, produce despidos a mansalva y recorta partidas presupuestarias para educación, salud, cultura o las destinadas a los sectores sociales más necesitados. Las consecuencias de estas políticas están a la vista: crece la pobreza, aumenta el desempleo por la brutal recesión y epidemias como el dengue se extienden sin solución generando mayores sufrimientos entre el pueblo trabajador y sectores populares.

Eso explica que en pocos meses el nuevo gobierno ultraderechista haya sido confrontado con paros, protestas y movilizaciones callejeras. Sectores de la salud, la educación, estatales, aeronáuticos, colectiveros, del movimiento obrero industrial, como metalúrgicos, han realizado paros contra las políticas del gobierno. Protestas que se extendieron mediante asambleas barriales como las de la cultura o las que organizan comunidades barriales tratando de impedir el avance del plan motosierra. En ese sentido, el paro nacional del 24 de enero demostró ser una importante herramienta unificadora, contribuyendo a la caída de la Ley Ómnibus.

Un nuevo paro general

En todo este tiempo, la clase trabajadora y sectores populares vienen demostrando que no están dispuestos a aceptar el brutal ajuste del gobierno y el FMI y quieren dar la pelea. El paro nacional convocado por la Ctera el 4 de abril, el paro con movilización de los estatales del día 5, la nueva marcha de los metalúrgicos desde Ternium (planta del grupo Techint/Rocca, ubicada en Ramallo) hasta la plaza Mitre de San Nicolás, la masiva asamblea realizada por los ferroviarios del Sarmiento en contra de la privatización de los trenes y los despidos, entre otras manifestaciones, colocan a la orden del día la convocatoria inmediata de un nuevo paro general y un plan de lucha nacional.

Un importante sector de sindicatos, cuerpos de delegados combativos, movimientos piqueteros combativos, asambleas barriales, sectores de la cultura, en defensa del ambiente, de la mujer, estudiantiles, de derechos humanos, de jubilados y organizaciones políticas de izquierda, reunidos el 3 de abril en la sede del Sutna adoptaron importantes resoluciones. Se manifestaron por un nuevo paro general y, consecuente con eso, propusieron impulsar una movilización contra los despidos para el 12 de abril. Deliberaron “convocar […] a las y los luchadores de todos los ámbitos, […] el 1° de Mayo en Plaza de Mayo para apoyar e impulsar las luchas, coordinar acciones, y tomar iniciativas para derrotar el plan de ajuste [...] del gobierno de Milei”. Y decidieron movilizarse al Congreso cuando se trate la nueva Ley Ómnibus presentada por el gobierno en negociación con la oposición patronal que, entre otros ataques, propone una reforma laboral para retirar derechos.

Los gremios docentes y no docentes de universidades nacionales, ATE Conicet y FUA, convocaron para el 23 de abril a una gran marcha federal en defensa de la universidad estatal, pública, laica y gratuita y del presupuesto para salarios y becas estudiantiles contra la motosierra de Milei.

No hay tiempo que perder. No se puede permitir que las luchas por sectores queden aisladas y sufran desgaste, se impone la unificación de las protestas en curso en un nuevo paro general acompañado de un plan de lucha nacional que le de continuidad con actos, movilizaciones y manifestaciones regionales que le demuestren al gobierno, a las multinacionales y a la oposición patronal de todo tipo que no estamos dispuestos a aceptar el plan motosierra, la licuación de salarios y jubilaciones y al protocolo anti piquete de Bullrich que pretende impedir la protesta.

La CGT acaba de anunciar un nuevo paro general para el 9 de mayo ante un gobierno que sigue con su brutal ajuste, está anunciada una gran Marcha Federal Educativa para el 23 de abril de estudiantes, docentes y no docentes, y se viene el 1° de Mayo.

Vayamos, todas y todos, a marchar el 1° de Mayo y a parar masivamente el 9 de mayo. Paro que tiene que ser parte de un plan de lucha nacional. La CGT y las CTA deben a llamar desde ahora a asambleas en los lugares de trabajo y a plenarios de delegados para prepararlo, poniendo de pie al conjunto del movimiento obrero para derrotar el ajustazo y el protocolo represivo de Milei y el FMI

Escribe Pablo Montenegro, cuerpo de delegados Sarmiento

Y Milei metió la motosierra en el ferrocarril. Los 116 compañeros despedidos este lunes 8 pertenecientes a Adifse, representados por APDF y la UF, confirman la certeza de las resoluciones contra los despidos aprobadas en nuestra masiva asamblea del 26 de marzo en el Sarmiento cuando exigimos a la directiva nacional a convocar asambleas en todas las líneas para coordinar un plan de lucha en defensa de los puestos de trabajo. Ahora que se consumó el ataque, la directiva debe pasar a la acción para conseguir la reincorporación inmediata. No son ñoquis, como insinúa el gobierno en cada despido, son técnicos, ingenieros y personal especializado, que cumplen tareas esenciales para garantizar la seguridad del transporte ferroviario.

La iniciativa que tuvimos desde el cuerpo de delegados y la seccional Oeste del Ferrocarril Sarmiento de convocar a una gran asamblea para resolver un plan de acción contra los despidos anunciados por el gobierno, la privatización y repudiar el acuerdo salarial a la baja firmado por la burocracia, fue un gran paso adelante. La sede de la seccional desbordó con más de mil compañeros presentes contando las delegaciones de las líneas Mitre, Roca, Belgrano Norte, San Martín y del Banco Nación.

Al abrir la asamblea, Rubén “Pollo” Sobrero llamó a defender los puestos de trabajo. Informó que había sido invitado el secretario General de la UF Sergio Sasia a participar de la misma, pero no concurrió. Y dijo: “lo que no hace la Directiva lo tenemos que hacer nosotros. Pero le vamos a seguir exigiendo que se ponga al frente para frenar este ataque brutal”. Hubo decenas de intervenciones. Una delegada de Limpieza dijo “es la primera vez que hablo en una asamblea tan grande. Estoy contenta porque vinieron muchas compañeras que son madres solteras, a quienes les dijimos que pidan ayuda a sus familias para concurrir, y hoy están acá”, generando una gran emoción.

Mónica Schlotthauer graficó: “damos la vida por nuestro trabajo y ahora para Milei y Caputo somos trapos, nos quieren echar por viejos o enfermos, cuando quien nos enferma es la empresa y el gobierno. El 30% de achique de personal es para ir a la privatización con subsidios incluidos. Por eso estamos por la reestatización de todo el sistema ferroviario bajo control de trabajadores y usuarios. Acá no sobra nadie y el tren tiene que volver a todos lados”. Edgardo Reynoso comparó al plan de Milei con el de Menem en los ´90 que dejó 90 mil ferroviarios en la calle y 20 mil kilómetros de vías menos.

Se recordó a Mariano Ferreyra y a los familiares de la masacre de Once y un compañero de evasión hizo una importante reflexión: “Acá hay muchos compañeros que son de la Verde o votaron a Milei, y están en esta asamblea. Otros estuvieron con el Frente Renovador. Pido un aplauso para todos ellos porque estamos juntos defendiendo lo nuestro”. Cuando se votaron las resoluciones propuestas por Cristian Duarte de la Comisión de Reclamos, se palpó la satisfacción de haber dado un paso al frente en la unidad para enfrentar el plan motosierra de Milei contra el ferrocarril.

La asamblea votó un plan de lucha, concentraciones, el trabajo conjunto con las asambleas del Oeste a través de la Comisión Salvemos al Tren que programó actividades en General Rodriguez y Mercedes, un festival y la coordinación con otras organizaciones en lucha.

Ahora tenemos una tarea inmediata que es la lucha por la reincorporación de los compañeros despedidos y parar la motosierra de Milei en el ferrocarril. En un  comunicado de prensa, la Directiva de la UF critica la medida, pero no exige la reincorporación de los despedidos. Desde el cuerpo de delegados del Sarmiento vamos a insistir ante la Directiva de la UF en la realización de asambleas en todas las líneas para votar un plan de lucha unificado por la reincorporación de los despedidos, contra la privatización y el desmantelamiento del ferrocarril y por un acuerdo salarial que dignifique nuestro trabajo.


Escribe José Castillo

70% de inflación acumulada. Pulverización de salarios y jubilaciones. Cierres de organismos. Paralización de la obra pública. Decenas de miles de despidos. ¿Quién se beneficia?

El gobierno ultraderechista de Milei, el ministro de Economía y endeudador serial Nicolás “Toto” Caputo, sus periodistas adeptos y el ejército de trolls pagados por la Casa Rosada insisten en que estamos transitando un ajuste “necesario” y que, al final del camino, vendrá la recuperación que beneficiará a todos. Se trata de una vulgar y vil mentira.

Nos encontramos frente a un mega-ajuste, el más grande de la historia argentina, superior al realizado por Macri y aún al del menemismo, con efectos catastróficos sobre los bolsillos del pueblo trabajador sólo similares al ejecutado por Martínez de Hoz al comienzo de la dictadura genocida de 1976.

Los que pierden

La “licuadora”, léase una inflación desaforada provocada a propósito por el propio gobierno, pulverizó los salarios y las jubilaciones. Para poner un único ejemplo: en apenas tres meses, ya llevó los salarios al nivel adquisitivo que tenían en 2006. La consultora ABC, del ex secretario de industria de Macri, Dante Sica, calcula que los gastos fijos de una familia en términos de luz, gas, agua, transporte público y prepagas ya alcanza al 60% del total de los ingresos promedios. Las jubiladas y jubilados han sido tomados desvergonzadamente como principal variable de ajuste del gasto público, quedando la mayoría con ingresos de indigencia.

A todo esto tenemos que sumarle el nuevo drama que crece día a día: la ola de despidos. Decenas de miles en el sector público, que se suman a cierres o virtual congelamiento de oficinas y organismos del Estado, la mayoría de ellos que tenían como fin garantizar derechos de los sectores más vulnerables y empobrecidos de la sociedad.  A lo que hay que agregar los datos que crecen día a día de despidos, suspensiones, vacaciones anticipadas y ofrecimientos de “retiros voluntarios” en empresas del sector privado, claramente afectadas por la recesión.
Un dato no menor a agregar es la virtual asfixia presupuestaria sobre todo el sector de la salud, la educación, ciencia y técnica y políticas sociales.

Ley Ómnibus, DNU y reformas estructurales

Milei y sus cómplices van por más.  En su agenda inmediata están las privatizaciones de empresas públicas estratégicas, una reforma laboral antiobrera (que implica un retroceso de prácticamente un siglo en derechos conquistados), el desfinanciamiento (que está en curso) a las provincias. Y un vía libre para el saqueo y los negociados con nuestros recursos naturales, como el gas, el petróleo y el litio.

Los ganadores

Mientras el pueblo trabajador sufre cada día más, del otro lado están los que se están embolsando millonadas. Empecemos por los grandes empresarios de los monopolios de consumo masivo (Arcor, Molinos, Coca Cola, Pepsico, Quilmes, Ledesma, Procter&Gamble, Johnson, Unilever) que remarcaron desaforadamente aprovechando la eliminación de todos los controles y son los responsables directos (junto con los grandes supermercadistas como Coto, Carrefour, ChangoMás, La Anónima o Cencosud) de los abusos que vemos todos los días en las góndolas.

Sigamos con los dueños de las prepagas como OSDE o Swiss Medical, con Belocopitt a la cabeza, lanzados a aumentos mensuales que, de diciembre a esta parte, ya promedian el 158%.
A todo esto sumemos los dueños de las empresas de servicios públicos privatizados, que se embolsan los tarifazos en el gas, la electricidad o el agua.

Además de todos estos, que ganan por su facturación, están aquellos que se benefician por su ubicación estratégica en los negocios del gobierno. A la cabeza está el Grupo Techint, que se quedó con YPF y con nada menos que la secretaría de Trabajo. También hay lugar para el lobby, con decenas de sus gerentes en puestos claves en el gobierno.

Dentro del listado de ganadores, no podemos olvidar a los bancos, las fintech (con Galperín y Mercado Pago a la cabeza), los brokers y especuladores de bolsa y los buitres de la deuda externa, que siguen cobrando puntualmente sus vencimientos de miles de millones de dólares.

En síntesis, el pueblo trabajador sigue perdiendo. No hay “recuperación” que lo beneficie y esa es la razón por la que continúa luchando con el objetivo de derrotar el plan motosierra.

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