May 05, 2024 Last Updated 3:08 PM, May 3, 2024

Escribe Guido Poletti

Se realizó el 58° Coloquio de IDEA. Estuvieron los más importantes empresarios nacionales y extranjeros que actúan en la Argentina. También políticos del oficialismo (hasta el propio presidente Alberto Fernández) y de la oposición patronal, e incluso burócratas sindicales. Todos le rindieron pleitesía a los grandes capitalistas y apoyaron medidas a su favor y contra la clase trabajadora.

Entre el 12 y el 14 de octubre se realizó en Mar del Plata un nuevo coloquio de IDEA, la gran reunión anual donde se junta lo más granado de las patronales que actúan en nuestro país. Este foro opera como una gran “usina” donde se propagandizan las principales exigencias estratégicas de las grandes patronales. Este año el título del evento fue sugestivo: “ceder para crecer”. Si algún distraído pensaba que el “ceder” le tocaba a los patrones, con los discursos y propuestas rápidamente se enteró que, como siempre, todo se trataba de “ideas” para que quien “cediera” (más aún de lo que viene haciendolo actualmente) fuera el pueblo trabajador.

Quien mejor lo expresó, increíblemente, no fue un empresario, sino el supuesto “representante de los trabajadores”. El burócrata Ricardo Pignanelli, secretario general del Smata, llegó a justificar que “no se le puede pedir más a las empresas de lo que pueden pagar”.

El rosario de los reclamos empresarios pasó por exigencias de más “disciplina laboral”. Ese fue el reclamo de Javier Madanes, dueño de Fate y Aluar, que todavía en esos días se encontraba en medio del conflicto con los trabajadores del Neumático. Llegaron hasta el ya conocido reclamo de avanzar con la “modernización laboral”, léase flexibilización, quitando toda traba para despedir, recortando derechos laborales e incrementando la superexplotación.

En IDEA estuvieron, como era de esperarse, varios dirigentes de Juntos por el Cambio. Explicaron que, si vuelven al gobierno, avanzarán con su agenda pro-patronal, pero “más rápido” que como lo hicieron en 2015. Tampoco podían faltar los liberfachos, con Javier Milei a la cabeza.

Pero lo destacable fue la presencia oficialista. Mientras el dueño de Pan American Energy, Alejandro Bulgheroni, ofrecía elogios al superministro Sergio Massa y sus políticas de ajuste, el propio presidente Alberto Fernández terminó como el orador estrella del evento. Se jactó de “no haber pedido coimas a los empresarios” ni haberlos “perseguido con la AFIP”, para, luego de desgranar varios números sobre cuánto supuestamente había crecido la economía, señalar todas las oportunidades de negocios y hablar de un gobierno “al servicio” de que estos se realicen, como en Vaca Muerta, en el litio o en la megaminería. Nada muy distinto de lo que los propios empresarios querían escuchar. El presidente de la Nación cumplió así con el gesto que se esperaba de él: que se hiciera presente y le rindiera pleitesía a los capitalistas presentes.

Desde la izquierda repudiamos este foro de ideas al servicio de cómo incrementar la superexplotación de las y los trabajadores, un auténtico congreso de los que viven de la miseria y la marginación de millones. Ellos y los que gobiernan a su servicio son los responsables del saqueo y la decadencia de nuestro país. Les oponemos nuestro propio programa, obrero y popular, y decimos que nuestra “idea” se puede resumir en una sola: que gobiernen las y los trabajadores, construyendo una Argentina socialista.

Escribe Claudio Funes

En los últimos seis años hemos escuchado de los gobiernos patronales proclamas como “Pobreza Cero” (Macri) o “Voy a llenar la heladera de los argentinos” (Fernández), mientras que la participación de los trabajadores en el ingreso cayó de 48,4% a 41,7%. Traducido: las patronales se quedan cada vez con una mayor parte de las riquezas producidas.

Los sectores que más diferencia hacen entre lo que ganan los empresarios versus lo que reciben los trabajadores son el sector agropecuario (donde estos últimos se quedan con apenas el 9,9% del ingreso del sector) y el minero (25,4%). Les siguen el comercio mayorista, minorista y reparaciones ( le queda a los trabajadores apenas el 26,3%), la industria manufacturera (31,4%) y el de hoteles y restaurantes (35,3%).

Tanto el Indec, como el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social confirman esta situación, y agregan que se profundiza mes a mes. En agosto, analizando la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), la pérdida del poder adquisitivo de los salarios llega a 7,2% para el acumulado anual de 2022.

Uno de los motivos por los que se da y agudiza cada vez más este retroceso de los salarios, tanto con respecto a los precios como a las ganancias de los empresarios, tiene que ver con el fuerte crecimiento del trabajo precario. De acuerdo al Centro de Estudios Metropolitanos, en septiembre existían 19,8 millones de trabajadores ocupados dentro de los cuales el 44% se desempeñaba en condiciones de precariedad laboral. Los asalariados informales cobran en promedio un 53% menos que los formales. En cuanto al sexo, las mujeres presentan una tasa de informalidad más alta que los varones y los jóvenes son los más afectados por la informalidad y el cuentapropismo. Entre los 18 y 24 años la precariedad llega al 84%. (Página12, 28/09/2022).

El gobierno del Frente de Todos, cumpliendo con el ajuste exigido por el FMI, es el responsable de esta situación. También lo son las burocracias sindicales de la CGT y las CTA que, pactando con el gobierno, dejan pasar esta brutal pulverización del poder adquisitivo de las y los trabajadores.

Con una inflación anual proyectada a 100% es cada vez más difícil vivir para el pueblo trabajador y los sectores populares. El gobierno peronista del Frente de Todos, que denunció al macrismo, no vino para “redistribuir la riqueza y llenar la heladera” sino para que, tras su doble discurso, los grandes capitalistas continúen incrementando sus fortunas.

Escribe Guido Poletti

La imagen es desesperante. Miles de personas se agolpan en las puertas de las oficinas del Anses de todo el país con el fin de anotarse y poder cobrar el bono para personas sin ingresos de 45.000 pesos en dos cuotas que ha establecido el gobierno nacional. La “cola” también es digital, decenas de miles tratan infructuosamente de entrar en la página web recibiendo como respuesta un mensaje electrónico que dice: “su lugar en la cola es…” (y sigue un número de varios miles).

Todo esto merece dos reflexiones. La primera es que son millones, mucho más de lo que a priori calculó el gobierno, los que se encuentran en esa situación de pobreza extrema. Recordemos que para calificar como beneficiario de este bono no hay que tener ninguna ayuda del estado, ni plan social, ni cobrar la AUH, ni absolutamente nada. Así y todo, en apenas un día, hay medio millón de personas que se han anotado en esta situación. Pero esto recién empieza, y el número se incrementará astronómicamente en los próximos días.

La segunda reflexión es sobre el carácter absolutamente insuficiente de esta “ayuda”: 45.000 pesos y encima dividido en dos cuotas. Un ingreso de indigencia, mucho menor aún al ya insuficiente IFE que llegó a repartirse durante la pandemia.

Es que toda la plata se destina a un único objetivo, cerrar los números del ajuste exigido por el FMI. Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad decimos que una verdadera ayuda frente al drama social requiere terminar con el congelamiento de los planes sociales, incrementar sus montos, aumentar el valor de la AUH y otorgar un auténtico ingreso de emergencia para todo el que lo necesite, que cubra mensualmente al menos la canasta básica alimentaria (calculada para octubre en 56.732 pesos). Pero, además de todo esto y por sobre todo, hay que crear trabajo genuino para cada desocupada y desocupado, por medio de un gran plan de obras públicas financiado con los fondos que se podrían obtener de la inmediata suspensión de los pagos de la deuda externa.
                


“Me preguntaba por qué nuestro país fue puesto de rodillas por las cerealeras. Hubo que generarles otro dólar para que liquiden lo que producen en nuestro suelo y que es parte de la riqueza y de los bienes naturales de nuestra patria.” La frase pertenece a Máximo Kirchner. Cualquiera que la leyera sin conocer el contexto pensaría que el peronismo kirchnerista es opositor al gobierno o por lo menos crítico a la medida del ministro Sergio Massa que privilegió a los monopolios sojeros. Nada de eso, fue la propia Cristina Fernández quien bendijo el nombramiento de Massa como “super-ministro” y las decisiones que viene tomando desde entonces. La frase de Máximo expresa a un kirchnerismo que se quiere lavar la cara y tratar de no quedar pegado al ajuste que se está realizando con el acuerdo del Frente de Todos de conjunto.

Esto no quita que, producto de la bronca popular y el desgaste, la crisis siga corroyendo al gobierno peronista y profundizando la división entre sus distintos sectores. Justamente unos pocos días después que la propia Cristina afirmó que “el peronismo no reprime”, se dieron los dos hechos de más repercusión de la semana pasada. Primero, la violenta represión y desalojo a los mapuches en Villa Mascardi, con la posterior cacería, detención de mujeres y su traslado a 1.800 kilómetros de distancia. Y segundo, la feroz represión policial a las personas que habían concurrido a presenciar el partido de fútbol entre Gimnasia y Esgrima La Plata y Boca.
 
El primer hecho provocó la renuncia de la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta. Aprovechando esa volteada, presentó su dimisión también el ministro de Desarrollo Social, Juan Horacio Zabaleta, que ya venía anticipando su intención de no seguir quemándose al frente de un ministerio que, ajuste mediante, no tiene cómo responder a los reclamos de los movimientos sociales. Y casi inmediatamente le siguió la del ministro de Trabajo Claudio Moroni.
 
El reemplazo de los ministros salientes fue otra demostración de la crisis y división del gobierno. Alberto Fernández trató de disimularlo con la excusa de que “pusimos tres mujeres”. La realidad es que es un cambio para que nada cambie: ¿acaso en Desarrollo Social, la nueva ministra Victoria Tolosa Paz se va a oponer al ajuste y tener más fondos para responder a las urgentes necesidades que reclaman los movimientos sociales? ¿La nueva ministra de Mujeres, Género y Diversidad tendrá más presupuesto para combatir la violencia de género? Nada de eso sucederá, como lo grafica que, al mismo tiempo, el super-ministro Massa ha vuelto a viajar a los Estados Unidos a una nueva reunión con el FMI, donde, una vez más tendrá que garantizar que se está llevando adelante el ajuste exigido. Párrafo aparte para el nombramiento de la nueva ministra de Trabajo, Kelly Olmos, con todo un currículum menemista en su haber. Este peronismo en el gobierno, debilitado, dividido y en crisis, ni siquiera puede ponerse de acuerdo para realizar un acto unificado el 17 de octubre.

Mientras tanto, el pueblo trabajador sigue sufriendo las consecuencias de una inflación creciente que pulveriza salarios, jubilaciones y planes sociales. En ese marco, la victoria que obtuvieron los trabajadores del Sutna fue una bocanada de aire fresco. Se demostró que con una dirección combativa se puede romper la tendencia de los salarios a la baja, pese a que tuvieron en contra al gobierno, a las patronales y a la propia burocracia sindical. Por supuesto, ahora que ganó el Sutna, los burócratas de los otros gremios se preocupan de no quedar demasiado atrás y comenzaron a reclamar aumentos de salarios más cercanos a lo que va a ser la inflación anual.

Quedó más claro que nunca la importancia de dar la pelea por una nueva dirección para la clase trabajadora, barriendo a los dirigentes traidores. Por eso creemos que es fundamental que el Sutna convoque a un gran Encuentro Nacional junto al Plenario del Sindicalismo Combativo, para sacar conclusiones del triunfo, apoyar las luchas en curso y coordinarlas para que ganen, pero fundamentalmente para postular una dirección combativa y democrática.

Mientras damos estas peleas cotidianas contra el ajuste, queda planteado el interrogante de hacia dónde vamos políticamente. Cada día son más los que se convencen de que el peronismo no va más, en ninguna de sus versiones. Mucho menos la oposición patronal de Juntos por el Cambio, sumida en su propia interna, mientras se postula para “volver” y hacer un ajuste más duro y rápido que el que realizaron cuando gobernaron. Ni que hablar de Milei, dedicado a mostrarse con cuanto facho hay en el país (como Bussi en Tucumán) o en el mundo, compartiendo actos con la ultraderecha española de Vox.

Más que nunca, hay que postular otra alternativa política. Para la clase trabajadora que lucha contra el ajuste y que demuestra que, cuando tiene direcciones combativas, puede ganar. Para las mujeres y disidencias, que vienen de realizar un nuevo y multitudinario Encuentro Plurinacional. Para la juventud, con el ejemplo de les pibis que salieron a defender la educación pública. Esa alternativa política es la que venimos construyendo desde el Frente de Izquierda Unidad, planteando un programa de emergencia, obrero y popular, que comience por no pagar la deuda externa, romper con el FMI y usar esos recursos para resolver las necesidades populares. Que postule que gobiernen los que nunca lo han hecho, las y los trabajadores. En el camino a una Argentina socialista. Desde Izquierda Socialista estamos comprometidos con la construcción de esa alternativa.


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

La maldita policía bonaerense provocó la muerte de César Guerreiro. Según sus familiares el “Lolo” era amoroso y familiero, peronista y trabajador municipal. Había ido a ver el partido Gimnasia-Boca con sus nietos. La represión le quitó la vida, provocando además cientos de heridos, entre ellos abuelos, mujeres, niñas y niños. Para Kicillof, Berni no tuvo la culpa.
 
Argentina Siglo XXI, jueves 6 de octubre, ciudad de La Plata, partido Gimnasia-Boca. Miles de familias pagan la entrada para ver al equipo de sus amores; la policía ordena cerrar las puertas del estadio y lanza una feroz represión con el saldo de un trabajador muerto y cientos de detenidos. Hubo 400 disparos de postas de goma y gases lacrimógenos y tres disparos contra un camarógrafo de TyC Sports por parte de efectivos de la Bonaerense compuesta por 90.000 policías adiestrados para el gatillo fácil y con una historia atroz. Una verdadera cacería que de casualidad no terminó en masacre.

El hermano del “Lolo” fue categórico: “a mi hermano lo mató la represión policial”. El defensor de Gimnasia, Matías Melluso, agregó: “No fueron incidentes, fue represión. No murió, lo mataron”. Sin embargo, la autopsia determinó que el fallecimiento fue por un “paro cardiorrespiratorio no traumático”, el fiscal inmediatamente declaró que atento a ello la muerte no fue producto del gas lacrimógeno, ni de ningún golpe. ¡Parece que el libreto se lo escribió el propio Berni!

Ya se está tejiendo la impunidad. La Bonaerense es una máquina de encubrir sus propios hechos aberrantes. Recordemos la eliminación de pruebas para tapar su responsabilidad ante la muerte del joven Facundo Castro y ante todos los casos de gatillo fácil que ejecuta a diario.
 
¿El gobierno peronista no encubre?

Kicillof dijo que fue “inadmisible” lo que pasó, pero una vez más salió en defensa de Berni. Kicillof defiende a Berni porque según dicen en su entorno, no estuvo al frente del operativo, trabaja mucho, hasta duerme en la central de policía y no está acusado de ningún hecho de corrupción, ni de recaudación. Una reivindicación absoluta para con su ministro represor. Sin embargo, la Comisión Provincial de la Memoria calificó al hecho de “crueldad y saña inexplicables”, y si bien La Cámpora emitió un comunicado de repudio, no dijo nada de Berni.

Kicillof también dijo “nuestro gobierno no promueve la violencia institucional, no la protege, no la encubre, no la oculta, ni la tolera”. Con esto trata de diferenciarse del macrismo. El Frente de Todos dice que la diferencia que lo separa con el gobierno anterior de Juntos por el Cambio no es que los hechos no existían, sino que Macri los encubría y ahora eso no ocurre. ¡Vaya la diferencia! Pero si no hay encubrimiento como dice el gobernador, ¿por qué Berni sigue en el cargo? ¿El propio Kicillof no tuvo nada que ver en esto?

Izquierda Socialista hace responsable de la represión a Berni, a la Aprevide (Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte, dependiente del ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires) y al gobernador de la provincia, Axel Kicillof.

En La Plata hubo una marcha de repudio y un multitudinario velatorio. Hay que seguir por el camino de la movilización para que este hecho no quede en la impunidad. ¡Justicia para César Regueiro y todas y todos los heridos! Castigo a los culpables materiales y políticos. ¡Fuera Berni! La bonaerense y el gobierno son los responsables.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

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