May 01, 2024 Last Updated 8:47 PM, May 1, 2024

Escribe Gabriel Massa

La huelga de los casi 50.000 obreros de General Motors entró en su segunda semana. Es la primera huelga de la industria automotriz en los últimos 12 años y la más prolongada desde 1970. La lucha reivindica un ajuste salarial, la reapertura de plantas cerradas, la efectivización de los contratados y temporarios y el rechazo al aumento por el servicio médico, entre otros.

La huelga, que fue impuesta por la bronca de la base, es un verdadero desafío a las políticas ultraconservadoras del gobierno Trump que intenta flexibilizar los derechos laborales. A pesar de eso, fueron otras luchas exitosas las que alentaron esta huelga, como los empleados de cadenas de comidas rápidas, los de hoteles y los docentes de varios estados que obtuvieron importantes aumentos salariales y más fondos para la educación pública.

El paro ha recibido el apoyo de los trabajadores de Ford y Fiat-Chrysler, que suman más de 100.000 trabajadores, y de trabajadores autopartistas de proveedoras de la GM en México. La burocracia sindical de UAW, sin embargo, se niega a incorporar al paro a los trabajadores de las demás empresas del gremio bajo el pretexto que el acuerdo con la General Motors servirá de referencia para cerrar los acuerdos con las demás empresas.

Según el estatuto del gremio, a partir del 15avo día de paro, cada trabajador debe cobrar un “salario” de 250 dólares semanales del fondo de huelga del sindicato. Desde la base ha surgido la exigencia de que el sindicato aumente esa ayuda a 750 dólares semanales. Y desconfiados con la dirección sindical, avisaron que se rechazará cualquier intento de la burocracia de acordar por menos de lo que se reclama.

Sin duda estamos ante un conflicto de grandes proporciones. De un lado una de las mayores empresas multinacionales del mundo, amparada por las políticas anti obreras de un gobierno ultra reaccionario, de otro, la fuerza de los trabajadores tratando de superar las trabas impuestas por una dirección sindical burocrática. Un triunfo de los trabajadores, servirá de aliento para amplios sectores de trabajadores. Por eso, comprometemos toda nuestra solidaridad con esta importante lucha.

Transcribimos extractos de la carta abierta a los trabajadores del Subte que escribiera Walter Gayoso, integrante por la oposición Multicolor de la comisión revisora de cuentas del nuevo sindicato del Subte (AGTSyP). La carta es apoyada por el cuerpo de delegados de estaciones de la Línea E y por la oposición Multicolor:

“En las elecciones del secretariado ejecutivo de la AGTSyP, fui electo revisor de cuentas como parte del frente Multicolor. Ahora la directiva del sindicato me expulsó de las reuniones del secretariado ejecutivo a las cuales asistía desde que este mismo organismo votó la participación de los revisores como se hacía desde la creación del mismo.

Me resulta muy difícil leer esta acción como aislada del conflicto que venimos llevando en la Línea E, frente a la falta de nombramiento de los boleteros en las estaciones Catalinas y Correo Central Norte.

Un conflicto que ya lleva varios meses y en el que, junto al cuerpo de delegados del sector Estaciones, insistimos en la necesidad de profundizar las medidas de lucha contra el vaciamiento en nuestro sector. Oponiéndonos a las posiciones de la dirección del sindicato que apelaban a la espera, apostando a resolver en las distintas audiencias en las que tanto la patronal Metrovías como Sbase demostraron una y otra vez su intransigencia para dar una respuesta, dejando en claro que estaban unidas en la aplicación del ajuste.

Es inaceptable el accionar de dejarme por fuera del espacio de la reunión directiva. Llamo la atención a la dirección gremial sobre su decisión y exhorto a que modifiquen su actitud, a la que defino de antidemocrática. Lo que realmente se esconde detrás de esta decisión es la intención de silenciar una voz opositora que no puede ser comprada ni coaccionada de ninguna forma, que denuncia las irregularidades de nuestra dirección gremial en sus acciones y que es intransigente en la defensa de los derechos de los trabajadores.”

Corresponsal

El pasado viernes 20 se realizó una movilización y acto exigiendo el cese de la persecución, procesamiento y judicialización de los trabajadores de la línea 60 de colectivos, que son perseguidos por la patronal negrera y explotadora de DOTA. Con una marcha que partió desde el Obelisco hacia los Tribunales, personalidades políticas, sindicales y de derechos humanos acompañaron el reclamo.

Laura Marrone, legisladora porteña y Mónica Schlotthauer, diputada nacional, ambas de Izquierda Socialista/FIT-Unidad junto a numerosos dirigentes y activistas ferroviarios del Sarmiento, docentes, estatales, entre otros, llevaron su solidaridad a los compañeros que serán enjuiciados por ser parte de una huelga de 42 días en 2015. Además, otros trabajadores y nueve delegados, también procesados, serán enjuiciados si no se desmonta esta farsa de la patronal en acuerdo con el gobierno. DOTA tiene una posición casi monopólica en el área metropolitana y con la judicialización busca disciplinar a los miles de empleados y a la organización de base y anti burocrática que nuclea a los trabajadores de esa línea.

Corresponsal

El martes 24 de septiembre se realizaron cortes de ruta, movilizaciones y actos en 20 provincias de todo el país convocadas por el Plenario del Sindicalismo Combativo y el movimiento piquetero independiente contra la tregua de la CGT y las CTA.

Escribe Jorge Adaro, secretario general de Ademys y candidato a senador por Ciudad de Buenos Aires

El Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC), surgido en Lanús hace más de un año y medio, convocó a un encuentro de trabajadores ocupados y desocupados que se realizó el pasado 14 de septiembre cuya resolución principal fue convocar a esta jornada nacional. La misma tuvo impacto nacional y le dio continuidad a las movilizaciones ya realizadas por el Plenario el 22 y 30 de agosto pasado, ante la tregua de la burocracia de la CGT y las CTA ante el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores.

El apoyo a la histórica huelga de Chubut y a luchas obreras como las de Ran Bat, Ansabo, Mielcitas, la 60 y otros sectores son una marca registrada del Plenario del Sindicalismo Combativo. La confluencia con el movimiento piquetero independiente que rechazó la Ley de Emergencia Alimentaria pactada por el “triunvirato de San Cayetano”, le dió masividad a la jornada y nutrió los cortes de ruta en todo el país.

El reclamo del paro general y el plan de acción a la CGT y a las CTA junto al rechazo al pacto social promovido por Alberto Fernández, así como el repudio a su llamado a abandonar las calles, fueron puntos destacados de la jornada. El sindicalismo combativo con la Unión Ferroviaria Oeste, el Sutna, Ademys, Suteba La Matanza, Agd-Uba y otros sindicatos siguen avanzando como un polo alternativo a la burocracia sindical. Y no solo estuvo a la cabeza de la lucha contra el gobierno de Macri, sino que ya se prepara para enfrentar al futuro gobierno de Alberto Fernández, porque Macri se va, pero el ajuste y el FMI se quedan.

Los diputados y candidatos del Frente de Izquierda-Unidad como Mónica Schlotthauer, Néstor Pitrola, Juan Carlos Giordano, Gabriel Solano y Laura Marrone estuvieron en los cortes y en la movilización a Plaza de Mayo, así como nuestros dirigentes políticos participaron de las acciones en todo el país. Los oradores principales en el acto en Plaza de Mayo fueron Rubén “Pollo” Sobrero, Alejandro Crespo, Jorge Adaro, Guillermo Pacagnini, entre otros dirigentes sindicales. El grito de “unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode” y “adonde está, que no se ve, esa famosa CGT” tiñeron la jornada.

Se reclamó un aumento de emergencia de salarios y jubilaciones, reapertura de paritarias, prohibición de despidos,trabajo genuino y reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Se gritó abajo la tregua de la CGT y las CTA. Y se planteó el no pago de la deuda externa, la nacionalización de la banca, el comercio exterior y los recursos estratégicos bajo control de los trabajadores y usuarios y la anulación de los tarifazos.

El Plenario del Sindicalismo Combativo no abandona las calles, apoya cada reclamo y se propone ampliar a todos los sectores que quieran enfrentar los planes de ajuste y miseria que el FMI quiere imponer en nuestro país. Sabemos que miles de trabajadores, más temprano que tarde como ya sucede en Chubut, romperán la tregua de la burocracia sindical y ganarán las calles para derrotar el ajuste y conquistar los derechos que nos quieren arrebatar los gobiernos patronales.

Escribe Rubén “Pollo” Sobrero, secretario general de la Unión Ferroviaria Oeste y candidato a diputado provincial Buenos Aires

Alberto Fernández se reunió con la CGT y la UIA para comenzar a dar forma al pacto social. Será el intento de continuar y profundizar el ajuste contra el pueblo trabajador. Desde el sindicalismo combativo y la izquierda denunciamos sus intenciones, decimos que saldremos a enfrentarlo y postulamos un programa alternativo basado en la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda.

El pasado 11 de septiembre, en la provincia de Tucumán, Alberto Fernández mantuvo una reunión con Héctor Daer, uno de los jefes de la CGT y con Miguel Acevedo, presidente de la UIA (Unión Industrial Argentina). También participaron, entre otros, el gobernador de esa provincia, Juan Manzur y Sergio Massa.

Este encuentro tuvo como objetivo dar un primer paso en la instrumentación de un “Pacto Social”. Se trata de un supuesto “acuerdo” de precios y salarios por seis meses, para “parar la pelota” (de los legítimos reclamos), dice Alberto.
Aprovechando su estadía en la provincia, Fernández se reunió con punteros peronistas de Manzur, compartiendo un asado con 5.000 comensales. Fueron 20.000 kilos de carne, 10.000 kilos de embutidos y 10.000 empanadas, todo con un costo de 20 millones de pesos que pagó el ajustado pueblo trabajador tucumano.

Esta verdadera obscenidad sucedía un día antes de que el Frente de Todos junto con Macri votaran la ley de emergencia alimentaria, que otorga 15 pesos más por persona a los comedores escolares, populares y merenderos. Es un anticipo de lo que debemos esperar del futuro gobierno: banquetes para los de arriba y migajas para nosotros.

El pacto social es ajuste

La historia nos ha enseñado que, tenga el nombre que tenga, el pacto social es sinónimo de ajuste para el pueblo trabajador (ver recuadro en esta página)

“Alberto Fernández no propone un congelamiento de precios, sino que se moderen los aumentos”, dicen en la calle México, sede de sus oficinas, y agregan: “Hay que subir el salario en forma paulatina y con cautela para evitar saltos en la inflación”. Como siempre, para los políticos patronales, el salario de los trabajadores es causante de inflación y la variable que se debe ajustar. ¿Y qué pasa con todo lo que se perdió en estos meses? Macri, con la complicidad de los burócratas de la CGT, quieren arreglarnos con un bono de 5.000 pesos, que ni siquiera está claro cómo o quién lo cobrará (o, peor aún, si se cobrará). Con el pacto social lo que terminará pasando es que le sumarán como mucho algún pequeño aumento “de emergencia”, tras lo cual vendrá el congelamiento salarial y la prohibición de paritarias, mientras las patronales en pocos meses volverán a aumentar los precios a “piacere”. Así la crisis la seguiremos pagando los trabajadores y el pueblo.

Es que el próximo gobierno peronista también tendrá como prioridad que las multinacionales, los usureros y los grandes empresarios continúen siendo los grandes ganadores. Que se la sigan llevando en pala, como alguna vez supo decir Cristina.
Continuará con el ajuste y el pago de la deuda al FMI, que Alberto Fernández reconoce, a pesar de “criticarla” porque estuvo al servicio de la fuga de capitales. Por ello, la miseria que sembró Macri, con casi 2 millones de desocupados plenos, 2,5 millones de subocupados, un 35% de trabajadores en negro y el 49% de los jubilados cobrando haberes de indigencia, no la resolverá el próximo gobierno peronista.

Y los garantes de que todo sea así, serán los burócratas traidores de la CGT y las CTA, que ya apoyan por adelantado el pacto social, y luego tendrán como tarea, una vez más, evitar que los trabajadores estemos en las calles o llevemos adelante cualquier medida de lucha.

Salir a enfrentar el ajuste

El sindicalismo combativo y el Frente de Izquierda Unidad, nos ponemos en la vereda de enfrente del Pacto Social. El encuentro realizado en Pilar (ver página 8), con la participación del movimiento piquetero independiente llama a salir a luchar ya por las reivindicaciones más urgentes de los trabajadores ocupados y desocupados, punto de partida para que la crisis la paguen los ricos, no los trabajadores y el pueblo.

Por eso repudiamos el pacto social que promueve Alberto Fernández y llamamos a enfrentarlo. Planteamos que la salida es el aumento de salarios, la reapertura de todas las paritarias sin techo, la actualización del salario por inflación, un aumento de emergencia para jubilados y planes sociales, que dupliquen su importe mínimo y que cubran la canasta familiar, entre otras medidas. Para ello es imperativo romper con el FMI y dejar de pagar la fraudulenta deuda externa para que ese dinero se destine a financiar estas propuestas.

Esta es la salida que postulamos desde el Frente de Izquierda Unidad. Por eso hay que votarlo el 27 de octubre, al mismo tiempo que seguimos dando la pelea desde el sindicalismo combativo.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

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