Hace dos años, las mujeres salimos a gritar #NiUnaMenos conmovidas por los femicidios que no dejaban de crecer. Ese grito fue escuchado en todo el mundo y miles se movilizaron en diferentes países contra estos, las violaciones, la discriminación laboral y los intentos de avanzar sobre el derecho al aborto. Desde esa primera gran movilización va quedando claro que no basta con la bronca y, mucho menos, con que los políticos patronales se saquen la foto para la campaña de turno. Para que se haga realidad la consigna #NiUnaMenos necesitamos que se termine la impunidad de la justicia patriarcal con los femicidas, los violadores y los violentos, que se implemente la ley 26.485 de erradicación de violencia contra las mujeres, que se declare inmediatamente la emergencia contra la violencia machista y que se garantice el presupuesto necesario para efectivizar todas estas medidas. Plata hay, basta mirar los pagos de la deuda externa que realizaron tanto el gobierno de Macri como el anterior gobierno K a los fondos buitres y demás acreedores. Exigimos que se apruebe la ley de interrupción voluntaria de los embarazos, el desmantelamiento de las redes de trata, el fin de la discriminación laboral a las mujeres y la libertad para Higui. El próximo 3 de junio, marchemos en todo el país. Y seamos claras: los gobiernos son responsables.