En un estilo típico de Cristina, el renunciamiento tiene que ser de los demás. Randazzo le respondió duramente: “Macri y vos juegan el mismo juego”. Massa le contestó en twitter: “El diálogo con quienes nos dividieron no es posible”, cerró la puerta. “Un día no nos va a unir el espanto sino el amor por Argentina”, completó. Y Graciela Camaño, jefa del bloque de diputados del Frente Renovador , agregó: “Nosotros no tenemos ninguna intención de hacer nada con ella. No es la persona autorizada moralmente para que yo me sienta convocada”.
Más allá de la respuesta –o el silencio- que ha provocado en los dirigentes, el problema principal con este llamado al “renunciamiento de los demás” es que los peronistas que votan por Massa o Randazzo lo hacen porque, siendo opositores a Macri, rechazan igualmente a Cristina. Y muchos de ellos lo hacen porque tienen muy presente la corrupción bajo el gobierno kirchnerista, con figuras como De Vido y Jaime, así como el ajuste que la misma Cristina comenzó a implementar contra los trabajadores cuando estaba en el gobierno.con el resultado de un aumento notorio de la pobreza y la miseria que se intentaba ocultar con las estadísticas truchas del Indec de Moreno.
El llamado de Cristina desnuda al mismo tiempo su preocupación debido a que las encuestas no le dan bien. Varias indican que podría perder por uno o dos puntos en la provincia de Buenos Aires frente a Bullrich. Por eso insiste en que todos se unan detrás de su candidatura que sería la única que permitiría derrotar a Macri.
Todo esto no es más que otra variante del insistente llamado al “voto útil” contra Macri. La otra cara del “voto útil” es si el peronismo en cualquiera de las partes en que está dividido realmente sirve para frenar a Macri y su ajuste. Porque si hay algo que el kirchnerismo, el massismo y Randazzo, con sus dirigentes corruptos y sus sindicalistas burocráticos tienen en común, al igual que los senadores que responden a los distintos gobernadores peronistas, es que han votado y apoyado todas las leyes y medidas del gobierno a favor del ajuste, empezando por el pago de la deuda externa a los buitres.
A esto hay que agregar que en las provincias que gobiernan kirchneristas o peronistas de otras variantes, el ajuste se está aplicando como en todo el país. El récord en este sentido lo tiene Santa Cruz, donde la cuñada Alicia no duda en apalear a docentes, jubilados y demás que se atreven a reclamar los pagos atrasados. Y por el otro lado tenemos la verdadera dictadura “peronista” de Insfran en Formosa que soportan los pueblos originarios, en particular los qom, contra los que vive cometiendo todo tipo de atropellos para quedarse con sus tierras. Pero también son ejecutores del ajuste De la Sota-Schiaretti, Manzur, Rodríguez Saá, Urtubey, Uñac y todos y cada uno de los gobernadores peronistas, más allá de sus alineaciones. En definitiva, todas las alas del peronismo, cada vez más peleadas entre sí, le hacen el juego al gobierno.
Afirmamos que los que honestamente buscan frenar a Macri y su ajuste tienen una alternativa realmente “útil” en el Frente de Izquierda. El voto al FIT sirve precisamente para fortalecer a una fuerza que, a diferencia de los diputados y senadores peronistas, viene creciendo sobre la base de haber rechazado en el Congreso todas las leyes del ajuste de Macri. Poner más diputados de izquierda en el Congreso es fortalecer allí la pelea contra el gobierno.
Y más importante todavía es que enfrentamos el ajuste todos los días. Frente a cada atropello. Frente al intento de cierre de ramales ferroviarios. Frente a los despidos y suspensiones como en Cresta Roja y PepsiCo o AGR-Clarín. Frente al intento de liquidar conquistas obreras y firmar paritarias a la baja. En las listas de candidatos del FIT no encontrará empresarios ni dirigentes corruptos ni sindicalistas traidores, sino a luchadores obreros que se han destacado en todas las luchas de resistencia al ajuste. Por eso insistimos una vez más: para enfrentar el ajuste de Macri el único voto útil es al FIT.
Escribe Gabriel Massa