Este viernes se conocerá el número oficial de inflación de abril. Viene tan mal que el propio director del Indec, Marcos Lavagna, amagó con retrasar su difusión hasta el lunes siguiente, para que la noticia no repercuta negativamente en las elecciones provinciales del fin de semana. Fue peor, el repudio resultó tan grande que se desdijo y así será que tendremos el dato el día que corresponde. Estará alrededor del 8%, cerrando un primer cuatrimestre del año con casi el 30% de inflación. Una auténtica barbaridad. Que es mucho peor si tomamos en cuenta que la suba de precios fue superior aún en los artículos de la canasta familiar. Con estos números, resulta obvio el porqué del aumento de la pobreza y la indigencia, incluso en los trabajadores en blanco (y mucho más, por supuesto, entre quienes están en negro o tercerizados).
Frente a esta realidad, la principal tarea del gobierno peronista del Frente de Todos pasa por rendir pleitesía como sea al FMI (y en particular al gobierno yanqui) para ver si el Fondo le adelanta 10.000 millones de dólares y así “llegar”, sin que se les escape demasiado el dólar, a las PASO de agosto. Todo después de que miles de millones de dólares se fueron por el barril sin fondo de los pagos de deuda externa y otros tantos se despilfarraron regalándoselos a los especuladores y fugadores de capitales. Dólares que, anticipamos, aún en el caso de llegar no se aplicarán a resolver ninguna urgente necesidad popular, sino a tapar los agujeros para seguir con los nuevos pagos de deuda de acá en adelante. Encima, el “apoyo” para que el FMI adelante esas divisas por parte del gobierno yanqui no es gratis. A cambio se les cede más espacio para seguir saqueando nuestras riquezas y contaminando nuestro ambiente, aumentando cada vez más la semicolonización de nuestro país por parte del imperialismo norteamericano.
¿Qué ofrece el Frente de Todos para las próximas elecciones? Más de lo mismo, con un kirchnerismo que retóricamente dice estar “contra el acuerdo con el Fondo”, mientras Cristina sigue apoyando a Massa, el principal ejecutor del actual ajuste.
La oposición patronal de Juntos por el Cambio, mientras se debate en sus internas sin fin, sólo ofrece una cosa con claridad, postularse para ejecutar un mayor ajuste al actual, de la mano de las reformas estructurales (flexibilización laboral, reforma jubilatoria) que exigirá un nuevo acuerdo luego de diciembre con el FMI. La otra oposición patronal, la de los liberfachos de Milei, cada semana se supera a sí misma, en una especie de autocompetencia por hacer un planteo que lleve más a la derecha aún su programa. Así, pasó de la dolarización (que implica llevar el salario y las jubilaciones mínimas a 10 dólares) a proponer la vuelta de las AFJP, de ahí a oponerse a la educación obligatoria y ahora volvió con la legalización de la venta de órganos.
La burocracia sindical de la CGT patéticamente sigue atada a su pacto con el gobierno, dejando pasar el feroz ajuste al que nos somete la inflación y el acuerdo con el Fondo. Pero, por las dudas, ya tiende lazos con la oposición patronal de Juntos por el Cambio, por medio de una reunión con Horacio Rodríguez Larreta. Traidores de hoy al dejar pasar el ajuste, y ya perfilándose como traidores del mañana. Las y los trabajadores que luchan por sus salarios o contra los despidos ven como la dirigencia burocrática los deja aislados, sin plantear el más mínimo plan de lucha para coordinar los distintos conflictos.
Mientras aumenta la bronca y la desilusión de millones con el gobierno del Frente de Todos; mientras Juntos por el Cambio promete “más ajuste y más rápido que lo que hizo durante el macrismo”; mientras Milei profundiza y da detalles cada vez más reaccionarios de su programa ultraderechista; el pueblo trabajador se pregunta a dónde vamos y si hay alguna salida.
La respuesta es que sí, que hay una alternativa, el programa de emergencia obrero y popular que proponemos desde el Frente de Izquierda Unidad. La gran elección de Jujuy así lo ratifica. Porque somos los únicos que planteamos que lo primero que hay que hacer es suspender inmediatamente los pagos de deuda externa y romper el acuerdo con el FMI. Los que sostenemos que hay que cortar de raíz con la especulación financiera y cambiaria, nacionalizando la banca y el comercio exterior. Los que decimos que hay que imponer nuevos y fuertes impuestos a los ricos y a las grandes empresas, y a la vez eliminar el IVA a los productos de la canasta familiar. Los que exigimos un verdadero congelamiento y control de precios para los productos de la canasta familiar, con sanciones severas y reales contra los empresarios que lo violen. Todo esto para tener los recursos necesarios y así resolver las más urgentes necesidades populares: aumentar salarios y jubilaciones, para que nadie gane menos que la canasta familiar; crear trabajo genuino a través de un plan de construcción de viviendas populares, que a la vez resuelva en parte el acuciante déficit habitacional y aumentar los presupuestos de salud y educación. Se trata, en suma, de plantear que deben gobernar los que nunca lo hicieron, quiénes no tienen responsabilidades ni culpa del desastre actual, la izquierda y las y los trabajadores, en el camino a la construcción de una Argentina socialista.
Para fortalecer esta perspectiva, esta alternativa para el pueblo trabajador, las mujeres, disidencias y la juventud, es más necesario que nunca que el Frente de Izquierda Unidad no vaya dividido a las PASO, postulando una fórmula única Bregman-Solano para enfrentar a todas las variantes de los partidos patronales. Esa es la tarea de la hora, desde Izquierda Socialista te invitamos a que te sumes.