May 16, 2024 Last Updated 7:38 PM, May 16, 2024

Izquierda Socialista

San Martín 749

Tags

Editorial

Otra vez una misión del Fondo Monetario Internacional está en Argentina. Es la segunda en menos de quince días. Los tecnócratas del FMI vienen a revisar con lupa los “números” de la economía. A “auditar las cuentas”, dicen.

El gobierno peronista de Alberto Fernández le abrió las puertas de par en par. Es más, se la pasa elogiando a ese organismo explotador. El ministro Guzmán destacó el “buen clima” de las reuniones, el propio presidente “celebró”que el FMI le dé la razón al declarar la “insustentabilidad de la deuda” y ambos han reivindicado a la directora Kristalina Georgieva por su supuesta “sensibilidad social”.

El gobierno dice que Argentina logró algo positivo, que el Fondo se ponga “de nuestro lado”, que el gobierno lo convenció que “primero hay que crecer para después pagar”. Pero este discurso es muy perjudicial para el pueblo trabajador y para el país. Con eso quiere vender que se puede obtener un acuerdo “progresista” que nos va a salvar. Pero no hay que dejarse engañar. El FMI fue, es y seguirá siendo una de las principales patas de sustento del capitalismo imperialista. Está al servicio de que los países paguen sus deudas a los pulpos acreedores y para eso despliega su rol de “policía” para primero diseñar planes de ajuste y luego exigir su cumplimiento. El FMI no cambió. Lo demuestran sus últimas intervenciones en los planes de ajuste en Grecia, Ucrania, El Líbano o Ecuador que se aplican de la mano de los gobiernos de turno (sean de derecha, conservadores o de centroizquierda). No hay salida si seguimos sometidos a sus dictados, que son los mismos de Donald Trump, las multinacionales y los bancos usureros.

El gobierno empieza a alentar una nueva maniobra. Le ha ordenado al Banco Central “investigar” la deuda generada en el gobierno de Macri. En los próximos días saldrá un informe con un resultado cantado: la inmensa mayoría de ese endeudamiento fue para financiar la fuga de capitales y nada para obras, dentro de ella la totalidad del préstamo de 44.000 millones de dólares del FMI. Nos preguntamos, si ese va a ser el resultado, ¿el gobierno lo va usar para decir, como correspondería, que hay que desconocer esa deuda y no pagar? Claro que no. Va a decir que es un nuevo elemento para “seguir convenciendo” a los usureros de que tienen que aceptar una renegociación favorable, cuando lo que hace falta es desconocer ese endeudamiento y romper los condicionamientos económicos y políticos con el FMI como planteamos desde la izquierda para empezar a salir de la crisis.

Están claras las responsabilidades de Macri y el FMI. ¿Por qué reconocer entonces un pacto perjudicial para el pueblo trabajador? Encima el FMI ya está diciendo que el gobierno deberá firmar otro acuerdo con dicho organismo si quiere estirar los plazos para pagar su deuda, a cambio, por supuesto, de reformas estructurales (léase más ataques a las jubilaciones y a los convenios colectivos, entre otros).

La bola de nieve de la deuda externa, corregida y aumentada por el macrismo, tiene toda una historia de responsables políticos que vienen desde la dictadura militar e involucra a todos los gobiernos posteriores, sin excepción. El carácter fraudulento e ilegal ya está probado cuando a lo largo de los años se pagó varias veces el capital y se siguen debiendo sumas siderales. Esto lo confirmó el fallo del juez Ballesteros del año 2000 tras la impecable investigación de Alejandro Olmos. Ningún estiramiento de plazos ni ninguna quita evitará lo de siempre, un mayor ajuste para pagar.

Ajustar para pagar, es el plan del gobierno de Fernández. No hay otro. Es el que ya empezó a implementar cuando les robó a los jubilados el aumento que les correspondía en marzo o el que se les aplica a los docentes. Primero en la provincia de Buenos Aires cuando Kicillof le dejó de pagar un reajuste arrancado a Vidal para abonar 250 millones de dólares a los usureros y ahora con el aumento miserable a los maestros con la complicidad vergonzosa de Ctera que ha llevado al paro educativo en varias provincias. El mismo ajuste que les está aplicando al conjunto de los trabajadores quitándoles las cláusulas gatillo y pretendiendo reemplazar los aumentos paritarios por sumas fijas de pobreza.
En resumidas cuentas, el objetivo de la nueva visita del FMI es para diseñar junto al gobierno los nuevos pasos para “ahorrar” dólares y cumplir con los usureros internacionales.

Ninguna renegociación va a permitir recuperar salarios y crear empleo. No hay un “FMI bueno”. No lo hubo nunca. Por eso desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad insistimos en que la única salida pasa por romper con el FMI y dejar de pagar esa ilegal, usurera y fraudulenta deuda externa, para poner en marcha un verdadero plan económico alternativo obrero y popular que resuelva las urgentes necesidades populares.

Tags

Escribe Guido Poletti

Los tarifazos astronómicos fueron la marca mayor de todo el gobierno de Macri. Como lo habían sido los millonarios subsidios que había garantizado las ganancias de las privatizadas durante los doce años kirchneristas. Mientras tanto, en ambos períodos, la calidad del servicio siguió deteriorándose. En medio de esta estafa, una de las barbaridades que hizo el macrismo fue “dolarizar” las tarifas, o los distintos componentes que tienen las mismas. De esta forma, las devaluaciones impactan directamente en lo que termina pagando el consumidor.

Todo esto fue particularmente grave en el sistema eléctrico. Los usuarios de Edenor, Edesur y Edelap en Capital, Gran Buenos Aires y La Plata están acostumbrados a los apagones y el manoseo de las empresas con todo aquel que reclama. Pero todo es mucho más grave cuando miramos lo que pasa más allá de las distribuidoras. Es que el sistema se compone de los “proveedores” de energía eléctrica, que se la venden a Cammesa (mayorista estatal) y esta luego se las envía a las distribuidoras, que son las que llegan al domicilio y emiten las facturas que pagamos.

Producto de la dolarización, Cammesa acumuló una gigantesca deuda con las petroleras y gasíferas proveedoras. Esto, al pagarlo, generará un impacto que irá finalmente a las tarifas. Ahora el gobierno de Alberto Fernández, plantea que todo se resuelve con la “pesificación”. No es así. Más aún: los primeros tarifazos se hicieron todavía con las tarifas pesificadas. Estas son impagables ya como están ahora. Ni que hablar si se las ajusta a mitad de año, aunque sea vía una pesificación y no por evolución del dólar.

Nuestro planteo es claro: ni tarifazos, ni subsidios para las superganancias de las empresas. Ninguna indexación para los pulpos monopólicos, ni “dolarizado” ni “pesificado”. Lo que hay que hacer es retrotraer los tarifazos para que, en medio de la emergencia social actual, el pueblo trabajador tenga tarifas accesibles. Y, lo más importante, se impone la reestatización de todas las empresas de servicios públicos privatizados bajo gestión de sus trabajadores y usuarios.
                       

Tags

La diputada de Izquierda Socialista, Mercedes Trimarchi, estuvo presente en la Asamblea Legislativa donde el gobernador Kicillof dio inicio a las sesiones de la cámara bonaerense. Trimarchi con un cartel desde su banca expresó la posición del Frente de Izquierda por el no pago de la deuda externa.

El presidente inauguró las sesiones ordinarias. Tuvo a su lado a Cristina y a Sergio Massa. Pronunció un discurso de casi 10.000 palabras donde elogió al Papa, Alfonsín, Néstor Kichner, Belgrano y Perón. Si tras el saludo al “querido pueblo argentino”, algún trabajador o jubilado esperaba anuncios a su favor, se quedó con las expectativas.

Escribe Juan Carlos Giordano, Diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

El presidente habló de todo e hizo un anuncio importante alrededor del aborto, que analizamos en las páginas centrales de esta edición. Ahora queremos puntualizar en las medidas económicas y sociales con las que el gobierno sustenta que “Argentina se está poniendo de pie” y desde la izquierda venimos polemizando.

¿“Comenzamos por los últimos para poder llegar a todos” o se empezó un nuevo ajuste?

“Nos ocupamos, antes que nada, de los que han sido olvidados”, dijo el presidente. Y agregó en tono profesoral: “El preámbulo de nuestro nuevo contrato de ciudadanía social consistió en detener la caída de argentinos en la pobreza, tranquilizar la economía, recuperar el trabajo y recomponer los ingresos de quienes menos tienen”. Pero esto no se condice con la realidad.

El gobierno no puede explicar, si dice que no está ajustando, por qué les recortó 100.000 millones de pesos a los jubilados con el cambio de movilidad jubilatoria. Argumenta que benefició a los jubilados que menos tienen, pero a costa de sacarle a los que ganan 20.000 pesos (los considera privilegiados). Ese mismo monto ya recortó Macri con la ley que se votó a fines de 2017, contra el repudio de decenas de miles frente al Congreso.
Además, el gobierno decidió que los salarios no van a recuperar lo perdido en 2019, otra muestra de que no se está haciendo justicia ni “poniendo plata en el bolsillo de la gente”.

¿Combate o complicidad con los remarcadores?

“Vamos a exigirles total responsabilidad a los formadores de precios. Los pícaros que especulan subiendo los precios no tienen cabida en esta Argentina”. Pero inmediatamente dijo que “es una responsabilidad de todos que los precios dejen de crecer”. ¿De todos? ¿De los trabajadores y jubilados también?

Los responsables son los grandes empresarios que hacen fortunas con los aumentazos. Exportan alimentos a valor dólar y los venden al mismo precio en el país. Los “pícaros” son: Arcor, La Serenísima, Coca Cola, los grandes supermercados, las aceiteras, entre un largo etcétera. Y las privatizadas que aumentaron “el gas en un 2.000 % y la electricidad cerca del 3.000 %” -según reconoció el propio Fernández- y sin embargo el gobierno terminó convalidando esos tarifazos.

¿Cómo va a castigar a los que aumentan? ¿Y los precios máximos? ¿Y las sanciones a los remarcadores con clausuras, multas y hasta meterlos presos? Nada de eso dijo, ni hace, Fernández.   

Si “la deuda es con el pueblo” no hay que renegociar, sino dejar de pagar.

Dijo Fernández: “La deuda pública que heredamos es el mayor escollo que enfrentamos. Todos hemos visto impávidos como los dólares que deberían haber financiado el desarrollo productivo acabaron fugándose del sistema financiero”. Pero a renglón seguido afirmó: “Más allá de analizar lo ocurrido, hemos iniciado las negociaciones para reestructurar la deuda”. Es decir, reestructurar para pagar una deuda que el pueblo no contrajo ni se benefició. Esto lo está haciendo con el aval del FMI (“con las autoridades del Fondo Monetario Internacional venimos trabajando de forma constructiva”) y con el voto del macrismo y los radicales (“agradecemos a la oposición el apoyo en el Congreso”).

Fernández repite el viejo eslogan de Alfonsín del ‘83: “No vamos a pagar la deuda a costa del hambre”. Pero desde hace 40 años hay ajustes contra el pueblo trabajador precisamente por pagar, incluso vía reestructuraciones y quitas.

Ley para las petroleras y beneficio a las mega mineras

“Cómo ponemos en valor la industria de bienes de capital para el sector del petróleo, la minería y el campo. Los hidrocarburos serán una palanca para el desarrollo productivo de nuestro país. Vamos a extraer los recursos motorizando la creación de empleos de calidad y el desarrollo de las comunidades”. Palabras de Fernández que ocultan el objetivo de la ley que enviará al Congreso, para beneficiar a las petroleras de Vaca Muerta que saquean nuestro petróleo y el gas a más no poder. Eso ya se hizo con Repsol bajo el kirchnerismo y con Cristina firmando el pacto secreto con Chevron. Lo que hace falta es una YPF 100% estatal y nacionalizar el petróleo y el gas. Solo así saldremos adelante.

Fernández dijo, además: “queremos una Argentina medioambientalmente sustentable. En materia minera tenemos grandes posibilidades pendientes. En particular, la minería metalífera y la del litio se presentan como grandes oportunidades para aumentar las exportaciones argentinas”. O sea, este gobierno sigue la línea de permitir la megaminería contaminante, la cual no tiene ni tendrá ninguna licencia social como lo mostró la rebelión mendocina contra un gobernador radical y el apoyo de diputados del Frente de Todos. Decir que generará miles de puestos de trabajo es recitar el discurso de la Barrick. Está probado que la industria petrolera, la minería y el campo son los que menos mano de obra generan.

¿Vamos a salir “entre todos”?

Al final Fernández hizo una arenga: “Queremos agradecer a todos los sectores sociales. Al movimiento obrero organizado. A los movimientos sociales en su diversidad. A los empresarios y sus diferentes organizaciones. Todos los argentinos estamos a bordo de un mismo barco”. Con este mensaje Fernández mete a todos en una misma bolsa, bajo el argumento de que al país “lo sacamos entre todos o no lo saca nadie”. Eso es una trampa. Porque los empresarios, las multinacionales y bancos trabajan para sus ganancias capitalistas, no para mejorar al país. Y los burócratas de la CGT están para frenar las luchas contra los salarios a la baja.

Solo saldremos adelante cuando se imponga un plan económico alternativo al servicio de las grandes mayorías que parta de aumentar los salarios y jubilaciones en base al no pago de la deuda y la ruptura con el FMI, reestatizar las privatizadas y nacionalizar la banca y el comercio exterior fomentando un plan de obras pública para reactivar la economía y sacando a millones de la pobreza y miseria.


Justicia... ¿Qué justicia?

“Venimos a ponerle fin a la designación de jueces amigos, a la utilización política de la justicia. Queremos desterrar para siempre las componendas entre el poder político y el poder judicial”. ¿Acaso se refería a que los jueces no los van a designar más el PJ, la UCR o el PRO y se van a elegir por el voto popular? Por supuesto que no.
La tan mentada reforma judicial oficialista tiene una explicación. La dijo Fernández: hay que “acabar con la arbitrariedad en materia de detenciones”. Por supuesto que se refería a las detenciones de De Vido, Jaime, Boudou, no a los perejiles que llenan las cárceles sin juicio ni condena.


Elogios a las fuerzas armadas

“Estamos convencidos que el prestigio de las fuerzas se construye y se sustenta en buenas prácticas, en el ejercicio profesional de sus funciones. Celebramos que por primera vez en la historia tenemos jefes de las fuerzas armadas que pertenecen a la generación que ha egresado como oficiales en pleno funcionamiento de la democracia”, dijo Fernández. Muy parecido a lo que decía Macri, ¿no?


Mercosur, Rusia, China

“En materia de Mercosur, nuestra vocación es fortalecer una integración regional, global, productiva y democrática de nuestros países”. Pero el Mercosur es un tratado para salvar a las multinacionales automotrices que operan en Brasil y Argentina. Tampoco dijo nada sobre el heroico pueblo chileno, que está luchando a brazo partido contra el “poco democrático” Piñera.
Fernández agregó que va a mantener “las asociaciones estratégicas con China y Rusia”. Recordemos que en China hay una dictadura capitalista que ha dejado a 1.000 millones de habitantes en la pobreza.


Pueblos originarios

El presidente prometió que va a “trabajar para fortalecer el rol de sujetos de derechos de los pueblos originarios y de las comunidades de migrantes”. ¿Se le van a devolver las tierras ancestrales al pueblo mapuche? ¿Se va a tocar el millón de hectáreas de Benetton que les robó a los pueblos originarios?


¿Y los archivos de la dictadura?

Fernández señaló que “a veintiseis años del atentado a la AMIA ordenaré desclasificar los testimonios secretos brindados por agentes de inteligencia” (posando que tendría voluntad de llegar a la verdad). Pero nada dijo sobre los archivos de la dictadura para terminar de condenar a todos los genocidas y a sus cómplices civiles.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

La suscripción del periódico impreso nos permite también seguir editándolo, ya que nos financiamos con nuestros propios aportes y del de los suscriptos.

 

Suscribite a la versión Impresa