May 01, 2024 Last Updated 11:15 PM, Apr 30, 2024

Escribe Rodolfo Sánchez, candidato a intendente

El 1 de septiembre, hasta el 94% de las mesas escrutadas, el FIT tenía un Concejal asegurado al legislativo municipal. En la última carga, por 56 votos de diferencia (0,09%), el 11 concejal pasó al Partido Unión y Libertad (PUL), del sindicalista de comercio Walter Cortés (PJ) y con fuertes lazos con la empresa CAPSA que explota el centro invernal del Cerro Catedral. Durante el escrutinio final, el FIT-U planteó varias irregularidades: diferente número de votantes en cada tramo (intendente, concejales y tribunal de contralor) de la boleta única, un acta de mesa en blanco, más decenas de mesas con irregularidades entre Actas y planillas de fiscales. Solicitamos la apertura y recuento de 30 mesas, sin embargo, la Junta Electoral no dio lugar a ninguno de nuestros reclamos y dio por finalizado el escrutinio definitivo otorgando al PUL la banca. La Junta Electoral no garantizó un comicio transparente y el FIT-U impugnó las elecciones municipales de Bariloche. Al día siguiente presentamos una apelación a la Justicia electoral en Viedma para la apertura y recuento de las mesas objetadas.

Como antecedente, en las elecciones de 2015, hubo una puja similar por el último concejal entre dos partidos y la Junta abrió 70 urnas. Estos hechos desnudan la alianza existente entre el poder político, los empresarios y la burocracia sindical para impedir que el FIT-U obtenga su banca, y tener camino libre para entregar el negociado del Cerro Catedral con 70 hectáreas para un emprendimiento inmobiliario y la concesión a CAPSA por 30 años más.

Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda-Unidad tenemos una convicción: los cargos electivos que obtenemos (sean nacionales o provinciales) están puestos al servicio incondicional del triunfo de todas las luchas obreras y populares. “Estar presente, poniendo el cuerpo en todas y cada una de las luchas”, es una marca registrada de nuestros diputados y legisladores. Desde la pelea más pequeña que da un grupo de trabajadores en una puerta de fábrica hasta las grandes movilizaciones y rebeliones. Haga frío o calor; haya o no represión.

Llevamos la voz de cada pelea, muchas veces silenciada por los grandes medios de comunicación al interior de los recintos legislativos, donde los diputados de los partidos patronales de lo último que quieren oír hablar es de eso. Denunciamos a los responsables de cada conflicto, sean las patronales o el gobierno, en cada tribuna que se nos abre. Tanto en un acto del FIT-Unidad o en cada medio de comunicación que nos pone un micrófono delante.

Por eso la semana pasada era una cita de honor estar en Chubut, acompañando la heroica lucha de sus trabajadores contra el ajuste del gobernador Arcioni. Y mucho más cuando se produjo el feroz ataque de la patota de Ávila. Ahí estuvo nuestra diputada nacional Mónica Schlotthauer, acompañada por el secretario general de Ademys y también candidato a senador porteño Jorge Adaro y por Juan José Rodríguez, miembro de la comisión directiva del Suteba La Matanza y también candidato. A su regreso, nuestra diputada lo primero que hizo es redactar un proyecto de resolución que llevará a la Cámara en la próxima sesión, repudiando los hechos y exigiendo soluciones para los trabajadores chubutenses.

Mónica Schlotthauer venía, menos de una semana atrás, de haber sufrido represión en la marcha del sindicalismo combativo, cuando efectivos de la policía prácticamente la “rociaron” con gas pimienta. Y así podemos recorrer hacia atrás los “kilómetros” de marchas y apoyos a diferentes peleas. Pero para Izquierda Socialista y el FIT-Unidad esto no es una novedad: es el “currículum” que ya porta Juan Carlos Giordano de su mandato cumplido como diputado nacional, la misma Mónica en su anterior gestión en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires y ahora Mercedes Trimarchi en el mismo lugar, Laura Marrone en la legislatura porteña, Liliana Olivero con sus más de diez años en la Unicameral de Córdoba y posteriormente Ezequiel Peressini, Angélica Lagunas y Manuel Sánchez en Neuquén, Anisa Favoretti en Santiago del Estero. Todos ellas y ellos, desde Izquierda Socialista demostraron con creces, junto con todos los otros que también ocuparon idénticos puestos de los otros partidos del Frente para qué sirve un diputado o legislador del Frente de Izquierda-Unidad. Esa es nuestra mejor presentación para pedir el voto: para que después de esta elección, haya más diputados al servicio de las luchas.

Escribe Angélica Lagunas, candidata a intendenta

Con esta consigna, entre otras, llamamos a los trabajadores, a las mujeres y a la juventud a votarnos el próximo 22 de septiembre en las elecciones municipales, ante el llamativo panquequismo que se dio en la capital donde históricos políticos enfrentados ahora se aliaron en veintidós colectoras y listas espejos para intentar ganar la intendencia de la principal ciudad patagónica.

También llamamos a los electores a que enfrenten con su voto a los candidatos del ajuste y el FMI ya que los seis candidatos a intendentes restantes pertenecen al macrismo que gobierna la ciudad, al PJ y los kirchneristas y al MPN, partido de gobierno provincial que fueron aliados a Macri. Todos ellos tienen algo en común: coinciden en continuar con el pago de la deuda externa y los acuerdos con el FMI. Con ellos no habrá plan económico a favor del pueblo trabajador y continuarán con el ajuste. La conclusión es clara: son todos prácticamente lo mismo. Encima presenta su candidatura Sobich, auto confeso responsable político del asesinato de Carlos Fuentealba.

Las elecciones se realizan con boleta única electrónica donde la justicia electoral ha resuelto que en la pantalla aparezcan las 27 listas cuando solo compiten 7 candidatos a intendente. Desde el FIT-Unidad impugnamos este mecanismo porque la foto del candidato del MPN aparece en la pantalla diecisiete veces y la del candidato macrista seis, mientras que nuestra boleta con la candidatura a intendenta aparece solo una. Por supuesto que la junta electoral rechazó nuestra impugnación, dejándonos en notoria desventaja ante el elector que se para ante la pantalla para emitir su voto.
La campaña la estamos realizando con el esfuerzo militante del FIT Unidad y con el entusiasmo que despierta nuestra en representación de Izquierda Socialista al frente de una lista de concejales integrada por reconocidos candidatos del resto de los partidos del Frente de Izquierda Unidad. Y la estamos realizando con recorridas de barrios, repartiendo volantes en mesas diarias en el centro y con pegatina de afiches.

El 1° de septiembre se realizaron las elecciones municipales. El actual intendente Gustavo Gennuso, ahora en alianza con el gobernador Weretilneck en Juntos somos Río Negro (JSRN), se postuló para su reelección y triunfó. El FIT-Unidad hizo una muy buena elección y quedó, inesperadamente, a último momento a 56 votos de obtener un concejal. Debido a las irregularidades del comicio, exigimos la reapertura de las urnas en el escrutinio definitivo.

Escribe Rodolfo Sánchez, candidato a intendente

Desde junio hubo bastante movimiento de candidatos hasta la oficialización de once listas. El PJ totalmente dividido presentó la mitad de las listas con cruces y renuncias mientras que Alberto Fernández apoyó al candidato Daniel Natapof del Frente de Todos e impugnó a otra lista peronista kirchnerista. También se presentó el macrismo.

La campaña del FIT-Unidad estuvo centrada en “por un gobierno de trabajadores”, “trabajo digno” y “terminar con la brutal desigualdad económica”. Explicamos que Bariloche tiene importantes recursos económicos. En julio llegaron más de 40 vuelos diarios con 250 mil turistas y se calcula que la temporada invernal dejará más de 5.000 millones de pesos, dinero que queda en manos de unos pocos empresarios.

Los temas de preocupación del pueblo trabajador pasan por el crónico y mal servicio de transporte púbico con menos de 70 unidades cuando se necesitan 100, y encima con el boleto más caro del país (27 pesos), mientras el municipio otorga 6 millones de pesos por mes de subsidio. Contra este desastre propusimos la municipalización de la empresa de transporte urbano, gestionada por sus trabajadores. El otro gran ingreso en recursos es la concesión del cerro Catedral que en 2018 Gennuso trató de conceder por 30 años a la empresa CAPSA (propietaria de Vía Bariloche), junto con 50 hectáreas para un negocio inmobiliario. Hubo importantes movilizaciones populares para evitar la entrega y la justicia, por ahora, paró la ordenanza. Ante esta entrega denunciamos desde el 2017 que el canon que paga CAPSA al municipio por usufructuar el centro de esquí más importante de Latinoamérica es ridículo frente a la millonaria facturación de la empresa. Un tercer tema sensible es el medio ambiente y en particular el vertedero municipal, con constantes quemas que producen problemas respiratorios en los barrios populares del Alto cercanos al basural. Este se debería haber trasladado hace una década con un programa del BID para realizar plantas de tratamiento y gestión de residuos sólidos urbanos (GIRSU). Propusimos exigir a la provincia y a la Nación que solucionen el problema inmediatamente con un plan de tratamiento y reciclaje por parte de la administración pública.

Nuestra campaña tuvo mucho eco y presencia

Se repartieron miles de volantes y se pegaron centenares de afiches con la leyenda “para que la izquierda entre al Concejo, votá FIT-Unidad”. Nos destacamos por la claridad de nuestras propuestas que fue elogiada. Por eso, para neutralizarnos, en las redes fuimos blanco de páginas truchas ridiculizando nuestras propuestas y diciendo que pretendíamos de Bariloche hacer una Venezuela en miniatura. Agresión y acusación totalmente ajena a nuestra política internacional de enfrentamiento con el gobierno de Maduro.

Obtuvimos un 4,51% a intendente, 5,53% a concejales y 6,71% a tribunal de contralor, creciendo con respecto a lo logrado en el 2015. Había gran expectativa de que el FIT Unidad obtuviera su primer Concejal y así sucedía escrutadas el 94% de las mesas, pero en el último tramo nos superó por una diferencia de 56 votos en el escrutinio provisorio el Partido Unión y Libertad (PUL), una variante del PJ dirigido por Walter Cortés, un burócrata del gremio de comercio que estuvo preso por corrupción. Además, de continuar con la denuncia de estas irregularidades que se montaron a última hora del pasado domingo 1°, cuestión que fue reconocida por otros partidos políticos, estamos exigiendo la reapertura de las urnas en el escrutinio definitivo.

 

La enorme derrota electoral que sufrieron Macri y Cambiemos generó un terremoto político en el gobierno con el fracaso de su reelección. Sectores de luchadores y de izquierda, incluso en partidos del FIT-Unidad, impactados por esta derrota, plantean equivocadamente que la gran tarea de los revolucionarios y la izquierda, sería “que se vaya Macri ya” y, como dicen el MST y la Tendencia de Altamira, “se convoque a una Asamblea Constituyente”.

Escribe Guillermo Sánchez Porta

En el día a día, la brutal devaluación, el aumento de los precios, dándonos un nuevo golpe a nuestro salario y aumentando la pobreza, genera en todas las familias trabajadoras la pregunta de cómo llegar a fin de mes.

Después de las PASO hay certeza que el futuro gobierno será encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Por eso, ya al día siguiente, diferentes grupos empresariales y hasta la delegación del FMI buscaron entrevistarse con Alberto Fernández. Lo mismo hicieron los burócratas de la CGT y las CTA quienes, en acuerdo con Fernández, dijeron que “no van a hacer ningún paro general” para evitar la “desestabilización en la transición al nuevo gobierno” y que se llegue a las elecciones en octubre. O sea, que van a seguir dejando pasar este nuevo ajuste anti popular.

Sectores de izquierda, impactados por la gran derrota de Macri y las declaraciones del FMI (que dijo y luego desmintió que hay “vacío político”) consideran que hay que poner el centro de la política en “Que se vaya Macri”, como si estuviéramos en diciembre de 2001. La situación es muy distinta. El movimiento de masas y los trabajadores no hemos ganado aún las calles en repudio al ajuste y al gobierno de Macri, como sí lo hicimos masivamente en el Argentinazo que tiró a De la Rúa al grito de “que se vayan todos”. Además, el resultado de las PASO si bien liquidó a Macri, fortaleció una nueva alternativa de poder patronal, una nueva alianza del peronismo unificado, con Alberto, el kirchnerismo, Massa, los gobernadores, los intendentes del conurbano, los movimientos sociales “San Cayetano”, las burocracias de la CGT y CTA y la Iglesia de Francisco.

Por eso hay una alternativa clara de gobierno si se va Macri: Alberto Fernández y el Frente de Todos. El “vacío político” a que se refiere el FMI es la incapacidad y debilidad política de Macri para tomar las medidas de ajuste necesarias en esta coyuntura, la inutilidad de hacer hoy algún acuerdo con su gobierno y la necesidad de esperar hasta que Fernández asuma.

¿“Que se vaya Macri” para que asuma Alberto Fernández?
Entre los luchadores, la izquierda y muchísimos trabajadores, la idea de que Macri se vaya cuanto antes genera entusiasmo. Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda queremos derrotar su ajuste y que se vaya, para aplicar otro plan económico, con medidas alternativas, que ajusten a los de arriba. Pero para cualquier trabajador hoy decir “que se vaya Macri” no tiene otra lectura que decir “que asuma Alberto ya”. Esta es la realidad.

Por eso la principal tarea que tenemos los revolucionarios es buscar la más amplia movilización obrera y popular para enfrentar este nuevo ajuste. Como lo están haciendo los trabajadores de Chubut. Ese es el camino para derrotar al FMI.
Si lográramos arrancar un nuevo paro nacional de la CGT-CTA, con una fuerte movilización nacional y derrotar este nuevo ajuste, ahí el gobierno de Macri quedaría posiblemente en el aire. En ese momento la gran discusión sería “¿quién debe reemplazar a este gobierno?”. Y la izquierda debería impulsar un gobierno de los trabajadores y el pueblo, no una salida patronal dentro del régimen democrático burgués, como lo plantean el MST y la Tendencia de Altamira, al proponer una “Asamblea Constituyente”. También poner hoy como centro del llamado a un paro de 36 horas “para que se vaya Macri”, es un error que lleva al oportunismo político.

El MST dice que con la derrota electoral “el macrismo está deslegitimado”. Por eso plantea “que se adelanten las elecciones presidenciales” y que las mismas sean “para que se convoque a una Asamblea Constituyente”, donde el pueblo resuelva con sus diputados constituyentes electos las medidas para salir de la crisis. La realidad es que el adelantamiento de las elecciones sería para que Alberto asuma antes. Y una Asamblea Constituyente daría una mayoría abrumadora del Frente de Todos, seguidos por Cambiemos. ¿Alguna de esas dos salidas puede servir para superar la crisis económica de los trabajadores y derrotar el ajuste del FMI? ¿Una Constituyente controlada por los partidos patronales pueden aprobar las medidas de emergencia que proponemos como FIT-Unidad, el no pago de la deuda, la nacionalización de la banca, la reestatización de las privatizadas y un aumento general de salarios y jubilaciones? De ninguna manera. El camino que propone el MST lleva a los trabajadores y al pueblo a un callejón sin salida y los desvía de la tarea central, la movilización.

Plantear, como propone Altamira y diferentes agrupaciones, que el paro general debería ser “para echar a Macri”, no ayuda a masificar la movilización contra el ajuste del FMI.

Las salidas que propone el MST terminan siendo desmovilizadoras y electoralistas y, de implementarse, llevarían a variantes patronales. Sólo un gobierno de los trabajadores y de la izquierda podrá tomar las medidas de fondo que necesitamos para salir de la crisis, rompiendo definitivamente con el imperialismo y el FMI. Y para ello es indispensable profundizar la movilización obrera y popular que derrote al gobierno y su ajuste.

Estos y otros debates se han dado tanto en la Mesa Nacional del FIT-Unidad, como en diferentes encuentros, asambleas sindicales y el Plenario del Sindicalismo Combativo. Las declaraciones del FIT-Unidad y del Plenario del Sindicalismo Combativo y las acciones que estamos convocando unificadamente, se han dado en el marco correcto de salir a enfrentar el ajuste exigiendo un paro general CGT-CTA y a pelear por el no pago de la deuda y un plan económico alternativo obrero y popular, contra Macri y denunciando al Frente de Todos. Sin generar expectativas en ninguna salida electoral dentro del régimen. Ese es el camino a profundizar.


El PTS reivindica al parlamento burgués

Apenas asumió el nuevo ministro de economía Hernán Lacunza, propuso a todos los candidatos presidenciales reunirse para discutir medidas para salir de la crisis. Nuestro candidato presidencial Nicolás del Caño, del PTS, rechazó la invitación, declarando que “no tenemos nada que consensuar con Lacunza”. Los principales referentes del PTS coincidieron en expresar que “convocan para compartir el ajuste. A eso llaman diálogo. Respondemos que hay que romper con el Fondo, invertir las prioridades y tomar medidas de emergencia a favor de las mayorías populares. Para discutir está el Congreso, nada de espaldas al pueblo”, “El Congreso Nacional no puede seguir de vacaciones. Proponemos convocar en forma inmediata a sesión, desde la oposición hay que hacer un llamado urgente”, dijo Miriam Bregman. “Que se haga un debate allí, televisado”, insistieron Del Caño y Cristian Castillo. (laizquierdadiario.com)

Para Izquierda Socialista es correcto no buscar ningún consenso con el gobierno de Macri. Efectivamente, tenemos un programa de gobierno opuesto, no pagar la deuda y tomar medidas para que la crisis la paguen las multinacionales, no los trabajadores y el pueblo. Pero no coincidimos con el PTS en reivindicar o embellecer el rol del parlamento burgués, televisado o no. Para nosotros el Congreso es “una cueva bandidos”, de representantes de las multinacionales y los empresarios, la iglesia y los terratenientes. Nada bueno para los trabajadores puede salir de allí. La única manera que el parlamento adopte alguna medida a favor de los trabajadores es si está acosado por una fuerte movilización social que se la imponga. La política de la izquierda revolucionaria es discutir y debatir con los trabajadores y sus organismos las propuestas para salir de la crisis. Y que sean acompañadas por la lucha y la movilización para imponérselas a los gobiernos patronales, desenmascarando el rol de agentes de la burguesía y de las multinacionales de los parlamentarios, mientras fortalecemos una alternativa de izquierda y de los trabajadores como opción de gobierno. Rechazamos este criterio “parlamentarista burgués” que equivocadamente plantean los compañeros de PTS.

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