El domingo 22 se realizaron las elecciones a intendente en la capital neuquina, la ciudad más importante de la Patagonia. También se renovó la mitad del concejo deliberante eligiéndose nueve concejales que asumirán el 10 de diciembre. Después de veinte años fue derrotado Horacio “Pechi” Quiroga de Cambiemos por el candidato del Movimiento Popular Neuquino (MPN). Por fuera de este cambio de timón en el ejecutivo la nota destacada fue la conquista de otro concejal por parte del
FIT-Unidad.
Escribe Angélica Lagunas, concejala electa
Como se votó con boleta electrónica apenas transcurrida una hora de cerrado los comicios ya se perfilaban varias noticias que rápidamente se confirmaron: el MPN recuperaba la gobernación del municipio y con el FIT-Unidad obteníamos un segundo concejal. El intendente Quiroga no pudo presentarse por carta orgánica y llevó como candidato a su delfín, Marcelo Bermúdez de PRO. Pero el vendaval anti Macri también arrasó con las aspiraciones de continuar al frente de la comuna luego de gobernarla veinte años: sólo cosechó el 30.69 % de los votos.
Lo derrotó el emepenista Mariano Gaido con el 39.70 % de los votos, actual súper ministro de Trabajo, Desarrollo Social y Seguridad de la provincia gobernada por Omar Gutiérrez. De esta forma el oficialismo provincial recuperaba una ciudad que no gobernaba desde 1999.
Lamentablemente cuatro de cada diez votantes eligió castigar a Quiroga con el MPN, que a su vez hace 57 años gobierna la provincia con cerca del 30% de pobreza, sin planes de viviendas y con hospitales y escuelas muy deteriorados. En ese marco denunciamos las promesas populistas e incumplibles y el despilfarro de fondos por parte del MPN para la pelea electoral que llamó la atención de propios y ajenos ya que la magnitud del gasto en publicidad es un cachetazo ante las necesidades acuciantes de miles de habitantes que viven en la indigencia. Nada sustancial cambiará en la ciudad luego de este cambio de gobierno, ya que unos y otros son responsables del ajuste y la continuidad del FMI. Como dato político, el ex gobernador Sobisch, auto confeso responsable político del asesinato de Carlos Fuentealba, salió tercero con el 10.26 % y conquistó una banca.
Dos concejales sobre dieciocho
La votación del FIT-Unidad alcanzó al 5.08 % a la intendencia y el 5.61 % para concejales, abriéndonos paso entre las 21 colectoras y listas espejos que presentaron los partidos mayoritarios. Con estos porcentajes consolidamos la franja electoral que nos viene respaldando y obtuvimos un segundo concejal, mientras que la centro izquierda (UNE) perdió los dos que tiene al fracasar su colectora con el MPN. Tampoco cubrió las expectativas Zúñiga, el candidato de Alberto y Cristina, que apenas cosechó el 7 % aunque incrementó su presencia en el concejo.
Actualmente la banca del FIT-Unidad la ejerce nuestro compañero de Izquierda Socialista Manuel Sánchez hasta el 10 de diciembre. Desde esa fecha ingresaremos con Natalia Hormazábal (PTS), rotando por Manuel, junto a mi asunción como recién electa. Muy importante será contar con dos concejalas sobre dieciocho, ya que eso refleja que un sector importante de trabajadores, vecinos, jóvenes y mujeres una vez más nos eligieron para que apoyemos sus luchas y exijamos respuesta a los que gobiernen como lo venimos haciendo desde el 2011.
La campaña que desarrollamos desde Izquierda Socialista fue el principal motor en las calles convocando a votarnos, con mesas de volanteo diarias en el centro, pegatinas de afiches, recorridas de los barrios, con caminatas de los candidatos durante un mes y medio en las grandes ferias populares y centros comerciales. En una palabra, la abnegada militancia de la izquierda hizo posible este fortalecimiento del frente ante los partidos patronales y la centroizquierda que se diluyó dentro de ellos.
Escribe Claudio Funes
La diputada de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda-Unidad presentó, el 13 de mayo de 2019, un proyecto de ley para que la Argentina desconozca el pacto firmado por el gobierno de Cambiemos y el FMI y se suspendan de inmediato los pagos de la deuda externa.
“Tanto Macri como Lavagna, Massa y hasta Cristina Fernández quieren seguir bajo los dictados del FMI y pagar una deuda ilegítima y fraudulenta. Nosotros, en cambio, queremos invertir esos fondos en resolver las urgencias populares”, explicó Schlotthauer.
Por ello el proyecto establece que “se suspendan todos los pagos en concepto de deuda externa, tanto de capital como de intereses, para destinar ese dinero a salarios, jubilaciones, trabajo, salud, educación y vivienda y demás necesidades populares”.
La iniciativa propone que la Argentina “desconozca el acuerdo firmado con el FMI declarándolo nulo de nulidad absoluta”.
El proyecto también sostiene que “el Estado argentino deje de ser miembro del FMI, exigiendo la inmediata devolución de la cuota parte depositada en dicho organismo”.
Entre los fundamentos se señala que “El endeudamiento desenfrenado de los últimos años llevó a que los próximos vencimientos de deuda entre 2020/2023 sumen la impagable cifra de 150.000 millones de dólares. Esta deuda se suma a la anterior, que viene de la dictadura militar”.
“La Argentina es víctima de un brutal ajuste, condicionamientos perjudiciales y enormes privaciones como consecuencia del acuerdo firmado por el actual gobierno de Cambiemos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ese acuerdo ha sido pactado a espaldas del pueblo trabajador, no fue ninguna propuesta de campaña y, lo más importante, va en perjuicio del pueblo trabajador”.
Recordemos que el Argentinazo de 2001 impuso en ese momento dejar de pagar la deuda. Ese dinero fue utilizado para financiar más de dos millones de planes sociales, hubo superávit durante varios años, no quedamos aislados del mundo (se continuó vendiendo soja en valores récord) ni sufrimos bloqueos. Lamentablemente, el gobierno de Néstor Kirchner retomó los pagos en 2005.
Sí compañero lector, es necesario la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa, primer paso para comenzar con un plan económico al servicio del pueblo trabajador.
Escribe Atilio Salusso
Sobre cómo había que votar en la sesión que aprobó la ley alimentaria, abrió un debate al interior del FIT. Tanto los diputados Nicolás del Caño (PTS) y Romina del Pla (PO) votaron a favor, mientras que nuestra diputada de Izquierda Socialista, Mónica Schlotthauer, se abstuvo.
Coincidimos en la mayoría de las críticas que esbozaron contra la ley Del Caño y Del Plá, pero consideramos que había que llevarlas hasta el final, sin avalar con el voto positivo una ley que a las claras no soluciona nada, es una lavada de cara para el gobierno y el peronismo, y está inscripta en la famosa “paz social” para maniatar a los que luchan en el inicio de la campaña electoral en vistas a octubre. Macri, por ejemplo, dijo que con esta ley “estamos dando respuesta a lo urgente”. Lo mismo el Frente de Todos. Por eso había que repudiar la maniobra.
Que no había que votar esta ley mentirosa quedó claro cuando los diarios informaron desde el día anterior que contaba con el aval de Macri, el mismo que viene aplicando un brutal ajuste de la mano del FMI. Hubo un pacto Macri-Frente de Todos-Lavagna. El presidente de la Cámara, Emilio Monzó, lo develó al abrir el debate diciendo que la sesión se hizo de común acuerdo entre los bloques tradicionales, dispuso hablar solo cinco minutos por bloque para no “herir sensibilidades” y terminar temprano para llamar a las organizaciones de desocupados combativas que levanten el acampe. Agustín Rossi, del kirchnerismo puro, agradeció el apoyo del gobierno para que salga la ley y reivindicó a los gobernadores e intendentes que vienen logrando la contención social. Ya estaba todo cocinado. La ley iba a salir sí o sí, lo que quedaba era develar la maniobra.
Llamativamente el dirigente del Polo Obrero-PO, Eduardo Belliboni, le dio la razón a Schlotthauer y a Izquierda Socialista. Belliboni dijo correctamente que “el acuerdo entre gobierno y la oposición que se vio en diputados no es la solución. Esta ley no cambia nada”. Y en un comunicado las organizaciones piqueteras combativas (Polo Obrero y Libres del Sur) denunciaron que “está muy lejos de satisfacer los reclamos ya que no aborda las reivindicaciones que son imprescindibles para cientos de miles de familias afectadas” (Clarín, 14/09).
El acierto de la abstención de Schlotthauer permitió develar ante millones la mentira de la ley y dejar más claro las verdaderas medidas que hacen falta para combatir el hambre y la pobreza.
Desde Izquierda Socialista les propusimos a los compañeros de PTS y PO, previo a la sesión, abstenernos en común, como lo habíamos hecho en 2016 cuando se votó una ley similar. De haber adoptado esa postura el conjunto de los diputados del FIT, hubiera permitido que sea la fórmula presidencial con Nicolás Del Caño y Romina Del Pla, junto a Schlotthauer, la que denunciara con más fuerza la maniobra.
Este debate, aunque parezca “táctico”, no lo es. Porque vuelve a poner en el tapete el rol que tienen que tener las bancas obreras y socialistas, desenmascarando las maniobras de los partidos patronales y postulando en el Congreso la salida de fondo que levanta la izquierda.
“Quiero manifestar la molestia de que cuando estamos hablando de la emergencia alimentaria más de la mitad de la sala este comiendo a las dos horas de trabajo. Así que imagínense: si los diputados no aguantan dos horas sin comer, ¿como está este país que no aguanta desde la última devaluación: sin plata, sin trabajo y con salarios, en su mayoría, por debajo de la indigencia?
Voy a decir lo que parece que acá sólo a la izquierda le toca decir: esta ley hace 17 años está vigente. Si la emergencia alimentaria está vigente hace 17 años es porque todos los que gobernaron no lo hicieron para terminar con el hambre del pueblo, sino para llenarle las arcas a todos los exportadores, a las multinacionales y a los bancos extranjeros. Acá hay un montón de gente que no come y unos pocos que se la llevan en pala. Yo quiero decir lo que no se ha dicho: que esta ley es la que termina con la emergencia alimentaria es una mentira más grande que todo el universo. El 50% de la partida para los comedores no son nada más que 45 pesos. Díganme los que dicen que esta ley trae pan ¿cuantas comidas diarias se comen con 45 pesos?
[...] ¡Por favor, no nos digan que con esta ley vamos a paliar el hambre en este país! ¡Acá hay que dar vuelta la tortilla, la única forma de parar el hambre es cambiar el modelo! Seiscientos mil toneladas de carne vacuna se exportaron: ahí está la carne que le falta a nuestros hogares. 65 mil toneladas de carne de cerdo. La exportación de pollo: 33 mil toneladas. Y la leche, para todos los que hablan acá de la leche de los comedores, 23 mil toneladas de leche se exportan. Acá lo que hay que hacer es nacionalizar el comercio exterior. No puede ser que se sigan llevando la comida de nuestro país, que es el decimotercer productor de alimentos de todo el mundo.
No va a parar el hambre con esta ley. La única forma de que pare es que aumenten los salarios, las jubilaciones, que les den un seguro a quienes se quedan en la calle, que se prohíban los despidos y los cierres de fábricas. En La Matanza, cuando acá hablamos de los comedores, hay 100 mujeres que resisten, en una fábrica de alfajores y galletitas que se llama Mielcita: esa fábrica tendrían que mantenerla abierta para que alimente a todas las escuelas de La Matanza.
Acá estamos hablando de migajas, esta ley se tendría que llamar la de “la redistribución de las migajas” o “que el pueblo se la banque”, mientras se la llevan en pala los empresarios y todos los funcionarios políticos que le hacen el juego votando las leyes que les están pidiendo cada vez que les ponen plata en las campañas.
También tenemos que anular los tarifazos, así no pasa eso de elegir entre comprar carne o pagar los servicios. Y por último, hay que romper con el Fondo Monetario, para que en este país no se vaya un kilo de carne más, ni un litro de leche más o un peso para la usura internacional.
Quiero terminar pidiendo los tres minutos que necesito para un desagravio. El 22 de agosto pasado, dos o tres días después de la devaluación, el Plenario Sindical Combativo marchaba por la Capital Federal para ir al Ministerio de Trabajo a reclamar en el Consejo del Salario. La Policía, ordenada por Macri y Larreta y por la ministra, esa que es innombrable y no conoce el hambre, ordenó reprimir sin permitir que habláramos los diputados presentes con los jefes de la Policía. Quiero denunciar que esto no sólo es una política del gobierno nacional amarillo, sino de todos los gobernadores. Sino pregunten en Chubut, que se robaron todo y el único preso chubutense es Daniel Ruiz, trabajador petrolero preso injustamente hace un año por reclamar contra la entrega de las jubilaciones y que ahora empezó una huelga de hambre. ¡Cuando debería estar preso Arcioni y todos los funcionarios que se robaron la plata de los estatales! También en Córdoba reprimen, se la pasan judicializando la protesta, persiguiendo a los trabajadores. Quienes nos proponen la paz social son los mismos que mandan a reprimir por reclamar lo que nos corresponde por ley. ¡No va a haber paz social ni en este gobierno ni en el otro aunque tengan con un bozal a toda la dirigencia de los movimientos sociales y a los burócratas sindicales, porque en este país plata hay y es la que necesitamos para que no se la lleve más el FMI!”
Versión completa en www.izquierdasocialista.org.ar
El Frente de Izquierda Unidad hará un gran acto para presentar sus propuestas y candidatos. Invitamos a concurrir a los trabajadores, jubilados, vecinos, mujeres y jóvenes para fortalecer una alternativa de los trabajadores y de la unidad de la izquierda.
Macri perdió en las PASO por paliza. Pero sigue ajustando con la devaluación, los aumentos de los alimentos y salarios de pobreza. La leche y la carne son artículos de lujo. Por eso crecen los reclamos. Hay una rebelión en Chubut porque Arcioni, el gobernador del Frente de Todos, no paga los salarios. Y los movimientos sociales pelean contra el hambre y la desocupación. Llamamos a apoyar las luchas y a exigir que la CGT rompa la tregua y llame a un paro nacional. Y que la plata vaya a comida, salarios y trabajo, no para la deuda externa.
¿Qué hace ante esta situación Alberto Fernández? Apoyó que el dólar se vaya a $60, pide que se “abandonen las calles” y junto a Macri y Lavagna le dio $15 miserables para los comedores y merenderos con la llamada ley alimentaria. Dicen que de esta manera están combatiendo la pobreza. ¡Una hipocresía electoralista!
Destinan una miseria para comida, mientras se van millones de dólares por los pagos de la deuda y la fuga de capitales. Por eso nuestra diputada Mónica Schlotthauer de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad se abstuvo de avalar ese circo electoral y postuló medidas de fondo para resolver la pobreza.
Planteamos que la plata tiene que ir para combatir el hambre, no para la deuda. Que se aumenten los salarios y jubilaciones. Se reincorporen los despedidos, se prohíban los despidos y se anulen los tarifazos. Que haya un plan de viviendas populares para generar trabajo genuino. Y que se le diga NO al FMI y que la plata se destine a salarios, jubilaciones, trabajo, salud, educación, no para una deuda ilegítima y fraudulenta.
Macri ya fue. Pero con Alberto Fernández y Cristina van a seguir el FMI y los pagos de la deuda. Alertamos a quienes crean que con el Frente de Todos vamos a estar mejor. Con los Fernández no habrá “heladera llena” como prometen, sino un nuevo ajuste. Y para maniatar a los trabajadores están preparando un pacto social entre las patronales y la CGT de Daer. ¡No hay que dejarse engañar!
Llamamos a apoyar al Frente de Izquierda Unidad. A votar a la fórmula presidencial de Nicolás del Caño y Romina del Plá. Y a las diputadas, diputados y candidatos que están en las luchas y defienden a los trabajadores, las mujeres y la juventud. Para fortalecer una alternativa de los trabajadores y la unidad de la izquierda opuesta a este gobierno y al que vendrá, apoyá con tu voto al FIT Unidad.