Jul 17, 2024 Last Updated 6:38 PM, Jul 16, 2024

Llamamos a una gran campaña internacional de apoyo y solidaridad con la resistencia ucraniana. ¡Por la derrota de la invasión del ejército ruso! No a la OTAN

El gobierno de Vladimir Putin desencadenó una invasión del ejército ruso a Ucrania. Con métodos de extrema crueldad, ataca y destruye ciudades, incluyendo “blancos” tales como hospitales y maternidades, con el objetivo final de tomar Kiev (la capital ucraniana) y dominar así el conjunto del país. A pesar de la inmensa superioridad militar rusa, el invasor enfrenta, por parte del pueblo ucraniano, una resistencia mayor que la prevista, muchas veces de carácter heroico.

Más allá de las consideraciones diferentes que tengamos sobre el contexto mundial en que se da esta guerra, las organizaciones firmantes coincidimos plenamente en definir su origen como la agresión de una nación mucho más fuerte (Rusia, una de las principales potencias militares del mundo) contra otra más débil, con el objetivo de sojuzgarla. Esto se da en un marco en el que, salvo un corto período al inicio de la Unión Soviética (cuando se aplicó la política propuesta por Lenin, ahora muy criticada por Putin) tanto el estalinismo como los gobiernos capitalistas rusos siempre consideraron a Ucrania como “su patio trasero”.

Por eso, apoyamos la resistencia de los trabajadores y el pueblo ucraniano contra la invasión y estamos por la derrota de las tropas rusas en esta guerra, sin que ello represente ningún apoyo ni confianza política en el gobierno de Zelenski ni en la burguesía ucraniana que llama a resistir la invasión.

Denunciamos el papel de la OTAN como brazo militar del imperialismo y luchamos por su disolución. Pero esta no es una invasión militar de la OTAN contra el territorio ruso, tampoco contra el pueblo ucraniano. Al mismo tiempo, no hay soldados de la OTAN combatiendo a las tropas rusas en Ucrania (ni que sepamos, en ningún otro lado). Quien hoy agrede a Ucrania es el ejército ruso. Por otro lado, rechazamos toda injerencia imperialista en Ucrania, sea rusa, yanky, europea o de la OTAN. Reclamamos el desmantelamiento de todo armamento nuclear de Rusia y la OTAN.

Nuestras propuestas

A partir de estas coincidencias, nos proponemos desarrollar e impulsar actividades en común con el objetivo que se sintetiza en el título de esta declaración. Por supuesto, existen varios niveles posibles.

En primer lugar, difundir esta declaración en la vanguardia y entre los trabajadores, realizar charlas y debates para ayudar a clarificar la confusión que existe sobre el carácter de la guerra.

En segundo lugar, impulsar movilizaciones para manifestar públicamente: Fuera las tropas de Putin de Ucrania, apoyo a la resistencia ucraniana, No a la OTAN, como viene sucediendo en Europa y en otras partes del mundo. En ese marco, es posible y necesario constituir comités de solidaridad para poder concretarlo. También apoyamos las movilizaciones contra la invasión que enfrentan al gobierno de Putin y que este reprime con dureza.

En tercer lugar, impulsar junto a organizaciones sindicales, estudiantiles y populares la recolección de todo tipo de ayuda al pueblo ucraniano, que pueda hacerse llegar a través de convoys de ayuda obrera y popular.
Finalmente, pero como una de las cuestiones más importante, impulsamos y apoyamos las acciones que definan tomar los trabajadores a través de sus organizaciones. Por ejemplo, los trabajadores del puerto de la refinería Ellesmere, en Chesire, Inglaterra, se rehusaron a descargar petróleo proveniente de Rusia, replicando lo que habían hecho los trabajadores de la terminal de gas de Kent y en puertos de Países Bajos. Según la información, “una oleada de protestas de este tipo se expande por los puertos europeos en respuesta a la invasión de Ucrania”.

Frente a la guerra en Ucrania y la posición común que hemos expuesto, estas son las tareas que proponemos plantearle a los trabajadores y las masas del mundo.

!Fuera las tropas de Putin y Rusia de Ucrania!
!Apoyo a la resistencia popular del pueblo ucraniano!
!No a la OTAN!
!Por la ruptura de relaciones diplomáticas con Rusia de todos los gobiernos!

 Liga Internacional de los Trabajadores.Cuarta Internacional (LIT-CI)
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI)
13 de Marzo 2022

PD. Invitamos a sumarse a esta declaracion y campaña a las organizaciones que coincidan con ella

Escribe Miguel Sorans, dirigente Izquierda Socialista/ FIT Unidad y de la UIT-CI

La invasión y los bombardeos rusos sobre la población civil están ya provocando una terrible devastación y una crisis humanitaria sobre Ucrania. Hay más de dos millones de refugiados. A casi dos semanas de la criminal invasión de Putin y Rusia, el pueblo ucraniano continúa resistiendo. Lo que parecía iba a ser un paseo para Rusia, una guerra relámpago, se ha empantanado por la heroica resistencia.
 
Las imágenes que recorren el mundo muestran la devastación y muerte que está provocando la invasión genocida del reaccionario Putin. Los edificios en ruinas de Járkov, de las ciudades periféricas de Kiev o del puerto de Mariúpol, en el Mar de Azov, recuerdan los bombardeos masivos de Rusia en las ciudades de Alepo (Siria, 2015) y Grozny (Chechenia, 1999). Ya hay amenaza de bombardeos sobre el puerto de Odessa, en el Mar Negro. Los refugiados pueden llegar a cinco millones. Más vidas civiles peligran porque Rusia ni siquiera respeta el cese de fuego para los corredores humanitarios.

Pero por ahora Putin, pese a la superioridad de fuerzas militares de Rusia, no ha logrado imponerse. La resistencia militar-popular ucraniana ha sorprendido a Putin y al mundo.

Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI repudiamos tajantemente la invasión rusa, y estamos incondicionalmente del lado del pueblo ucraniano y su resistencia para derrotar al invasor, sin dar ningún respaldo político al gobierno de Zelensky y diciendo claramente no a la OTAN.

Solo confiamos en los centenares de miles de trabajadores y trabajadoras, de jóvenes y mujeres, que combaten en Kiev, Járkov y en toda Ucrania.

Nuestra solidaridad no tiene nada que ver con la cínica oposición a la invasión de los Estados Unidos, de los Biden, Macron y Boris Johnson. Ellos han avalado históricamente invasiones en Afganistán, en Irak, en los Balcanes, en Siria o en Medio Oriente. Con su postura política actual solo buscan sacar partido para su proyecto de dominación de Ucrania. Por eso rechazamos toda injerencia imperialista en Ucrania, sea rusa, yanki, europea o de la OTAN.

No es una guerra interimperialista
 
Es muy importante definir qué tipo de guerra es esta. Depende de esta definición la posición de la izquierda revolucionaria. Por ahora en Ucrania no hay una guerra interimperialista, no hay dos países imperialistas enfrentados.
Ni los Estados Unidos, ni la UE, ni la OTAN, han enviado tropas, no han disparado ni un tiro en Ucrania. El choque militar es entre Rusia, una potencia imperialista, y Ucrania, un país semicolonial. Un país oprimido, pobre, como lo son Brasil, Argentina, Chile o Perú.

Las diferencias entre Rusia y Ucrania son abismales. Rusia tiene 900 mil militares, y Ucrania tiene solo 196 mil. El presupuesto militar anual de Rusia es de 61.000 millones de dólares, el de Ucrania de 11.800 millones de dólares. Rusia tiene 5.655 ojivas nucleares, Ucrania tiene cero.

Por eso, siguiendo la tradición de los socialistas internacionalistas, no somos neutrales en esta guerra, estamos del lado de la nación oprimida e invadida que es Ucrania. Por eso discrepamos con los sectores que se reivindican antiimperialistas o de izquierda que se niegan a pronunciarse contra la invasión rusa. O, peor, que apoyan a Putin y justifican la invasión, como el caso del profesor argentino Atilio Borón, sectores del peronismo K o de los simpatizantes del falso socialismo como el de Venezuela, Nicaragua, Cuba o China.

Apoyan a Putin como si fuese una víctima, un luchador antiimperialista. Su argumento central para defenderlo es que Putin se vio “obligado” a defenderse por el asedio de la OTAN, porque están cercando a Rusia con la presencia de la OTAN en Europa del Este.

Por supuesto que luego de la caída del muro de Berlín en 1989 y la posterior disolución de la URSS y la restauración del capitalismo en Polonia, Hungría, Moldavia o Rumania, el imperialismo yanqui y europeo avanzó en la semi colonización de esos países en favor de sus multinacionales y el FMI. Y también se avanzó en la presencia de la OTAN.

Pero lo que no es cierto es que el imperialismo yanqui o europeo “quiera cercar” a Putin porque es un gobierno antiimperialista o progresista, que defiende al pueblo trabajador de Rusia. Esto es falso, Putin encabeza un régimen capitalista-imperialista respaldado por la represión y por una mafia de oligarcas del petróleo y el gas.

Otro argumento de los defensores de Putin es que combate a “un gobierno neonazi” y apoyado en bandas de nacionalistas fascistas. Esto también es falso. Zelensky es de origen judío y ganó las elecciones con el 70% de los votos. Es un liberal burgués, tipo Mauricio Macri. Bandas de fascistas ucranianas hay, por supuesto, pero no es la base del gobierno. Y muchas apoyan a Putin. El verdadero nacionalista neofascista es Putin y su régimen criminal.
 
Las verdaderas razones de la invasión

Estas hay que buscarlas en que Rusia es parte de la actual crisis económica del capitalismo mundial. Por eso Rusia vive un gran retroceso económico.

Con la restauración del capitalismo en Rusia y en la zona de influencia en lo que era la URSS, Putin y los oligarcas vienen aplicando brutales ajustes al pueblo trabajador ruso y persiguiendo salvajemente a la oposición.

Putin ha llegado hasta envenenar a opositores y encarcelar a miles. Por eso Putin y su gobierno autoritario vienen sufriendo un gran desgaste político. En las elecciones de septiembre de 2021 sufrió un gran retroceso, al punto que el viejo Partido Comunista logró casi el 20% de los votos. Y lo más crítico es que tuvo que salir a reprimir, enviando tropas a las rebeliones populares de Bielorrusia contra el dictador Lukachenko y la rebelión popular de Kazajistán, que fue de masas contra un ajuste tarifario, como pasa en cualquier país de Latinoamérica.

En realidad, Putin invade para tratar de unir al pueblo ruso bajo un falso slogan de “defensa de la patria” ante la “nazificación de Ucrania”.

Hay quienes dicen que Putin quiere restablecer la Unión Soviética. No. Quiere volver al imperio zarista, un sueño imposible.

Quiere liquidar a Ucrania como país. Por eso en el discurso donde anunció la invasión criticó insólitamente a Lenin, porque en la revolución rusa de 1917 reconoció la autodeterminación de Ucrania como nación. Putin, a su vez, reivindicó a Stalin y su dictadura que volvió a oprimir al pueblo ucraniano, contra el legado de Lenin.

Putin en ese discurso fue claro, dijo que Ucrania fue siempre de Rusia y que “no tiene sentido que sea un país”. Nosotros preguntamos a Atilio Borón, al peronismo k o a la izquierda que justifica a Putin: ¿qué tiene esto de progresista o antiimperialista? Absolutamente nada.
 
No somos neutrales en esta guerra

Por eso también discrepamos con los sectores de la izquierda revolucionaria que lamentablemente adoptan una postura neutral en esta guerra. Incluso algunas de estas corrientes trotskistas la justifican criticando a Putin, como el Partido Obrero. Tienen consignas como “guerra a la guerra”, “ni Putin ni la OTAN”, pero no levantan el apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano para derrotar militarmente al invasor. O sea, no están en el campo militar del país oprimido que es Ucrania.

Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI tenemos una posición clara y tajante. Nos sumamos y apoyamos a los que enfrentan a las tropas rusas. No somos neutrales. Apoyamos el armamento popular para tratar de impedir que se tome Kiev, Járkov o toda Ucrania.

En este marco, como corriente de izquierda trotskista, tenemos una política independiente del gobierno de Zelensky. Estamos en el mismo campo militar pero estratégicamente luchamos por la verdadera autodeterminación del pueblo ucraniano, que solo se logrará cuando triunfe un gobierno de las y los trabajadores y haya una Ucrania Socialista.

Ahora la pelea concreta pasa por derrotar la invasión de Putin y Rusia. Es una pelea de difícil pronóstico, indudablemente la superioridad militar del invasor Rusia es incuestionable.

Pero mientras se mantenga la resistencia popular, la lucha va a seguir abierta y nosotros, como luchadores antiimperialistas y socialistas, seguiremos estando en el campo militar de Ucrania.

Dos son los puntos de apoyo que permiten seguir esa pelea y no darla por terminada de ninguna manera. El primero, la heroica resistencia del pueblo de Ucrania, y segundo el crecimiento de las movilizaciones y las protestas masivas en Europa y en todo el mundo.

El punto clave son las movilizaciones en Rusia. En San Petersburgo fue una de las manifestaciones más multitudinarias, también se repitió en Moscú, al punto tal que Putin tuvo que salir a reprimir con miles de detenidos.

Por eso convocamos a acrecentar la movilización unitaria contra la invasión y en apoyo al pueblo ucraniano, reclamando que el gobierno de Alberto y Cristina Fernández rompa relaciones diplomáticas con Rusia y repudiando toda injerencia imperialista en Ucrania, sea del imperialismo ruso, de Estados Unidos, del imperialismo europeo y de la OTAN.

A las organizaciones sindicales y del movimiento obrero y popular
A las organizaciones de izquierda

La invasión de Ucrania por Rusia debe ser denunciada desde todas las organizaciones que se reclamen de la izquierda y del movimiento obrero y popular. No hay excusa alguna que pueda justificar la masacre y destrucción que está perpetrando Putin con esta guerra. Apoyamos las movilizaciones en todo el mundo por Fuera las tropas invasoras de Putin. Apoyamos la resistencia ucraniana para que derrote la invasión. Defendemos su derecho a defenderse y el derecho a la autodeterminación del pueblo ucraniano.

Ese repudio a la agresión rusa, lo hacemos desde una posición de rechazo a toda injerencia del imperialismo norteamericano y europeo en Ucrania. Desde una posición independiente de sus gobiernos, denunciando su fuerza militar: la OTAN. Nosotros, que estuvimos, por ejemplo, en la lucha por derrotar la invasión de Irak por los Estados Unidos y defendimos el derecho del pueblo iraquí a repeler la agresión, hoy levantamos la voz contra otra invasión igual de infame. Entonces lo hicimos sin avalar la política de Sadam Husein. Al igual que entonces, nuestro apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano no tiene que ver con dar apoyo político ni despertar confianza en el gobierno capitalista de Zelensky.

Desde esa posición independiente proponemos impulsar un movimiento amplio de unidad de acción por estos puntos, abiertos a sumar otros (ruptura de relaciones diplomáticas con Rusia, libertad a los presos por repudiar la guerra en Rusia), para coordinar un plan de acciones a nivel internacional. Por ello proponemos que nos pongamos en contacto y firmemos una declaración común y un plan de acciones coordinadas.

Secretariado Internacional (SI) de la UIT-CI
(Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional)
5 de marzo de 2022
uit-ci.org // twiter.com.uit

Escribe Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista y de la UIT-CI

Una de las dudas que se plantea es si estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial, o esta guerra podría ser el inicio. En medio de la crisis global que vive el sistema capitalista-imperialista, no podemos excluir la posibilidad de una extensión de esta guerra o que en un futuro se pueda llegar al desastre de una tercera guerra mundial. Es parte de los peligros que encierra la decadencia del imperialismo y el capitalismo. Guerras que afectan fundamentalmente a los pueblos del mundo, a los más necesitados.

Pero, por ahora, no vemos que esta guerra sea ya el inicio de una guerra mundial entre Estados Unidos, Rusia y China. Ni China ni Rusia son enemigos irreconciliables de los Estados Unidos y el imperialismo europeo. Por la crisis económica tienen choques y roces inter burgueses, pero, en lo esencial, siguen siendo socios capitalistas en el intento de super explotar al proletariado mundial.

Por eso, y esto lo explicaría, Biden y la Unión Europea (UE) solo aplican sanciones económicas, y en cierta forma dejaron correr la invasión de Putin. Al punto que, de hecho, le sugirieron al presidente Zelensky que se rindiera al inicio de la invasión. Primero fue Macron, que lo invitó a salir “por su seguridad”, y luego directamente los Estados Unidos.

El propio Zelensky viene denunciando las “promesas” incumplidas de los países occidentales para proteger a Ucrania de los ataques rusos: “llevamos trece días escuchando promesas. Trece días que nos están diciendo que nos ayudarán [...] que habrá aviones, que nos los entregarán” (difundido por la cuenta de Telegram del presidente, 7/3/22).

Por la crisis del sistema capitalista-imperialista seguirá vigente el riesgo de una nueva guerra mundial y hasta nuclear.  Por eso decimos, como izquierda trotskista, que el dilema sigue siendo “socialismo o catástrofe”. Por eso, nos oponemos a toda forma de armamentismo y de crecimiento armamentístico y estamos por la disolución de la OTAN.

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

Ucrania tiene 41 millones de habitantes, 603 mil km2 de superficie.

Es un país que perteneció a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y con lazos culturales y étnicos con los rusos y bielorrusos. Era una de las naciones, con una identidad e idioma propios, dominadas por el gigantesco imperio zarista hasta la revolución rusa de 1917. La revolución rusa encabezada por Lenin y Trosky, con el partido bolchevique y el gobierno de los soviets (asambleas de obreros y campesinos), fue la que estableció la autodeterminación (con derecho a independizarse) para todos los países que constituían el imperio. En 1922 se constituyó la URSS y reconoció a Ucrania como una de sus repúblicas (junto a Rusia, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia, Georgia, República del Caucaso, varias repúblicas asiáticas y otras)

El retroceso profundo que significó para la URSS la dictadura stalinista desde mediados de la década del ´20 tuvo graves consecuencias económicas y sociales para Ucrania que volvió a ser sometida, esta vez a la dictadura burocrática.
Con la restauración del capitalismo, en 1990 se desintegró la URSS y Ucrania retomó su independencia y sufrió un durísimo retroceso económico para  la mayoría de la  población.

En Ucrania, el idioma oficial es el ucraniano, aunque el ruso se habla ampliamente en el este y el sur del país. Aproximadamente un 30% de la población habla ruso como su idioma nativo.

Hoy es un país empobrecido desde la restauración capitalista. Hubo una flexibilización laboral con pérdida de derechos y penetración de multinacionales. Tiene una producción agrícola muy importante. Es el primer productor mundial de aceite de girasol, tercer productor de trigo (Rusia y Estados Unidos son los primeros), tercer productor de papas, y quinto de maíz. También tiene desarrollo industrial, es un importante productor de acero. Dominado por una oligarquía burguesa, el producto bruto por habitante del 2021 fue de 4.958 dólares anuales (la mitad del de Argentina y menos de la mitad que el de Rusia).

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