Jul 19, 2024 Last Updated 9:34 PM, Jul 18, 2024

Se acaba de dar a conocer el índice de inflación de 7% para agosto. El peor agosto de las últimas décadas. Otro mazzaso contra el pueblo trabajador.

El diputado nacional electo Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista/FIT Unidad), señaló: “7 de cada 10 productos masivos aumentaron en el último mes. Cada día que pasa sube la pobreza culpa de una inflación que generan los grandes empresarios y el gobierno deja correr, siendo cómplice de la suba sideral de los precios”.

Giordano agregó: “Hace unas semanas el gobierno se reunió con los denominados 'gigantes' de la venta masiva. ¿Quiénes son? La Serenísima (Mastellone), Arcor, Molinos, Quilmes, P&G (multinacional yanqui) y Unilever, quienes representan casi el 70% de lo que se consume en las góndolas. ¿Qué les dijo el gobierno? Que no hagan “locuras ni picardías con los precios” y que “acompañen”. ¡Parece una broma! Nada de precios máximos, ni ningún castigo para estos delincuentes de guante blanco que engordan sus ganancias con los alimentos y productos básicos que necesitan millones”.

Juan Carlos Giordano finalizó: “Precios por las nubes, salarios, jubilaciones y planes sociales de pobreza e indigencia. Todo como parte de un brutal ajuste que el gobierno aplica para cumplir con el FMI. La CGT sigue apoyando al gobierno y Yasky y Baradel se reunieron con el embajador yanqui. Exigimos que estos burócratas rompan la tegua con el gobierno y las patronales y llamen a pelear por un inmediato aumento salarial y jubilatorio igual a la canasta familiar para paliar la enorme carestía de vida”.

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Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

“Discurso del odio”. Esa es la frase que está de moda en el peronismo. El gobierno la usa para decir que todos los males se deben a los editoriales de los medios que lo critican, a los fallos judiciales adversos y a los discursos violentos de la oposición patronal. Intenta desligarse del enorme repudio popular y de paso sentar un peligroso antecedente contra los que luchan, el sindicalismo combativo y la izquierda.
 
El Presidente de la Nación, La Cámpora, la CGT, las CTA y los medios afines al gobierno siguen con la campaña. Todo lo malo sería por culpa del famoso “discurso del odio”. Odio que estaría detrás del pedido de condena de un fiscal por los casos de corrupción, oficiando como caldo de cultivo del atentado contra la vicepresidenta.

La otra campaña que se suma a la del odio es la del lawfare. Esta palabra, en inglés, quiere decir “guerra judicial”, en este caso contra los gobiernos supuestamente “nacionales y populares” como el peronismo, para desestabilizarlos y que no puedan cumplir con su cometido de gobernar para los vulnerables.

La semana pasada se hizo una audiencia en el Congreso convocada por la diputada kirchnerista de la Ciudad Gisela Marziotta, donde participaron juristas y representantes de otros gobiernos latinoamericanos. La idea es promover una ley o modificar el Código Penal para condenar a los jueces que atenten contra políticos populares.

La teoría del lawfare hace referencia a que en Latinoamérica se estarían dando golpes de Estado (“golpes blandos”), no por los militares como antes, sino con fallos de jueces que responden a la embajada norteamericana. Es lo que vienen diciendo los gobiernos denominados “progresistas” como se los auto titula a los Lula en Brasil, al peronismo en Argentina o a las dictaduras de Maduro y Ortega, en Venezuela y Nicaragua respectivamente.

La diputada Marziotta dijo que el lawfare es el “Plan Cóndor” de nuestros tiempos (genocidio que aplicó Estados Unidos en el cono sur y Argentina con el golpe de Videla-Martínez de Hoz, con 30.000 detenidos desaparecidos). Otro de los participantes señaló que lo que le está pasando a Cristina se asemeja al golpe gorila del ‘55 contra Perón. Comparaciones que nada tienen que ver con la realidad.

En esos años sí hubo golpes de Estado que llamamos a combatir, como lo hizo nuestra corriente encabezada por Nahuel Moreno enfrentando el golpe gorila del ‘55 mientras el Partido Comunista y el Partido Socialista (quienes hoy están con el gobierno) estaban con la Fusiladora. O como lo hicimos con el golpe del ‘76, que se dio para liquidar a una generación de luchadores ante el desquicio del gobierno de Isabel Perón que ya venía implementando una tremenda represión con las bandas fascistas de las Tres A.

Hoy contra un juez, mañana contra los que luchan

El objetivo de esta campaña es intentar que el peronismo quede como víctima de una supuesta campaña de la derecha internacional, mostrándolo como “nacional y popular”, cuando viene gobernando para las multinacionales, los grandes empresarios y el Fondo Monetario.

Lo que tendrían que preguntarse el gobierno y sus seguidores es por qué el pueblo pobre y trabajador se estaría dejando llevar por personajes tan repudiables como Macri y no por los discursos positivos, “de amor”, del Frente de Todos. ¿No será que el pueblo trabajador está harto de tantas mentiras, del doble discurso oficial y de un tremendo ajuste, pobreza e inflación que está ejecutando el peronismo del Frente de Todos? ¿No será que este es el caldo de cultivo que engendra a estos sectores marginales ultraderechistas que provocaron el atentado, y no una gran organización de la derecha internacional que está detrás de todo, como pregona el gobierno?

Está claro que desde Izquierda Socialista no respaldamos a los medios sesgados; somos quienes venimos enfrentando con el Frente de Izquierda a Juntos por el Cambio y a los ultraderechistas como Milei, y decimos que a los jueces se los debe elegir por el voto popular. Pero a la par decimos que es falsa esta campaña del gobierno que usa para tapar su brutal ajuste. Campaña que irá contra los que luchan.

Alertamos que al “mote del odio” el gobierno se lo endilgará a las y los docentes que paran en varias provincias, a los movimientos sociales combativos y a la izquierda, apuntando contra el derecho a la protesta y a la verdadera oposición, que es el Frente de Izquierda Unidad.

Recordemos, como ejemplos, cuando en pleno gobierno de Cristina Kirchner a nuestro dirigente combativo Rubén “Pollo” Sobrero lo metieron preso por cuatro días, incomunicado, acusado falsamente de quemar trenes por Aníbal Fernández, entonces ministro de Cristina. O cuando Cristina como presidenta tildó de “vagos” a los docentes en una sesión de apertura del Congreso y con su actual abogado Dalbón dijeron que la culpa de la masacre de Once la tuvo el motorman.

Cristina como presidenta acusó a los paros generales por el salario de “destituyentes”, y con el Proyecto X (inteligencia de Gendarmería y el Ejército) se infiltraron en las marchas obreras y populares para iniciar causas penales contra sus dirigentes. El kirchnerismo, teniendo mayorías parlamentarias, nunca aprobó la ley para desprocesar a más de 5.000 luchadoras y luchadores sociales.

Por todo esto llamamos a rechazar a este discurso peligroso y a luchar por una salida de fondo, que vendrá con un gobierno obrero y popular y una Argentina socialista, que termine con esta debacle política y social a la que nos han llevado todos los gobiernos capitalistas.   


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

El Nuevo MAS y Castañeira participaron del acto convocado por Alberto Fernández el pasado viernes 2 de septiembre en Plaza de Mayo, día decretado como feriado nacional. Dicen que fueron al acto contra un “zarpazo reaccionario”, tildando de “secta podrida de derecha” al Frente de Izquierda por no haber salido a las calles contra un “atentado fascista”.

Parece que Castañeira y el Nuevo MAS no escucharon el discurso de Alberto Fernández cuando convocó a la marcha culpando al atentado por el “discurso del odio” y llamando a la “paz social”. El presidente había dicho el día previo: “El pueblo argentino quiere vivir en democracia y en paz y nuestro gobierno tiene el firme compromiso de trabajar cada día para que lo logremos”. ¿Eso fueron a apoyar? ¿Cómo que había que movilizar con el gobierno, el Frente de Todos y la burocracia sindical porque “estaba en juego la democracia”? Justo cuando Massa está redoblando el ajuste capitalista y viajó a Estados Unidos para seguir con la entrega.

Claro que repudiamos este atentado, como todas las acciones de sectores minoritarios ultraderechistas. Y exigimos investigación y castigo. ¿Pero de dónde se traduce que este atentado -por más repudiable que sea- haya sido una intentona golpista que puso en peligro las libertades democráticas del pueblo trabajador?

El Nuevo MAS le lavó la cara al gobierno, diciendo: “Es falso que hubiera sido una marcha en apoyo al gobierno”. Lo fundamenta alegando que “no fue un acto oficialista (incluso en la forma), el documento que se leyó fue un documento oficialista pero leído por una actriz”. (Textual de Roberto Sáenz, informe al Comité Central del Nuevo MAS, IZQ WEB 4/9). O sea, como lo leyó una actriz kirchnerista y no alguien de La Cámpora, no fue un acto pro gobierno. Un delirio total.

No solo eso, el Nuevo MAS señala que “fue una manifestación ultra progresiva y democrática” porque “al tomar las calles se evitó el giro reaccionario, y para mí la coyuntura quedó colocada un poco más hacia la izquierda. Se generó una marcha democrática por la izquierda”. (Idem de Sáenz). Para el Nuevo MAS no solo no fue un acto del Frente de Todos, sino que habría sido una “respuesta por izquierda” al atentado.

El Frente de Izquierda no marchó, porque como lo señaló en una declaración, “nuestro repudio a este atentado reaccionario no implica ninguna solidaridad política con un gobierno que está llevando a cabo un profundo ajuste contra el pueblo trabajador bajo el mandato del Fondo Monetario Internacional”.

Esta política capituladora del Nuevo MAS viene de hace años. Recientemente, Castañeira también habló de “persecución y proscripción de Cristina”, ante el pedido de condena de un fiscal por sus responsabilidades en hechos de corrupción bajo sus doce años de gobierno (2003/2015). No es casual. Según el análisis de Sáenz, “Cristina y el peronismo son un obstáculo” para una salida bolsonarista”. Es decir, que habría que defender al democrático peronismo versus al fascista Juntos por el Cambio.

El Nuevo MAS capituló una vez más al peronismo y al kirchnerismo. Y es bueno recordar que nunca se sumó al Frente de Izquierda conformado en 2011 para pelear, en pleno kirchnerismo, por una salida obrera y socialista. Las razones están a la vista.
                                                                                                    


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
Izquierda Socialista junto al Frente de Izquierda Unidad reitera su repudio al gravísimo atentado que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, exigiendo una profunda investigación y castigo a todos los culpables. A su vez, señalamos que no fuimos a la marcha a Plaza de Mayo convocada por el gobierno por hacer uso de este grave hecho en beneficio propio con un acto, como lo mostró la declaración leída por la actriz Alejandra Darín. Fue un acto de apoyo a un gobierno que aplica un brutal ajuste contra el pueblo trabajador.

El gravísimo atentado ya tiene sus ribetes, atento a las noticias que señalan la ineficiente actuación de la custodia, la posible pérdida de pruebas fundamentales del celular del atacante por desmanejos entre la Policía Federal y otros organismos de “investigación”, según ya observaron calificados peritos sobre el tema.
 
Debacle política y social

El atentado dio para todo tipo de debates. El gobierno dice que fue motivado por un “discurso de odio” por parte de los medios, la justicia y sectores de la oposición, que fue un “atentado a la democracia”. Otros sectores dicen que fue “un circo montado por el gobierno”. Y muchos se preguntan si con esto se viene un avance del fascismo.

Nosotros rechazamos que el gobierno justifique lo ocurrido por “el discurso de odio” (ver nota aquí), sino que lo inscribimos como una expresión más de la tremenda degradación social y política a las que nos viene llevando el peronismo del Frente de Todos en el gobierno, como antes el macrismo. El atentado se da, por un lado, ante un caos social imperante por el crecimiento del hambre, la pobreza, la marginalidad y la mayor desigualdad entre ricos y pobres, llevando por ejemplo a asesinatos cotidianos como en Rosario a manos del narco, y a la creciente inseguridad. Y por otro, ante los discursos extremos de un verdadero “vale todo”, tanto por parte de la oposición patronal como del gobierno peronista, apelando ambos a un discurso violento del “sálvese quien pueda” para llevar agua para su molino ante sus evidentes crisis políticas y posicionarse para las elecciones de 2023. Este caos político y social actuó como un cóctel explosivo para que se de este hecho aberrante, sea de un fascista individual o no, o pueda ser el detonador de otros aunque no sean de la magnitud del intento de magnicidio.
 
La violencia viene de arriba

El macrismo de Juntos viene diciendo que “los piqueteros son el caos social”, no el pacto mafioso con el FMI. Juntos por el Cambio, por ejemplo, dejó correr las marchas con bolsas mortuorias frente a Plaza de Mayo. El gobernador radical Gerardo Morales embiste en Jujuy contra organizaciones sociales que luchan por comida y trabajo, acusándolas de delincuentes. Patricia Bullrich, quien no repudió el atentado contra Cristina, dijo: “el que quiera andar armado que lo haga”. Un diputado de PRO pidió la pena de muerte. El legislador de derecha conocido como el marido de Pampita propuso demoler el ministerio de Desarrollo Social para facilitar el tránsito. Y Milei, quien tampoco repudió el atentado, postula propuestas de extrema derecha que venimos combatiendo, al que consideramos como peligroso personaje neofascista.

Frente a esto el gobierno no se queda atrás. ¿Acaso el Frente de Todos no enarboló un violento discurso ante el fallo de un fiscal? Habló de persecución y proscripción política contra Cristina y del peronismo; la vicepresidenta hizo referencia a un “pelotón de fusilamiento” en su contra, o la frase “espero que no se suicide el fiscal” de Alberto Fernández. Máximo Kirchner dijo: “están viendo quién mata al primer peronista”. Otros referentes kirchneristas dijeron que la causa de Vialidad es parecida a un “Plan Cóndor” (genocidio), que hay un golpe de los mercados, mientras el ministro de Kicillof y represor Sergio Berni se pavoneó por los medios diciendo “el que corta una calle es un delincuente”. ¿Todo esto no estuvo como trasfondo de lo ocurrido?
 
No fuimos a la marcha y llamamos a enfrentar el brutal ajuste

Respetamos a los trabajadores y jóvenes que simpatizando con el peronismo decidieron el viernes pasado participar de la movilización a Plaza de Mayo y de las que se dieron en el resto del país. Pero decimos claramente que el gobierno usó el atentado para victimizarse una vez más, afirmando que “peligra la democracia” o justificándose por “el discurso de odio” (del cual es parte), mientras redobla la aplicación de un brutal ajuste hasta recortando partidas a personas con discapacidades. El gobierno transformó la marcha a Plaza de Mayo en un acto en su propio apoyo. Por eso Izquierda Socialista y los demás partidos del FIT Unidad decidimos no participar.

No vemos que a pesar de la gravedad del atentado haya un “peligro de la democracia” (golpe de estado) o que haya bandas fascistas que pongan en peligro las libertades democráticas, como ocurrió años atrás. Esto no quiere decir que no haya ataques contra movilizaciones, como ocurrió en Córdoba ante una marcha contra el FMI por parte de encapuchados que dispararon al aire y acuchillaron a un joven, o los ataques vandálicos a locales partidarios de la izquierda, entre ellos Izquierda Socialista, o la reivindicación del atentado contra Cristina por un ultraderechista en La Plata, entre otros, a los cuales llamamos a repudiar.  

El gobierno ahora pide por la tan mentada “paz social” mientras sigue engordando las ganancias de las mineras, petroleras y el agronegocio. ¿Paz social con el FMI? ¿Paz social redoblando el ajuste? Una paz social que siempre va contra el pueblo trabajador, para amordazar a los que luchan contra el saqueo capitalista.

El FIT Unidad señaló en una declaración pública: “Nuestro repudio a este atentado reaccionario no implica ninguna solidaridad política con un gobierno que está llevando a cabo un profundo ajuste […]  Rechazamos los llamados a la “unidad” y a la “concordia” con las cámaras empresariales que promueven el ajuste y la pulverización de los salarios, y con los partidos políticos del ajuste. Por eso hemos decidido no marchar en el día de la fecha”. A su vez, denunciamos nuevamente que la CGT y las CTA se la pasan apoyando al gobierno y no llaman a luchar por un inmediato aumento de salario.

Conclusión: repudiamos el atentado, exigimos investigación y castigo. Y llamamos a seguir apoyando las luchas obreras y populares contra el brutal ajuste. Postulando un plan económico alternativo, obrero y popular. Y peleando por una salida de fondo, que pasa por conquistar un gobierno de las y de los trabajadores y de la izquierda, y una Argentina socialista, que nos libere del FMI y termine con la decadencia, el hambre y la pobreza a la que nos han llevado todos los gobiernos capitalistas, sean de centroderecha o supuestamente “nacionales y populares”.


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

“La convivencia democrática se ha quebrado por el discurso del odio que se ha esparcido desde diferentes espacios políticos, judiciales y mediáticos”. Esto dijo el presidente de la Nación cuando decretó el feriado y convocó a la marcha a Plaza de Mayo. El ministro Wado De Pedro dijo: “No es un loco suelto: son tres toneladas de editoriales en diarios, televisión y radio”.

Victoria Donda (Inadi), la misma que tenía a su empleada doméstica de manera irregular, señaló que “a las armas de los odiadores las cargan los Macri, Bullrich, Milei”. Luis D´Elía dijo algo similar contra distintos periodistas. Hasta el historiador peronista Mempo Giardinelli propuso aplicar la Ley Antiterrorista a medios y periodistas no oficialistas.

Lo que cabría preguntarse en todo caso (siguiendo el hilo de Donda), es por qué la gente se dejaría llevar por esos personajes repudiables que ella menciona. Es que si el pueblo trabajador repudia al gobierno es por el ajuste, la pobreza y la inflación.

Una reciente encuesta habla de un récord de pesimismo sobre el presente y el futuro del país. El 56% dice que lo peor está por venir; la gente no ve que las elecciones puedan mejorar su situación y haya más entre quienes se perciben de clase baja que años atrás, entre otras consideraciones. ¿Culpa de la campaña del odio o de un gobierno que prometió combatir a la derecha y aplica el ajuste del FMI?

Desde ya estamos lejos de respaldar a periodistas sesgados o a políticos repudiables de la oposición patronal. Recordamos que a los cuatro años de ajuste bajo el gobierno macrista (2015/2019) los combatimos las y los luchadores, el sindicalismo combativo y la izquierda, no el peronismo que le votaba las leyes y la CGT le jugaba de cómplice. Sin embargo, hay que despejar la paja del trigo, como dice el dicho popular.

El “discurso de odio” como concepto fue pensado desde organismos de derechos humanos para proteger a las minorías vulneradas, para colectivos en riesgo como migrantes y refugiados, nunca para que sean usados por los gobiernos de turno contra quienes los critican.

Algunos parlamentarios oficialistas hasta promueven una ley “contra el odio”. Nicolás Maduro impuso en Venezuela una similar para perseguir a los que luchan contra su ajuste dictatorial.

El mote “de odio” (que ahora el gobierno emprende contra medios, periodistas y jueces), irá rápidamente contra los que reclaman a diario como las y los docentes, pasibles de ser acusados de “odiadores seriales”. Mote que le imputarán a las y los jubiladas y jubilados que repudian sus ingresos de indigencia, contra los movimientos sociales combativos y la izquierda, apuntando directamente contra el legítimo derecho a la protesta. Algo muy peligroso. Discurso y política que llamamos a rechazar.  

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