Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
El Nuevo MAS y Castañeira participaron del acto convocado por Alberto Fernández el pasado viernes 2 de septiembre en Plaza de Mayo, día decretado como feriado nacional. Dicen que fueron al acto contra un “zarpazo reaccionario”, tildando de “secta podrida de derecha” al Frente de Izquierda por no haber salido a las calles contra un “atentado fascista”.
Parece que Castañeira y el Nuevo MAS no escucharon el discurso de Alberto Fernández cuando convocó a la marcha culpando al atentado por el “discurso del odio” y llamando a la “paz social”. El presidente había dicho el día previo: “El pueblo argentino quiere vivir en democracia y en paz y nuestro gobierno tiene el firme compromiso de trabajar cada día para que lo logremos”. ¿Eso fueron a apoyar? ¿Cómo que había que movilizar con el gobierno, el Frente de Todos y la burocracia sindical porque “estaba en juego la democracia”? Justo cuando Massa está redoblando el ajuste capitalista y viajó a Estados Unidos para seguir con la entrega.
Claro que repudiamos este atentado, como todas las acciones de sectores minoritarios ultraderechistas. Y exigimos investigación y castigo. ¿Pero de dónde se traduce que este atentado -por más repudiable que sea- haya sido una intentona golpista que puso en peligro las libertades democráticas del pueblo trabajador?
El Nuevo MAS le lavó la cara al gobierno, diciendo: “Es falso que hubiera sido una marcha en apoyo al gobierno”. Lo fundamenta alegando que “no fue un acto oficialista (incluso en la forma), el documento que se leyó fue un documento oficialista pero leído por una actriz”. (Textual de Roberto Sáenz, informe al Comité Central del Nuevo MAS, IZQ WEB 4/9). O sea, como lo leyó una actriz kirchnerista y no alguien de La Cámpora, no fue un acto pro gobierno. Un delirio total.
No solo eso, el Nuevo MAS señala que “fue una manifestación ultra progresiva y democrática” porque “al tomar las calles se evitó el giro reaccionario, y para mí la coyuntura quedó colocada un poco más hacia la izquierda. Se generó una marcha democrática por la izquierda”. (Idem de Sáenz). Para el Nuevo MAS no solo no fue un acto del Frente de Todos, sino que habría sido una “respuesta por izquierda” al atentado.
El Frente de Izquierda no marchó, porque como lo señaló en una declaración, “nuestro repudio a este atentado reaccionario no implica ninguna solidaridad política con un gobierno que está llevando a cabo un profundo ajuste contra el pueblo trabajador bajo el mandato del Fondo Monetario Internacional”.
Esta política capituladora del Nuevo MAS viene de hace años. Recientemente, Castañeira también habló de “persecución y proscripción de Cristina”, ante el pedido de condena de un fiscal por sus responsabilidades en hechos de corrupción bajo sus doce años de gobierno (2003/2015). No es casual. Según el análisis de Sáenz, “Cristina y el peronismo son un obstáculo” para una salida bolsonarista”. Es decir, que habría que defender al democrático peronismo versus al fascista Juntos por el Cambio.
El Nuevo MAS capituló una vez más al peronismo y al kirchnerismo. Y es bueno recordar que nunca se sumó al Frente de Izquierda conformado en 2011 para pelear, en pleno kirchnerismo, por una salida obrera y socialista. Las razones están a la vista.