Nov 22, 2024 Last Updated 9:43 PM, Nov 21, 2024

Desde el Frente de Abogadxs por los DDHH y el Socialismo (FADHUS) repudiamos este cobarde y aberrante ataque contra una compañera de HIJXS.

Llamamos a la más amplia solidaridad, nos ponemos a disposición y exigimos se encuentre a los responsables materiales y a los instigadores políticos.

Hacemos responsable a Milei, Villarruel y las políticas negacionistas que fomentan el odio.

Lo mejor que podemos hacer para solidarizarnos es reventar las plazas del país este 24 de marzo. Solo la movilización popular puede detener el avance de la ultraderecha.

Hoy mas nunca decimos: Son 30.000, fue genocidio. Juicio, Castigo y cárcel efectiva para todos los genocidas. No olvidamos, no perdonamos. Memoria, Verdad y Justicia.

Escribe Nicolás Núñez
 
La asunción de un gobierno ultraderechista como el de Milei, Villaruel y Bullrich abrió un legítimo debate dentro del movimiento de derechos humanos en torno a la convocatoria de este nuevo 24 de marzo. A través del Frente de Abogadxs por los Derechos Humanos y el Socialismo (Fadhus), que impulsan compañeras y compañeros de Izquierda Socialista, intervenimos en los debates planteando que ampliar los marcos del accionar unitario era importante, pero que no podía hacerse ni a cualquier costo ni en base a maniobras e imposiciones, con el lema “unidad en la diversidad, todas las voces presentes”.

Recapitulemos brevemente. En 1996 se creó el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ)  como canal de organización de las marchas de cada 24 de marzo, de la lucha anti-represiva en general y centralmente contra la impunidad de ayer y hoy. Recién en 2007, y a partir de la incorporación de algunos organismos de Derechos Humanos de diversas maneras al espacio peronista kirchnerista, se empezaron a hacer dos marchas, con dos actos y dos documentos diferenciados.

Con ese recorrido, la búsqueda de intentar ir hacia una acción en común este año empezó mal. Desde el espacio vinculado al peronismo realizaron una operación de prensa en medios afines diciendo que ya había acuerdo para un acto en común sin que hubiese existido siquiera una reunión para discutirlo. El accionar del EMVyJ fue el opuesto, completamente transparente. Se realizaron reuniones plenarias y desde distintas posiciones se llegó a una en común: proponer públicamente a todos los organismos de Derechos Humanos dar un paso hacia la unidad, convocando en común a la marcha, y realizando un acto coordinado en el que en distintos horarios se lean los documentos de cada uno, de forma de no realizar ninguna censura ni invisibilizar temas que vienen siendo llevados a la Plaza de Mayo cada 24 de marzo.

Esto fue rechazado por el espacio vinculado al peronismo, cuya contrapuesta, en concreto era que el EMVyJ disuelva su convocatoria para ir detrás de lo que ellos pretendían de consignas. Una posición ultimatista que impidió que este año se pueda realizar una coordinación en la que nuevamente todos los organismos de derechos humanos compartan el escenario, lo que hubiera sido una imagen fuerte de repudio al gobierno de Milei y Villaruel.

Sabemos que son decenas y cientos de miles quienes participan cada año en ambas convocatorias. Y que de hecho, la Plaza de Mayo el 24 va a estar todo el día desbordada repudiando a los milicos y al gobierno negacionista de Milei. Los debates sobre cómo ampliar la unidad de acción seguramente continuarán, pero en esta ocasión nuevamente resulta clave sumarse a la convocatoria del EMVyJ para seguir apostando a desarrollar un fuerte movimiento de derechos humanos, en las calles e independiente de todos los gobiernos.

Escribe Adolfo Santos, fue miembro del PST y hoy es dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
En el marco de la movilización para reafirmar nuestro compromiso contra la impunidad de ayer y de hoy, este 24 de marzo también marchamos para recordar y rendir homenaje a la memoria de las más de cien compañeras y compañeros asesinados y desaparecidos de nuestra corriente. Eran jóvenes, estudiantes, delegados, dirigentas y dirigentes políticos, incansables constructores del glorioso Partido Socialista de los Trabajadores (PST), antecesor de Izquierda Socialista.

Con una política al servicio de la clase trabajadora y el socialismo, el PST fue un baluarte en la lucha contra el “pacto social” con los empresarios, para ajustar a los trabajadores, que implementaban los gobiernos peronistas desde 1973. Desde esa trinchera combatimos a la burocracia sindical, que era un agente del gobierno entre las y los trabajadores, de Cámpora primero y Perón después. Por eso, no es casual que los primeros ataques a nuestro partido hayan comenzado antes del golpe de 1976.

En la madrugada del 7 de mayo de 1974, sufrimos el primer asesinato, cuando nuestro compañero Inocencio “Indio” Fernández salía de su casa en Maschwitz para ir a su trabajo en la fundición Cormasa, donde era subdelegado y se enfrentaba a la burocracia de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Fue asesinado con un tiro de Itaka que le destrozó el pecho y su cuerpo semicalcinado, envuelto en un colchón incendiado, apareció en Campana.

Unos días después, el 29 de mayo, un grupo armado integrado por miembros de la Triple A y de la burocracia sindical de la UOM, atacó a balazos el local del PST de la localidad de Pacheco. En un hecho que tuvo repercusión nacional y quedaría recordado como “La Masacre de Pacheco”, fueron asesinados tres compañeros de reconocida actividad política sindical. Era la reacción fascista contra la combativa vanguardia de la zona norte, en donde el PST tenía influencia en una amplia franja del movimiento obrero.

Así sucedieron los primeros intentos de las bandas fascistas, integradas por sicarios de la burocracia sindical y sectores del gobierno peronista, para detener el fuerte ascenso obrero y popular iniciado con el Cordobazo que le impedía aplicar los planes patronales al gobierno peronista. En 1974, comenzaron a actuar con inusitada violencia contra la Juventud Peronista, los Montoneros y la izquierda entre quienes el PST cumplía un papel destacado en el enfrentamiento al gobierno y a la burocracia sindical. A fines de ese año, otros tres compañeros serían asesinados en un mismo día, entre ellos Cesar Robles, dirigente nacional de nuestro partido.

En septiembre de 1975 ocho militantes del PST de La Plata fueron secuestrados, torturados y fusilados. La nueva masacre por parte de las bandas fascistas, buscaba amedrentar al activismo que venía protagonizando una serie de importantes luchas. Petroquímica Sudamericana, Propulsora Siderúrgica, Astillero Río Santiago, reparticiones estatales y trabajadores y estudiantes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), eran un ejemplo de organización y lucha. En esos enfrentamientos, la militancia del PST tuvo una importante participación, de forma directa o impulsando la solidaridad obrera, estudiantil y popular con la perspectiva de luchar por una Argentina y un mundo socialista.

En marzo de 1976 llegaron los largos años de dictadura militar donde el PST continuó resistiendo junto a la clase trabajadora en la más estricta clandestinidad. Cambiaron las condiciones de militancia, fuimos proscriptos y perseguidos, pero continuamos en las luchas sindicales, editamos nuestro periódico y participamos de las restringidas posibilidades de reorganizar el movimiento obrero y los organismos de derechos humanos. Fue una actividad difícil que nos costó más de un centenar de vidas de valiosas y valiosos compañeros. Los recordamos con orgullo y decimos que fueron grandes, no por sus méritos personales, que sin duda los tenían, sino porque ofrecieron sus vidas al servicio de un proyecto inmenso, la lucha por la construcción de una Argentina y un mundo socialista.

Después de pelear contra una penosa enfermedad, el 12 de marzo falleció nuestro compañero Daniel Bernasconi.

Había ingresado en nuestra corriente en los primeros años del 2000 siendo activista de la UTA. Fue delegado de la línea 21 y más tarde entró a la 168, donde continuó actuando al servicio de sus compañeros y contra la burocracia sindical. Daniel será recordado por ser un luchador, pero además por su buen trato con los compañeros.

Sus últimos años de militancia fueron en Parque Patricios donde el compañero  pidió que fueran arrojadas sus cenizas. Compañero Daniel: ¡hasta el socialismo siempre! 

Continuamos con nuestra campaña de suscripciones a El Socialista, por diez números, al valor de 10.000 pesos. Sabemos que es un gran esfuerzo, por eso se puede colaborar en una o dos veces, o como se pueda. La brutal inflación nos llevó a tener que aumentar el precio de cada ejemplar impreso a 1.000 pesos. También podés suscribirte al formato digital por 5.000 pesos.

Cada suscripción nos ayuda a sostener el trabajo de elaboración, impresión y distribución de nuestro periódico. En él encontrarás los análisis, política y actividades que llevamos adelante, tanto a nivel nacional como internacional con la Unidad Internacional de Trabajadores y Trabajadoras - Cuarta Internacional (UIT-CI).

Suscribite a través de quien te acerca el periódico, escribinos por las redes o al Whatsapp 11 6258-8523.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

La suscripción del periódico impreso nos permite también seguir editándolo, ya que nos financiamos con nuestros propios aportes y del de los suscriptos.

 

Suscribite a la versión Impresa

Más Leídos