¿Alguien escuchó de boca de Scioli o de Macri alguna propuesta sobre cómo frenar la inflación? ¿De dar un inmediato aumento de salario y de jubilaciones que están en menos de la mitad de la canasta familiar? ¿La necesidad de restituir el 82% móvil? ¿De cómo van a terminar con el 40% de trabajo en negro y precarizado? ¿De poner fin al impuesto al salario e imponerle un fuerte impuesto a la renta financiera, bancos y mineras? ¡Eso sería empezarle a cambiar la vida de millones de trabajadores y demás sectores populares!
¿Alguien dijo de dónde van a sacar los fondos para hacer algunas de las promesas que esbozaron si van a seguir pagando religiosamente la fraudulenta deuda externa que está vaciando al Banco Central? ¡Por supuesto que no!
Scioli apeló al "voto miedo" para tratar de contrarrestar el tremendo voto castigo que sufrió el pasado 25 de octubre. Embistió contra Macri achacándole que va a una mega devaluación, a un ajuste y a recortar salarios y puestos de trabajo. Pero es para intentar encubrir que fue su gobierno el que con la importante devaluación de 2014 provocó una gran suba de precios y baja salarial que nunca más se recuperó. Macri, por su parte, nunca dijo "que no va a devaluar", aceptando, igual que Scioli y sus economistas, que es parte de las recetas que implementará después de las elecciones, en beneficio de los grupos exportadores, lo que provocará aumento en los precios y rebajas en los ingresos populares.
Scioli acusó a Macri que va a pactar con los buitres, cuando es el propio Kicillof el que aconsejó ese camino. Y el FMI, con este gobierno y el aval de Scioli, audita los índices truchos del Indec.
Macri acudió a los golpes de efecto solo para ganar votos. El titular del PRO y de Cambiemos se muestra "ajeno a la política", pero viene gobernando la Capital donde las villas crecieron un 52%; no construyó ningún hospital nuevo; favoreció el negocio inmobiliario; la corrupción (caso Niembro) y, opuesto a lo que predica, ha beneficiado a la educación privada. Su ministro de Educación, Esteban Bullrich, tiene a sus 5 hijos estudiando en escuelas religiosas.
Macri no es nada nuevo. Se unió a los radicales que ya vienen gobernando Santa Fe junto al "socialismo" con los mismos índices de pobreza, inseguridad, desigualdad social y narcotráfico que en el resto del país. Es la misma UCR que con De la Rúa-Chacho Álvarez nos llevó a la crisis del 2001, al desempleo, la desocupación y saqueo al servicio del FMI, provocando la rebelión del Argentinazo.
En relación a la inseguridad y el narcotráfico, ambos repitieron la vieja receta de "poner más policías", como si eso fuera la solución. Nadie mencionó, por supuesto, cómo terminar con las cúpulas policiales y judiciales, y la complicidad política de sus gobiernos, para enfrentar estos flagelos.
Tampoco dijeron, ante una nueva marcha el próximo 25 de noviembre contra la violencia de género, qué van a hacer contra los femicidios. Gobiernos que no destinan nada de presupuesto para refugios y asistencia a las miles de mujeres que lo sufren. Y ambos candidatos son fervorosos opositores al derecho al aborto seguro, legal y gratuito, provocando con esa decisión que cientos de mujeres mueran por año por abortos mal practicados.
Cada voto que saquen Macri o Scioli, será para que haya menos salario, más tarifazos y entrega del país. Cada voto en blanco o nulo, en cambio, como proponemos desde el Frente de Izquierda, servirá para fortalecer la lucha que se viene.
Un adelanto ya se vivió anoche. Trabajadores de la avícola Cresta Roja en lucha porque no les pagan sus salarios, se hicieron presentes en la facultad de Derecho en busca de respuesta, que, por supuesto, no encontraron.
Cuando se venga el ajuste el Frente de Izquierda y el sindicalismo combativo vamos a estar apoyando los reclamos obreros y populares. Y luchando por los cambios de fondo que solo proponemos desde la izquierda.
Ni Scioli ni Macri. Votá en defensa propia. Votá en blanco o nulo.