Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista
Los dirigentes ferroviarios Edgardo Reynoso y Rubén 'Pollo' Sobrero expusieron ante el plenario de comisiones de la camara de diputados que está tratando el proyecto de "estatización ferroviaria" de Cristina y Randazzo.
Denunciaron los negociados que se esconden detrás de este proyecto y defendieron la ley alternativa que los ferroviarios presentaron ayer a través de los diputados del Frente de Izquierda.
Por aumento de salario y contra el ajuste
En la Casa Rosada tienen un sueño. Enviar un proyecto de ley al Congreso para modificar las escalas a partir de las cuales los salarios pagan impuesto a las Ganancias; con eso descomprimir la situación salarial, y dejar el camino libre para que se firmen en paritarias salarios alrededor del 30%, mucho menor a la inflación real. Sería como “firmar la paz social hasta el final del mandato de Cristina”, piensan alrededor de la presidente. Un plan antiobrero que nada tiene de “nacional y popular”. Si en décadas pasadas el ajuste pasaba por la rebaja directa de los salarios, en la década kirchnerista lo fue bajo otras formas: pérdidas mensuales de salarios que nunca le ganaron a la inflación. Eso significa que en todos estos años se han transferido cifras siderales desde los bolsillos de los trabajadores a los de las patronales.
El importante acto del pasado domingo en apoyo a Cristina frente al Congreso con gente venida de todo el país (moviendo un gran aparato nacional K y el de La Cámpora), no implica que el gobierno esté pasando por un buen momento. Todo lo contrario. Una encuesta después del caso Nisman da que Macri estaría arriba con el 27%, después viene Scioli con el 23% y Massa con el 18%. “El candidato de Cristina”, como se autodefine Randazzo, ni figura. Capitanich y el ex ministro Manzur dejaron sus cargos en el gabinete nacional para ir corriendo a sus provincias ante posibles derrotas electorales. Y la asunción de Aníbal Fernández, hoy un “progre K” (quien vino prestando servicios en el menemismo, el duhaldismo y Ruckauf, el mismo que metió preso al “Pollo” Sobrero años atrás acusándolo sin pruebas de “quemar trenes”), muestra que la crisis política invade a la Casa Rosada. Los pétalos de rosa que tiraron al final del discurso de Cristina quedarán como parte de un costoso despliegue en sus últimas palabras en el recinto antes de dejar el poder, más que en darle continuidad a un “modelo” que viene siendo repudiado por amplias franjas de trabajadores y de la clase media.
El país sigue conmocionado por la muerte dudosa del fiscal Nisman. Millones miran al gobierno como el principal sospechoso, desde el primer momento en que ni siquiera le brindó protección. Cristina Kirchner, al decir que "no fue suicidio", está reconociendo que en su gobierno hay mafias impunes que nunca desmanteló, y que usó en estos años para perseguir a cualquier opositor, sea un fiscal, periodista o luchador social.
Miles marcharon el 18F por justicia y contra la impunidad. Una muestra de la bronca de sectores populares y de clase media contra Cristina y su "modelo". Comprendemos el sentimiento de quienes marcharon. Sin embargo, para el esclarecimiento de la muerte de Nisman y el "nunca más", se necesita disolver todos los servicios de inteligencia, abrir los archivos secretos y que se vaya Milani. No es lo que proponen los fiscales que convocaron a la marcha, ni los Macri-Carrió, Massa, Scioli, Binner o De la Sota.