La diputada Mercedes Trimarchi, junto a compañeras de Isadora (SUR) en el primer día del juicio por el femicidio de Anahí Benitez en Lomas de Zamora
El día miércoles 19 de febrero se llevará adelante un pañuelazo frente al Congreso para exigir que se apruebe ya el proyecto de Ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto que tiene estado parlamentario. "Nuestro proyecto es el de la Campaña, opuesto al de Fernández que lo está negociando con la iglesia anti derechos y los empresarios de la clandestinidad. Nosotras queremos que el aborto sea legal, seguro y gratuito, sin dilaciones, dijo la diputada provincial por Izquierda Socialista en el FIT Unidad, Mercedes Trimarchi.
Trimarchi finalizó: "Con la fuerza de la marea verde y en las calles vamos a conquistar nuestros derechos: educación sexual laica, científica y feminista para decidir, anticonceptivos gratuitos para no abortar y aborto legal para no morir, en todos los hospitales. Exigimos la inmediata separación de la iglesia y el Estado. Y Plata para los derechos de las mujeres y no para la deuda."
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La ley impositiva se aprobó en la Legislatura bonaerense con los votos del Frente de Todos y Cambiemos. Es un nuevo ajuste contra los trabajadores y los sectores populares. Lo recaudado será utilizado para pagar deuda y no para resolver los urgentes problemas sociales. La banca del FIT votó contra la ley y planteó que la única solución para salir de la crisis es romper con el FMI, dejar de pagar la deuda e imponer una ley impositiva donde realmente paguen más los que más tienen.
Escribe Mercedes Trimarchi, diputada bonaerense de Izquierda Socialista/ FIT Unidad
La ley impositiva de Kicillof, que establece los impuestos que cobrará la provincia este año, generó una fuerte polémica. Tras la votación, el gobernador reconoció que “beneficia a los sectores concentrados”. Por su parte, la vicegobernadora Magario dijo que no servirá para resolver los problemas de “nuestras escuelas, hospitales y la emergencia social”. Pero, pese al doble discurso, la ley fue votada con el acuerdo de los bloques del Frente de Todos y Cambiemos. El FIT fue el único bloque que votó en contra.
El gobernador y sus ministros se encargaron de aclarar que con la ley impositiva no buscan resolver los urgentes problemas sociales de los sectores populares bonaerenses, sino que quieren hacer caja para pagar la deuda externa de la provincia. Este año quieren pagar 2.700 millones de dólares (567 millones en enero) a los usureros internacionales.
Esta ley no establece “impuestos progresivos”, donde paguen más los que más tienen. Se trata de un impuestazo contra los trabajadores y los sectores populares, que pagarán el grueso de la recaudación de la provincia, mientras que las grandes empresas y los terratenientes seguirán pagando una porción menor, además, de seguir evadiendo sin control.
Así, por ejemplo, a la mayoría de los trabajadores se le impondrá un aumento del 55% en el impuesto Inmobiliario Urbano de sus viviendas, porque la ley define que las propiedades (terreno con vivienda) cuyos valores de mercado estén comprendidos entre 40 mil y 135 mil dólares deben pagar ese aumento. El gobernador dijo que es lógico pagar tanto porque “es equivalente a la inflación”, pero los salarios de los trabajadores están congelados y el gobierno se niega a actualizarlos.
Como evidencia de que los grandes terratenientes no recibirán el mismo peso de los impuestos, la ley define un aumento del 75% en el impuesto Inmobiliario Rural, pero sólo lo pagarán unas 200 terratenientes, cuando en la provincia hay más de 2.500 grandes propiedades mayores a 2 mil hectáreas. Además, los valores fiscales de esas propiedades no se actualizan desde 2012, lo que reduce el monto que pagarán. Este impuesto no les hace ni cosquillas a los grandes propietarios y oligarcas.
Encima, el impuesto de mayor recaudación, Ingresos Brutos, también recaerá sobre los trabajadores y sectores populares. Este impuesto se realiza sobre las actividades económicas de empresas, supermercados y otras actividades. Pero la realidad es que las empresas y supermercados siempre trasladan el impuesto a los precios, que termina pagando todo el pueblo trabajador. La reducción de este impuesto en algunas actividades (medicamentos o venta minorista de alimentos básicos) no traerá un beneficio importante para los golpeados bolsillos populares.
La banca de Izquierda Socialista en el FIT Unidad rechazó esta ley impositiva porque es un impuestazo contra los trabajadores y el pueblo. Es parte de un paquete de medidas nacionales y provinciales, como las leyes de emergencia, que responden a las recetas de ajuste del FMI.
Para resolver los urgentes problemas sociales en trabajo, salud, educación y vivienda es necesario romper con el FMI y dejar de pagar la deuda externa usurera y fraudulenta, que en último periodo engrosó Vidal con el apoyo parlamentario del peronismo, y que fue utilizada para hacer negocios financieros. Es necesaria una verdadera reforma tributaria, donde paguen más los que más tienen, empezando por cobrarle a los grandes terratenientes, a las empresas multinacionales y a las cadenas de supermercados formadoras de precios.
Escribe Mercedes Trimarchi diputada de Provincia de Buenos Aires y referente de Isadora
Son dos misóginos, homofóbicos, reaccionarios y represores que gobiernan para las multinacionales y el capital financiero. Defienden cada uno de los ataques del Estado de Israel contra el pueblo Palestino, y son enemigos de las mujeres, lesbianas, gays, trans y demas sectores oprimidos en sus países y el mundo entero. Son de los principales enemigos de la juventud.
Trump desarrolló como parte de su campaña xenófoba la política de intentar expulsar 800.000 jóvenes migrantes, mientras que también separó a miles de niñxs de sus padres y madres en la frontera con México. Su discurso envalentonó al movimiento "Alt Right", promoviendo una mezcla de nacionalismo blanco y reaccionario, en un marco en que han crecido los crímenes de odio contra las comunidades negras y judías entre otras. Además, impulsó una reforma fiscal que aumentó la carga al pueblo trabajador y les bajó impuestos a los ricos y multinacionales. A nivel internacional buscó apuntalar el intervencionismo yanqui en todo el planeta.
Bolsonaro, por su parte, basó su campaña en amenazas de todo tipo contra los sin tierra, los pueblos originarios, las identidades disidentes y las mujeres. La otra cara de la moneda de una política que busca quitarles derechos históricos a lxs trabajadorxs, como con la búsqueda de una reforma jubilatoria. Su discurso está inundado del dogma religioso, su gobierno dice las mujeres nacieron para "ser madres y el hogar", y ahora llegó al colmo de querer terminar con el financiamiento estatal a las carreras de Filosofía y Sociología por estar para él impregnadas de la "ideología de género". Un dinosaurio completo.
Las mujeres fueron las primeras en salirle al cruce a ambos masivamente. En Brasil con el " que ganó las calles del país antes de la votación, y en EEUU al día de su asunción también cientos de miles de mujeres se plantaron en la masiva "woman's march". Es una tarea del momento derrotar en las calles estas versiones retrógradas de gobiernos para ricos, que muestran cómo los grandes capitales siempre que pueden, ponen a cargo de los Estados a representantes anti-derechos.
Es muy importante para los pueblos del mundo debilitar políticamente al mandamás del imperialismo. La juventud tiene que ser parte de las campañas mundiales y convocatorias contra estos gobiernos reaccionarios. El Frente de Izquierda, Izquierda Socialista, Isadora y la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional, estamos al servicio de esa pelea.
Escribe Mercedes Trimarchi, Diputada provincial Izquierda Socialista/FIT
Nuevamente, las mujeres hicimos que la Tierra tiemble por nuestros reclamos. Esta vez, la jornada se convocó como huelga internacional feminista. Las movilizaciones que se dieron en más de cincuenta ciudades del mundo muestran que la ola de luchas feministas no se detiene.
Otra vez las calles fueron tomadas contra los planes de ajuste de todos los gobiernos capitalistas. En el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras fueron masivas las concentraciones y marchas que en todo el planeta se hicieron por la igualdad salarial, contra los femicidios, las violaciones y todas las violencias de género.
En el Estado español se registraron multitudinarias movilizaciones en las principales ciudades del país. En Madrid marcharon unas 400.000 personas y en Barcelona 250.000. Se destacaron las movilizaciones en Noruega, Corea del Sur, México, Paraguay, Irán, China, entre otros países. En Chile, las mujeres que vienen de un 2018 de tomas de las universidades contra la violencia sexual, organizaron una jornada que superó todas las expectativas y solo en el centro de Santiago se concentraron unas 250.000 personas.
En la Argentina, frente a todos los pronósticos de los antiderechos que auguraban una marcha chica, el movimiento de mujeres, lesbianas, trans y travestis nuevamente tomó las calles del país. En Buenos Aires, según el diario La Nación (que no es justamente un aliado feminista) tuvo que reconocer que en la Plaza de Mayo hubo más de 300.000 personas. En Córdoba marcharon unas 70.000 y en Rosario cerca de 50.000. Solo viendo los números se demuestra que el movimiento de mujeres no fue derrotado como pretenden Macri, los gobernadores y las cúpulas de las iglesias. Mas bien todo lo contrario: este 2019, sin dudas, será otra vez el año de las mujeres que se movilizan para conquistar sus derechos.
La Plaza de Mayo se tiñó de verde
El pañuelo verde en alto de cientos de miles al finalizar el acto en la Plaza de Mayo demostró que el reclamo por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito sigue siendo la demanda más sentida del movimiento de mujeres. Y muestra también que aunque no se haya votado a favor el año pasado, las feministas estamos dispuestas a dar la pelea hasta que #SeaLey.
Sin embargo, todos los partidos patronales impulsan que este año, como hay elecciones, no conviene hablar de aborto. Elisa Carrió (Cambiemos) planteó un plebiscito para 2020. Cristina en diciembre pasado llamó a unir los pañuelos verdes con los celestes y ahora convocó directamente a los evangélicos a armar el partido celeste dentro de sus filas. Por su parte, Ofelia Fernández, del Frente Patria Grande que lidera Grabois, junto al Vaticano, también dijo que había que bajar el reclamo este año. Desde Isadora e Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda opinamos lo opuesto. Sí queremos que este año se discuta y se apruebe el aborto legal en nuestro país. Les recordamos que el aborto existe, y son cientos de miles al año quienes deciden hacerlo, incluso cargando el peso de la clandestinidad. Las mujeres, sin importar la edad, sus creencias o su condición social abortan, pero son las pobres las que terminan con graves consecuencias en la salud y, lo que es peor, muertas, si no se legaliza.
Por eso insistimos: no a la unidad con los antiderechos, ni bajamos nuestro reclamo. Seguiremos levantando el pañuelo verde como lo hicimos este #8M por nuestro derecho a decidir. El movimiento feminista debe ser independiente de los gobiernos y de los partidos patronales aliados a las iglesias reaccionarias y misóginas. Solo confiamos en la movilización de las mujeres que, junto a la clase trabajadora, somos quienes podemos terminar con esta sociedad capitalista patriarcal. Les invitamos a sumarse a Isadora e Izquierda Socialista para dar con más fuerza esta pelea por un mundo sin explotación ni opresión.