Está claro que este modelo no va más. Por eso la crisis la tienen que pagar los grandes empresarios y banqueros, no los trabajadores. ¡Todos al paro general!

Si el paro es un éxito, estaremos más fuertes para frenar el ajustazo del gobierno y el miserable techo salarial. Los colectiveros de la UTA convocan, lo mismo que los ferroviarios de la Seccional Gran Buenos Aires Oeste y el cuerpo de Delegados del Sarmiento encabezados por Rubén “Pollo” Sobrero, La Fraternidad y Señaleros. Y la CTA Micheli.

El gobierno salió furiosamente a desacreditar la medida. “Es un paro político”, dijo Capitanich. Y el presidenciable gobernador K de Entre Ríos, Sergio Uribarri, agregó que el paro es “intencionalmente destituyente”. Acompañados por los burócratas oficiales, como Hugo Yasky, quien vaticinó que el paro “no va con el sentir de la inmensa mayoría de los trabajadores”. Y el titular de la Unión Ferroviaria, Sergio Sasia, heredero del hoy preso José Pedraza, dijo que la medida no corresponde porque… “¡estamos viviendo una verdadera revolución ferroviaria!”. ¡Caraduras! ¡Los mismos que están pactando aumentos del 25% en cuotas cuando la inflación será del 40 al 50%!

Con el acuerdo en la paritaria de la UOM de un 26% (¡diseñado por el propio ministro de Trabajo Carlos Tomada!) y otros del mismo tenor como el que están tejiendo con el buchón de la dictadura Gerardo Martínez de la UOCRA, entre otros, quieren intentar desactivar el paro. ¡Pero no lo van a lograr!

No se trata de ningún paro apadrinado por Sergio Massa como dice el gobierno. Se trata de un paro arrancado desde abajo, que tenemos que aprovechar para enfrentar a un gobierno que pretende un techo salarial mientras los banqueros, las patronales del campo y multinacionales siguen haciendo fortuna en su “década ganada”. Medida que va también contra la oposición patronal que, donde gobierna, también está aplicando el ajuste.

Moyano desde que convocó al exitoso paro del 20 de noviembre de 2012 no movió más un dedo. En todo este tiempo se la pasó reuniéndose con Macri, De la Sota, Binner y cuanto político opositor se le cruzara en vez de apoyar las luchas. Por ejemplo, si este paro general se hubiera convocado en medio de la huelga docente bonaerense, le hubiese dado un impulso extraordinario para que triunfe en forma categórica. No como ahora, donde la burocracia Celeste pro kirchnerista de Baradel levantó las medidas mientras miles y miles de docentes querían seguir luchando, protagonizando una lucha histórica (ver páginas siguientes). El 10 tenemos que parar por $ 3.000 pesos de emergencia para todos. 9.000 de salario mínimo indexado mensualmente. Salarios iguales a la canasta familiar. Abajo el techo salarial, el ajuste y el tarifazo. Paritarias sin techo. Que se prohíban los despidos y suspensiones. Basta de trabajo en negro y de impuesto al salario. Absolución a los petroleros de Las Heras. Reclamos que deben ir unidos a medidas de fondo, como el no pago de la deuda externa y que no se destine ni un dólar de los 11.000 millones para “indemnizar” a Repsol. Volcando esos fondos para aumentar los salarios, los presupuestos de salud y educación y a un plan de viviendas populares; que se reestaticen los ferrocarriles y todas las privatizadas bajo gestión de trabajadores y usuarios; se nacionalice la banca y el comercio exterior, entre otras medidas.

Llamamos a todos los trabajadores a tomar el paro en sus manos, haciendo asambleas y cuerpos de delegados para impulsarlo. A los trabajadores enrolados en los gremios que conducen los burócratas de la CGT oficial (UOM, Smata, Comercio, Uocra) a parar el 10. A que las agrupaciones de oposición y activistas de esos sindicatos se unan y hagan asambleas, recorridas por edificios y secciones para impulsar el paro. Y al movimiento estudiantil a organizar acciones en apoyo a la huelga retomando las mejores tradiciones en apoyo a las luchas de los trabajadores.

Moyano y Barrionuevo han dicho que el 10 “no se tiene que mover un alfiler”. Para eso el paro tiene que ser activo, con piquetes y distintas acciones que permitan que nadie vaya a trabajar. Y como lo reclama el Encuentro Sindical Combativo, además, tiene que ser el primer paso de un plan de lucha nacional debatido en la base. ¡Pongamos manos a la obra desde ahora garantizando un gran paro el 10 y su continuidad!