Planteamos que el centro de la orientación para la lucha era la coordinación de las seccionales Multicolores con La Matanza a la cabeza, para arrastrar al resto de los distritos a la lucha y que podíamos desbordar a Suteba y FEB, contra quienes opinaban que Baradel aún controlaba y había que disciplinarse a sus decisiones. La decisión de impulsar un paro de 72 horas y luego seguir con el no inicio nos dio la razón, ya que Baradel debió pasar de 48 horas a 72 y luego al “paro continuo”, como lo llamó.
Planteamos que había que impulsar la unidad en las escuelas y los zonales en todos lados, y las autoconvocatorias donde dirigía la Celeste. Fuimos los campeones en impulsar los plenarios provinciales de la oposición y logramos aprobar por votación unánime en ellos que, ante la inminente posibilidad de que Baradel pactara con Scioli a espaldas de los docentes, no aceptaríamos que decidiera nada por TV, sino que las asambleas distritales y un plenario provincial sería donde debatiríamos, decidiríamos y actuaríamos todos juntos.
Pero el gran debate que cruza hoy a los luchadores de la huelga es ¿por qué Baradel pudo levantar? ¿Quién decidió? ¿No se podía seguir el paro llamando a todos los que rechazaban el pacto, intentando desbordar esta vez a los capituladores? ¿Estamos condenados a disciplinarnos a estos burócratas?
Nosotros somos categóricos y así lo dije en directivas y asambleas de La Matanza: la base docente estaba muy fuerte y quería seguir. Sólo se levantó el paro por decisión de la burocracia. Si el Frente Gremial seguía, nadie duda que el paro hubiera continuado casi al 100%. O sea, era un problema de conducción, no de “agotamiento” ni de “lucha defensiva” como la califican algunos. En La Matanza el día que Baradel pactó con Scioli, teníamos más de 10 mil docentes y la comunidad en las calles, repudiando al gobierno y apoyando a la docencia. La asamblea fue de 1100 afiliados y quinientos docentes más. ¡Y se repudió el acuerdo con sólo 22 votos a favor! ¿Dónde estaba la flaqueza del movimiento? ¡En Sarmiento unos 500 docentes se enfrentaron a la patota Celeste e irrumpieron en el sindicato, y mientras votaban seguir el paro cantaban “a ver Cristina, si nos entendemos”! En Avellaneda y Lanús centenares repudiaron y marcharon a las plazas. En Tigre más de 600 rechazaron y sólo 20 aprobaron. Y así en todos lados. En la FEB, 21 distritos votaron seguir y sólo 19 aceptar. Udocba resolvió seguir. Queda claro que no era por los docentes que se levantaba, sino por el fraude de Baradel y Petrocini.
La errada caracterización de PO, CCC, Rompiendo Cadenas, PTS y las conducciones de Tigre, Marcos Paz, Escobar, de que “la base se iba a quebrar”, los llevó a la equivocadísima política de disciplinarse a la decisión burocrática de Baradel y Petrocini, aceptando ir a trabajar el lunes sin siquiera intentar el desborde. Por ejemplo votar que, si Baradel y Petrocini levantaban, se llamaba para el sábado a un nuevo plenario provincial de los Suteba Multicolor, con los Autoconvocados e invitando a Udocba y a las seccionales de FEB que estuvieran dispuestos a seguir la lucha, a mantener la medida y movilizar unidos el lunes. Eso hubiera conmovido a Baradel y a la FEB, y hasta podría haber logrado que, una vez más, se vieran obligados a seguir la lucha. Hasta los medios de comunicación decían que Baradel no se animaba a levantar por miedo a que la Multicolor siguiera y quedara en minoría. Decenas de miles de docentes preguntaban el sábado “¿Y qué hace la Multicolor? ¿Qué hace La Matanza?”. No se le dio respuesta.
Si la política de estas corrientes fue errada, su método también lo fue. En las asambleas del viernes en las seccionales opositoras sólo plantearon rechazar el acuerdo y mandatar a Suteba seguir. Pero no propusieron ninguna alternativa a la variante más probable “¿Qué hacemos si Baradel y Petrocini vuelven a traicionar?”. Volvieron a ubicarse sólo como dirección de sus seccionales, abandonando la coordinación interdistrital sin postularse como alternativa provincial a Baradel y Petrocini. No se cumplió con las resoluciones que hicimos en los plenarios provinciales opositores que, llegada esa situación, se convocaría a asambleas y a un plenario de emergencia para decidir qué hacer todos juntos. No hubo plenario ni hubo asambleas antes del lunes. Las que se hicieron el lunes a la tarde fueron con el paro ya levantado.
Creer que por todo lo bien que hicimos en la lucha alcanza para que Baradel se desgaste y la oposición capitalice para las elecciones de Suteba de 2017, además de un análisis mezquino, es equivocado. Porque los docentes nos votaron para que tratemos de evitar que Baradel nos traicione otra vez en la lucha, no para “ir ganando espacios”. Los docentes quieren propuestas para ganar la lucha, no para “acumular” fuerzas para el futuro.
Creemos que tenemos que aprender de todo lo bueno que hicimos, pero también de estos errores, para que retomemos el camino de la unidad de las seccionales multicolor, sumando a los autoconvocados y delegados combativos en plenarios, para consolidar una alternativa provincial a Baradel y Petrocini en las luchas venideras.