En los últimos cinco años, la rentabilidad del sistema bancario, tomando sus activos, se triplicó, llegando así a ser el sector de la economía del país que más ganó. Estos mismos bancos son los que cobran tasas usurarias y proveen de divisas a las agencias “informales” que “prestan” dinero a los sectores más humildes que no pueden acceder al crédito formal con un costo financiero total de entre un 150 y 220 por ciento. Todo esto, claro está, bajo el amparo del gobierno nacional. Contrariamente al “modelo productivo” que proclama el gobierno, en la Argentina kirchnerista los que más ganan siguen siendo los bancos.