Los obreros ceramistas no pueden seguir esperando. Están trabajando con maquinarias que tienen más de veinte años de antigüedad. Por eso solicitan 20 millones de pesos al gobierno de la provincia para recuperar un nivel adecuado de producción. También mantuvieron reuniones con Kicillof para la compra de nueva maquinaria y la renovación tecnológica. De no otorgarse el crédito la fábrica no podrá seguir funcionando. Se trata de un reclamo histórico de los ceramistas. Durante años se les negó el crédito argumentando que los obreros de Fasinpat no tenían el título de propiedad de la empresa. Habiendo concluido el trámite expropiatorio en todas sus etapas no vemos motivos para que la provincia y la nación nieguen, como hasta el momento, los créditos necesarios.
No se está pidiendo nada del otro mundo. Para la provincia ese crédito de 20 millones de pesos es una suma ínfima, y sería una suma menor en relación a la asistencia crediticia otorgada a decenas de empresas, como las petroleras y las bodegas. Estas últimas al día de hoy, todavía adeudan 500 millones de pesos luego de reiteradas condonaciones de pagos e intereses. Otro ejemplo es Cerámica Neuquén, que recibió cuantiosos subsidios y créditos que el dueño prácticamente no devolvió, y para colmo de males dejó a los trabajadores librados a su propia suerte. Es inexplicable la dilación del gobierno provincial, a no ser que pretendan ahogar a la cooperativa Fasinpat para que deje de ser un ejemplo en el país y en el mundo de que se puede producir sin patrones y que el conjunto de la economía podría organizarse de esta forma. Desde la banca seguiremos denunciando el hundimiento y exigiendo el crédito. Y sobre todo impulsaremos en la propia fábrica un plan de lucha que nos permita obtener este crédito, de la misma forma que obtuvimos todo lo que se logró en Fasinpat: con lucha en las calles y en las fábricas.