El gobierno se desbarrancó en su doble discurso: "el que no vota esto está a favor de los buitres", llegó a decir. La única realidad es que no se trata de ninguna "recuperación de soberanía". Sólo es una maniobra desesperada para, como sea, "seguir pagando". Incluso habrá que ver si tiene éxito, ya que muchos bonistas anticiparon que no pueden aceptar el cambio de jurisdicción del cobro.
Es increíble: el gobierno recorre el mundo mendigando unos pocos miles de millones de dólares, que a la vez van a aumentar el monto de nuestro endeudamiento y sigue pagando la deuda. Así Kicillof fue a China y a Brasil, Fábrega a Suiza y otros funcionarios hacen gestiones en Francia. Se desesperan por obtener 5.000 millones de dólares "frescos", mientras se disponen a tirar al barril sin fondo de pagos de deuda 15.000 millones de acá a fin de 2015. Una expresión más de la irracionalidad de esta política del pago perpetuo.
Párrafo aparte merece la oposición patronal. Se cubrió votando en contra, ante el posible fracaso de esta especie de "tercer canje". Pero lo hizo aclarando que, en todos los casos, estaba a favor de seguir cumpliendo con todos los pulpos acreedores. Ahora el debate va a Diputados, donde se volverá a ver la coincidencia de todos a favor de seguir pagando, más allá de la pirotecnia verbal que seguramente volverá a existir entre el kirchnerismo y la oposición patronal, "para la tribuna".
Lo único diferente será que, ahí sí, se escuchará la voz solitaria del Frente de Izquierda diciendo que la única salida es dejar de pagar esta deuda inmoral, ilegal e impagable, para poner esos recursos al servicio de trabajo, salario, vivienda, salud y educación.