Fue arrancada por la gran presión de las bases a las centrales obreras mayoritarias (CUT -Central Unitaria de Trabajadores-) y la CTB (Central de Trabajadores de Brasil), que apoyan al gobierno del PT y están muy desprestigiadas, y muchas otras organizaciones obreras, incluyendo a las organizaciones que dirige la izquierda, como Conlutas, Intersindical, Unidos Para Luchar y el MTST (Movimiento Trabajadores Sin Techo), el principal impulsor de la mayor marcha en la ciudad de San Pablo.
El paro se da en un marco de crisis económica y política del gobierno del PT y de un duro plan de ajuste antipopular, lanzado después de que Dilma Roussef consiguió su reelección prometiendo “enfrentar a la derecha”. Pero resulta que el ministro de Economía actual es un representante de los banqueros, que se llevan la mitad del presupuesto nacional en pagos de la deuda estatal, con los intereses más altos del mundo. Lejos de cambiar eso, lo que se está aplicando es un brutal ajuste antipopular con aumentos de tarifas, despidos, recortes en los presupuestos de salud y educación.
El proyecto de ley sobre tercerización fue como la gota que rebalsó el vaso. No sólo permite que las empresas trabajen con un 100% de personal eventual, sino que autoriza, por ejemplo, que tomen personal “a prueba” ¡por dos años con la mitad del salario establecido para la categoría! Y autoriza contratos individuales con trabajadores como “prestadores de servicios”. Esto significaría la división de los trabajadores y un enorme debilitamiento de los sindicatos.
Por presión de sus bases, la CUT y CTB convocaron al paro. Pero por sus compromisos con el gobierno del PT, al que apoyan abiertamente, no organizaron efectivamente el paro. No se hizo lo que en su momento hicieron los combativos “garis”, trabajadores de limpieza de Río de Janeiro y los trabajadores de la educación de Paraná, o como lo realizan los maestros de San Pablo y de Pará, entre otros, que organizan desde las bases comités de huelga.
La Corriente Socialista de los Trabajadores (CST/PSOL), que integra la UIT-CI, convocó al paro, fue parte de la formación de los comités de agitación de preparación de la paralización, impulsó y participó de actos y marchas junto a la corriente sindical Unidos Para Luchar. Explicando que “necesitamos una huelga general que paralice totalmente al Brasil hasta derrotar no solamente la tercerización, sino el ajuste que el gobierno Dilma/PT está imponiendo al pueblo […] para imponer aumento general de salarios, creación de empleos, preservación de derechos laborales, inversión en salud y educación, recuperando los ríos de dinero que hoy se van para la corrupción y pagar la deuda pública”. Para ese objetivo, señala la CST, “tiene gran importancia el papel que puede cumplir el PSOL, el PSTU, Conlutas, la Intersindical, el PCB, el MTST, las direcciones combativas de los sindicatos, para exigir la continuidad de la lucha en una huelga general y para construir un polo que sea embrión de una nueva dirección”.