Cristina se reunió con una veintena de corporaciones rusas en un foro empresarial. Según voceros del gobierno, los convenios abarcan negocios en “exploración geológica, hidrocarburos, gas y petróleo”. Y la construcción de Chihuido I (una represa y central hidroeléctrica), la cual ya fue adjudicada a un consorcio de empresas, entre ellas dos de origen ruso. También Galluccio en nombre de YPF hizo acuerdos con la rusa Gazprom.
Se ha pactado también en Rusia compras de helicópteros carísimos. Y acordado operaciones militares conjuntas, supuestamente para que policías rusos y argentinos... combatan al narcotráfico. Cristina elogió a Rusia porque nos ayudó en la “pelea” con los fondos buitre. Es decir, le lavó la cara a un gobierno capitalista y represor como el de Putin, diciendo que está dispuesto a “darnos una mano” y a “cooperar”. El mismo que invadió Ucrania.
Nada bueno se puede esperar de estos negocios. Se quiere hacer creer que Rusia, China y tros países son “buenos” y que están enfrentados con Estados Unidos. Nada más alejado de la realidad. Podrán tener algunos roces con Estados Unidos, pero los une que son países y gobiernos al servicio de las multinacionales y banqueros. Quien sale ganando con todo esto no es el pueblo argentino, sino las multinacionales y bancos. Lo mismo ocurrió con el pacto secreto YPF-Chevron o la compra de vagones a China.
Nadie dice que no se pueden pedir créditos o relacionarse con otros países. Pero lejos están estos acuerdos de beneficiar a los trabajadores argentinos, porque traerán más endeudamiento, dependencia y saqueo de nuestros recursos naturales y energéticos.
Cristina y Estados Unidos
Cristina criticó a Obama en su viaje a Rusia. Eso le da “rédito”. Quiere seguir apareciendo como “progresista”, incluso hasta de “izquierda”, como la han pintado algunos medios. Pero el pez por la boca muere.
La presidente reveló: “el segundo inversor en mi país es Estados Unidos. De las 500 empresas más importantes de EE.UU., 100 están radicadas en Argentina” (Página/12, 24/4). A esto agreguemos que entre las empresas que hacen fracking en Vaca Muerta están las norteamericanas Schlumberg, Weatherford, Halliburton y Baker Hughes; y las perforadoras estadounidenses Nabors, San Antonio Pride y Helmerich & Payne (H&P)...” (La Nación, 19/4).
Por su parte, el presidente de Chevron para América Latina y Africa, Ali Moshiri, ha dicho recientemente: “Cuando nos asociamos con YPF sólo hemos visto un progreso en nuestro proyecto desde que empezamos [...] Creemos que Argentina es uno de los países fuera de los Estados unidos donde los yacimientos no convencionales tienen mayor potencial para ser desarrollados” (Página/12, 23/4). Queda claro. Bajo el gobierno K, Argentina sigue atada a las multinacionales imperialistas norteamericanas.
A.S.