Las protestas se dirigen también contra el sindicato turco del metal, Türk Metal, que hace poco firmó un convenio con la patronal del sector (MESS), duramente criticado por los trabajadores por ser “un convenio de venta”. Ahora en decenas de empresas los trabajadores se están desafiliando de este sindicato. Las huelgas que en algunas de las fábricas toman la forma de ocupaciones de las instalaciones, están dirigidas por las “comisiones” elegidas en las asambleas de los trabajadores.
Las reivindicaciones son tres: 1) suba salarial de 1,2 euros por hora trabajada; 2) salida del sindicato Türk Metal de la empresa; 3) ninguna represión o despido de los huelguistas. Los trabajadores pasan día y noche en las fábricas o en los jardines de las mismas, con el apoyo solidario de otros colegas y de familiares que les llevan comida y bebida.
La patronal y los inspectores del Ministerio de Trabajo tachan de ilegal las huelgas con el argumento que ya existe un convenio firmado por Türk Metal. Las fábricas y los huelguistas están rodeados por las fuerzas de seguridad que esperan la orden de reprimir las movilizaciones. Por otra parte, la fiscalía ha puesto en marcha varias detenciones de algunos de los dirigentes de las huelgas.
El Partido por la Democracia Obrera (IDP-sección de la UIT-CI), apoya esta lucha y convoca a las organizaciones sindicales y estudiantiles a sostener la histórica huelga de los trabajadores metalúrgicos en Bursa.