Estas elecciones municipales siguen marcadas por la crisis política y social que se vive en el Estado Español. El gobierno del PP lleva años ajustando al pueblo trabajador, con recortes salvajes al salario, a la salud y a la educación. Con miles de desalojos, despidos y privatizaciones. Antes lo había hecho el PSOE de Zapatero. Al momento de las elecciones, por ejemplo, estaban en huelga los trabajadores de Movistar y las demás empresas contratadas de Telefónica.
Eso explica el castigo en las urnas al partido del gobierno (se calcula que PP perdió unos 2,5 millones de votos) y al PSOE (pierde casi 800 mil votos). Esto no es nuevo, sino que ya se trata de una tendencia de tiempo atrás que muestra la profundidad de la crisis del régimen político español, cuyos pilares son ambos partidos. El ascenso electoral de Podemos y formaciones afines y de Ciudadanos, es la expresión clara de esa crisis.
Millones de descontentos, de “indignados”, buscan con su voto nuevas alternativas políticas. Y lo hacen mayoritariamente hacia la izquierda o una nueva centroizquierda como son Podemos y alianzas que triunfaron en Madrid, Barcelona y Valencia. Una parte del voto que pierde el PP va hacia la nueva formación Ciudadanos, que se convierte en un recambio populista de derecha. Muchos de sus dirigentes son ex PP. Muchos le dicen el “Podemos” de derecha.
En la capital española triunfa la alianza Madrid Ahora, encabezada por Manuela Carmena, una ex miembro del PC, de trayectoria como abogada laboralista y ex jueza. En Barcelona la triunfadora es Ada Colau, que se destacó durante años como dirigente contra los deshaucios (desalojos), quien con la coalición Barcelona en Común, de la cual participa Podemos y otras fuerzas, derrotó largamente al actual alcalde, un histórico dirigente patronal independentista. En Valencia cayó la alcaldesa Rita Barbera (PP) que llevaba 24 años en el gobierno municipal. La derrotó otra mujer: Mónica Oltra, dirigente de Compromis, surgida de los “indignados” locales.
El que más sale fortalecido es Podemos que integró o apoyó las alianzas triunfantes. Encabezado por Pablo Iglesias, su figura más destacada, es visto como una alternativa de izquierda y de cambio. Podemos es un nuevo fenómeno político con puntos de contacto con el caso de Syriza, que llegó al gobierno en medio de un giro a izquierda electoral de las masas griegas ante la debacle política y social de Grecia. Pero también tiene elementos en cuanto a licuar sus programas. Como señala Lucha Internacionalista (sección de la UIT-CI): “El principal problema de Podemos es [...] que su estrategia está al servicio únicamente de ganar votos y por lo tanto se lo juega todo al electoralismo hasta disolver su programa y su propia identidad. Llega a desmentir ser un partido de izquierdas, cuando no se pronuncia sobre la monarquía o la OTAN y olvida los problemas económicos más importantes de los trabajadores...” (LI 137, mayo 2015, pág. 7). “Para ser una alternativa de los de abajo es preciso dar respuesta al jornalero en paro (desocupado), hablar de reforma agraria, cuestionar a los grandes latifundistas, no pagar la deuda” (idem, Editorial).
La participación de Lucha Internacionalista “en las elecciones y en candidaturas ha venido marcada por un compromiso con la lucha y el objetivo de aprovechar las elecciones para seguir construyendo alternativas”.
Un concejal de Lucha Internacionalista en Girona
El compañero Toni Granados, militante de Lucha Internacionalista(LI), ha sido electo como concejal en la ciudad de Girona, de Cataluña. Granados es hijo de padres que emigran de Andalucía y vive en el barrio obrero de Germans Sabbath. Es trabajador químico y presidente del Comité de empresa de la fábrica Medichem de Celrà de 186 trabajadores. Afiliado a CCOO (Comisiones Obreras) y sindicalista de la corriente crítica “Por un giro sindical a la izquierda” de Girona, ha participado activamente apoyando a las campañas por Panrico y otras luchas.
Lucha Internacionalista integró en Girona las listas de CUP-Crida per Girona (Candidatura de Unidad Popular-Llamamiento por Girona) para articular una propuesta política de ruptura independentista y anticapitalista. El bagaje y la actividad institucional acumulados por la CUP a nivel municipal como oposición a la política neoliberal de CiU (gobierno patronal municipal) durante estos 4 años y el trabajo de base con organizaciones de lucha y personas a título personal, hacía necesario impulsar una alternativa anticapitalista, soberanista, antirracista, feminista y ecologista, ligada a las luchas sociales y comprometida sólo con los y las de abajo.
Lucha Internacionalista participó en la candidatura CUP-Crida per Girona con tres dirgientes: Toni Granados, Alfons Enrique e Ibrahim Sano, con implantación en las luchas sindicales y sociales.