Lo que fue “esencial” y “visible”, salvo para el gobierno, es el tremendo parazo contra este modelo de salarios y jubilaciones de pobreza, que los K niegan. Y, por qué no, también es “visible” que los “troskos” crezcan: en las luchas, en las calles, en el sindicalismo combativo y en las elecciones, donde el FIT ya obtuvo un millón trescientos mil votos.