Los condenados asumieron ser culpables del homicidio de Gabriel Riquelme, un joven de 20 años asesinado en marzo de 2014 en medio de una salvaje persecución que terminó en Pueblo Esther. Se acreditó que los policías iban de civil y en un auto particular, y abrieron fuego a mansalva con un arma reglamentaria contra el vehículo donde viajaba Riquelme con cuatro amigos. Quedó claro que se trató de una agresión ilegítima y unilateral de los policías.
Los jueces avalaron en audiencia oral el juicio abreviado al que llegaron los fiscales, con la defensa de los imputados y los abogados querellantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Julia Giordano y quien escribe.
El “modelo de inclusión social” del Frente Progresista santafesino (PS-UCR-CC) y del kirchnerismo se derrumba ante la realidad. Se siente el ajuste y con ello aumenta la represión y el gatillo fácil. La CORREPI denunció más de 2778 casos de gatillo fácil en los últimos 10 años. En Santa Fe, según el Ministerio Público de la Defensa, en 2014, 15 jóvenes fueron asesinados por la “nueva” policía de Bonfatti en el departamento Rosario. En su mayoría, los gatilleros no fueron siquiera imputados por los fiscales. Lo mismo ocurrió en los 7 casos registrados en 2015.
El caso tuvo gran repercusión en todos los medios locales desde el inicio. La APDH acompañó a Alejandra Riquelme (madre de su único hijo) desde julio de 2014 y allí asumió la defensa. Con el apoyo incondicional de la vice presidente Nacional Norma Ríos y Florencia del Negro, presidente Regional Rosario de la APDH y de la intervención de los abogados intervinientes se logró una condena inédita.