Cuando Tévez dijo que le conmovió la miseria que vio en Formosa, funcionarios del gobernador Gildo Insfrán contraatacaron diciendo que era un villerito europeizado. Pero la verdad es que en la provincia más pobre, la miseria crece al compás que los empresarios agrícolas extienden su apropiación de las tierras que son posesión ancestral de más de 110 comunidades originarias. La resistencia puede significar la represión y hasta la muerte.
Desde 1940 su zona fue reconocida como reserva indígena. La Constitución Nacional, leyes nacionales y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007) han reconocido el derecho de los pueblos originarios a la tierra que habitan. Sin embargo, el gobernador Insfrán del FpV, que gobierna esa provincia desde 1995, ha ido paulatinamente desconociendo sus derechos. A su vez, el gobierno nacional no los recibe aduciendo que el conflicto pertenece a la provincia. Ante un amparo colectivo presentado por la comunidad, la Procuradora de la Corte Suprema de la Nación, Ilda García Netto, dictaminó en julio que esa Corte es competente para intervenir en el reclamo por el reconocimiento de las tierras que reclaman en el departamento Pilcomayo de Formosa.
Amanda cesa en sus tareas de ordenar la ropa de las donaciones solidarias recibidas y que la lluvia mojó, mientras un grupo se prepara para la fiesta del día del niño que ofrecen jóvenes que se acercaron a compartir el domingo. Los colores de la wiphala brillan por doquier.
¿Cómo están en el acampe?
Estamos aquí desde hace seis meses, y es triste, porque como madres dejamos nuestra comunidad, nuestra casa. Querría estar con mi madre, con mis hijos, pero me metí en la lucha y no voy a volver hasta que no nos reciba la presidente.
Tenemos que seguir adelante, estoy viva, tengo que acompañar a mis hermanos, a mis hijos, de día y de noche. No venimos a pelear, venimos a que nos reciban. Ahora en setiembre tendría que estar plantando mandioca con mis hijos, extraño a mis huertas. Nacimos en el monte. En nuestra comunidad no está bien la gente, tenemos problemas de salud. No te atienden hasta que no estés grave.
¿Qué respuestas han recibido del gobierno nacional?
El Secretario del Inadi, Martín Fresneda, nos atendió pero no nos dio respuesta. Ellos hablan con los diputados, con el gobernador de Formosa. Nos hablan de educación, de vivienda, pero nosotros pedimos por el tema territorial. Punto. Nosotros vivimos de la tierra. Plantamos árboles, poroto, mandioca, batata, maíz, para consumo de nuestros hijos. Nosotros buscamos nuestra leña, las totoras para nuestras artesanías, pero siempre están los policías que nos vigilan.
A veces yo digo, ¿dónde están nuestros derechos? He visto muchos manuales para la escuela donde hablan de los derechos de los pueblos originarios, lo mismo en el Inadi, pero no nos dan respuesta a nuestro reclamo que es por la tierra. El gobernador deja que se instale otra gente. El territorio lo habitaban nuestros abuelos, aunque no supieran hablar el castellano, hablan Qom, pero es su derecho. Ahora sabemos que no tenemos que tener miedo, que tenemos que luchar.
¿Cómo participan las mujeres en esta lucha?
Las mujeres participamos en las asambleas. Primero hablan los hombres y si no se ponen de acuerdo hablan las mujeres y ahí se cierra todo. Ellas resuelven todo. Es que nosotros sabemos cuidar a nuestros hijos. No vienen muchas aquí porque el pasaje es caro. Las mujeres somos fuertes. No queremos ver que nuestros hijos tengan que sufrir lo que estamos sufriendo ahora. Nos vamos a quedar aquí hasta que nos reciban, hasta enero, hasta el próximo gobierno si es necesario.