Pudimos entrevistar a Marta y esto nos contaba. “Me llamo Marta, tengo 47 años y madre de dos hijas. El papá de mis hijas me tomó del cuello y me asentó un cuchillo en la garganta, ahí decidí salir con mis hijas y no regresar más. Desde el 2012 hago las denuncias, sin recibir respuestas de ningún lado. Recién el año pasado lo detienen y le ordenan la internación, estuvo 3 meses internado haciendo un tratamiento por adicción, después fue ambulatorio, hasta que dejó de asistir al lugar. Durante todo ese tiempo continuó con las amenazas. Realicé las denuncias en Violencia de Genero, Fiscalía y la comisaría del barrio. Nunca lo detuvieron, era la palabra mía contra la de él. Hasta que finalmente se ordenó la detención el 27 de julio, sin embargo se lo podía ver por la ciudad.
Amenazó a mis hijas y a mi padre y siempre lo manifesté en las denuncias. Cada vez que realizaba la denuncia pedía protección en la escuela, porque veía el peligro a cualquier hora del día, me seguía cuando me iba a trabajar, me tiraba el auto encima.
En la Secretaria de la Mujer recién ahora cuando el caso salió en los medios nacionales me citaron y me ofrecieron ayuda. También tomó conocimiento de la situación Derechos Humanos; cabe destacar que el director de esa institución fue vecino y amigo del violento, sin ofrecer hasta la fecha ningún tipo de ayuda. Sufrí violencia de género y también la violencia institucional”.
Hoy gracias a la movilización el violento está preso, pero la lucha continúa. Por eso con Marta y otras mujeres viajamos al Encuentro Nacional de Mujeres a exigir un plan de lucha que exija al gobierno de Cristina se declare la emergencia nacional en violen- cia de genero.